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Fósforos en Cuba: Preguntas imprescindibles para encender la cerilla

La modificación refiere que ya no se anotaría en la libreta de abastecimiento y el precio de venta quedó fijado en un cup; sin subsidio.

Seguro coincidirá con nosotros en que no por pequeños o antiguos se puede prescindir de los fósforos en el hogar. Son necesarios no solo para encender el fogón, sino también para iluminarnos.

Por ello preocupa y ocupa a los cubanos la falta del producto, especialmente desde el mes de agosto, cuando el Ministerio de Comercio Interior anunciaba modificaciones al sistema de venta, pasando de normado a liberado regulado.

La modificación refiere que ya no se anotaría en la libreta de abastecimiento y el precio de venta quedó fijado en un cup; sin subsidio.

Hasta ahí todo comprensible, pero luego desaparecieron, se esfumaron como por arte de magia; puf; se apagaron. Si a esta situación le añadimos que tampoco las fosforeras aparecen en la red de tiendas de varias provincias, o que su rellenado (el cual depende casi en lo exclusivo de trabajadores por cuenta propia), se ha visto afectado por la actual pandemia; encontramos entonces precios de espanto en el mercado negro.

En Sancti Spíritus, por ejemplo, han alcanzado los 5 y hasta los 7 pesos la caja. No solo suben el precio (en el mercado informal), la malanga, el frijol, el arroz y las máquinas de afeitar, sino todo lo “que se pierde o escasea”; es una especie de regla de oro para los indolentes.

Desde Santiago de Cuba lo confirman. Norka Villares refiere pertinente que se realicen ventas liberadas y controladas del producto, “teniendo en cuenta que muchos oportunistas compran las cajas al por mayor para luego revenderlas en el mercado negro a 5 pesos, aunque en estos momentos tienen un valor de 7 pesos la caja”, añade.

Si encontrarlos resulta tarea difícil, imagine además el “assumptus” referido a la calidad del cerillo, tal y como apunta Pedro Rodríguez Méndez: “muchas veces cojo hasta tres de un golpe y sólo prende uno. El material de encendido se les cae. En los últimos meses la calidad ha sido pésima y no hay presencia del producto en las bodegas, donde habitualmente lo encontrábamos liberados al precio de un peso”, opina.

O Danay Campos Calas, quien considera: “deberían mejorar la lija de las cajas, ese es el peor problema del producto. No creo que sea el fósforo como tal, sino la lija. Lo que sí veo muy bien son las promociones en el embalaje”.

Otros incluso como Carlos Fernández, renunciaron a su uso: “desistí de ellos porque tienen muy mala calidad. Ahora empleo los encendedores de magnetos o fosforeras, porque son más seguros y eficientes”.

Muchos son los criterios y opiniones que aún prevalecen en la población sobre la mala calidad del fósforo. Revisando la red de redes encontramos un trabajo periodístico publicado por Granma, en enero de 2018, donde se ofrecen respuestas.

La directiva entrevistada en esa ocasión esgrimía como causas la obsolescencia tecnológica, el clima tropical de Cuba, la humedad, y paradas en la industria. Explicaciones muy lógicas y comprensibles que dan fe del esfuerzo realizado por los trabajadores; no lo negamos.

Sin embargo, reflexione con nosotros, han transcurrido casi 3 años y todavía se emiten criterios similares. Dudo que en este caso la vox pópuli se equivoque. Como dice el refrán: “cuando el río suena…”

La Empresa Nacional de Fósforos tiene la palabra

El producto requiere para su elaboración un total de 21 materias primas, de las cuales 17 se importan

En el primer semestre del 2020 los niveles de producción de fósforos estuvieron muy limitados a partir de la imposibilidad de adquirir  las materias primas asociadas a su importación, al no disponerse de los recursos financieros necesarios; aclara la entidad a través de una nota enviada al equipo reporteril.

El producto requiere para su elaboración un total de 21 materias primas, de las cuales 17 se importan porque no son de producción nacional y es preciso adquirirlas en el mercado externo, prosigue el texto.

Paralelamente en este mismo periodo, la nación otorgó financiamientos con los cuales a partir de julio, se logró restablecer gradualmente la producción en correspondencia con los arribos de los recursos que comenzaron a recibirse y se estabilizan los niveles de producción en el último trimestre del presente año.

La Empresa Nacional del Fósforo y sus unidades empresariales de base (UEB), no han estado ajenas a las afectaciones y paralizaciones ocurridas, fundamentalmente entre los meses de marzo a septiembre, debido en lo fundamental a la COVID-19.

Añade la nota que las necesarias medidas adoptadas en su momento por la dirección del país y los Consejos de Defensas provinciales, trajo consigo un número importante de trabajadores interruptos, paralizaciones totales y en otros casos, disminución de los niveles productivos.

En la medida que se ha estabilizado la producción de fósforos se le ha entregado al grupo de alimentos para su distribución en toda Cuba; finaliza el documento.

Manuel Ramírez Despaigne, director de la UEB productora de fósforos “Francisco Borrero Labadí”, ubicada en el municipio santiaguero de Palma Soriano, explicó a Cubadebate que habían proyectado para el año cerca de 40 millones de cajas de fósforos, pero la actual situación económica hizo reajustar el plan a tan solo 26 millones, poco más de la mitad. No obstante, esperan cumplirlo en el mes de diciembre.

Informó que actualmente la producción ronda las 200 mil cajas diarias, duplicando las pautas establecidas.

Se han recuperado luego de los atrasos del mes de septiembre y en el último trimestre han elaborado 5 millones de cajas, “por lo que esperamos cerrar bien el 2020”, agregó la fuente.

Las principales dificultades asociadas a la materia prima (al menos en el mes de septiembre), se concentraron en la cera parafina. Según Ramírez Despaigne suplen el déficit con productos nacionales que inciden negativamente en la calidad del fósforo, porque no son los óptimos para su elaboración, tal es el caso del bicromato de potasio (material empleado en la cabeza del fósforo).

Como buena nueva trascendió que el Ministerio de Economía y Planificación de la Isla aprobó invertir en dicha fábrica 13 millones de pesos para el cambio tecnológico.

La obsolescencia tecnológica, el clima tropical de Cuba, la humedad, y paradas en la industria atentan contra la calidad final del producto

El estudio de factibilidad económica de la inversión, indica la posibilidad de garantizar la demanda del producto en la red nacional, mejorar su calidad y hacerlo competitivo en la región del Caribe. La estrategia a largo plazo prevé su exportación, teniendo en cuenta que hoy muchos países del área adquieren los fósforos en el mercado europeo.

Preguntas en el tintero

Varias son las interrogantes que aún necesitan respuestas, por ejemplo: si la producción de fósforos en el país comienza a estabilizarse, como todo indica, ¿cuáles son sus perspectivas para el próximo año?

¿Cuántas cajas de cerillos se han vendido en Cuba hasta la fecha? ¿Se prevén mejoras tecnológicas para el resto de las fábricas? ¿Qué se hace para resolver los problemas de calidad del producto? ¿Todas las provincias cubanas se han visto afectadas por igual?

Para que se tenga una idea, en Sancti Spíritus, explica la periodista Xiomara Alsina, desde agosto y hasta inicios de noviembre, solo se había recibido un envío en la provincia, con el cual trataron de cubrir buena parte de los territorios.

La reportera entrevistó para Escambray a Domingo Chaviano Darias, especialista principal del Grupo Empresarial de Comercio, quien añade: “Desde que se modificó la política de distribución del fósforo por orientación del Ministerio del Comercio Interior, la provincia ha realizado solo dos distribuciones, una en el mes de agosto con la venta de 188 019 cajetillas y la otra en septiembre, cuando la Empresa Mayorista nos entregó otras 51 268 cajetillas”.

Como ve, aún hay tela por dónde cortar. De hecho no sé si conoce que la palabra fósforo proviene de un vocablo griego que literalmente significa “portador de luz”.

Es con esa misma intención, o sea, la de brindar luz, que volveremos luego, en un segundo reportaje, cuando todas las incógnitas hayan sido despejadas por los organismos pertinentes.

La UEB productora de fósforos “Francisco Borrero Labadí“ reajustó el plan de producción a tan solo 26 millones de unidades