La noche del 31 de diciembre siempre es motivo para encontrarse con la familia y los amigos, y el 2009 no fue excepción. Personas de todo el mundo se reunieron en grupos para celebrar la llegada del año 2010.
Mucha emoción llenó el momento de las 12 campanadas que anunciaba la puerta abierta del nuevo año. Se vieron multitudes, fuegos artificiales, aplausos y la cuenta atrás hasta la medianoche.
El 2010 es el año del tigre en el zodiaco chino, lo que significa un año de valentía y coraje.
Recogidas aquí algunas fotografías de personas y varias ciudades del mundo que acogieron el año nuevo de maneras diferentes, aunque con un factor común, alegría.
Con luces de bengala se le enseña a los niños cómo escribir "2010", durante la celebración la víspera de Año Nuevo en Manila el 31 de diciembre de 2009. (Romeo GACAD / AFP / Getty Images)
Fuegos artificiales estallan al lado de la estrella London Eye y las Casas del Parlamento Europeo sobre el río Támesis durante las celebraciones de Año Nuevo en Londres, 1 de enero 2010. (REUTERS / Toby Melville)
Tradición en el último día del año para ahuyentar a los espíritus malignos, en Zevenhuizen en los Países Bajos el 31 de diciembre de 2009. (VINCENT Jannink / AFP / Getty Images)
En esta foto tomada Jueves, 31 de diciembre 2009, los residentes se preparan para lanzar una linterna en Chengdu en la provincia suroccidental china de Sichuan. (AP Photo)
Fuegos artificiales de Año Nuevo en el puerto de Sydney. Salen de seis barcazas tres horas antes de la medianoche, el 31 de diciembre de 2009. Más de 1,5 millones de habitantes de Sydney y los turistas se asoman para ver la pirotecnia con más de 120 000 cohetes que inaguran el Día de Año Nuevo. (Krystle WRIGHT / AFP / Getty Images)
Fuegos artificiales estallan cerca de las Torres Gemelas en Malasia durante los festejos de Año Nuevo 2010 en Kuala Lumpur el 1 de enero de 2010. (Saeed Khan / AFP / Getty Images)
Fuegos artificiales iluminan el cielo del centro de Beirut en Año Nuevo, el 1 de enero de 2010. (ANWAR AMRO / AFP / Getty Images)
Brindis bajo fuegos artificiales en el distrito de Kreuzberg de Berlín para celebrar el Año Nuevo el 1 de enero de 2010. (Timur EMEK / AFP / Getty Images)
La gente mira los fuegos artificiales de Año Nuevo en la plaza de San Marcos de Venecia, inundada por agua, la madrugada del viernes, 1 de enero de 2010. (AP Photo / Luigi Costantini)
Fuegos artificiales explotan sobre la escultura ecuestre de la Puerta de Brandenburgo, en la celebración del año nuevo el 1 de enero de 2010 en Berlín, Alemania. (Miguel Villagrán / Getty Images)
Los rusos celebran el Año Nuevo en la Plaza Roja de Moscú, con el Kremlin a la derecha, y la catedral de San Basilio a la izquierda, Viernes, 1 de enero 2010. Decenas de miles de personas se congregaron en la plaza para celebrar el año nuevo, y ver los fuegos artificiales, cuando el reloj de la torre del Kremlin dio la medianoche. (Foto AP / Mikhail Metzel)
Juerguistas disfrazados de corredores del Festival de San Fermín durante las celebraciones del Año Nuevo en Coin, cerca de la ciudad española de Málaga, el 1 de enero de 2010. (REUTERS / Jon Nazca)
400 focos iluminan la Torre Eiffel durante la víspera del Año Nuevo en París, Francia, el Jueves, 31 de diciembre 2009. (AP Photo / Michel Euler)
Fuegos artificiales explotan en el centro de Yakarta, en Indonesia, el viernes, 1 de enero de 2010. (Foto AP / Achmad Ibrahim)
Alrededor de dos millones de personas observan los fuegos artificiales de la playa de Copacabana en Río de Janeiro, Brasil, para celebrar el comienzo de año nuevo, 2010. (GABRIEL LOPES / AFP / Getty Images)
Fuegos artificiales junto a la torre de la Space Needle en el centro de Seattle, Washington. Imágenes del viernes, 1 de enero 2009. (AP Photo / The Seattle Times, Cliff Despeaux)
Fuegos artificiales iluminan el cielo frente a volcán Mayon durante las celebraciones de Año Nuevo en la ciudad de Legazpi, la provincia de Albay, al sur de Manila, 1 de enero 2010. El Volcán Mayon, conocido por su forma de cono casi perfecta, ha estado escupiendo cenizas, barro en llamas y piedras por más de dos semanas. (REUTERS / Romeo Ranoco)
Con información de Boston.com