Otro histórico concierto bajo la lluvia

Antes de compartir mi crónica fotográfica sobre lo sucedido el pasado domingo 22 de mayo en El Fanguito, en otro de los conciertos de Silvio Rodríguez Domínguez por los barrios, permítanme confesarles algo: Yo me di por vencido cuando me faltaban dos cuadras para llegar a La Universidad de La Habana, la noche de aquel recital histórico de Silvio bajo la lluvia.

Fue el 28 de febrero del 2005. Antes de llegar a la escalinata me guarecí en un portal del frente frío que apareció con tremendos aguaceros y vientos. Cuando escampó por unos segundos aproveché y pegué la vuelta a casa porque casi estaba convencido de que, con semejante "diluvio", el Necio no cantaría. ¡Fatal sacrilegio! Al otro día y por buen tiempo, en la Facultad de Comunicación, donde cursaba la carrera de Periodismo, no se habló de otra cosa que de aquella mítica presentación. Y yo, por no creer cuando él dice futuro, naufragaba en un mar de arrepentimientos.

Por eso este domingo, aunque desde temprano el agua ya se anunciaba, no titubeé en ir a El Fanguito, cerca de las márgenes del río Almendares, en Ciudad de La Habana, para vivir otra escala de la gira del autor de Te doy una canción por los barrios.

En efecto, minutos antes de comenzar el concierto, aparecieron intermitentes gotas caídas desde el cielo hasta que la lluvia dijo: "aquí estoy yo". Pero las personas lejos de correr hacia los portales vecinos se aglomeraron frente a la tarima.

Dispuestos a desafiar cualquier temporal, se plantaron también los integrantes del equipo de Ojalá que hacen posible estas presentaciones. Encima del escenario aparecía entonces Silvio para confirmar que nada quedaba suspendido.

Con el mismo ímpetu salieron los invitados: el trovador dominicano José Antonio Rodríguez y luego la inigualable Omara Portuondo que, mojando sus ocho décadas a cuestas y acompañada del joven pianista Rolando Luna, puso a gozar con su voz y espíritu hasta al mismísimo San Pedro. Y la escena quedó metafóricamente caliente y literalmente empapada para que el bardo, acompañado de la flautista Niurka González, el percusionista Oliver Valdés y el trío santaclareño Trovarroco, cantará en otro día histórico bajo la lluvia.