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Un médico pinero en la brigada cubana en México

Por: Yuliet Pérez Calaña
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La primera jornada de trabajo fue una prueba de fuego para el doctor Yoydel.

Hay un médico pinero en la brigada cubana en México. Le gusta mucho escribir, de hecho, en la próxima Feria es probable salga un libro suyo con crónicas de cuando estuvo en Italia.

Me ha sorprendido gratamente pidiéndome que le transcriba y ordene un poco las historias que me cuenta en audio en el reducido tiempo libre que tiene. Creo que quiere hacer una especie de diario. Esto es lo primero que me ha contado. Todo el mérito es suyo. Estoy muy emocionada.

Día 1: Los muchos rostros de la Navidad

Hasta hoy solo ha visto abrirse la puerta de la unidad donde labora para que entren nuevos pacientes o para dejar salir al carro fúnebre.

Las mañanas le resultan demasiado frías y la comida excesivamente picante en El Chivatito, la unidad operativa de hospitalización temporal, enclavada en Ciudad de México, uno de los tres estados en rojo por nivel máximo de riesgo en el semáforo epidemiológico nacional. Desde el televisor le llegan noticias de que este 24 de diciembre, el país sumó 121,172 muertes por la Covid 19 y rebasa por buen margen el millón de contagios.

Allí está él, en condiciones de campaña, junto a sus compañeros, para ayudar a revertir esa situación. Su nombre es Yoydel Santines, es anestesiólogo y el único pinero que integra la brigada de 500 médicos cubanos que ha llegado a combatir el virus en este país. Está fraguado por su experiencia en el epicentro de la pandemia en Italia, pero sabe que cada lugar, caso y enfrentamiento a la muerte es distinto.

Hasta hoy solo ha visto abrirse la puerta de la unidad donde labora para que entren nuevos pacientes o para dejar salir al carro fúnebre. Esto último es un ritual terrible que se acompaña del lamento de los familiares de las víctimas que esperan en las afueras del lugar. El viento expande el llanto por las arboledas cercanas y se crea una banda sonora tristísima, desgarradora…que opaca la belleza natural del sitio.

Los días típicos de invierno se vuelven más grises con los rostros de quienes esperan, puertas afuera, noticias de los suyos y entonan rezos, día y noche, para que se salven. Una llama de esperanza ha encendido en sus corazones la llegada de los galenos cubanos.

La primera jornada de trabajo fue una prueba de fuego para el doctor Yoydel. Se inició con la caída en coma de uno de los 30 pacientes graves, todos ventilados, de la terapia número uno de la unidad de El Chivatito. Tocó primero buscar la causa entre una hemorragia cerebral y un coma por hipoglicemia que fue el diagnóstico definitivo y después tramitar el traslado hacia otro recinto hospitalario con más condiciones.

Estar al mando de tres médicos muy jóvenes y 4 enfermeros que apenas daban abasto para atender a los ingresados y la necesidad de tomar las decisiones correctas para poder optimizar los recursos, que no son tan abundantes como necesitarían, le exigieron el extra a sus conocimientos y entereza.

Después de 12 horas de trabajo ininterrumpidas en la terapia debería caer muerto a la cama, pero eso no sucede. Es presa de un sopor que lo pone a mirar fijamente al techo, mientras piensa en su hija Alessandra de tres años y en el otro o la otra que está por venir y que aún no conoce el sexo.

Se ríe para sus adentros cada vez que recuerda el nombre del lugar donde está: El Chi-va-ti-to...eso en Cuba tiene su connotación, piensa. Se alegra de que Luis Felipe Rivera haya llegado a 2 000 hits en Series Nacionales, pero le da impotencia que los Piratas hayan vuelto a perder. Valora la idea de mudarse definitivamente al fútbol que hasta chamarreta original de la Juventus, un regalo del mismísimo Cristiano Ronaldo para los médicos cubanos que estuvieron en Turín, tiene.

Piensa en cómo se han esforzado en la unidad para hacerles hoy una cena especial, menos picante, más cercana a lo que comerían en Cuba…es la primera vez desde que llegó que no deja nada en el plato. Piensa también que le gustaría estar en casa con su familia en días como estos en que se despide el año aunque haya sido uno tan terrible como el 2020, en lo bonita que luce la Navidad en las redes sociales, en los 30 pacientes graves ventilados que volverá a atender mañana de 8 am a 2 pm, en los que esperan noticias afuera…en que ojalá no tenga que volver a escuchar sus lamentos dispersos en el aire mientras el carro fúnebre sale…en que la Navidad tiene muchos rostros y no todos son felices…hasta que se duerme.

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Sulia FVC dijo:

    Tengo el honor de ser amiga de la familia de tan honorable galeno, como pinera me siento super orgullosa de él, por estar siempre al frente de cada tarea o misión sin importar los riesgos, dejando atrás las preocupaciones de su madre, esposa y demás familiares y amigos, perdiéndose el crecimiento de hermosa niña. Pero orgulloso siempre de poner el nombre de la Isla de la Juventud y el de CUBA por todo lo alto. Felicidades CAMPEÓN

    • Walter dijo:

      Buen chamaco buena chamaca Lizy tambien. Ttemenda familia

  • Sonia dijo:

    Gracias por esta crónica.

  • Nedi dijo:

    Buen día , Dr. O colega como mejor me gustaría llamarlo .. y pienso, recuerdo junto a su crónica , mis días en Sabaneta Venezuela donde los niños fumaban marihuana en la calle y llegaban heridos con balas manufacturas, niños en los semáforos pidiendo limpiar los parabrisas de los autos para llevar de comer a las casa o para que sus padres consumieran drogas. Eso me partía el alma saber que mi hijo estudiaba que mi sobrino aún no tenía clases pero un día lo aria pero acá no dejaban de hacerlo para ayudar a sus padres porque nosotras (sus padres) si trabajamos y nos preocupa más su bienestar que el nuestro. Dr, siga escribiendo,edite su libro, que a muchos cubanos insensible les hace falta conocer el resto de la humanidad para que seamos capaces de cuidar la nuestra, cuidese mucho y saludos al resto de la brigada

  • Mch dijo:

    Bellísimo artículo. Desde el inicio hasta el final, lágrimas en mis ojos. Pero eso es CUBA, es un Sentimiento que te hace vivir la historia de ese médico como si fuera la tuya propia. Valientes es la manera de resumirlo.

  • Yaniel dijo:

    Como Pinero y trabajador del mismo centro hospitalario que Yoydel, nuestro HHB como todos los conocemos, me siento orgulloso de él, le envió un gran saludo y fuerte abrazo desde Barinas, Venezuela.

  • Sixto dijo:

    Ese es un Valiente, de los mucho que hoy escriben la verdadera realidad de Cuba. Es es ser cubano.

  • Gloria Gabriela Caso Vázquez dijo:

    Excelente crónica, ojalá se entusiasme y escriba su libro porque servirá para la historia de nuestros cubanos salvando vidas y que siguen el legado de nuestro líder indiscutible Comandante en jefe Fidel Castro y sus continuadores.
    Muchísimas felicidades a él y a usted por este empeño tan bonito y sentimental.
    Salud, prosperidad y bendiciones para ustedes y tod@s que estamos aquí juntos a nuestra Revolución victoriosa por Siempre.
    Respetuosamente,
    GGCaso

  • Shamy dijo:

    Ufgg Yuli, cada día me sorprendes más, me sacaste unas lágrimas, gracias a nuestro Médico, orgullosos por aca!

  • Jose Arturo dijo:

    Muy bonita, la noticia pero tambien por el mundo andan muchos Enfermeros jugandose la vida. Eso tambien hay que publicarlo, no podemos seguir teniendo un sistema de salud tan discriminatorio, pues solo se habla de los Medicos y Estomatologos. En este sistema hay muchos otros buenos profesionales.

  • Dulce dijo:

    Me conmueve la historia pues estos 500 colaboradores son una continuidad del trabajo que inicamos en abril del 2020 cuando 600 colaboradores entre los que he tenido el honor de participar partimos a Mexico como primera brigada para combatir la pandemia, con miedos e inseguridades, con valentia como dice buena fe y la conviccion de regresar invictos, de curar y vencer el coronavirus, fueron meses de,lucha constante, de batallas duras, de pensar como estarian por casa como le sucede a este colega, en los pacientes graves, en algunos que nunca recuperamos, en los rostros tristes de su familiares y ese triste carro funebre y sus ocupantes encapuchados, lo que les puedo decir a mis compañeros que estan hoy enfrentando esta nueva batalla es... ARRIBA VALIENTES estamos con ustedes.

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