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Cuando La Habana se dibuja de lejos

A veces La Habana se dibuja de lejos sumergida en atardeceres ocres y soles vespertinos. La verdad es que puede dibujarse así o a pleno día, ella se sabe comodín de los requerimientos del ánimo, según designios de almas maniatadas por la costumbre.

Sí, es cierto que La Habana está exhausta de que la canten poetas y la sueñen migrantes inconformes. Cierto que anda agotada de que no la dejen dormir amores trasnochados y desfiles profusos. Cierto.

¡Al infierno la paranoia con las miles de fotografías de sus ruinas, si bajo los escombros vuelven a nacer los árboles! ¡Oídos sordos a la esquizofrenia de plaza sitiada! La Habana quiere que la dejen ser, así en claroscuro, en matices, en luces y sombras.

Niña mimada de antiguos lujos prestados y contradictorios florecimientos, le vale más el recuerdo de la última pisada de luna sobre el sendero de adoquines o del vuelo de una bicicleta de niño entre los charcos de la calle, que el colorete póstumo a edificios convertidos en parques y bares abarrotados de turistas. Pero hay que sobrevivir, se dice, cuando sobre los sueños solo permanecen en pie pocas y nobles esperanzas.

A ella vienen a morir las botellas en las que nadie pone mensajes, ya sea por el desenfreno diario o el desaliño del idealismo; pero igual terminan las botellas por llegar al mar, en un acto casi romántico, en una bienvenida de sarro brillante a la entrada de la bahía.

La Habana se deja tener si en la distancia una canción expone la nostalgia, si un borracho trastoca los versos de Martí en la Guantanamera; si se le achaca un hijo que no es realmente suyo.

Ella sabe y perdona y no se imagina ya sin poetas y nostalgias; con las botellas en la orilla para recordar que igual se vive en esta ciudad tras las mamparas de la noche. Para no olvidar que más allá de lo maniatado de la costumbre en amores malogrados, las cartas y las fotografías salvan a la postre cualquier dolencia de ciudad cansada.

…Ni que hiciera falta ser Venecia o Roma o París, para dar un poco de espacio al amor.

Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

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Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

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Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

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