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¿El discurso o el recurso del método?

Imagen ilustrativa: Getty Images.

Este artículo no va de un análisis de ambos textos, solo pretendo apoyarme en la tesis que defienden sus autores, para invitar a los que dirigen a que mediten en algunas ideas que, según mi experiencia, pueden ser útiles.

Si usted tiene huevos, aceite, sal, un sartén y una hornilla, puede preparar: a) huevo frito, b) tortilla, c) revoltillo. ¿Qué define si obtiene un plato u otro?, el MÉTODO de elaboración.

Con este ejemplo busco ilustrar la importancia de elegir el método adecuado, para obtener el resultado buscado. Es necesario establecer una relación precisa entre el “qué” y el “cómo”. Primero debo definir con precisión el problema y tener claridad de qué quiero lograr, después, elegir el método correcto. Los cubanos somos expertos en saber (decir) qué hay que hacer, pero el problema radica en el cómo hacerlo, ahí es donde nos trabamos. 

Este tema es importante para todo en la vida, en cualquier esfera o actividad que usted desempeñe, el método empleado decide en gran medida el éxito o no de cualquier tarea que se acometa.

Quiero profundizar en la importancia del método para los que dirigen, los que tienen la misión de conducir un colectivo al logro de los objetivos de una organización. Esta es la idea principal de este trabajo, hacer una invitación a pensar en la importancia del método para dirigir una organización o un colectivo.

¿Cuál es la misión del que dirige?, “Hacer-hacer”, es decir, su tarea consiste en que cada miembro de la organización cumpla sus funciones, para lograr los resultados que tiene previstos alcanzar. No encuentro un mejor ejemplo que el director de un equipo de pelota, él no juega ninguna posición ni batea, él dirige. Y no es lo mismo se pelotero que ser director de un equipo de pelota, esa es una de las razones por las que hay muy buenos peloteros que no han sido buenos directores de equipo, porque les ha faltado el método. No basta con saber qué hacer, hace falta saber cómo hacerlo.

Quiero apoyarme en la obra de dos grandes, para que nos ayuden a reflexionar en este tema, uno es Descartes, y el otro nuestro Carpentier.

Descartes en su obra “Discurso del método”, pone énfasis en la razón y el intelecto más que en la emoción o la imaginación, contrapone el racionalismo al empirismo (la fuente principal del conocimiento es la experiencia). Escribe Descartes: “Siempre he tenido un extremo deseo de aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, para poder ver con claridad en todo lo que hago, y para marchar con confianza por la vida”. Su primera certidumbre es: “Pienso, luego existo”.

Por su parte, Carpentier expresa sobre su obra “El recurso del método”: “es un simple juego de palabras sobre el Discurso del método de Descartes (….), los capítulos aparecen enlazados por citas del gran filósofo francés que vienen a justificar arbitrariamente los actos de personas totalmente anticartesianas, porque no hay nada más anticartesiano que el continente latinoamericano, su mentalidad y su trayectoria histórica. Por tanto, se trata de un simple juego de palabras. El dictador personaje central de mi novela, recurre siempre a un método que consiste en no tener ninguno”.

Y usted, lector, ¿dirige con el discurso o con el recurso del método?

Yo he intentado dirigir siempre con el Discurso de Método, aunque a veces no me haya sido posible lograrlo (en ocasiones no te dejan), pero lo sigo intentando, por eso quiero resumir mi experiencia en algo que pudieran ser algunas de mis ideas básicas sobre la dirección:

No espero que coincidamos, somos cubanos, pero si debatimos sobre estas ideas, logré el objetivo.