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Robo y venta ilegal de medicamentos: Los dolores del alma

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Cada vez más las redes sociales se usan para la venta de medicamentos. Caricatura: Martirena.

Hay dolencias que desaparecen con una pastilla. Existen otras, más obstinadas, que necesitan varios golpes de la medicina para abandonar un cuerpo. Algunas jamás dicen adiós; otras solo llegan para provocar la muerte. Para cada una de ellas hay medicamentos que salvan, alivian. Esta es su historia, pero llega en sentido inverso. Es un relato de esas medicinas que faltan porque otros decidieron ponerle precio al consuelo del alma.

Ya sea a través de redes sociales o en plena calle, la venta ilegal de medicamentos es un tema que no escapa a las preocupaciones populares. Aunque no es un fenómeno que apareció con la COVID-19, sí se ha profundizado en medio del actual escenario epidemiológico. En tal sentido, merece una mirada atenta a la hora de buscar claves sobre la realidad nacional.

Analizar el asunto parte de una gran verdad: la insuficiente capacidad del país para responder a toda la demanda, ya sea por las limitaciones de la industria nacional o por las restricciones que impone el bloqueo norteamericano a la Isla. Esos temas dan espacio para varios reportajes. Pero más allá de ellos también existen esfuerzos nacionales por revitalizar la producción, por acortar brechas entre los enfermos y sus tratamientos.

Y justo en el medio surgen las dudas que retumban una y otra vez. ¿Qué grietas permiten el robo y la reventa de medicinas? ¿Son eficientes los mecanismos para controlar los productos? ¿Existe impunidad para un fenómeno lacerante e inhumano? ¿Cómo hacer para optimizar los recursos que sí están disponibles? Las respuestas están dispersas en la larga ruta de los medicamentos en Cuba.

Ramón, el comprador

A la izquierda, uno de los grupos dedicados a intercambiar medicamentos. A la derecha, un mensaje con una amplia oferta de medicinas puestas en venta.

“Yo no tenía los 6 mil pesos que me costaba por la calle un tratamiento completo de Meropenem, pero los completé pidiéndole el dinero a un amigo” —dice Ramón Silva desde el sillón donde le vigila el sueño a su padre—.

“Antes en el hospital de campaña a papi le pusieron Rosefín, pero no respondía a ese antibiótico y no tenían otro disponible. Me sugirieron esperar a ver si entraba alguno diferente en los próximos envíos o resolverlo en otro lugar para no perder tiempo e ir adelantando con el tratamiento”, agrega con una dosis de asombro y pena.

Aun así, Ramón prefiere mirar el lado bueno que le han traído las redes sociales. “Hay grupos en Facebook o Telegram que, lejos de servir para el negocio, han ayudado cantidad en medio de esta situación, porque unen a personas que intercambian medicamentos y no cobran un centavo. Pero hasta en ellos uno a veces ve cómo llegan personas a proponer medicinas a precios altísimos. Esos son los verdaderos inhumanos”.

Ramón sabe que no todo lo que existe en venta sale de instituciones estatales, sino que una buena parte llega del exterior. No le importa si es ilegal o no. “He visto tratamientos de antibióticos en 28 mil pesos. He visto vendedores que además de las medicinas te recuerdan lo importante que es su oferta para la vida de una persona. He visto a médicos que no tienen más opción que sugerir el mercado negro. ¡Y eso duele mucho, a ellos y a mí!”

Almacenar esperanza

En los almacenes centrales de ENCOMED en Villa Clara se cuenta el cien por ciento de losproductos de mayor demanda. Foto: Yunier Sifonte/Cubadebate.

En los almacenes centrales de la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (EMCOMED) de Villa Clara el movimiento es constante. Ya sea para descargar y recepcionar la nueva mercancía, ubicarla dentro de las grandes naves o fraccionarla para que llegue a decenas de hospitales, policlínicos o farmacias, varias manos asumen una alta responsabilidad en el control de los productos.

En medio de tantas escaseces, Carlos Eduardo Rodríguez Lamas reconoce enseguida la importancia del control. A sus 28 años es dependiente en una de las naves que guarda los productos de mayor demanda, como algunos antibióticos, el nasalferón o las propias vacunas contra la COVID-19.

Según dice, es muy difícil robar medicamentos en estos lugares, porque al final del día se cuenta el cien por ciento del inventario y se chequean todos los movimientos. A su vez, cada operario se hace responsable de lo que envía hacia otra área. “Todos los lotes van firmados por quien lo despachó —explica— y si hay un faltante es muy fácil detectar quién manipuló los paquetes”.

A simple vista la medida parece eficiente. Quizás por eso es una de las normas que se repiten en cada punto de la amplia cadena, desde que los laboratorios envían los medicamentos hasta que salen del almacén hacia farmacias o centros de salud.

El cien por ciento de los productos de alta prioridad son pesados y contados en el momento de la recepción, mientras que para el resto se realizan muestreos aleatorios con el objetivo de detectar irregularidades.

Gracias a esos mecanismos los operarios encontraron hace muy poco un faltante de más de cien blísteres de azitromicina durante el proceso de recepción. Las cajas llegaron aparentemente sin problemas, pero varias de ellas estaban vacías por dentro. A todas luces el “fallo” ocurrió a la hora de embalar el producto en los laboratorios encargados de producirlo.

Cada operario firma los lotes que maneja. Foto: Yunier Sifonte/Cubadebate.

El ejemplo es apenas una muestra de cuántos puntos oscuros puede tener el robo de medicamentos. No obstante, para Roslán García Montes de Oca, inspector de la Agencia de Supervisión e Inspección de Carga (ASIC), sí existe control de los recursos y los procesos es sumamente difícil encontrar desvíos de medicinas hacia el mercado negro.

Él llegó en junio de este año a los almacenes de EMCOMED para auditar el trasiego de medicamentos, justamente cuando el alza de casos de COVID-19 en Villa Clara comenzaba a tensar hospitales, centros de aislamiento y también los anaqueles de farmacias y los de la propia entidad logística.

Desde entonces asegura que ha encontrado buenas prácticas, pero reconoce que no puede responder por lo que sucede puertas afuera. “Mi función aquí —reafirma— es garantizar que de los almacenes salgan las cantidades asignadas a cada entidad”.

Sin embargo, ¿qué podría suceder si los encargados del transporte pactan con quienes reciben el producto en el destino final? ¿Pueden en esos sitios recibir una cantidad y reportar otra? ¿Se desvían los medicamentos en la carretera?

Luis Alberto Gómez Rodríguez, el director de EMCOMED en Villa Clara, no puede responder a ciencia cierta cada interrogante, pero asegura que de las 20 mil acciones de despacho que cada mes realiza su entidad, solo reciben entre 20 y 30 reclamaciones comerciales.

“Sobre faltantes o sobrantes de productos solo tenemos entre seis y siete —precisa—, porque el resto tiene que ver con problemas de calidad, embalaje o errores en la distribución. En el caso de los choferes, nunca saben a ciencia cierta hacia dónde van hasta casi el momento de la distribución”.

De igual manera, aclara que los clientes tienen un plazo de tres días para reportar cualquier incidencia con las entregas. En esos casos cada informe llega a un centro de control que funciona las 24 horas encargado de analizar y depurar responsabilidades para ofrecer una respuesta. Hasta el momento —considera— los protocolos demuestran eficiencia.

“Aquí tenemos un sistema digitalizado, pero no automatizado, que garantiza el control de los medicamentos hasta el destino final, porque ofrece una trazabilidad por lotes y productos. Al final del día el submayor de inventarios debe coincidir con el conteo físico. No obstante, estamos conscientes que ningún proceso es infalible”.

¿Qué pasa en las farmacias?

Desde los lmacenes centrales salen los medicamentos hacia las farmacias. Foto: Yunier Sifonte/Cubadebate.

Las particularidades y los métodos de control de EMCOMED le interesan poco a Isabel Valdivia, un ama de casa que lleva cuatro horas en las afueras de la farmacia y aun no sabe si alcanzará trifluoperazina, uno de los medicamentos que no le pueden faltar a su madre para controlar sus problemas nerviosos.

Ella sabe que el producto está en el cargamento que hace poco llegó hasta una de las farmacias de Santa Clara. Isabel lee nombre de lo que busca en la improvisada pizarra informativa colgada en el portal del establecimiento, señala a las personas que tiene delante, saca cuentas que a ratos parecen malabares de la mente. Y en medio de todo, no puede obviar el miedo y la incertidumbre.

“Supongo que esta vez pueda alcanzar, porque no todos los que están delante en la cola necesitan este medicamento. Pero uno nunca sabe de verdad hasta que no llega al mostrador”, asegura. Hace una semana Isabel se marchó de la farmacia con las manos vacías, aunque jura una y otra vez que debería haberse ido satisfecha.

Como ella, otros clientes también especulan sobre tablillas informativas con menos cantidad de medicamentos que lo real, o en el mejor de los casos sobre despachos por debajo de lo anotado en el vale de venta.

A esas quejas se sumaron recientemente las que llegaron a la televisión provincial de Villa Clara mientras se transmitía un programa sobre el robo de medicamentos. Entonces las personas también cuestionaban por qué no se controla a quienes compran grandes cantidades de medicinas o lo hacen de manera reiterada.

Una investigación publicada hace poco más de un mes en el periódico Girón, de Matanzas, detectó problemas similares en ese territorio y demostró que el asunto no es autóctono de Villa Clara. Otros territorios del país tienen contextos similares.

Junto a esas irregularidades, el equipo de reporteros de Girón también halló deficiencias en el completamiento de la información personal en las recetas médicas, la omisión de la cantidad de productos vendidos y el despacho de una cantidad excesiva de medicamentos para un tratamiento.

No obstante, para el Dr. Orlando Álvarez Núñez, director de la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas de Villa Clara, incongruencias como esas no son comunes en los 174 establecimientos farmacéuticos de la provincia. Aun así, reconoce que el robo de medicamentos es un asunto que “ni en los buenos momentos hemos logrado erradicar al cien por ciento”.

En cualquier debate sobre el asunto no puede faltar un argumento en torno a la disponibilidad de productos para satisfacer la demanda, a la postre el aspecto clave a la hora de buscar los porqués.

Mientras Orlando habla sostiene un grupo de papeles que le sirven de guía y revelan un dato esclarecedor: justo en ese momento las farmacias de Villa Clara operan con 132 productos en falta, el 49 por ciento del cuadro básico. En el caso de los medicamentos controlados, no cuentan con la cuarta parte de los 85 registrados bajo esa categoría.

Aunque el director de la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas aclara que esos números varían casi a diario en correspondencia con los esfuerzos del país para surtir las estanterías, asegura que esas ausencias son el principal incentivo para la mayoría de los delitos.

Entre las acciones para reducirlos en medio de este panorama, recalca la necesidad de la transparencia en las informaciones, los chequeos a los establecimientos y los vínculos con la Vicedirección de Asistencia Médica de la Dirección Provincial de Salud para garantizar una prescripción médica que no malgaste recursos.  

Gracias a esa interrelación, por ejemplo, está prohibida la presencia de doctores con talonarios de recetas en las farmacias, uno de los problemas detectados en inspecciones conjuntas.

A su vez, pone como ejemplo la separación de los trabajadores luego que uno de esos chequeos detectara un faltante de cinco azitromicinas. Sin embargo, una golondrina no hace verano y esos números son tremendamente escasos frente a una realidad mucho más compleja.

Bien lo sabe el Mayor Yurelky Acebo Herrera, uno de los oficiales del Ministerio del Interior vinculado a estos temas en Villa Clara. Según dijo durante su comparecencia en la televisión provincial, tienen identificadas a varias personas que una y otra vez rondan las farmacias para adquirir medicamentos. “Si se demuestra que revenden los productos —asegura— pueden incurrir en un delito de actividad económica ilícita, pero eso hay que probarlo”.

“Necesitamos la denuncia y el aporte de la población para poder actuar. Hasta tanto no se demuestre el hecho delictivo, adoptamos con estas personas un trabajo profiláctico para evitar que continúen con conductas que pueden derivar en un incumplimiento de la ley. El objetivo es que llegue a la cola el que necesita el medicamento y lo reciba en la cantidad indicada”, explica.

Enrique, el vendedor

Como bien dice Enrique, "aquí no se pregunta mucho".

“Yo vendo medicinas sencillamente porque a la gente le hacen falta —dice sin mucho preámbulo Enrique, escudado detrás del nombre que decidió usar en su cuenta de Telegram para llevar adelante el negocio—. En esto juega mucho la necesidad de las personas”, agrega como si fuera el mejor estudioso de un mercado que él sabe más grande desde hace meses.

“Unas veces tengo y propongo los medicamentos que me caen, aunque casi siempre en los grupos de Internet encuentro anuncios buscando algo. A esas personas les escribo y si les conviene cuadramos el precio, o si hago domicilio o no. Otras veces me contactan a mí porque ven lo que tengo. Aquí no se pregunta mucho”.

Varios de los precios que Enrique pone a sus medicamentos llegan hasta cuatro cifras. “Los antibióticos son caros —reconoce— porque esto del coronavirus los ha puesto así. Hay gente que los compra para tenerlos en la casa y usarlos con algún enfermo, pero hay otros que lo hacen porque la escasez es una realidad”.

Enrique es, aun detrás de cuentas falsas en redes sociales, respuestas evasivas y razonamientos en apariencia sencillos, el rostro de un fenómeno complejo que extiende sus raíces al interior de una larga cadena y daña en lo más profundo del ser humano.

En zona roja

Los medicamentos para enfrentar la COVID-19 están entre los más cotizados. Foto: Yunier Sifonte/Cubadebate.

Ya lo dicen las estadísticas: los hospitales y centros asistenciales se erigen en puntos neurálgicos para desenredar el entuerto del robo y venta de medicamentos. No lo son porque tengan relación directa con una parte importante de los casos procesados, sino también porque sus alrededores son escenario de otra cantidad importante de hechos vinculados a personas que llegan allí para proponer su mercancía.

Uno de ellos, por ejemplo, implicó la detección de una persona que desde las áreas exteriores de una institución sanitaria vendía bulbos de Rosefín a través de las redes sociales. Otra investigación encontró a un vendedor encargado de ofertar más de 25 tipos de medicamentos que un enfermero robaba de un centro de aislamiento para pacientes con COVID-19. Una tercera pesquisa halló 124 mil pesos acumulados en una vivienda gracias al lucrativo negocio.

Según dijo a Telecubanacán el Capitán Pedro Toledo Rodríguez, primer oficial de la Dirección Técnica de Investigaciones Económicas de Villa Clara, hasta el momento en los hechos detectados se ocuparon más de 80 medicamentos e insumos médicos.

Además de los antibióticos y otros productos de alta demanda, también aparecen otros como hilos de sutura, puntas de estomatología o jalea de ultrasonido. En las redes sociales no es extraño encontrar anuncios de termómetros, test de embarazo o para detectar la COVID-19.

Aquí y allá los casos tienen varios denominadores comunes: la violación de los mecanismos de control, la falta de exigencia y la ausencia o tergiversación de datos tanto en tarjetas de almacén, farmacias, recetas médicas o historias clínicas.

Para el Dr. Víctor Rolando Cañizares Pérez, Jefe del Departamento de Medicamentos y Tecnologías Médicas de la Dirección Provincial de Salud en Villa Clara, cada uno de esos elementos son puntos claves para entender el asunto. Sin embargo, no olvida una de las esencias repetidas ya por otros: los abastecimientos.

De acuerdo a su explicación, a inicios de año cada provincia realiza su demanda de medicamentos al Ministerio de Salud Pública. Es una cantidad de insumos que ahora ve afectaciones por dos causas esenciales: el alza de casos positivos al nuevo coronavirus y las afectaciones que provoca el bloqueo de Estados Unidos para adquirir tanto materias primas como medicinas ya terminadas.

“Tenemos que comprar muchas veces en mercados indios o chinos, lo cual encarece los costos tanto del producto en sí como de la transportación. Además, esa misma lejanía provoca que un medicamento demore meses para llegar al país justo en el momento en que más se necesitan. En los últimos meses los mayores impactos estuvieron en los analgésicos, los antibióticos, los antipiréticos y los antiinflamatorios”, explica.

Sin embargo, en medio de ese difícil panorama resulta todavía más lógico controlar al detalle cada pastilla y cada inyección. Y justo ahí se acrecientan los problemas. Según dice, en cada institución existen los protocolos para hacerlo, así como los mecanismos para evaluar su cumplimiento, tanto en las unidades asistenciales de salud como en las farmacias existentes en las comunidades.

En el primero de esos escenarios, compuesto por más de 900 instituciones entre hospitales, policlínicos, consultorios médicos, hogares maternos o para la atención al adulto mayor, la norma exige seguir toda la ruta del medicamento.

La idea es saber qué ocurre desde la entrada al almacén hasta su uso por el paciente, lo cual incluye chequear la receta y la historia clínica, los expedientes para el empleo de antibióticos e indagar con el enfermo si realmente recibió el tratamiento. En el papel el protocolo luce casi invulnerable.

“En el caso de las farmacias —asegura Víctor Rolando Cañizares— se chequea el duplicado de las tarjetas de medicamentos controlados, así como las existencias en almacenes y los vales de ventas”. Esas inspecciones —agrega— deben ocurrir de forma constante durante todo el año. No obstante, la realidad pone en tela de juicio esos mecanismos y parece obligar a fortalecer otros.

De acuerdo al propio Jefe del Departamento de Medicamentos y Tecnologías Médicas de la Dirección Provincial de Salud en Villa Clara, entre las principales incidencias detectadas aparecen errores a la hora de escribir la indicación del medicamento en la historia clínica, dificultades en la recepción en los almacenes, tratamientos incompletos, recetas confeccionadas por solicitud del paciente o incluso la pérdida de los talonarios.

“En cada uno de esos elementos hay inspecciones sin la frecuencia adecuada o que ocurren sin verdaderamente profundizar en el control de los medicamentos —reconoce el directivo—. En cada lugar deficiente adoptamos medidas tanto administrativas como de organización para corregir los problemas, mientras que socializamos las buenas experiencias vistas en otras entidades”.

¿Responder ante la justicia?

Muchos de los productos puestos en venta son de producción nacional.

Cuando se habla del robo o la venta de medicamentos en el mercado informal varias preguntan surgen en el ambiente. ¿Acaso las limitaciones de la industria nacional son la única causa? ¿Qué rol tienen el descontrol y la falta de vigilancia en algunas administraciones? ¿Cómo enfrentar un fenómeno que lacera y le pone precio a la salud y a la vida?

En medio de tantas preguntas, Yumileisy Sabina Cabello aporta algunas respuestas. Ella es fiscal y pertenece al Departamento de Procesos Penales de la Fiscalía Provincial de Villa Clara, una de las instituciones encargadas de cerrarle las brechas a un fenómeno triste y peligroso.

Según dice, una vez realizada la correspondiente denuncia el órgano desempeña un papel clave en el control del proceso investigativo. “En medio del actual contexto epidemiológico es fundamental la prontitud en la revisión de cada proceso, para en base a ello ejercer la acción penal y poner los casos a disposición de los tribunales”, asegura.

En el actual año el trabajo del equipo de fiscales no ha sido sencillo. Solo hasta mediados de septiembre la Fiscalía Provincial de Villa Clara acumulaba 33 procesos penales relacionados a la sustracción de medicamentos y el desvío de materiales de curación, una de las aristas menos visibilizadas del asunto. A su vez, dos de esas investigaciones se relacionan con la venta de oxígeno medicinal.

Para Eraida Rojas, una santaclareña que hace poco más de un mes perdió a su madre luego de complicaciones originadas por la COVID-19, esos números deberían crecer todavía más. No obstante, indican que el camino está abierto.

Ella aun recuerda los 20 mil pesos que le pidieron por un botellón de oxígeno, justo cuando el país se debatía en superar la crisis por los bajos niveles de producción y la alta demanda en hospitales y centros de aislamiento. Mientras otras muchas personas pusieron por delante su inventiva para que el gas medicinal llegara a más personas, ella debió pagar.

“Lo hice por desesperación y necesidad. En el hospital había un poco y se compartía, pero no alcanzaba para sostener los altos volúmenes que necesitaban algunos pacientes. Entonces una persona se me acercó y me propuso aquello. Pagué sin pensarlo mucho y casi enseguida tuve un cilindro. No sé ni averigüé de dónde salió, si estaba lleno o por la mitad. En esos momentos los inescrupulosos viven del dolor ajeno”, cuenta con tristeza.

En la Fiscalía Provincial de Villa Clara conocen muy bien estos asuntos. De hecho, según Yumileisy Sabina, entre las principales tipicidades delictivas en que incurren los acusados en estos hechos aparecen la actividad económica ilícita, la apropiación indebida, la malversación y la falsificación de documentos. En ocho casos los implicados utilizaron las redes sociales para conseguir sus propósitos.

“También detectamos varias personas que viajan al exterior y traen medicinas para venderlas luego en el mercado informal. En estos casos igualmente incurren en un delito, porque esa importación está permitida para uso personal, pero no con fines comerciales”, explica.

Cuando habla de números y estadísticas, la joven fiscal no obvia un detalle importante: hasta el momento las instituciones sanitarias y los centros de aislamiento creados para pacientes afectados por la COVID-19 aparecen entre los lugares más vulnerables para cometer estos delitos. A su vez, comenta otro dato esclarecedor: 20 de las 51 personas implicadas en hechos de robo y venta ilegal de medicamentos laboran en el sector de la salud.

Específicamente para estos casos, así como para otros relacionados con instituciones estatales, la joven fiscal recuerda el papel que deben jugar los directores y administrativos en el control de los recursos.

“Ellos tienen la responsabilidad de velar por la seguridad de esas medicinas e insumos. En dependencia de las causas y condiciones, incluso pudiéramos estar en presencia de un delito por el incumplimiento del deber de preservar bienes en entidades económicas”, asegura.

A nombre de la institución que representa, Yumileisy Sabina explica que la situación epidemiológica del país también obliga a ser ágiles en el enfrentamiento a estos hechos. De tal forma, 26 de los 33 procesos penales se corresponden con delitos de competencia de los tribunales municipales populares, sancionables hasta con un año de privación de libertad o multas de hasta 300 cuotas o ambas.

En estos casos la Ley prevé plazos de hasta 20 días para la presentación por el Fiscal al órgano jurisdiccional, “aunque eso no significa obviar las normas del debido proceso, así como el respeto a los derechos de los acusados”, asegura.

“Aun cuando se trata de un proceso que acorta los términos, sí garantizamos la participación del fiscal en el acto del juicio oral donde cada ciudadano implicado tiene derecho a nombrar un abogado y proponer las pruebas que considere pertinentes para su defensa. El objetivo siempre será la justeza de lo que hagamos”, concluye.

Ya sea en el caso de los medicamentos de producción nacional o en aquellos traídos del exterior, la venta de medicamentos en el mercado negro tiene un gran origen: las limitaciones de la industria cubana para cumplir las demandas y las necesidades que impone recobrar la salud y en muchos casos evitar la muerte. Como ocurre en muchas otras esferas, todo lo demás parte de esa causa compartida.

Sin embargo, y justamente por esas estrecheces provocadas por el crecimiento de la demanda, la redirección de recursos para atender la COVID-19 y el bloqueo estadounidense, es tan relevante el control sobre los medicamentos disponibles. Podría analizarse cómo mejorar la producción criolla, la conveniencia o no de habilitar la importación con fines comerciales o incluso la importancia de una organización más eficiente.

Pero mientras tanto, lo que sí debería quedar claro es que, en medio de todas las escaseces, cada falla en una cadena larga y diversa, cada irresponsabilidad de directivos y administradores, cada reventa en el mercado negro, es una derrota para el respeto y la vida.

Se han publicado 249 comentarios



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  • JorgeSS dijo:

    Ya va siendo hora de dar el ejemplo, pero uno con los de verdad. A ver si frenan y lo piensan dos veces,al menos hasta que se olviden.

  • dag dijo:

    ........de esas medicinas que faltan porque otros decidieron ponerle precio ........ EN SERIO?. DECIDI NI LEER MAS!!!.
    revender para nada es bueno ni legal ni humano.......pero lo real es que si alguien logra revender es porque hay escasez, falta, desabastecimiento, y para nada provoca la escasez que estamos viviendo.

  • Nelliet Vega dijo:

    El problema es que pasa con los medicamentos lo mismo que con los demás productos,las personas que trabajan,no pueden estar cuando entra el pedido en las farmacias y se ven obligadas a comprarle al revendedor,al precio que pongan que por lo general es bastante abisivo con ello,

  • Nelliet Vega dijo:

    El problema es que pasa con los medicamentos lo mismo que con los demás productos,las personas que trabajan,no pueden estar cuando entra el pedido en las farmacias y se ven obligadas a comprarle al revendedor,al precio que pongan que por lo general es bastante abusivo con ello,

  • Nelson dijo:

    Realmente es decepcionante ver estas manifestaciones de lucro en Cuba donde se ha practicado tanto la solidaridad y hay que luchar contra eso primero detestando estás prácticas y segundo tomar las medidas de control efectivas porque conozco los mecanismos de control en Cuba que es tener bien los papeles y los productos no se chequean y también resolviendo agilidad en la ayuda exterior mis hijos desde España me enviaron medicamentos para toda la familia y vecinos que necesiten desde principio de agosto y todavía no han llegado y pagaron desde los medicamentos hasta la entrega en la casa y eso desestimula la ayuda que puedan dar hay que tener más resultados y quitar a los que no lo puedan lograr

  • Ma. Teresa Bringuier Prado dijo:

    Hay que ver que todavía somos compasivos y con la salud y la vida hay que ser implacable, que es eso de un año cuando se lucra con la vida, hay que aplicar sanciones ejemplarizantes, hasta cuándo vamos a permitir que vivan y lucren a costa del dolor, mano dura a grandes males grandes remedios.

    • Elemental dijo:

      Elemental Watson! Hasta que haya suficiente oferta como para que no haga falta re-vender ni comprarle a los re-vendedores. No existe otra forma ni mecanismo celestial.

  • El Cundi dijo:

    Dijo el mas grande Maestro del alma, que por suerte es nuestro Jose Marti,(La escaces en ocaciones saca a flote, los mas genuinasy mezquinas micerias humanas)concidero que hemos llegado a esta situacion, y las otras que concemos, por la blandengueria que se ha enrraizado cual mala hierva en la sociedad, a la hora de sancionar acciones como estas, me pregunto ¿Es que acaso no sabemos quienes coponen la cadena, de aquellos que sin el mas minimo escrupulo o sentimiento actuan solapados, odviando todo beneficio que esta Revolucion, de ha dado a el y su familia?, aqui como dice el dicho todo se sabe y cuando se quiere enfrentar cualquier situacion se hace,o es que no se recuerda cuando los sucesos de Tarara, como todo el pueblo se volco a la busqueda de todos los asesinos, nada, llego el momento de actuar sin tembleque en la mente ni en el brazo, y al que le toque 20 o 30 años, bien venido sea,y si es la pena capital mejor, asi el mal se extirpa de raiz,recientemente en la tienda de TRD llamada LA CASONA de la Lisa se oferto detergente en polvo, en formato de 7.5 kg a $330 MN, al final del dia un control sorpresivo detecto, que se guardaban por todos los trabajadores incluyendo al Gerante 57 bolsas, y ¿que paso? le pusieron un multa de $ 8000 pesos y continuaron laborando en la tienda, como si nada hubiera pasado,¿Porque a parte de la multa que deberia de ver sido, de no menos de $15000 pesos,no se botaron del sistema con una publicacion con los nombres y las fotos en todas las redes sociales, el NTV, y cuanto medio de informacion existente en nuestro pais,cuando eso se haga asi,vermos entonces como esos carentes de alma y sentimientos, se miden mas a la hora de actuar.El mal a mi modo de ver en todos los sentidos, lo ha exaservado el llamado consepto de IGUALDAD, y olvidamos que no es lo mismo IGUALDAD, que IGUALITARISMO, reitero apliquemos el consepto de REVOLUCION que refiere en sus esencia CAMBIAR TODO LO QUE DEBA SER CAMBIADO.

    • Yo dijo:

      En la tienda de Granma en La Lisa antes decían la cantidad de productos que llegaban y su distribución para vulnerables y el resto de la población. Hace tiempo ese dato no se da y se mantiene el tumulto hasta que dicen SE ACABO.
      Antes daban tickets de acuerdo con la cantidad de productos que se venderían, ahora escasean poco a poco y se mantiene el tumulto con la esperanza de alcanzar
      Creo que aunque la economía vaya en despunte no será rápido la mejora con la distribución de productos de primera necesidad así que manos a la obra, a Automatizadores e Informáticos, se necesita un Sistema que enlace el escaneo con el núcleo familiar de la Oficoda, que incluya tiendas virtuales y las distribuciones de módulos que se hacen por Centros de trabajo, si se suma todo esto sin duda alcanzaríamos a más.
      La escasez ha exhaserbado El egoísmos y hay quien coge por muchas partes y hay quien no coge por ninguna sobre todo los más vulnerables
      Hay Centros de Trabajo que reparten una caja de pollo por trabajador y a veces no tienen donde ponerla en casa y también revenden, así con otros productos.
      Es difícil pero hay que buscar más soluciones, no pedimos igualitarismo pero si aflojar un poco las tensiones con problemas tan sensibles como medicina y alimentos.
      Los directivos responsables no pueden sentirse satisfechos ni pensar que no hay otras soluciones porque si las hay

    • Susel dijo:

      Cuando usted ve o oye esos casos así es porque hay compromisos y si me aprieta mucho suelto la sopa y conmigo se va malanga, así se pasan las mano, pues como dice el dicho entre gitanos no nos leemos las manos, entendió? Eso es corrupción y amiguismo o sociolismo, se actúa cuando ya es mucho la presión o viene de arriba

  • Eglis H. Lee Henry dijo:

    Saludos, todo pasa por la poca eficacia de los métodos de control que tienen que existir en almacenes de la red de distribución de medicamentos en el país, esto es una cadena que debe visualizar cada eslabón desde su salida del almacén central hacia provincias y de estas hacia la red de farmacias, aquellos (Almacenes) fizcalizando la existencia según inventario y durante la objetividad del proceso de facturación, las últimas (Farmacias) revisando por supuesto el mismo sistema de distribución pero añadiendole la cantidad de recetas que emiten los médicos formalmente y las que informalmente reciben ¨PACIENTES¨ reincidentes que conocen de manera anticipada lo que se va a distribuir en cada farmacia custodian las colas, compran los medicamentos y luego estos son revendidos a los precios conocidos, no sería tan dificil ver como un solo facultativo emite tantas recetas, hoy lo que importa es la comercialización y que se deposite el dinero recaudado y no la solución o la posible solución a un flagelo que solo daña a los realmente necesitados, pienso que si los mecanismos de control están establecidos solo hay que aplicarlos, chequearlos y hacer que se cumplan. Es hora de poner fin a la indolencia

  • Toqui dijo:

    El robo y la venta ilegal de medicamentos del SNS deberia ser considerados delitos de alta traicion. No hay de otra. Pena minima de 25 años. Con agravante en situaciones como la de pandemia.
    Quien venda un medicamento importado, que no salió de un almacen del Estado, que le regalaron o trajo quizas lo hace para poder resolver otro problema vital.

  • Alexis dijo:

    Me da pena aser ese comentario por ser la salud lo más imprescindible en la vida de cualquiel ciudadano quien le vamos a echar las culpas de robo de medicamentos que si en el almacén que si la farmacia que si los coleros se lo cojen todo en la cola ..la verdad es que todo el que tenga acceso a los medicamentos los venden desde un almaceneros asta un médico o una enfermera todos roban medicamentos un pena pues la revolución pone a nuestra disposición todos esos reculsos para después robarselos bueno a quien le echamos la culpa

  • jose ramon gutierrez marquez dijo:

    En la farmacia de San Lazaro esq Soledad en Centro Habana escuche hoy se hizo un operativo en el dia de ayer donde se detectaron irregularidades y mientras hoy esperaba mi turno y compraba era evidente que varias de sus trabajadoras incluida administradora seguian violando lo establecido en mi opinion para acabar o reducir al minimo estas actitudes hay que centrar el trabajo en el funcionario que administra o dirige si este es honesto es poco provable que tengan lugar los hechos que en este articulo se denuncian.

  • Pp dijo:

    Cuando inicio el proceso de transformación monetaria en Cuba que se dijo lo del aumento salarial y mejorar a Cuba y que al final esto haría que las personas desvinculadas optaran por trabajar fue muy linda la explicación. La realidad actualmente es otra ya que es verdad que muchas personas buscaron empleos, pero también de que muchas se afianzaron mas en la reventa de productos porque al final el descontrol es el mismo, la forma de distribución es la misma, las personas que consiguen los productos son los mismo solo que ahora puede ganar muchísimo más dinero que cualquier trabajador en tan solo unos minutos. Ejemplo mi salario es 4000 pesos luchando 1 mes entero y en la venta de medicamento con 5 blíster de azitromicina que venda ya tiene más que yo para luchar el próximo mes. Eso es con medicamento por no decir la venta de productos de aseo, ropa, zapato, vevida, comida, etc, etc, etc, … Esta transformación de veras si hizo para las personas que viven de revenderle a los que trabajamos.

  • Carmen dijo:

    Hace mucho tiempo en las farmacias de La Habana no venden Dipirona, he perdido no se cuantas recetas de este medicamento. Mi pregunta es...que pasò con la Dipirona que venìa de China?? Ya China no la produce?

  • Yo dijo:

    Amplio artículo, igual que el de Girón pone sobre la mesa los problemas diversos pero no se alcanza a ver la posible solución y erradicación de estos hechos, ni en la industria, ni en los almacenes, ni en la transportación, ni en las farmacias, ni en los médicos que expenden recetas sin un diagnóstico real, ni en el control sobre la importación particular de los que viajan al exterior o son recibidos por paquetería. Quien le pone el cascabel al gato?
    Al Presidente Diaz Canael le falta tiempo para poder meterse en todo, aunque siempre llama a la Ciencia, la innovación, la automatización e informatización de procesos que pueden lograr controles precisos, a la CONCIENCIA CIUDADANA en tiempos tan difíciles.
    Hay un hecho que no se menciona, los cubanos acostumbramos a automedicarnos y en casi todas las casas hay un botiquín con medicamentos que llegan a envejecerse, claro, esto es por si acaso porque no es la primera vez que pasamos por periodos difíciles donde todo escasea.
    En la cadena de los medicamentos hay directivos a todos los niveles, miles de trabajadores que intervienen, hay que empezar por ahí con análisis y soluciones concretas.
    Después esta valorar la cantidad real que necesita cada territorio, debe tomarse por estadísticas que no son reales ya que muchas veces se comprar innecesariamente
    Pienso qué hay que trabajar por la historia clínica automatizada de cada ciudadano a partir de la Base de Datos del carné de Identidad y por ahí pudiera a comenzar a saberse datos reales de tipos de enfermedades y medicamentos asociados así como la dosis que lleva cada paciente. Hay quien necesita media tableta al día, hay quien necesita dos tabletas.
    Es un sistema complejo pero realizable. Hay que poner en función de esto al innovación y creatividad.
    Existen sistemas automatizados de almacenes donde desde la oficina de un ministro o funcionario puede saberse la cantidad de un medicamento en existencia. Para esto hace falta conectividad y mano de obra para introducir datos pero podrían apoyarse con los estudiantes, en los joven Club de Computación y otras unidades que cuentan con estos medios aunque el atraso de la información pueda ser un día o dos daría datos más precisos.

  • Alamo dijo:

    Las personas que padecen enfermedades o ven sufrir a uno de sus familiares sin medicamentos para prestarles ayuda saben bien lo que es eso.

    Y qué hacer si cuando se viran para las farmacias no hay nada, hablan de azitromicina; pero como consecuencia del COVID hay personas que, si hubieran tenido a tiempo antibióticos de cuarta generación a la mano, de seguro hubieran prolongado su existencia, pero no los tuvieron y lamentablemente forman parte de las estadísticas de los fallecidos porque cuando fueron llevados al hospital ya era demasiado tarde.

    Repito, hay que estar en la piel de una madre que ve a su hijo, hermano o esposo lastrado por una de esas alergias que pueden terminar mal y no cuentan con nada para combatirlas a tiempo. No hay ungüentos, no hay pomadas, no hay medicamentos alternativos, una botella de miel de 0. 75 ml (antiséptico, antibiótico y otras disimiles propiedades) cuesta 240 pesos, ah y no la encuentras o puede que cuando la halles sea falseada y te estés tomando azúcar fundida.

    No estamos hablando de los inusitados precios de una cajetilla de cigarros (150 pesos al día de ayer), tabacos (hasta 25 pesos la unidad, si lo encuentras), un pomo de aceite comestible (340 pesos el litro); estamos hablando de medicinas compañeros, las que usan los seres humanos para curar enfermedades y salvar vidas.

    Sabemos que estamos cercados económicamente, pero ese problema hay que resolverlo ya, no se le puede decir a un ser humano que no puede comprar una medicina al precio que sea, como sea y venga de donde venga, cuando la vida de un ser querido está en peligro y no encuentra nada procedente de las instituciones que adquirieron la responsabilidad de salvar vidas.
    Es un problema ético y moral acceder a lo que ofertan esos bandidos, pero que haría uno de esos representantes del gobierno si uno de los suyos estuviera gravemente enfermo; lo dejaría morir por mantenerse impoluto, sabemos bien que esto no sucedería y que como ser humano doliente, saldría a chapear el monte para palear el sufrimiento de ese ser humano en desgracia.

    A esos conflictos éticos lleva el desabastecimiento, vimos hace unos meses a enfermos de COVID en sus casas que nunca tuvieron el preciado Nasalferon, ni antibióticos de ninguna generación, tomando infusiones de hoja de guayabas, naranja agria y cuanto dios le recomendaran, muchos agravaron por esta causa y también muchos hoy no se encuentran entre los vivos.

    En medio de todo esto también ha crecido el altruismo, también por las redes por supuesto, y se de personas que han hecho llamados de auxilio a quien los escuche, recibiendo de manos de personas escrupulosas y humanas al 100 % lo que necesitaban. No todo hay que verlo en blanco y negro.

    Ayer mismo una necesitada lanzó un mensaje a la nube porque necesitaba urgente dipirona inyectable para su madre que padece, hoy me decían que hubo respuestas urgentes y en gestos de total humanismo la asistieron inmediatamente, hoy no ha podido completar el ciclo, pero cuenta con lo necesario para al menos comenzar, las respuestas de personas que tienen entre sus modos conductuales el ayudar al prójimo como señalamos anteriormente, no se hicieron esperar.

    En las redes existen oportunistas e inescrupulosos, gente que transpira y concibe la vida a través del dinero fácil; pero también existen seres humanos ejemplares, gente altruista y cubanos de verdad. No confundir términos, ni mucho menos mezclarlos por favor.

  • Alexander dijo:

    Farmacia de cortina y lacreet, Stos Suárez. La mulata de las 4 cadenas de oro 14k, tiene tremendo trapicheo de medicamentos.

  • Eva dijo:

    En mi farmacia antes ponían el listado de medicamentos la noche anterior y se hacía la cola en la mañana.Hay forma de controlar los que compran repetidamente con el escaneo de CI como hacen en las tiendas. Hay que buscar soluciones no solo hacer relato de lo que ocurre.
    Bien por la Prensa, Invasor y Girón que han publicado artículos con buenos análisis periodísticos. Mal por directivos que justifican y se lamentan si proponerse vías para revertir la situación.
    El Presidente no puede estar en todas partes, no le alcanzan las 24 horas del día para analizar problemas
    Ciencia, innovación, automatización e informatización de procesos puede ayudar a mejorar controles desde la importación y producción hasta la base y que llegue realmente a quien lo necesita.
    Debo decir que a pesar de la cantidad de personas inescrupulosas, hay ciudadanos sensibles que han compartido medicamentos y también entregaron en las donaciones que se recogieron para Matanzas.
    Quien dice que todo está perdido?, yo vengo a ofrecer mi Corazón!
    Trabajemos todos por eliminar el desorden institucional y social que la escasez y la desidia han provocado en el país Cuba es de todos, logremos un país mejor!

  • b dijo:

    SI VUELVE HACER COMO ANTES QUE CUANDO VALLAS ESTE EL MEDICAMENTO SE ACABA EL NEGOCIO

  • b dijo:

    LLEVO DÍAS POR CONSEGUIR LOS MEDICAMENTOS QUE NECESITO POR LA POS-COVID Y CUANDO HE LLEGADO A LA 5 DE LA MAÑANA HE COGIDO EL NUMERO 72 NO HE ALCANZADO LOS MEDICAMENTOS YA EN EL NUMERO 25 ESTO NO SE SOPORTA LOS PRIMEROS SON SIEMPRE LOS MISMOS. REPARTO LENIN

  • Pedro dijo:

    La cosa es “no coger al rábano por la raíz” El problema, que no es nuevo, se resuelve con producción y abundancia. Todavía en 47 años espero ver al sistema socialista produciendo lo que se necesite y no que tenga excedente “malo” como el capitalismo. Filosofía Marxista Leninista

  • Bela dijo:

    Gracias a los q traen medicamentos, hemos podido resolver, no hay un antinflamatorio, aspirina, nada,si consideran un delito traer medicinas estamos arreglados.

  • Elemental dijo:

    No pierdan tiempo en cosas que no soportan un mínimo análisis. La solución está en algo que se llama DISPONIBILIDAD.

    Si (por la razón que sea) no se puede garantizar la disponibilidad, olvídenlo. En cambio, si se garantiza solo eso, no habría necesidad de comprar por "la izquierda" y por lo tanto, solitos se desaparecen los negociantes. Tendrían que re-vender a un precio inferior al Estado y no eso no les da ni para comer.

  • Diana dijo:

    Con respecto a este artículo realmente es algo grande, penoso. Vivo en el municipio de Centro Habana, en el barrio Cayo Hueso. La farmacia donde compro yo radica en la calle Hospital esquina San José. Compro medicamentos por tarjeton y cada vez que es el día de entrada de los medicamentos tengo que amanecer 5.00 am en la farmacia pues entra poco medicamento. Por otro lado hay varias personas que compran en esta misma unidad que marcan desde la noche antes pues tiene amistades con la farmacéutica y saben todos los medicamentos que entran, y sale de la farmacia con la jaba llena. de igual forma varias personas la hemos visto que se mete en el edificio aledaño y se pone a hacer recetas. Me pregunto: Como tiene acceso a esas recetas?????, porque si realmente se ponen a analizar están poniendo en riesgo al profesional que se las suministra. Otra preocupación que tengo es la duración de las recetas, siempre ha sido en el caso de antibióticos (1 semana) el resto de los medicamentos 1 mes, pero dada la situación de escasez que hay de medicamentos, y que a los médicos le dan pocas recetas es para que extendieran la duración de las recetas, porque al no entrar el medicamento llega el momento en que se vence la receta y hay que volver a hacerla nuevamente.

    Casualmente en el envio de ayer no entro ni el Salbutamol (spray) ni la Fenitoina (epilepsia), tenía una receta de Paracetamol que decia 30 tab y me despacharon solamente 20, porque dice que es eso, donde se queda las otras 10 tabletas????. porque puedo pensar que la dependiente se queda con el para después hacer negocio.

    Sería muy bueno que hicieran alguna visita inesperada un día de medicamentos para que vieran realmente como es la triste realidad. Al igual que personas que compran por vulnerables y compran millones de medicamentos que no son ni de ellas, sino para las NEGOCIANTES.

    No se como seguirá comportándose todo esto, pero realmente es vergonzoso ver toda esta situación.

    Sino lo publican, por lo menos espero que sea leído y que se tenga en cuenta muchos de los comentarios aquí expuestos.

    Gracias

  • Armando Enrique dijo:

    En las llamadas "farmacias internacionales" el control y venta de medicamentos está informatizado por lo que el desvío de medicamentos es por lógica mucho más difícil de realizar. Las farmacias de barrio, además de no estar informatizadas y el control de lo que entra o sale permite acciones ilegales de aquellas personas inescrupulosas, provocan un extenso gasto de materiales de oficina y de tiempo. Solo para atender a un consumidor que tenga tarjeton de un hipertenso, diabético y con otros padecimientos, se emplea no menos de 15 minutos y un gasto de recetas, vales más el llenado de registros y tarjetones. Informaticen y los negocios ilícitos estarán más controlados.

  • Yoel dijo:

    Si no hay severidad nunca se va a respetar la ley y van a continuar los delitos. Yo creo que lo único va a cambiar esas conductas es la aplicación de sanciones dolorosas, cuando a uno de estos revendedores probado y confeso se le impongan 20 años de carcel o se le decomise el 50% de todos los vienes, incluyendo la vivienda si es lugar del cohecho, entonces si habrá conciencia antes de robar. mientras todo sea multicas y sanciones blandengues, todo seguira igual..!

  • MLC dijo:

    Hay que automatizar la venta de los medicamentos en las farmacias. Es un dolor de cabeza lo que tienen que escribir para controlar los medicamentos, al final sigue el problema de la venta de medicamentos.

  • A dijo:

    Lo que sucede es que la pobreza saca la peor parte del ser humano no concibo como hay personas que se dedican a esto sumandole que la poblacion cubana se cree medico y se automedica .

  • ZHL dijo:

    En multiples espacios se hace referencia al bloqueo que nos tienen, eso afecta todas ramas por lo tanto va incluido tambien los medicamentos, la Industria Farmaceutica ha hecho referencia de las limitaciones que hemos tenido que hace que no se pueda cumplir con la disponibilidad que necesitamos, todo eso no puede llevar que personas inescrupulosas no practiquen el principio de humanitario y sean capaces de poner un precio desconcentrante a productos que unos cuantos son obtenidos por alguna brecha unos mas otros menos de la cadena desde su produccion hasta su prescripcion, por lo tanto tenemos que ser capaces de denunciarlos
    para los que solo saben culpar al Gobierno vean como ante todas estas situaciones para el covid 19 cuantas producciones se han realizados y aque escala para poder tratar las complicaciones, los estados criticos

  • Miguel dijo:

    Y qué va a hacer el gobierno para resolver el problema?. Este es un problema arraigado ya en la sociedad y en todos los productos y servicios. Por favor, el gobierno central debería darse una vuelta por la feria de 100 y Boyeros, debajo del puente, pues todo o casi todo de lo que se vende allí es fruto del robo.

  • Jazmín dijo:

    Hay mucha escasez de medicamentos hasta los naturales y abundancia de mal carácter de las farmacéuticas, revendedera y demás corrupción, de contra que hay pocos productos y tan mal carácter de los trabajadores de esos centros , ellos parecen enemigos de la población y más de los ancianos .

Se han publicado 249 comentarios



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Yunier Javier Sifonte Díaz

Yunier Javier Sifonte Díaz

Graduado de Periodismo en la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en el año 2016. Periodista de Telecubanacán. Colaborador de Cubadebate. En Twitter: @yunier_sifonte

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