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Moa cumple 80 años entre tierra roja y agua diferente

Moa celebra la fecha que dio inicio al primer centro laboral, el Aserrío, en 1938.

Ocho décadas han pasado desde que surgiera el poblado de Moa, un enclave industrial cubano, llamativo por su tierra color rojiza, su vegetación exuberante, población heterogénea, el agua diferente y sus reservas de níquel, cobalto y otros minerales.

Asegura la historiadora Georgina Bornot Colomba, que todo pueblo se funda generalmente alrededor de una edificación económica, social, militar o religiosa. Moa celebra la fecha que dio inicio al primer centro laboral, el Aserrío, en 1938.

En su texto Apuntes para la Historia de Moa, Pablo Velazco Mir explica: En el año 1937 los propietarios de la compañía consignataria de Buques de Santiago de Cuba, Mister Warmore y Mister Brooker, en unión de conocedores de Moa, visitan esta zona y se interesan por las riquezas forestales existentes en sus bosques. Por esa misma época, el señor Gerardo Aulet, que se dedicaba a diferentes negocios, se interesa por las minas de cromo de Cayo Guan y Narcisa, que en esos momentos estaban inactivas.

Luego de conseguir el permiso correspondiente para la explotación de las riquezas forestales de Moa y llegar a un acuerdo con la Juragua Iron Co., que poseía las concesiones mineras, los dos norteamericanos junto al ciudadano jamaicano mister Greth, constituyen la compañía maderera de Moa y logran los créditos bancarios para construir un aserradero de maderas en Moa, adquirir equipos para la explotación forestal y realizar otras inversiones necesarias.

En febrero de 1938 comienza la construcción del aserradero. Desde que vecinos de sitios aledaños a Moa conocieron de la próxima construcción del aserradero, construyen modestas viviendas en La Playa, Los Mangos, que era un lugar prácticamente deshabitado, y otros sitios aledaños a Moa. La construcción del aserrío y su apertura el 7 de noviembre de 1939, provoca que obreros de territorios cercanos como Cayo Mambí, Sagua de Tánamo, Mayarí y Baracoa, vengan a Moa en busca de trabajo.

La construcción del aserrío requirió de madera y para eso fueron talados los árboles que crecían en su alrededor, el desmonte posibilitó que esos terrenos, especialmente los situados en el lado oeste del Arroyo María junto a los cuales se edificó el aserradero, fueron el primer asiento poblacional de lo que hoy es la ciudad de Moa, eso ocurre entre 1938 y 1939.

El hogar de hombres y mujeres de todas las regiones del país cumple ochenta años con el reto de vencer el paso del tiempo. Sus habitantes honran a diario la frase inscrita en el Escudo de la Ciudad: ¡Primera por el trabajo! Bien lo describieron Los Van Van en su mítica Polvo de Estrellas dedicada al terruño:

Polvo rojo que se mete hasta los huesos,
Hombres rojos empeñados en cambiar.
El color de esta tierra con su esfuerzo
Lo de Moa es cosa seria, sí señor.

Tierra de Oriente, en otros tiempos olvidada
A pesar de su riqueza mineral.
Hoy constructores y obreros te levantan,
En mi Cuba eres orgullo nacional.

En Moa la verdad se abre camino,
No se cuentan las horas, no hay temor.
La juventud ha cambiado tu destino,
De tus entrañas polvo de estrellas sale hoy

El Che en la Empresa Niquelífera Pedro Sotto Alba de Moa.

Fidel en su primera visita a Moa.

Osvaldo Dorticós en Moa

El Combinado Niquelífero Ernesto Che Guevara. Foto: Juan Manuel Liranza

La Biblioteca de Moa. Foto: Juan Manuel Liranza

Hotel Miraflores.

Secundaria Básica Diosdado Samón

Universidad de Moa

Monumento a Pedro Sotto Alba. Foto: Daniel Leyva

Las Auroras. Foto: Juan Manuel Liranza

Cine de Moa. Foto: Juan Manuel Liranza

Moa. Foto: Juan Manuel Liranza