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Las queridas aguas de un río (+ Fotos)

Río Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Río Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Por Mónica María Ramírez Aguilar (estudiante de periodismo)

El pueblo creció a la vera, sus barracas son balcones por donde atisbaron generaciones, la anchurosa vega de campanillas y guayabales, donde se bañaros sus sueños y se exhalaron fragancias. Por descripciones como esta, presente en el libro Estampas de Bayamo de José Carbonell, es posible imaginar como fue en algún momento el Río Bayamo.

Muy poco queda del caudal, sus aguas ya no son navegables y si existieran piratas les sería difícil entrar como una vez lo hicieron. Hoy el comercio no crece a través del Río como se manifestó en el período de la Colonia, contemplarlo a veces aprieta el pecho de dolor y son pocos los que en él se bañan.

Sin embargo, el afluente tiene historias que contar, ha sido testigo de ataques, tomas de la ciudad y paso de los mambises, sirvió de inspiración a poetas y  cantores. Tenía dos pasos y varias zonas por donde era posible cruzarlo, se hablaba del Charco de los Pitos y Paso de las gomas o Chorrera, del bote con el encargado de trasladar a las personas de un extremo al otro.

Lamentablemente se llevó muchas vidas, pues en sus partes profundas unos cuantos tuvieron la osadía de sumergirse y desaparecieron. Solo pocas familias pudieron encontrar el cadáver de su ahogado gracias a una base en forma de plato que flotaba con una vela encima, el objeto era colocado en el río y donde se posicionara era justamente donde estaba el cuerpo. Cuentan pobladores muy añejos que el truco  jamás se falló.

Sus crecidas arrasaban con todo lo que encontraba a su paso, debido al poder por el cual fueron dotadas. Algunos citadinos guardan en su memoria hechos como los del ciclón Flora que provocó la destrucción de viviendas y de cierta forma la pérdida del Bayamo.

Sin embargo el paso del tiempo puede sacar al Río del mapa, casi convertido en riachuelo si es comparado con su antes, permanece en mismo sitio para los citadinos de  hoy.

Que miro ante el desvarío

A que la mente se entrega,

Aquella anchura vega

Y aquel caudaloso río.

Expresó José Joaquín Palma, poeta bayamés. Ahora queda en el recuerdo, la historia, la imagen de lo que un día fue, pero también la gratificación de tenerlo en parte a pesar del tiempo.

Rio Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Rio Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Rio Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Rio Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Rio Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Rio Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.