En el Newseum de Washington DC: Remember the Maine!
En palabras del secretario de Estado John Hay, la intervención militar norteamericana en Cuba de 1898 fue "una espléndida guerrita", que transformó a Estados Unidos en una potencia mundial imperial. La evidencia está a unos pasos de la Casa Blanca, en el quinto piso del Newseum, el museo del periodismo de Washington DC. Aquí, dice la poética promoción del lugar, "la noticia busca un refugio no perecedero, lejos de las páginas de los diarios, que le proveían un albergue temporal y frágil al paso del tiempo y la memoria".
En realidad, no hay mucha poesía si usted hala una de las gavetas que guarda la historia de las relaciones Cuba-EEUU. Si lo hace, se encuentra, por ejemplo, con la portada de The New York Journal, del 15 de febrero de 1898, y puede tocar lo que ha escuchado miles de veces: cómo la prensa fraguó el pretexto para invadir a Cuba y convenció a la opinión pública norteamericana para que apoyara con entusiamo el envío de las cañoneras a la Isla.
Al alcance de una pantalla táctil está la copia del Journal, propiedad del magnate William Randolph Hearst, inspirador del Ciudadano Kane de Orson Welles. En sus ediciones del 16 y 17 de febrero, publicó unos gráficos que son considerados como las primeras infografías de la Historia. Sin investigación periodística alguna, basándose solo en el deseo de desencadenar el conflicto y vender más periódicos que la competencia a cargo de Joseph Pulitzer, William Randolph Hearst inventó la evidencia que necesitaba. Eran tiempos oscuros para el periodismo, aunque al Newseum no le importa demasiado advertirlo a sus visitantes y solo muestra con satisfacción la portada histórica.
Lo que parece ser la religión de hoy, ya lo tenía muy claro Hearst: no hay nada como el poder de la imagen para dar legitimidad a una interesada conjetura. Los gráficos del Journal, gracias a un estilo técnico engañosamente preciso y serio, desorientan al lector. Parecen haber sido diseñados por ingenieros meticulosos y no por artistas; están más preocupados por el espectáculo que por la fidelidad a los pocos detalles que en aquel momento se conocían de lo que acontecía en Cuba.
La leyenda cuenta que un año antes de la explosión del Maine, en enero de 1897, Frederic Remington, un artista a quien Hearst había enviado a Cuba para cubrir la guerra contra la colonia española, mandó un telegrama en el que comentaba que todo estaba tranquilo, que una guerra abierta era improbable y que deseaba regresar a EEUU. El gran manipulador respondió:
"Please, remain. You furnish the pictures. I'll furnish the war" ("Por favor, permanezca ahí. Usted proporcióneme las fotografías. Yo le daré la guerra"; el verbo furnish puede traducirse como "proporcionar" o "facilitar").
Esta última frase es uno de los mitos fundacionales de nuestra profesión, plausible sumario de las esencias del periodismo amarillo: que la realidad no te impida atraer a las masas con pedazos humanos, sangre y ruido. Como está ocurriendo ahora mismo con la historia de Airbus que se estrelló en los Alpes.
La imagen que guarda el Newseum, por más que está extraviada en esta catedral de 76 000 metros cuadrados en el corazón de Washington, demuestra que los primeros profesionales dedicados a crear gráficos para los diarios eran artistas competentes (algunos, como Remington, extraordinarios), pero les importaba un comino la ética que debe guiar cualquier representación de los hechos. Eran dibujantes antes que comunicadores; sus prioridades eran el dramatismo, no la precisión. Y así les fue en el negocio, a costa de los nuestros, con su "espléndida guerrita" que echó por el caño en 1898 los sueños de independencia de los cubanos.
El bloqueo, según Kennedy
No hay tiempo para caminar todo el Museo de la Noticia, el Newseum, con sus miles de fotografías y portadas históricas, sus cientos de horas de vídeo, sus 14 galerías, 15 aulas y dos estudios de televisión. Es un templo del periodismo que costó 450 millones de dólares y documenta desde su nacimiento hasta la era digital una historia arrimada a una manera de ver la profesión como espectáculo, más que como servicio público.
Situado en la Avenida Pennsylvania, muy cerca de la Casa Blanca y el Capitolio, el edificio tiene miles de fetiches de la información y terminas mareado, si no tienes preconcebido, para empezar, un punto de partida. La galería del quinto piso es aceptable para iniciar la visita. Presenta 350 primeras páginas históricas y no es difícil tropezarse con Cuba en los titulares. Entre ellos, el que utilizó The Arizona Republic, el 22 de octubre de 1962, con el Presidente John Kennedy como vocero del bloqueo naval contra la Isla, en el apogeo de la Crisis de Octubre.
También hay cientos de recuerdos, como los documentos y fotografías del escándalo Watergate, donde estuvieron involucrados tres cubanos de la CIA; la acreditación de Ernest Hemingway como corresponsal de guerra en Europa en 1944, antes de irse vivir en Finca Vigía de La Habana. Otros artículos también llaman la atención: una camioneta con cientos de disparos, utilizada por la revista Time en Sarajevo, donde también "vendieron la moto" del villano que se merecía la guerra de la OTAN; el jersey rojo que la mítica corresponsal de la Casa Blanca, Helen Thomas, usaba para atraer la atención de los presidentes en las conferencias de prensa -periodista, por cierto, que fue expulsada de los predios presidenciales por atreverse a cuestionar a los sionistas, cosa que no dice el curador de este Museo. Mucho que ver, poco para distanciarse de tantos fogonazos informativos.
Cubadebate estuvo en el Newseum en dos momentos. Primero, a fines de febrero de este año cuando se produjo la segunda ronda de conversaciones Cuba-EEUU, en Washington DC. Y luego, esta mañana, mientras esperaba por el desenlace del diálogo sobre derechos humanos, que ha llevado a otra delegación oficial cubana a la capital de los Estados Unidos. No es casualidad que aterrizáramos aquí buscando a la Isla, en el breve tiempo que pasamos en esta ciudad. Aquel "Remember the Maine!", que el Newseum de Washington guarda entre sus hitos informativos, nos parece ahora una frase de aleccionadora pertinencia.
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Excelente!
eso mismo es lo que nosotros deberiamos poner aqui:
REMEMBER THE MAINE para que jamas premitamos con buenas relaciones ni con malas dejar que entre un barco militar de visita aqui
Chekera te tomaste el venaton? Verdad que tu mente no evoluciona.
fue un encuentro respetuoso y profesional... y esta crónica tambien
usted quiere decir con "respetuoso y professional" que no te digan en tu cara las cosas que no te gusta oir, es eso no?
Estimado Lee:
Ser respetuoso y profesional es bueno, en mi opinión. ¿O es que Usted le dice a todas las personas con las que se relaciona todo lo que ellos no quieren oir? ¿Cuántas querrían trabajar con Usted?
Ser respetuoso no es perder los principios, sino hacer uso de ellos cuando Usted vea que tendría que renunciar a ellos si no lo dice. E incluso, se puede seguir siendo respetuoso en esos momentos, diciendo lo que tiene que decir (de principios) con respeto.
Estuve ahi, es un lugar para glorificar la prensa americana
Tremendo...
Y dentro de poco Ismael Francisco y Rosa Miriam se van a conocer Washington mejor que los que viven allí jejejeje.
Saludos.
Muy buenas fotos de un espléndido museo de la prensa de Estados Unidos. La historia al día contada en la prensa. Probablemente haya muchas más referencias a nuestro país en ese museo.
Mucho paseito, poca noticia....
Me parece que estos periodistas deberían emular las crónicas de Martí e incluir el aspecto social y crítico del tema. ¿Para quién se escribe un artículo como este? ¿Para el pueblo cubano? No lo creo. Parece escrito para amigos periodistas y fotógrafos. Esto sin decir que la foto de Lincoln (un asesino de indios) con una cabeza en el medio es de mal gusto. Esto no es periodismo de debate, compañero. Es vanidoso.
ser'a la primera infografia en la prenssa,
pero la primera infografia se considera la de un frances sobre la campa;a de Napoleon contra Rusia, a inicios de siglo 19.
Yo quiero ir al Newseum porfa llevenme para la próxima ronda de conversaciones.....!!!!!!!
La prensa es arma para todas las ideologias, para todos los gobiernos y para todos los conceptos...Por eso la libertad de prensa es la unica arma contra la prensa misma...El ultimo grano lo pone el lector, que elige que leer y que creer...
Descomunalmente interesante...
He disfrutado mucho su artículo