El 11 de julio pasado, Andy Jorge Blanco y un colega estudiante de Periodismo, montaron en el ómnibus que llevaba el refuerzo médico para la abatida Matanzas. Entrando a la ciudad los estremeció el aplauso espontáneo del pueblo ante el paso de la caravana.
Horas después entraba a su natal Cárdenas con la voz de su madre vibrando en el celular: "A qué vienes? No te imaginas lo que está pasando aquí". A pesar de la advertencia, él llegó, los dos se abrazaron llorando en el reencuentro y él se fue a buscar historias anónimas en el hospital local. No era su primera vez, ni será la última, en Zona Roja.