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Silvio en El Chico: De regreso

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cidos en Carbó Serviá. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

Nacidos en Carbó Serviá. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

Silvio Rodríguez vuelve a Carbó Serviá, El Chico, después de algunas semanas. Es la primera vez que la Gira por los barrios repite un lugar. Por lluvia el concierto anterior se retrasó primero. Después el agua malogró el piano y con él la posibilidad de presentar la mayor parte del repertorio previsto, con la participación de dos músicos: Jorge Aragón y Roberto Carcassés, que era el invitado. Silvio cantó entonces algunas canciones, pero “No nos sentimos satisfechos por todo aquello que nos pasó”, dijo. Por eso el regreso, el paso de vuelta.

Esta vez el repertorio fue el previsto, y se sumaron a escena Malva Rodríguez, interpretando al piano Invierno en La Habana No. 1, de Ernán López-Nussa, y el Maestro Emilio Vega. Llegaron también Pancho Amat y el Cabildo del Son, que en efecto hicieron notar “su imponente presencia sonora”, como los presentaría Silvio.

Es cierto que unas semanas es poco tiempo, pero para lo mucho que debe cambiar en esta comunidad de tránsito, uno espera que el tiempo avance más velozmente. Aunque sí lo hace, pero en otro sentido. Carbó Serviá sigue estando en un calendario negativo: va en decadencia, las cosas cambian, pero no progresan, regresan sobre sí mismas, se destruyen en cierta autofagia material, que conduce a otras hambres y a otras duras formas de saciarlas.

El clima hizo una diferencia importante esta tarde. Y los ánimos lucían invernales como el viento, que reforzaba la faz esteparia del lugar. La parte oscura del panorama permanece igual. Pero Roberto Lahera, el delegado, es optimista: todo lo que se sepa sobre nosotros, todo el trabajo que se pueda hacer, en su momento, tendrá algún efecto. Está hablando de la visita  de Silvio y sus invitados, que tanto de luz saca a la gente; y de la prensa, claro, que le merece un voto de confianza.

Alfredo no piensa igual. Lleva tantos años como Lahera en Carbó Serviá, y fue optimista. Fue optimista muchas veces. Presa de un optimismo cíclico, que se alternaba con fases de pesimismo, bastante severas, con creciente tendencia al desencanto-desengaño-desilusión, que se espantaban sucesivamente con lo que él llama “el furor”: unos destellos, no pocos momentos en que se ha llenado de carros y visitantes el barrio, o los albergados han sido convocados a cierta reunión a la que debieron asistir con cascos porque los llevarían a un terreno donde estaba en ciernes una obra de construcción de viviendas que ellos terminarían, o se dispone un pequeño puesto médico (que a la larga permanece deshabitado), o llega una brigada y atraviesa la comunidad con una zanja para instalar un conducto que lleve el agua hasta los albergues.

La yerba prolifera ahora en ese hoyo largo. Lo invade, lo habita, como lleno de yerba debe estar el terreno de la obra en ciernes, que en ciernes quedó. La yerba se adapta mejor que la gente, hasta las aguas negras sabe usar en su provecho. La yerba allí es alta ya, altísima, y como la gente se cae con frecuencia en el hoyo, se mezcla con ella. La yerba cubre casi toda la zanja, y hasta al tragarse a la gente se parece al olvido, al tiempo cuando cae y se acumula como polvo en capas ya muy gruesas.

Alguien se ha olvidado de Alfredo, de la zanja, de Roberto y de los demás. En los ojos verdes de Alfredo no queda mucho de brillo, solo aquel que le reserva la conmoción. Hay indignación en su boca, que –se me antoja un patrón en la comunidad– sonríe al decir que lleva 17 años esperando: “Poquito tiempo, ¿verdad?”, ironiza con crueldad hacia sí mismo.

Los economistas aseguran que la espera tiene un costo social y político de unas dimensiones tremendas. Debe tener algo así como el tamaño de la edad de Alfredo, que no es los años que ha vivido, debe tener el tamaño de lo que dice su boca y de lo que falta en sus ojos. Debe tener la altura inefable una yerba descomunal, voraz como la que crece en la zanja, y un poco más.

Dice Alfredo con indignación que “el furor” ha sido un juego para cierta gente, entusiastas practicantes del habla sobre la acción pero abstinentes de toda acción posible, figurines de cogotes anchos, de metálica sonrisa fácil y estómagos prominentes –los describe–. Alfredo no, él es un flaco tranquilo que acusa sereno, como quien no tiene nada que perder, pero no sin pasión. Perdió la esperanza antes que la pasión. Para él la primera no ha sido, tal como asegura la profecía, lo último que se pierde.

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Anotando. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Las horas de ocio. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Perros tristes. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Alfredo escucha a Silvio Rodríguez en su albergue. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Malva Rodríguez regala un solo de piano a los vecinos que ya había cargado y reservado su agua, pronta a “irse” en esa hora. Más vecinos fueron llegando poco a poco. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Espectador. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Entre el público Larisa Rodríguez, admiradora de Silvio y a quien este le dedicó especialmente, complaciendo su petición, “El reparador de sueños”. Larisa padece una enfermedad única en Cuba. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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“Una canción de amor esta noche”. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Tres maestros: de izquierda a derecha, Emilio Vega, Silvio Rodríguez y Jorge Reyes. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Silvio Rodríguez: “Hablamos con San Isidro el Labrador, para hacer el concierto que no pudimos hacer aquel día…”. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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El tres de Pancho Amat sacudió el auditorio. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Parte del Cabildo del Son. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

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Risa y baile en el cierre. Foto: Alejandro Ramírez Anderson.

Se han publicado 13 comentarios



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  • Maitel dijo:

    ....gracias Silvio, eres especial.

  • Miguel Luis dijo:

    Ojalá y algún día se llegue por nuestro barrio aqui en El CObre

  • ppp dijo:

    Yo estuve alli

  • Shagrath dijo:

    Silvio, como siempre regandonos un poco de melodía y música para reflexionar

  • Irina dijo:

    me encanto tu reportaje

  • Hernán dijo:

    Silvio .
    tu metáfora cual iridiscente emblema de la Cuba y su misión . del venerado y exquisito portalón , aquí en tierras de Chile y su esquelética figura , un Poeta marginal levanta su prosa y sumerge la inspiración en tu talante y caudilla forma de generar tu vocación ....

  • luis dijo:

    bello y triste reportaje, muy util, son muchos, muchisimos los que viven asi de olvidados y abandonados.

  • anile dijo:

    me encanta la pasion con la que canta,nunca he tenido la oportunidad de ir a ninguno de sus conciertos pero me gustaria mucho.Su voz e inteligencia son unigualables.

  • yoyi dijo:

    anile, no se que edad tendrás, pero yo que tuve la suerte de disfrutar de la nueva trova en conciertos en teatros, en la Casa de las Américas y otros lugares y poder escuchar la música de silvio, te digo que aún a guitarra limpia escuchas una melodía tan hermosa y especial en sus canciones y su voz que te fascinas, me encanta la música de silvio, recuerdo que mi profesor de matemática en el pedagógico(años 80) me decía que las letras de las canciones de silvio para él eran como los textos de carpentier, que muchas veces le costaba trabajo entenderlos, para nada, solo se necesita escuchar y tener corazón, adoro su música, y ojalá algún día su gira tome el rumbo del reparto martí en el municipio cerro, cuando tengas la oportunidad de ir a ver uno de sus conciertos no la pierdas por nada, no te pesará, saludos.

  • osleini dijo:

    yo tuve la oportunidad de ver a silvio en un concierto en mi barrio (albergues de miraflores viejos) y de veras que es maravilloso, el con su música toca los corazones.

  • juan francisco dijo:

    Que te pudiera decir Silvio,que no te hayan dicho.SOLO QUE PARA USTED TODO LO BUENO DEL MUNDO :

  • ale peniche dijo:

    POR FAVOR SI SABEN DE LAS SIGUIENTES FECHAS, VOY A IR PRONTO A CUBA Y MI VIAJE ESTARIA COMPLETO E INOLVIDABLE SI VEO A SILVIO EN ESTE CONTEXTO, EN EL BARRIO CON SU GENTE. ME PARECE UNA HERMOSO LO QUE HACE, POR ESO SIEMPRE LO HE ADMIRADO COMO COMPOSITOR Y POETA AHORA COMO UN PROMOTOR CULTURAL. SILVIO TE ADMIRO MUCHO. Y TE FELICITO QUE GRAN SER HUMANO.

  • iraizos dijo:

    pa su escopeta la vida alli es metralla pura

Se han publicado 13 comentarios



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Mónica Rivero

Mónica Rivero

La Habana, 1989. Graduada de Periodismo (2012) en la Universidad de La Habana. Twitter: @lamagoch

Alejandro Ramírez Anderson

Alejandro Ramírez Anderson

Director de cine y fotógrafo guatemalteco, radicado en Cuba. Graduado en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual de Instituto Superior de Arte, institución en la que es Profesor.

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