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Aleida Guevara: “El Che vuelve otra vez, con la adarga al brazo” (+Fotos y video)

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Aleida Guevara de niña junto al líder de la Revolución Cubana Fidel Castro. Foto: Cortesía de la entrevistada

Cuando tenía cuatro años vio, en la penumbra de la habitación de mamá, a papá acariciando la cabeza de Ernesto, como si con ello le diera el adiós al más pequeño de los hijos. A un mes de cumplir los cinco, escuchó a Fidel Castro en la televisión y allí, mientras él leía una carta de despedida, descubrió a su madre en llantos. Con seis años, Aleida Guevara supo que “papi”, como le dice al Che, había muerto. Octubre es, definitivamente, un mes triste.

Lleva sus mismos ojos y a veces la sonrisa la delata más que los apellidos, aunque Guevara sea Guevara y venga del mismísimo cono sur, de la raíz de un continente.

A los sesenta años de edad, Aleida –médico, pediatra e hija del Che– cuenta que heredó del comandante guerrillero el amor por la fotografía y aclara, levantando el índice, que su hermano Camilo es mejor fotógrafo que ella. Como le llamaba su padre, Aliucha siente orgullo de su insularidad, de un país que Ernesto Guevara amó como el suyo, donde hizo una Revolución y una familia. De aquí tendría que partir el comandante, dejando a sus seres queridos, porque “otras tierras del mundo reclamaban el concurso de sus modestos esfuerzos”.

–Este 3 de octubre se cumplen 55 años de la carta de despedida del Che. ¿Qué sintió la primera vez que la leyó, sobre todo cuando él dice “Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea”?

La primera vez que la oí era muy pequeña y me impactó porque vi a mi mamá también en la televisión con mi tío Fidel que estaba leyendo esa carta. Yo no entendía bien de qué iba la cosa, pero mi mamá lloraba. Ella siempre nos educó en la idea de que podíamos ser hijos de un hombre muy especial, pero no por ello debíamos recibir nada especial. La Revolución nos daría lo necesario para desarrollarnos como seres humanos y punto. A mí me han preguntado en Argentina y varios lugares “qué me dejó mi papá” y me dan ataques de risa porque él no tenía nada material que dejar, solo su ejemplo.

–En un momento en la carta de despedida a Fidel, el Che afirma: “Me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios”. ¿Cuán parecidos y, a la vez, diferentes, eran Ernesto Guevara y el Comandante en Jefe?

Desde el punto de vista humano se parecen mucho. El Che aprende a respetar a Fidel como un verdadero jefe militar, sobre todo, en el período de la cárcel en México. A todos les dan la libertad menos a mi papá y otro compañero porque los tildan de comunistas y prosoviéticos. Fidel me hace esa anécdota años más tarde: “Fui a discutir con tu papá a la cárcel porque yo les había advertido que no dijeran su condición política, pero allí me di cuenta que el Che no sabía mentir, ni aunque le fuera la vida en eso”. El Comandante podía haberse ido en el yate Granma sin él, y no lo hizo. Logró que le dieran la libertad a papi y salieron juntos hacia Cuba.

El Che y Fidel, junto a la pequeña Aleida. Foto: Cortesía de la entrevistada.

–La carta está escrita como si el Che supiera que era probable no volver nunca más…

Todos los guerrilleros tienen que preparar ese terreno y crear conciencia de que puede pasar. Las balas no tienen nombre. Él lo dice en la carta: que la verdad los golpeó a todos porque en una Revolución verdadera, o se triunfa o se muere. No hay de otra. Su sueño fue una América libre, independiente, unida, como una sola nación.

–Cuando el Che sale de Cuba, usted apenas tenía 4 años y medio. ¿Qué imagen junto a su padre recuerda, tiene intacta en la memoria?

Dos imágenes. Una es en el cuarto de mi mamá. Ella tiene a mi hermano Ernesto, recién nacido, apoyado en su hombro y mi papá está detrás, vestido de militar, con una mano muy grande tocando la cabecita del bebé. Lo está haciendo con tanta ternura que ese momento quedó grabado para siempre en mí. En aquel instante él tuvo que haber pensado muchas cosas: “¿este pequeño niño me reconocerá algún día?, ¿entenderá por qué yo no estaré a su lado cuando crezca?...” En esos pensamientos quizás radica la grandeza de mi papá. No todos los seres humanos tenemos esa fuerza y hay que respetarlo siempre.

El Che en familia. Foto: Cortesía de la entrevistada.

“Y la otra imagen es cuando él se transforma en Ramón y nos recibe. Mi mamá nos lleva a ver a un amigo de mi papá, al ‘viejo Ramón’, en una casa de seguridad en Pinar del Río. Cuando vamos a cenar él se sirve el vino tinto solo, pero papi normalmente lo tomaba con agua. Ahí salté como un resorte y le dije: ‘tú no eres amigo de mi papá’ y le expliqué que papi tomaba el vino tinto con agua. Fui a la punta de la mesa donde él estaba sentado y le eché el agua a su copa porque ‘así es como era rico’. Dice mami que el hombre estaba emocionado con eso.

“Después seguimos jugando los cuatro hermanos y yo me resbalé, y me di un golpe en la cabeza con una mesa de mármol. Entonces ‘el viejo Ramón’ me tomó en sus brazos, me palpó inmediatamente, y yo sentí algo que no era lo normal para mí: ¿un hombre extraño, que me protegiera así? Luego hablé con mi mamá porque tenía que decirle un secretico y a plena voz le dije: ‘mamá, yo pienso que este hombre está enamorado de mí’.

“Mucho tiempo después mi mamá me dijo que aquel hombre era mi papá, pero se tenía que mantener en secreto todavía. Crecí con la sensación de que mi papá me amaba, no eran solo papeles, cartas, eran gestos, sentimientos, porque un niño no miente. Cuando un niño siente esas cosas es de verdad”.

–Usted cuenta en el documental Ausencia presente que el Che la besaba muy fuerte…

Papi me apretaba mientras me daba besos y eso hacía que yo despertara. Le cogí un poco de miedo a la oscuridad porque yo miraba a un tipo que casi no veía, en la noche y dándome esos apretones… En uno de sus viajes mami le dice que en un libro hay un cuento de un leoncito que acompaña a un niño con miedo hasta que el pequeño toma fuerzas y el león se va porque el niño pierde el temor. Ella le explica que yo he recibido muy bien esa lectura. Así que uno de los pocos gastos de mi papá es comprarme un león de peluche.

–Era un hombre austero…

¿Mi papá? Tremendamente. Y con mucha razón. Él salía en nombre de un pueblo que no tenía, como decimos nosotros, ni dónde amarrar la chiva. ¿Cómo iba a gastar dinero en nosotros? No era lógico eso, pero además, tampoco tenía tiempo. Viajaba con los minutos contados y participaba en una actividad tras otra. Ir a una tienda a comprarnos algo resultaba imposible. Sin embargo, papi me compra el leoncito y fue extraordinario para mí porque me acompañaba siempre mi peluche y le fui perdiendo el miedo a la oscuridad. Y ya en sus últimos viajes me trae una muñeca.

El Che junto a su familia. foto: Cortesía de la entrevistada.

–En la carta de despedida a sus hijos, el Che les dice: “Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”. ¿La ha llevado Aleida Guevara consigo?

La mayoría de los cubanos la hemos llevado con uno. A estas alturas me duele un poco que nuestros médicos no hablen de él porque las generaciones de galenos cubanos nos hemos educado con el ejemplo del Che. Es el primer médico revolucionario. Cuando yo estaba estudiando el último año de Medicina, Fidel nos reúne y plantea que Nicaragua necesitaba médicos, recién había triunfado la Revolución Sandinista, y nos pregunta cuántos queríamos hacer el internado internacionalista. Para allá fuimos un montón de muchachos entre 22 o 23 añitos.

“Después comienza la amenaza contra ese país y Fidel decide sacar de allí a todas las mujeres. Eso lo discutimos en un momento porque yo sentía que le estaba fallando a mis compañeros. Todos estábamos juntos. ¿Por qué nos vamos a salir? No me parecía justo. Recuerdo que le dije: ‘Tío, no me hagas daño. Yo me considero tu hija, y cuando los generales mandan a sus tropas los primeros deben ser los hijos de ellos’. Entonces, en las pocas cosas que Fidel me escribió me dijo: ‘Yo nunca te podré hacer daño. No pienses eso. Solamente es para protegerlas’. Después me voy a Moa, en Holguín”.

–De Managua a Moa…

Tremendo cambio. En aquel momento Moa era una de las ciudades más ricas de Cuba desde el punto de vista industrial, pero más pobres en cuanto a estructura social. Aquello parecía un oeste estadounidense. Tuve varios enfrentamientos en Moa porque, por desgracia, nosotros como seres humanos tendemos a acomodarnos, a veces en un puesto determinado, a solamente recibir los beneficios, pero no dar los sacrificios que conlleva un puesto público en este país. Y esas cosas las viví allí, y me costaron mis lágrimas. Pero es mi país, y no me quedo callada ante nada.

“Luego de un año regreso a La Habana y llega el pedido de misiones nuevamente. Fui al Ministerio de Salud Pública, me presenté como médico del hospital ‘Pedro Borrás’ y me dicen que era Angola a donde debía ir. Ahí dije: ‘Ño, acabo de salir de Nicaragua en guerra y me toca Angola, ¡en guerrra!’. Pero acepté. Recuerdo que me iba un 6 de octubre, oye esto: ¡6 de octubre! Cuando llegué a la casa a mi mamá casi le dan convulsiones ese día. Se encerró a llorar. Pero ella me había enseñado a ser socialmente útil.

Angola: “Los dos años más duros de mi vida” 

“Estuve trabajando con niños tuberculosos. Me acuerdo de Celson. Nunca lo voy a olvidar. Él me esperaba en la puerta de la sala de tuberculosis y yo me lo amarraba con el paño a la espalda y le daba una vuelta por el perímetro del hospital. Celson era feliz con eso. Recuerdo que el director del centro, un pichón de portugués, me dijo insultado que yo me estaba burlando. Le contesté: ‘Usted está equivocado. Mírele la cara a ese niño. ¿No lo ve feliz? Para mí eso es lo más importante y lo que necesito para enfrentar un día en este hospital: la sonrisa de Celson. No me lo puede quitar’.

Celson, uno de los niños tuberculosos que Aleida atendió en Angola. Foto: Cortesía de la entrevistada

“Recuerdo a otro niño que dormía en un portal desnudo debajo de unos periódicos con los cuales se tapaba. Ese día me tocaba la guardia en el edificio, y el jefe nuestro pateó un bulto de papeles y de allí salió el niño. Se levantó, dobló los periódicos y se los puso debajo del brazo. Mira, muchacho, todavía yo no puedo hablar de eso. Fue un dolor tan grande, que subí y me quité el pulóver verde olivo que tenía puesto y estaba caliente. Bajé, lo llamé y se lo puse. Aquel pequeñito me miró y me dijo ‘papá’.

“Traté de ayudarlo, lo llevaba a los refugios, pero él se escapaba nuevamente. Hasta que ya no volvió más. Por eso pienso que no es posible que algunas personas no sientan el privilegio enorme que tenemos de ser cubanos y mantener una sociedad donde la vida del ser humano tiene más importancia que cualquier dinero del mundo. Eso es lo más hermoso que nos han dejado los hombres como el Che”.

Aleida durante sus dos años de misión en África. Foto : Cortesía de la entrevistada

–¿Qué le encantaría al Che de la Cuba de hoy? ¿Qué le enfadaría?

Estaría muy orgulloso de los médicos cubanos. A pesar de todos los problemas económicos que hemos tenido, no hemos perdido la cualidad más hermosa de un revolucionario como él decía en la carta: “sentir la injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo”. Los galenos nuestros lo hacen todos los días con la brigada Henry Reeve, por ejemplo, o con la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

“Por otro lado, el Che siempre fue un hombre muy crítico, por tanto, nos haría muchísimos señalamientos de la Cuba actual, sobre todo respecto a los cuentapropistas. Él nunca lo entendería. De ninguna manera. Eso, a la larga, es un pequeño cáncer dentro de nuestra sociedad, porque la gente empieza a pensar solamente en su bolsillo. Pero a veces hay que tomar decisiones que, si bien no siempre son las correctas, son las que tenemos a nuestro alcance. Y hay que aprender a caminar con ellas”.

–Y a usted, ¿no le molesta que en ocasiones se utilicen las ideas del Che con oportunismo? 

Que las pongan como slogan y no las sientan, y no las vivan, claro que me molesta. Lo bueno es que por lo menos las digan.

–Pero las dicen a veces sin conciencia…

Pero la escucha el que la tiene. Quizás quien la utiliza lo hizo para terminar un discurso bonito, pero el que sí tiene conciencia la oye y sabe que no se está practicando como debe ser. Oportunistas podemos tener en todas partes y hay que rescatar muchos valores que se han perdido en los períodos especiales vividos.

–¿En qué momentos usted se ha dicho “si mi padre estuviera aquí”?

¡Un montón de veces! Cuando yo traje al mundo a mi hija mayor y estaba abriendo los ojos tras la anestesia por la cesárea, vi a dos hombres al lado mío: eran Ramiro Valdés y Oscar Fernández Mel. “¿Ustedes qué hacen aquí?”, les digo, y me responden: “Como no está tu papá, estamos nosotros”. ¡Único! Y claro que lo extraño. Me gustaría haber visto a papi con sus nietos en las rodillas, hablando con ellos y enseñándoles mucho más de lo que pueda enseñarle yo a mis hijas. Esas cosas te pasan como un flash en la cabeza.

Momentos del nacimiento de la hija mayor de Aleida Guevara. Foto: Cortesía de la entrevistada.

–En uno de sus discursos, el Che expresa que la meta de las nuevas generaciones es que lo olviden a él y al Comandante en Jefe. Pero quizás en eso se equivocó. ¿Qué cree usted?

Eso fue en uno de los últimos discursos que él hizo a los jóvenes del Ministerio de Industrias, en el cual les dice que la meta de ellos algún día es olvidarlo a Fidel, a él... Al principio cuando yo lo leí dije “¿pero está loco mi papá?”. Pero él lo decía en el sentido de que, cuando nosotros superáramos todo lo que ellos nos predicaron con su ejemplo, entonces no sería necesario tenerlos tan presente. Y eso es lo que nos está diciendo: la meta es superarlos y ser mejores seres humanos que ellos. Pero todavía no hemos sido capaces.

–¿Cuál ha sido la mayor afrenta que usted ha vivido de la gente hacia el Che?

Cuando ves gente que no son capaces de movilizarse por un niño que está muriendo, por ejemplo. Mi papá dijo que la vida de un solo niño valía más que todo el oro de la tierra. Y es lo que yo siento también como médico y ser humano. Ver alguien que no muestre indignación por ver morir a un pequeño me golpea mucho.

–¿Y la mayor gratitud?

Yo trabajo con el Movimiento Sin Tierra, en Brasil. Y ellos practican al Che todos los días. Cuando tú ves a hombres y mujeres, en ocasiones con un nivel cultural que no es alto, pero capaces de sentir a ese hombre y de llevarlo a la práctica, entonces tú dices “se está multiplicando”. El Che vuelve otra vez, con la adarga al brazo. Qué decirte de los médicos cubanos que fueron a combatir el ébola sin saber bien lo que iban a enfrentar, arriesgando sus vidas… Ahí está el Che. Como hija lo agradezco mucho. Es ver a tu papá otra vez. En el combate. 

Durante la entrevista. Foto: Jorge Luis Coll/ Cubadebate

Aleida Guevara en la actualidad tiene 60 años. Foto: Jorge Luis Col/ Cubadebate.

En video, fragmentos de la entrevista con Aleida Guevara

Se han publicado 46 comentarios



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  • Teresa dijo:

    Debe sentirse orgullosa de tener un padre como el che, un hombre ejemplar, una estrella alumbrando un continente.
    Yo era muy niña cuando murio, para mi es una cosa muy grande, lo veo y me da una cosa, se me aguan los ojos, pensar que se nos fue un gran hombre, un visionario, un hombre con unas convicciones muy grande; pero tenemos que seguir su frase, "Hasta la victoria siempre "

  • Roxana Hechavarría Torres dijo:

    Excelente entrevista,con una carga emocional muy grande .Esos son los valores del Che que no debemos nunca olvidad,heredados por su hija Aleida. Felicidades.

  • Annarella Torres Nuñez dijo:

    Me emociono con cada palabra, cada frase, cada detalle de Aleida. Me sentí estar en esa conversación. Es así como debemos ser los hijos del Che, no es mencionar un pensamiento o los valores que lo caracteriza, es ponerlo en práctica y aun nos queda muchísimo por hacer en esta sociedad. Gracias para Aleida y a usted como periodista. Excelente.

  • Darién dijo:

    Me emocionan las fotos, la entrevista y la publicación. Ese hombre llamado Ché, sencillamente es UNICO.

  • OERM dijo:

    Es muy emocionante escuchar esas historias, de un hombre sin iguales. Pará mí era y seguirá siendo único. Como el, creo que no habrá dos.

  • artillero dijo:

    una gran mujer estirpe de grandes d la historia del mundo y de Cuba, nunca se ha vanagloriado de ser hija del Che un ejemplo a seguri por quienes trantan de vivir d la historia d lo q un dia fueron creyendose con el mejor derecho

  • Yaniel dijo:

    Gracias por este artículo.. Gracias Aliucha por esta entrevista. Necesitamos poner en práctica valores y principios que él jamás puso en duda a cambio de beneficios materiales. Muy grande fue su sacrificio, y tu orgullo demuestra que ha sido un ejemplo para tí a pesar de no estar presente. El Ché seguirá vivo en el accionar de muchos, así será..

  • María Fernanda dijo:

    ...recuerdo que después de haber leído muchos libros sobre Fidel,la revolución y de otros próceres no cubanos, tenía que leer El diario del Che en Bolivia ,pero lo dejaba siempre para después, es decir le temía. Me faltaba el coraje de leer aquello que con sus manos hizo,contando sus últimos días. Y cuando me decidí minutos antes lloré antes de tocarlo, y me lo leí de un tirón. Pienso que ser médico es igual a ser libre de todo sentimiento de soberbia, es estar lleno de humildad y con el tiempo ,si uno es bueno(basado en el conocimiento que se tiene de si mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse) y siente ante el dolor ajeno,se hace humilde y
    virtuoso.A eso nos debemos .
    En soberana 01 ahora,en el destacamento Henry Reed de siempre ,en los que no duermen en nuestros hospitales y caminan por nuestras calles buscando sin parar hasta cerrar una fuente de infección, está el esfuerzo de hombres y mujeres que la patria, junto al Ché y Fidel,contempla orgullosa.

    PD.Esta entrevista así de sencilla debe ser transmitida en la tele,para todos.Porque es para todos los tiempos.

  • ana dijo:

    Aleida es una gran mujer, igual a su papi, siempre que la escucho hablar me emociono, se parece mucho al Che. Lleva mucho en su corazón para dar, felicitaciones Doctora.

  • María Fernanda dijo:

    Henry Reeve ,es como se escribe, disculpen. Debería hacerse una película que muestre quien fue él, porque su historia es preciosa.

  • oel jorgecarrazana urbina dijo:

    Estremecedora entrevista; todo gracias a un hombre como el CHE

  • Jason dijo:

    Hoy dia en el mundo cualquiera se convierte en un heroe, o la prensa los convierte en heroes del momento por que no saben lo que es un heroe de verdad. Dejar tu hogar y recorrer un continente entero para ayudar a los mas pobres, montarte en un yate sobre cargado y hundiendose para meterte en una montana a pelear contra un ejercito. Eso requiero no solo co..... sino tambien corazon. En cuba han vivido y siguen viviendo los hombres mas grandes que america latina y el mundo han dado en mucho tiempo. Muchas veces me lamento no haber existido en esos tiempos, sin duda me hubiera subido en ese yate tambien. Viva la revolucion. Hasta la victoria siempre.

    • Rafael dijo:

      Hay montones de héroes, es cierto. Fabricados por la tv, los medios, etc. Pero la imagen del Che en pancartas, en manifestaciones por el mundo, en Asia… habla por sí sola. ¿Quién es el héroe sino aquel que le da el pecho a las balas, el que lo deja todo para darse al mundo? En la hidroeléctrica de Hanabanilla guardan como una reliquia un diploma firmado por el mismísimo Che Guevara cuando era Ministro de Industrias. No pude apartar la vista de ese cuadro en un buen rato.
      Mucho temple para hacer eso: subirse como dices en un yatecito, vivir la experiencia de la Sierra y dar la vida en cualquier lugar del mundo. Suerte la nuestra el tener hombres así, Maceo, Frank, Ernesto, Marti…

  • El Pensador dijo:

    Que decir impactante la historia de uno de los mejores revolucionarios que hemos tenido en el mundo despojado de todo material pero con la conciencia clara que otros países merecían su esfuerzo......Inigualable el Ché y creo que según cuenta su hija es igualita al padre rebelde por convicción y no conformista... Gracias Ché pocos ven tu luz pero muchos te agradecen

  • Pedry montano dijo:

    El che es un referente en la formación de un revolucionario. Todos los cuadros politicos y administrativos deben estudiar la obra del Che y así conocerlo sentirlo y predicar su ejemplo. Creo que esto se mencesita en la actualidad.

    También reconosco que el Che es una semilla que se ha deceminado en toda Cuba. Cuando hay decenas de cuadros que le faltan las cualidades del Che hay centenares que las tienen, estos son el hombre que forjó el Che.

    Yo todovía siento mi lema." Pioneros por el Comunismo seremos como el Che".

  • Janusz dijo:

    Excelente comentario,deberiamos darle mas covertura a personas para q hablen acerca de sus vivencias,me gustaria q realice mas entrevistas parecidas a esta,,en eapecial me toco profundamente las preguntas y las respuestas:"cual ha sido la mayor ofensa hacia el che desde el punto de vista de aleida",junto a la respuesta q ofrece ella,,,y la otra pregunta muy importante para mi es la relacionada con la economia,debemos leer mas el pensamiento del che respecto a este tema,y cambiar para bien de cuba,del pueblo y de la revolucion todo lo q deba ser cambiado..slds.

  • Raysa Lucía Ricardo Guibert dijo:

    Pertenezco a una generación formada con sólidos principios marxistas-leninistas y valores martianos; por lo que, no he parado de llorar leyendo esta entrevista; amo al Che como a un padre, y su desaparición física me duele cada día más. ¡Hacen falta tantas personas como él, en todo el mundo...!.
    Siendo estudiante escuché a Fidel leer la carta de despedida del Che y vi por la TV aquella triste y dolorosa velada solemne, el 18 de octubre de 1967.
    La frase, "Seremos como el Che", para mí no es fría ni hueca; trato de ser como él, no imitándolo, sino siendo yo misma, y me cabe la inmensa satisfacción de que cuando hablo de él, quienes me escuchan, reafirman o cambian su visión acerca de esta extraordinaria personalidad histórica, sobre todo, por su fina sensibilidad humana.
    Es hermoso y reconfortante saber que su legado continúa vivo en esta hija suya que siguió su mismo camino profesional y ciudadano.
    ¡Gracias, Aleida, por mantener vivo el ejemplo de tu padre!

  • Alberto dijo:

    Gracias Aleida por tus palabras, de hija y de revolucionaria, tu padre, el Comandante Che Guevara vive y se multiplica.

  • Francisco Rodríguez Arencibia dijo:

    Recuerdos inolvidables...

  • Ariel dijo:

    Bello todo, una entrevista muy sensible.Nos hace mucha falta el Che.

  • @adriancamaguey dijo:

    Muchos siempre intentaremos ser como el Che. Hasta el último aliento.

  • selma gonzalez espinosa dijo:

    Aunque con retraso, felicito a la doctora Aleyda Guevara, y con ella a todos los pediatras cubanos en su día. Como enfermera Pediátrica que soy, tuve la suerte de trabajar con muy buenos pediatras en el José L. Miranda de S. Clara. Al Che, no hay palabras que lo describan, y cuando vi pasar aquella caja de cristal con sus restos, mi dolor por su pérdida fue muy fuerte. Me pregunté allí. Pero como cave en esa cajita, un hombre tan grande? Luego aprendí que su estatura moral y humana superaba cualquier marco. Gracias doctora Aleidita, por ser quien es. Viva el Che. Vivan los médicos cubanos que siguen los pasos del Che.

  • Tranquilino dijo:

    Muy emotiva entrevista. Qué bueno saber que mis lágrimas no son las únicas. Siempre me han emocionado mucho las acciones y los ejemplos de austeridad y sacrificios de nuestros hombres y mujeres principiante las del Ché. Deben inculcarse mucho estos temas en las nuevas generaciones y que formen parte de su formación. Aleidita es una digna hetedera de su padre y de su mamá que también es una gran revolucionaria. Parafraseando al más grande "hija de león y de leona". Hay una entrevista que se le hizo en 1997 por la CMHW con motivo de los homenajes a los restos del Ché y sus compañeros en Santa Clara que debía ser transcrita para Cubadebate. Es muy interesante y emotiva. Siempre la recuerdo cuando veo a Aleidita. Por cierto, muy bella en esas fotos.

  • LA GRAN JUGADA dijo:

    Aleidita, que clase de hombre era, es y será tu papito ejemplo por siempre, y a ti a quien más he visto por la TV, y seguro deben de ser iguales tus hermanos, fueron conducidos y educado por tu mama Aleida, la conocí cuando leí su libro en una feria del Libro tuve el orgullo de conocer unas cuantas facetas de ella y del che, tu seguiste sus pasos como gran médico y cumpliste misión también, bellas tus palabras conmocionan mucho de verdad, Gracias Aleidita por tus palabras, de hija y de revolucionaria, tu padre, el Comandante Che Guevara vive y se multiplica en todas partes del Mundo.

  • Rafael Alvarez Barthelemy dijo:

    Querida Aleyda,todo lo de tu papá, me interesa,me gusta oír tu voz,como te expresa,en ti veo a tu papá,eres un digno ejplo de hija,si el estuviera vivo estaría muy orgulloso de ti,pues supiste cumplir el lema de los pioneros,ojala todos los hijos y nietos de los dirigentes a cualquier nivel fueran como tu.Te admiro mucho, gracias por tu ejemplo.Hasta la Victoria Siempre.
    Rafael Alvarez Barthélemy.

  • Armando J. Azcuy Fundora dijo:

    Que orgullo me siento de haber sido parte de la familia no de sangre sino como un humilde trabajador como ESCOLTA que alegria ver a aquella niña traviesa pero inteligente, cariñosa y por que no humilde hasta en sus acciones diarias una niña amante de la naturaleza una ser lleno mde amor a sus padres QUE ORGULLOSO ME SIENTO ALEIDA DE TI de corazon NO TE OLVIDO NI TE OLVIDARÉ. gloria eterna al valiente comandante y mi JEFE honor rindo a su memoria VIVA CUBA

  • Teresa dijo:

    No es mencionar sus valores, ni una frase, ni el valor que lo caracteriza, pero otro como el, me parece que no nace.
    Nunca quiso nada material, lucho para salvar a los pueblos oprimidos, sus ideas siempre perduraran, tenemos que seguir trabajando y luchando, por un mundo equitativo.

  • María dijo:

    Muy emotiva y educativa esta entrevista. Gracias Aleida, por brindarnos tus recuerdos del Che y tu sensibilidad ante la vida, marcada por su legado. Saludos.

  • Korina dijo:

    Acabo de leer algo muy especia.Estoy muy emocionada .Bendiciones Aleida.

  • Y@ne dijo:

    He llorado, he sentido nostalgia con la entrevista y hasta se la leí a mi niña de 8 años quien derramó sus lágrimas. Muy linda las anécdotas, llena de sensibilidad y amor. Ojalá todos fueramos con el Che! Muy lindas las fotos familiares, es increíble el parecido de Aleida con su padre. Q el guerrillero heroico alumbre por siempre el continente de la América Latina!

  • Alfredo A. Clementi dijo:

    Aleida: ¡Qué emoción leer tus declaraciones! Como compatriota y admirador de tu papá, ejemoplo para todos, un enorme y estrecho abrazo, hija.

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Andy Jorge Blanco

Andy Jorge Blanco

Periodista de Cubadebate. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en 2020. Trabajó como redactor multimedia de Telesur (2019-2020). En twitter: @ajblancocu

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