Alguien lo calificó como el payaso más triste de Hollywood, Robin Williams padecía de una depresión severa que lo llevó al suicidio, sin embargo, como sucede con todos los grandes, las imágenes que quedarán en la memoria de millones de personas en todo el mundo serán las de sus personajes, que tanto hicieron reír y llorar.
Ganó el Óscar como mejor actor de reparto por Good Will Hunting (En busca del destino) en 1997 y fue nominado por Good Morning, Vietnam (1987), Dead Poets Society (1989) y The Fisher King (1991).