El Canal de Panamá, la monumental obra que partió en dos el estrecho istmo que unía Suramérica y América Central, cumplió 100 años este 15 de agosto. El centenerio de la construcción del paso acuático entre los océanos Atlántico y Pacífico, considerarado como una hazaña histórica universal, es un hito revelador de la deslumbrante capacidad del ser humano para superar sus limitaciones. Y en este caso para unir al mundo a partir de la fractura... de una franja de tierra. El fotógrafo Alex Castro nos cuenta cómo funciona.
El barco entra en la Primera Esclusa. Foto: Alex Castro.
Durante las 24 horas del día el tránsito solo se realiza en dirección del Océano Pacífico al Océano Atlántico por 12 horas, en la otra mitad se realiza en dirección contraria. Foto: Alex Castro.
El barco ha pasado a la Segunda Esclusa y se prepara para continuar viaje por el canal. Foto: Alex Castro.
El barco pasa a la Segunda Esclusa. Todas estas operaciones se realizan una vez pagado el peaje que se calcula en base al tamaño del barco, su desplazamiento, etc. Foto: Alex Castro.
La Segunda Compuerta se abre para dar paso al barco. Estas compuertas son las originales desde la apertura del Canal en 1914. Foto: Alex Castro.
Potentes locomotoras a los lados del canal se encargan de mover el barco a través de la esclusa. Foto: Alex Castro.
Una vez que se llena de agua en la Primera Esclusa, el barco se encuentra a la altura de la Segunda Esclusa. Foto: Alex Castro.
Se cierra la primera compuerta para comenzar el llenado de la esclusa. Foto: Alex Castro.