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Onel nos recordó

Onel Hernández no es un deportista común. Se convirtió el año pasado en el primer futbolista cubano que jugó en la primera división de la Liga Inglesa con el Norwich City, después de haber aportado 8 goles y 8 asistencias para conseguir el título de la Championship (segunda división del fútbol inglés) la campaña anterior.

Es nuestro crack universal. Lo era incluso antes de levantar su bandera cubana el día que se concretó el ascenso de su equipo a la Premier League. Lo era antes de la foto que publicó en Twitter.

La decisión de subir la foto de Fidel es un ejercicio de pura libertad de expresión. Onel Hernández no quiere servir platos de comida a quien no lo vale, a quienes no hacen por su pueblo. Sabe de los impedimentos que existen para su inclusión en el equipo Cuba, sabe que deben resolverse y que nosotros estaremos a su lado para seguir pidiendo a la Federación Cubana de Fútbol y al INDER que se concrete su convocatoria como es debido y se anule la burocracia que lo impide. Por eso subió la foto, porque sabe que Fidel se declaró máximo enemigo de la burocracia al expresar “ver en los procedimientos burocráticos el peor obstáculo” y también para demostrar que Cuba tiene mucho fútbol en sus entrañas.

Onel sabe eso. En su Twitter y en su Instagram publicó hoy con orgullo esa foto de Fidel vistiendo la camisa de nuestra Selección Nacional de Fútbol durante el IX Campeonato Centroamericano y del Caribe donde dejó con un disparo inaugurado el evento. La imagen pertenece al fotorreportero Liborio Noval y al parecer a Onel Hernández le encantó descubrirla.

Por eso la publicó llamando a Fidel “El Jefe” e incluyó varios hashtags en alusión a su patria, porque no le da vergüenza decir que ama a los suyos y porque ansía representarnos con prontitud. Seguidamente ocurrió lo de siempre. Los que se dicen “máximos defensores” de la “libertad” salieron a atacar precisamente la libertad que tiene Onel de subir esa foto y escribir lo que cree. Él expuso en un comentario que era “una foto genial”.

“A mi gente no quise ofender a nadie con esta foto, que me gustó porque muestra que Cuba no es ajena al fútbol. La política es muy complicada y yo soy un deportista, no un político. Quienes me conocen saben que amo a Cuba y a su pueblo”.

Ahí está Onel, sincero, tajante, único. Es lastimoso ver como algunos de los que más apoyaban a este futbolista, ahora lo atacan y le impugnan que perdieron la confianza en él, como si eso lo hiciera regatear menos o perder puntería de cara al arco. Ahí está Onel, resplandece con su bandera cubana en la mano y esa sonrisa que recuerda sus raíces. Él es de aquí: un orgullo de esta tierra que no subió esa foto para ser convocado ni mucho menos, eso ya lo merecía desde hace rato. La subió porque quiso, porque a pesar de estar lejos de su gente, Onel nos recordó.