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Un Maestro de Ceremonias en trajes de papel

En este artículo: Cuba, Cultura, Fotografía, Rayssel Cruz, Teatro
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Por Diana Ferreiro Hernández, estudiante de Periodismo de la Universidad de La Habana

No hay telón. Las primeras luces siempre me provocan un nerviosismo insípido; como si en el último momento un actor saliera a escena y no recordara sus parlamentos. Una mueca, que se troca en la sonrisa exagerada de un andrógino Maestro de Ceremonias, nos remite a una Alemania infestada por los primeros síntomas del nazismo y a un Cabaret lleno de personajes temerosos de enfrentarse a tales cambios.

El Maestro se torna imprescindible en la medida en que avanza la trama. Entre la música y el baile, el joven actor que lo interpreta ostenta sin complejos la personalidad, a veces descarnada, de quien será nuestro guía a lo largo de la obra.

Resulta obligatorio remitirse al programa: Rayssel Cruz; solo un nombre, sin más referencias que la actuación de esa noche o la fascinación que provoca escuchar su voz, aún de espaldas, llenando cada rincón de la Sala Teatro Tito Junco, en el Complejo Cultural Bertolt Brecht.

Plácido y Chicago me convencieron de estar ante un actor que se apropiaba de las tablas en su afán por ser escuchado hasta en la última luneta. Envuelto, literalmente, en trajes de papel o exponiendo excelentes cualidades histriónicas, Rayssel Cruz ha demostrado que tiene un lugar asegurado en los escenarios cubanos.

Ha oficiado como abogado en la penitenciaría para mujeres del Condado de Cook, en Chicago, una acertada puesta de Tony Díaz y su Mefisto Teatro. Sin el cinismo, la ironía y el descarado interés de su Billy Flynn, conversamos.

¿Cómo empezaste en la actuación?

Al terminar noveno grado, hice las pruebas para la Escuela Nacional de Arte, pero no las completé y luego mi abuela me convenció para que me presentara a las audiciones en la Casa de la Cultura de Plaza para entrar a la Escuela de Instructores de Arte. En realidad yo veía la actuación como una oportunidad para ocultar mi timidez.

Cuando cursaba el cuarto año, Tony Díaz comienza a montar la obra Muerte en el bosque, con la compañía Rita Montaner. Me hicieron un casting muy riguroso y me dieron el papel de Laviña, un travesti; era la primera vez que estaba en un escenario.

Acto seguido trabajé  en varias obras: La ratonera, Escándalo en la Trapa, El concierto; y luego decidí alejarme un año de la compañía.

Participé en un homenaje a Roberto Blanco y después formé parte del elenco de Tren hacia la dicha, de Amado del Pino, con el grupo Teatreros de Orilé, por la que me otorgan el premio de Mejor Actor en el Festival de Teatro de Camagüey, y cuando terminan las funciones de esa obra intento volver junto a Tony Díaz y su compañía.

Él estaba montando Contradanza, de Francisco Ors, un autor español que vino a Cuba, incluso al estreno de la obra; y me dijo: Está bien puedes trabajar conmigo, pero como castigo, después de perderte dos años te voy a dar un personaje muy pequeño. Imagínate que se hablaba mucho de él pero solo salía un par de veces.

Tiempo después viene Alberto Sarrain un director cubano-americano a hacer Los siete contra Tebas, que se estrenó en el Teatro Mella el 20 de octubre, Día de la Cultura Cubana. Hice un personaje pequeño, el Espía II, pero a mí me encantó.

Luego de esa puesta, hice las pruebas del Instituto Superior de Arte, apruebo y estreno Cabaret. Fueron dos cosas muy fuertes porque esa fue una obra que de pronto me levantó muchísimo, estuvimos seis meses y medio en cartelera, con el personaje del Maestro de Ceremonias que a todo el mundo le encantó, incluso a la crítica, estuve nominado al Caricato y me dieron el Premio Adolfo Llauradó, para jóvenes actores.

Me proponen después hacer Sueño de una noche de verano, en Estados Unidos, con Seth Panik; y fue una experiencia muy rara, porque decíamos todos los parlamentos en español y sin embargo solo nos presentamos en estados en los que se hablaba únicamente inglés, aunque frente a un público mayormente especializado, que ya conocía la obra.

Y hace unos meses, cuando se presentó la oportunidad de Chicago, Tony me ofreció el protagónico de Billy Flynn, con el cual yo no estuve muy de acuerdo, yo quería el Amos, a mí el abogado no me interesaba para nada.

¿Qué ha significado la compañía Mefisto Teatro para tu carrera?

En realidad mucho, porque de pronto me han impuesto cantar, bailar y actuar en una misma presentación. La primera obra en que me dijeron de pronto: oye, cantas y bailas, fue Cabaret y solo tenía un personaje de tres parlamentos.

Como aún estaba castigado desde Contradanza, me habían dado una sola escena en la obra. Un día el Maestro de Ceremonias no llegaba y el coreógrafo Iván Tenorio me dijo: Rayssel dale, sube y ensaya.

Yo lo hice, pero sin tomarlo en serio. Además Tony Díaz no estaba; pero me divertí mucho, parodiando en realidad lo que había visto. Iván se quedó fascinado y dijo: esto mismo quiero que lo hagas mañana con Tony aquí. Al director le gustó mucho y me dieron esa posibilidad. A partir de esa actuación vinieron propuestas en la televisión, trabajos que he tenido que rechazar, otras cosas que he hecho muy pequeñas hasta que llegó la serie que estoy grabando ahora.

¿Cómo es el trabajo con el maestro Tony Díaz?

Bastante extraño. Es un director que sabe todo el tiempo lo que quiere, pero hay que conocerlo. Yo creo que se pasa mucho trabajo cuando uno no conoce a Tony. No es una persona fácil de palabra. A pesar de que lo tiene todo en su cabeza, y muy claro además, no creo que siempre lo sepa explicar. Cuando trabajamos juntos, él me mira y ya sé lo que quiere, pero yo llevo muchos años en la compañía.

Él ve el espectáculo como un todo y es una persona muy preparada. Qué falta: la comunicación con el actor. Actualmente termina una presentación de Chicago y él nunca me dice si estuve bien, si fue una mejor o peor función, nada. Yo lo intuyo por las reacciones, por los aplausos. Es incómodo después de siete años que un director no te dé una nota al menos; pero bueno, uno se va adaptando a él.

¿Cuál ha sido el personaje más difícil y por qué?

Oscarito, el protagonista de Huevos. Es una historia que la gente de nuestra generación no conoce, o conoce a medias. Lo que pasó en los ´80 y la vuelta de esas personas en el ´94, en pleno Período Especial, está prácticamente borrada para la juventud. Sin embargo, la primera vez que la leímos era una comedia, y conocimos psicólogos y gente que nos hacía sus anécdotas hasta que aquello se convirtió en una gran tragedia.

Es la historia de una familia que se marcha del país en 1980, cuando el niño tenía once años y les caen a huevos en el barrio. Luego el muchacho regresa en el ´94 y lo primero que hace es llenarle el portal de huevos al responsable del mitin cuando se marcharon.

Entonces comencé a discutir mucho con Tony, porque él quería que el personaje volviera como un súper héroe, y yo no entendía eso.

Fui a muchos especialistas por mi cuenta y ellos me explicaron que lo que te sucede entre los ocho y los catorce años no se te olvida jamás, mucho menos un suceso tan fuerte. Por lo tanto, este tipo nunca hubiera podido llegar tan lejos, como lo describía Tony. Entonces lo imaginé como alguien muy radical, muy contestatario y fue la imagen que propuse, incluso hice el personaje con dreadlocks y barba, como un rapero de Brooklyn, por ejemplo.

El autor, Ulises Rodríguez, se me acercó y me dijo: me parece genial lo que estás haciendo y entonces habló con Tony Díaz y lo convenció. Si Oscarito hubiese sido un súper héroe no creo que la gente se fuera a identificar con él.

Fue una interpretación muy difícil, tenía que estar una hora y media en escena, sin salir, y todo el tiempo muy emocionado. Ha sido realmente lo que más trabajo me ha costado hacer y es en lo que mejor me he sentido.

¿Cuán difícil fue hacer el personaje de Diego, en Fresa y Chocolate con el referente de la versión cinematográfica?

Mira, yo vi la película muchas veces antes de hacer la obra y cuando comenzó el proceso del montaje, la vi otras más, y lo primero que me propuse fue hacer un personaje completamente diferente al Diego de Jorge Perugorría.

En ese momento me estaban pasando muchas cosas en mi vida personal, viajaba a Estados Unidos y me iba a reencontrar con familiares que no veía desde hacía muchos años, y esto lo incorporé al personaje. Además, tomé como referencia a Raúl Martín, un gran amigo mío que ha declarado públicamente su condición de homosexual, pero es muy clásico: toma su té todos los días a las tres de la tarde; y traté de vestirme como él, traté de hacer sus cosas. Creo que me fue bien, pero me quedé con ganas, porque solo pude hacer ocho funciones.

¿Cómo ha sido hacer teatro musical en Cuba?

Estamos en la tarea de tratar de rescatarlo, con escasos productos, poca escenografía, y tratamos de armarlo nosotros los actores. Ha sido difícil porque el público no tiene por qué saber que tú no le vas a poner cuarenta y cinco mil bombillos ni veintitrés plumas, y el teatro musical es así: tiene que ver con plumas, con lentejuelas y con luces; sin embargo estamos haciendo todo lo contrario porque no tenemos recursos para hacer otra cosa. Además, ahora mismo Mefisto está prácticamente solo en eso y es bastante complicado.

Hablando de teatro musical, ¿te interesa la música?

Muchísimo, incluso hice un casting para la voz líder del grupo Wena Onda. Fui para allá con tremenda locura y había algunos muchachos en el patio esperando para hacer la audición; allí hablaban de que habían estudiado en la escuela Manuel Saumell, que si do re mi fa sol y yo no entendía de eso. Fui pa´llá y le dije al director: qué hay que cantar..., y canté una canción de Habana Blues, me grabó y canté también Lola.

Bueno, el hombre me llamó a los dos días: el cantante eres tú, y yo le dije: no, no, para nada, estoy complicadísimo con Cabaret y mil cosas más. Aquello me interesó y no dudo que en algún momento pueda hacerlo, pero no, no, quiero actuar.

Has tenido un gran reconocimiento, a pesar de ser tan joven, por parte del público y de la crítica, ¿qué le ha aportado a tu carrera?

Ha sido importante, porque aunque Mefisto es un grupo reconocido, cuando uno va a hablar con directores de televisión o de cine, hay, no sé por qué, un rechazo hacia la compañía. Es increíble, pero es así. Sin embargo, puedes ser un actor de Carlos Díaz, de Raúl Martín, de Carlos Celdrán, bueno o malo, pero trabajas con esos directores y todo está bien.

Entonces la crítica y el reconocimiento del público me han avalado para hacer otras cosas. Yo no creo mucho en las críticas, mi abuela las colecciona, pero realmente no me interesan. Prefiero que me esperen allá afuera: oye qué bien tu trabajo... me parece mucho más importante que todo lo demás.

¿Cómo ha sido la experiencia en otros medios?

Yo trabajé en la película José Martí, el ojo del canario, con Fernando Pérez y también en Madrigal, y fue increíble, aunque no tuve personajes serios, siempre fueron pequeñas apariciones; pero la experiencia del cine es única; empezaré a disfrutarla ahora cuando grabe con Lester Hamlet.

La televisión no me gusta. Ahora mismo acabo de rechazar el protagónico de una telenovela porque es mucho tiempo de rodaje y es muy agotador. Sé que para mí sería una oportunidad espectacular, al hacer una novela mi trabajo llega a más público, pero en realidad no me gusta ese medio.

Nuevos proyectos...

La compañía va a montar Canción de Rachel,  y Tony me ofreció un buen personaje, pero aún no lo he aceptado. Además, debo comenzar a grabar a finales de este año o principios del próximo una película dirigida por Lester Hamlet, sobre la historia de un transformista cubano y yo soy algo así como el amor de su vida. La historia es intensa y muy violenta, y el director me hizo un casting muy riguroso. Estoy súper contento con esa oportunidad.

Pronto termino de grabar una serie para la televisión que se llama Adrenalina 360, en la cual interpreto el personaje antagónico.

¿Qué significa el teatro para Rayssel?

Ahora mismo, todo. Lo estoy haciendo por eso, porque a pesar de que me siento muy agotado por el trabajo en la serie, es lo que me gusta. Doy gracias a Dios que la gente viene y que el teatro está lleno, porque al final el reconocimiento del público es lo más importante para mí.

Maestro de Ceremonias, Cabare

Maestro de Ceremonias, Cabare

 Billy Flynn, en Chicago

Billy Flynn, en Chicago

Billy Flynn, en Chicago

Billy Flynn, en Chicago

Diego, en Fresa y Chocolate

Diego, en Fresa y Chocolate

Cabo, Plácido

Cabo, Plácido

Oscarito, en Huevos

Oscarito, en Huevos

Oscarito, en Huevos

Oscarito, en Huevos

Oscarito, en Huevos

Oscarito, en Huevos

Se han publicado 10 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Madeline Paz dijo:

    Tuve la oportunidad de apreciar la actuación de Rayssel Cruz en Cabaret y me impactó su dominio de escenario, su pulcra actuación, cuidadoso en sus gestos y movimientos, volaba sobre el tabloncillo, realmente impresionante, le auguro un futuro sobre las tablas sensacional, estoy segura que se inscribirá en la lista de los buenos actores de teatro. Gracias a Tony Díaz por reconquistar el teatro musical. Ojalá todos los cubanos pudierán apreciar sus maravillosas obras. Podría pensarse en extender las obras por otras sedes teatrales de Cuba. Éxitos Rayssel Cruz, vas por el camino de los grandes y larga vida creadora para Tony Díaz.

  • Andrea dijo:

    Me gusta muchísimo el teatro musical!!!Lástima que esté tan deprimido en la actualidad. Es bueno ver que permanenen, de todas maneras, proyectos y jóvenes que se empeñan en perpetuar esa parte del teatro que tanto nos identifica, felicidades a este joven actor!!!

  • Jose Luis dijo:

    Gracias Diana por traernos esta entrevista con este joven actor.
    Lo he visto en casi todas su obras y siento que cada día se crece más en escena.
    Muy bien en los musicales Cabaret y Chicago. Domina sus personajes con ese gran histrionismo que lo caracteriza.
    Que bueno que reviva el musical y que haya actores jóvenes como Rayssel que lo defiendan tan bién.
    Rayssel te deseo muchos éxitos en tu carrera!!!!!!!

  • jeny dijo:

    Rayssel es un exelente actor. He tenido oportunidad de ver su trabajo varias veces y estoy feliz por sus exitos. Maravillada y orgullosa con el, como artista y como persona.

    Te amo (tu esposa)

  • ceci dijo:

    RAYSSEL ERES LO MAXIMOOOO!!!!!

    LA CECI

  • Akieluz dijo: dijo:

    Leyendo me doy cuenta que tu carrera artística es maravillosa y eres un artista aún muy joven por lo que te esperan muchos logros, estoy encantada con lo que leí y te deseo muchos éxitos en el presente y futuro, y sé que tienes una linda familia que respeta y admira tu trabajo, una esposa súper Jennifer y una suegra maravillosa Marlene.
    con cariño quien desde te admira tu trabajo Akyeluz Nocach Zeñun.

  • Trabajadores de ETECSA dicen dijo:

    Enseguida que supimos fuimos para Cubadebate, era un artículo del esposo de Jennifer hija de Marlene nuestra querida compañera de trabajo, y un yerno tan joven y con un linda carrera pues como no escribirle algo si tenemos la oportunidad
    ¡¡¡¡¡FELICIDADES¡¡ y èxitos te desean todas las compañeras de Marlene desde el Centro de Negocio de Miramar Playa.
    DEPC

  • Akieluz dijo: dijo:

    Leyendo me doy cuenta que tu carrera artística es maravillosa y eres un artista aún muy joven por lo que te esperan muchos logros, estoy encantada con lo que leí y te deseo muchos éxitos en el presente y futuro, y sé que tienes una linda familia que respeta y admira tu trabajo, una esposa súper Jennifer y una suegra maravillosa Marlene.
    con cariño quien desde te admira tu trabajo
    Akyeluz Nocach Zeñun.

  • ETECSA dijo:

    FELICIDADES¡¡¡¡¡¡¡¡¡ te deseamos un futuro lleno de cosas lindas
    las compañeras de Marlene tu súper suegra

  • Ruandi Gongora dijo:

    Felicitaciones a Rayssel, tambien me estoy formando como actor y sinceramente le digo que es uno de los actores jovenes mas prometedores de todas estas nuevas generaciones que se han dado a conocer en los años más recientes. Pude apreciar su trabajo en Fresa y Chocolate y en Chicago y fue memorable.Un saludo de un colega, esperare tu actuación en la nueva serie televisiva, en donde se que nos volveras a entregar todo el talento que llevas contigo. Buena Suerte, bro.

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