Muchos grupos indígenas, incluyendo el Huni Kui, Ashaninka, y Madija, viven en aldeas en la selva brasileña, cerca de la frontera con Perú. Durante los últimos tres años, los Ashaninka y Madija dicen que han visto cada vez más incursiones en su territorio de los pueblos indígenas aislados, que se define por Survival International como grupos que no tienen contacto pacífico con la sociedad en general.
Los "Bravos” como son llamados los indígenas aislados en la región, llevan a cabo incursiones en otros pueblos, poniendo a las comunidades a lo largo del río Envira en alerta permanente. Los líderes de la tribu Ashaninka han pedido al gobierno y a las ONG ayuda en el control de lo que consideran una intromisión en su área por estos grupos indígenas no contactados, afirmando que el movimiento de estas otras tribus es el resultado de la presión causada por la tala ilegal en la frontera con Perú.
La densa jungla del estado de Acre, en Brasil, es el hogar de varios grupos indígenas, desde los Huni Kui (en la imagen) a los Ashaninka y los Madija. La supervivencia es precaria en plena naturaleza, aislados de lejos de cualquier instalación médica permanente. Ahora los Ashanika y los Madija ahora se enfrentan a más presión a medida que otros indios traspasan cada vez más su territorio.
Líderes espirituales de la tribu Huni Kui llevan a cabo una ceremonia un árbol sagrado samauma fuera de la aldea de Novo Segredo.
Un grupo de indígenas reaccionan al vuelo de un avión, cerca del río Xinane en el estado de Acre, en Brasil, cerca de la frontera de Perú.
Una vista del río Envira en territorio Huni Kui en el estado de Acre, noroeste de Brasil
Niños de la tribu Ashaninka corren por la orilla del río Envira para ir al encuentro de un barco cerca de su aldea.
Un líder espiritual de los Huni Kui sopla un polvo herbal dentro de la nariz de uno de los miembros de la tribu durante una ceremonia.
Un niño de la tribu Madija sale de su choza, que es un objetivo frecuente de los indios invasores.
Miembros de los Ashaninka posan para un fotógrafo en su villa, Simpatía, junto al río Envira, en el estado de Acre, al noroeste de Brasil. Los indios sin contacto con la civilización, conocidos como "Bravos", han sufrido presiones por parte de taladores ilegales en la frontera de Perú, según miembros de la tribu Ashaninka.
Un Huni Kui prepara una bebida conocida como "nixi pae" o "ayahuasca" para un ritual de sanación.
Las estrellas brillan sobre una shubua, una casa de rezos, en la aldea Huni Kui de Txanava.
Un Huni Kui fuma hierbas en un ritual en la aldea de Novo Sergredo.
Txate (en la imagen), de 77 años, es el jefe de la tribu Ashanika, está preocupado por las incursiones de otras tribus en su territorio. "Roban, cacerolas, cuchillos, ropa. Viven desnudos, hablan otra lengua y no quieren hablar. Están en guerra con todos. Si se acercan, nos disparan flechas", asegura.
Ashaninkas comen en su casa en la aldea de Kokasul.
Los Bravos evitan todo contacto con otras tribus y tienen sus propias chozas en la jungla. Un jefe de la tribu Madija sigió un camino usado por estos indios y encontró varios objetos que dejaron a su paso, incluyendo, una pequeña flauta de cerámica. Dió el instrumento a su hijo Binai, quien sale en la imagen tocándola.
Miembros de los Ashaninka posan para un fotógrafo en Kokasul.
Un Ashaninka llamado Uarenco se arrodilla sobre la tumba de su sobrina. Su familia fue enterrada a lo largo de la orilla del Envira dos semanas antes. Murió mientras navegaban el río en busca de atención médica.
Una vista de un área de selva deforestada en el interior del territorio Ashaninka en el estado de Acre, noroeste de Brasil
El río Xanine corre a través del territorio Ashaninka en el estado de Acre, noroeste de Brasil
(Tomado de BostonGlobe, fotos Lunae Parracho Reuters)