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El Cayo de la tranquilidad

En este artículo: Cuba, Cultura, Fotografía, Guanajay
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En tres ocasiones he visitado Cayo Granma, y en cada una de ellas me he llevado una impresión diferente. El lugar es lo más parecido a esos pueblos pesqueros de leyenda, donde el mar es el único motor que impulsa a la comunidad y donde cada miembro tiene una historia que no le permite alejarse del agua salada. Aquí es parecido. Las personas no desean abandonarlo por la armonía que se respira. La tranquilidad.

Cada una o dos horas, una embarcación se encarga de transportar a moradores y visitantes. Una primera parada en el extremo opuesto de la bahía santiaguera y luego al cayo. Te bajas y ya estás en el centro del pueblo: parque, cafetería y bodega. Es un lugar pequeño, poco más de dos kilómetros cuadrados; pero los datos se los dejamos a Ecured, no hay razón para reproducir lo dicho por una enciclopedia. En una hora más menos le das la vuelta al lugar; una suerte de calle principal bojea el islote, pero si no hay casas cerca, se convierte en un camino de tierra.

En la cima del cayo está la iglesia San Rafael, de ahí se observan decenas de casas desparramadas; algunos trillos intentan darle una lógica, pero es un laberinto, incluso de allí arriba no hay manera de saber cómo llegar abajo. Recorres el lugar a fondo en tres horas. Y después... después no hay nada que hacer. Quizás esa sea la magia del lugar. No pienses montar un bote, primero recibes una botella gratis de un almendrón; para los pescadores, sus embarcaciones son sus niñas lindas. No es para menos, son su principal medio de subsistencia, o el único.

Entonces solo queda esperar. Podemos esperar por el ocaso, por una escena típica de pueblo, ya sea una discusión o la llegada de un producto a la bodega, o sentarse con los pies colgados en el muelle mirando el agua. No me malinterpreten, cuando digo que solo queda esperar, es por la tranquilidad del lugar, una tranquilidad que llega a infundir miedo a quien no esté acostumbrado. Mirar las puestas de sol es una gran opción, pero hay que amar al mar para disfrutar cada día de lo mismo. Tal vez me equivoco. A mí me encanta la naturaleza: cuevas, montes, mar, ríos, lo que sea. Pero cuando llevo una semana lejos de la tecnología que me hace un "chico pijo", me pregunto cómo pueden vivir ellos aquí; prescinden de muchas cosas que yo considero necesarias. Los envidio. Si paso tres días sin ver una película o serie comienzo a sentir un vacío. A ellos les ocurrirá lo mismo cuando están lejos de lo suyo.

Así, para un visitante ocasional, sentarse y mirar cómo el vendedor de ostiones prepara el baboso bocadillo resulta interesante. Y aun sabiendo y quejándome de que el lugar es aburrido, cada vez que ponga un pie en Santiago de Cuba, iré a Cayo Granma. A sudar mientras subo los escasos metros de elevación para llegar a un iglesia que nunca está abierta. Tal parece que el padre viene en bote los domingos, procede con la liturgia y luego cierra hasta la próxima semana. Quiero entrar ahí. Y también quiero presenciar un funeral como el de "Bretón es un bebé". Atención, solo deseo estar ahí cuando una vida se esfume, no estoy encargando un muerto.

A veces la desesperación nos lleva a la ridiculez. En mi segundo viaje, el transporte marítimo no estaba muy bueno. Los policías de la embarcación me explicaron que no me montara en ese momento, pues aún demoraba una hora o más en volver a la ruta santiaguera. No escuché y terminé sentado en un muelle bajo un solitario farol; un trillo desaparecía en la oscuridad del monte. Pero por suerte, unos hombres lanzaban el anzuelo al mar y me alegré de ver a unos pescadores en acción.

Qué iluso. Por más de una hora estuvieron pescando jaibas. A cada rato una corría hacia mí antes de ser pisada. Sacaron más de treinta crustáceos. Me invitaron a tomar té de jaiba, pero rechacé la oferta. Mezclar una puesta de sol con sopa de bicho con tenazas y ocho patas no me pareció una buena idea. El ferry apareció para suerte mía cuando la noche, con un romanticismo desgastado, había cubierto todo. No dejo de pensar en un retiro en Cayo Granma, pero mi pueblo natal me da dos galletas y me saca esa idea loca de la cabeza: ¡hazte el gracioso de no pasar tus últimos días en Guanajay!

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Foto: Javier Montenegro/Cubadebate

Se han publicado 16 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • roberto peraza dijo:

    Fotos muy interesantes, lo único es que quisiera que al menos en los foto-reportajes hicieran una descripcion mas detallada de las imagenes, no sé por ejemplo,, casa habitada en la parte oeste de cayo , iglesia jesus del monte.... eso daria un acabado mas profesional al foto-rreportaje,, por lo demas un exelente trabajo, los felicito

  • José Agustín dijo:

    Me gustó este trabajo. Todos tenemos un lugar que nos embruja, este debe ser uno de los que tiene esa peculiaridad. La vida agitada nos arrastra, nos adaptamos al estrés, por eso cuando vemos un lugar como este surgen esos sentimientos.

    La tranquilidad y la armonía con la naturaleza es una de las cosas que más disfrutamos muchos seres humanos. Imagínese en un bote, habilitado para una jornada de pesca, sintiendo esas emociones que solo los aficionados podemos experimentar, aunque sea con una rabi rubia en el anzuelo.

    Gracias por refrescarme la memoria muchacho, muchas gracias.

  • H. LO dijo:

    QUE HERMOSOS LOS PAISAJES. FELICITACIONES AL JOVEN QUE LAS SACO.

  • Ricardo Luis dijo:

    Me gustaria ir, bonito lugar

  • julio del toro dijo:

    bello lugar todavia recuerdo en las vacaciones cuando visite en varias ocaciones con mi papa ,recuerdo un viejo restorant donde servian el mejor y mas sabroso enchilado de cangrejo que he comido en mi vida.la ultima ves que lo visite fue en el año 1990 recien casado con mi esposa,fue una tarde linda donde comimos el famoso enchilado.

  • anibal dijo:

    No tomar un te de jaiba,es un error,y mo probar un enchilado de jaiba un pecado.
    Desde chile

  • Elsi dijo:

    Que envidia me dan esas fotos,momentos muy lindos pasé yo en ese cayo cuando vivia en Stgo,me gustaba mucho coger la lanchita en la Alameda por la mañana,almorzabamos en el restaurante que habia allí en aquel momento,y luego después de recorrer sus calles terminabamos tomandonos la fria cerveza para mitigar el calor,recuerdo como ud dice periodista que nunca pude entrar a la iglesia por estar cerrada siempre,esa es la iglesia de San Rafael el médico divino al que se le hacen las promesas por los enfermos,lo que mas me gustaba era la tranquilidad

  • Elvis dijo:

    Mis felicitaciones Escritor, hacia mucho tiempo no leia algo tan fresco, sencillo y ameno como esto, me refiero a la forma de escribir porque detesto las palabras rebuscadas en los artículos periodísticos que parecen mas bien textos biblicos de siglos pasados; y por supuesto el lugar es muy bonito, Gracias amigo por existir.

  • HAN dijo:

    Lo más hermoso de Santiago de Cuba está completamente destruido y abandonado.

  • pedro dijo:

    Qué lugar maravilloso, ni sabía que existía, cómo me falta por conocer en mi bella Cuba. !Cuiden mucho el lugar!

  • Elvis dijo:

    Periodista , te perdiste algo muy sabroso como el te de jaiba,no sabes lo rico que es al paladar, con su picantico y su cominito,además la masa de las tenazas es riquísima ,cuando regreses trata de probarlo y no te arrepentiras de haberlo hecho,no le cojas miedo a la canción que el come cangrejos camina pa tra

  • SCS dijo:

    Buen artículo, muy bueno.
    Yo vivo muy cerca de Cayo Granma, a una parada del muelle donde se coge la lancha para cruzar el mar, y lo visité muchas veces, pero ya casi no lo visito pues es lo mismo con lo mismo y tiende a aburrir a la verdad, los atardeceres son preciosos, y cruzar de noche en la lancha es bello, ver las estrellas y demás, pero eso es sólo para visitar vivir ahí es para los que les guste el mar, la pesca y esa vida demasiado tranquila. Conocí a un muchacho que me dijo que no quería mudarse nunca de ahí, y yo no lo entiendo a la verdad, será por mi alma aventurera. Tengo varias amistades que viven ahí y se pasa bastante trabajo con el horario tan apretado de la lancha, pues son muy distantes en horario los viajes, y las guaguas que se cogen luego para llegar a la ciudad también pasan poco. Si tienen teléfono casi todas las casas, agua, electricidad y demás. Deberían apreciar más ese lugar las autoridades de la ciudad y mejorarles el transporte.
    Si viene a Stgo no se pierda visitar ese lugar, es impresionante.

  • albita dijo:

    !!Javier!! no sé qué decir
    el trabajo está tremendo desde la primera letra hasta la última foto
    por favor, la próximas vez no dejes que me pierda ese viaje

  • margarita dijo:

    no me gusto este articulo ni un poquito soy del cayo y considero que la vida allí no es para nada aburrida por el contrario esa vida tranquila te permite vivir intensamente y disfrutar todo lo que te da el privilegio de vivir de cara al mar . y ese acto de sentarte con los pies colgados en un muelle es lo máximo es un deleite no saben las veces que he deseado estar así eso no es un aburrimiento es un privilegio¡¡¡¡. lo que si es una pena es que se encuentre tan deteriorado y que se hallan perdido tantas edificaciones hermosas que tenia y las quedan como muestran las fotos están por caer también. pero aun así conserva toda la belleza del paisaje y de su gente que ama este pedacito de tierra a la entrada de la bahía de santiago . le recomiendo al periodista que la próxima vez que valla hable con su gente sus pescadores, profesionales y deportistas que han dado gloria al deporte cubano.asi comprendera que la vida alli no transcurre con esa apatia que transmite el articulo. igual gracias por las fotos¡¡¡¡¡¡

  • olamar dijo:

    Estube en el Cayo gracias a un primo que vive en Francia, les aseguro es muy agradable estar ahì , ojala volviera el primo para poder volver.

  • Ivonne dijo:

    Me gustaría saber si hay servicio de hospedaje, aunque sea en casas particulares. Me encantó el lugar, esas imágenes enamoran. Me encantaría visitarlo con mi pareja y permanecer unos días disfrutanto de toda esa belleza y tranquilidad. Me ayudan??

Se han publicado 16 comentarios



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Javier Montenegro

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