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El progreso hacia la eliminación de las hepatitis se ve amenazado por la pandemia

Cuba desde 2007 sin reportes de casos de Hepatitis B en menores de 15 años. Foto: ACN

Mantener los servicios esenciales relativos a la prevención y el tratamiento de las hepatitis virales durante la pandemia de COVID-19 con el fin de no poner en riesgo el progreso hacia su eliminación, fue la más reciente alerta emitida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), este martes 28 de julio, a propósito del Día Mundial contra la Hepatitis.

De acuerdo con la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, “en plena pandemia, las hepatitis virales siguen enfermando y matando a miles de personas”.

“Estos servicios, entre ellos la vacunación contra la hepatitis B, son esenciales y no pueden detenerse. La atención debe continuar de manera segura para todos los que la necesitan”, remarcó.

Este grupo de infecciones que comprende las hepatitis virales A, B, C, D y E, catalogadas por los expertos como “enfermedad silenciosa”, son hoy un problema de salud pública mundial.

Ante este escenario, el diagnóstico y tratamiento oportuno si­guen siendo las mejores respuestas para un padecimiento que causa cada año la muerte de alrededor de un millón y medio de personas.

Según cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud, al menos 325 millones de personas tienen hepatitis vírica B y C en el mundo, mientras que 900 000 fallecen cada año por hepatitis B. Solo el 10% de los casos de hepatitis B y el 19% de los de hepatitis C saben que están infectados, en tanto apenas el 42% de los niños en el planeta reciben la dosis de la vacuna contra la hepatitis B prevista al nacer.

En el caso de las Américas, 3.9 millones de personas viven con hepatitis B crónica y 5.6 millones viven con hepatitis C.

Sin embargo, la región ha evidenciado progresos sustantivos. Un modelo desarrollado por la OMS estima que 17 países de la región ya han logrado eliminar la transmisión de la hepatitis B de madre a hijo y durante la primera infancia, y que las Américas en su conjunto también ha alcanzado esta meta: una prevalencia regional de ≤0.1% en niños menores de cinco años.

Al respecto, la OPS/OMS recomienda que todos los recién nacidos deberían ser vacunados contra la hepatitis B al nacer y recibir posteriormente al menos dos dosis adicionales para estar protegidos de por vida.

“Con la vacunación universal, estamos creando nuevas generaciones libres de hepatitis B y dando un paso hacia la eliminación de las hepatitis como problema de salud pública”, sostuvo Etienne.

Los expertos sostienen que más del 90% de las nuevas infecciones crónicas de hepatitis B suceden por la transmisión de madre a hijo o entre los niños durante la primera infancia.

Es por ello que vacunar contra la hepatitis B a los recién nacidos en las primeras 24 horas de vida y los lactantes es un elemento fundamental.

Datos de la OPS sostienen que en la región, 31 países, que representan más del 95% de la cohorte de recién nacidos (alrededor de 14 millones), recomiendan la vacunación universal al nacer y todos los países y territorios de las Américas (51) vacunan contra la hepatitis B en sus programas de inmunización infantil de rutina, con una cobertura regional de vacunación superior al 80%.

Luego de la introducción hace más de dos décadas de la vacuna contra la hepatitis B, las Américas es hoy la región del mundo con la prevalencia de infección crónica más baja.

“El progreso alcanzado es ejemplar”, consideró la directora de la OPS. Se estima que en 30 años la región logró reducir de 0.7% a menos de 0.1% la prevalencia de hepatitis B en niños menores de cinco años, un promedio que a nivel global hoy se ubica en 0.9%.

“Tales resultados no serían posibles sin el compromiso de los Gobiernos, el personal de salud y las familias con la vacunación”, afirmó.

No obstante, más esfuerzos deben realizarse en algunos países donde las tasas de vacunación de rutina han disminuido recientemente, alertó Etienne y abogó por asegurar que la vacunación de los recién nacidos contra la hepatitis B ocurra en las primeras 24 horas de vida y se mantengan altas las coberturas de vacunación en menores de un año.

Hepatitis B y C, diagnóstico temprano como garantía

La prevalencia estimada de hepatitis B en la población general también es menor en las Américas (0.7%) que el promedio mundial (4%).

Mientras que generaciones pasadas no pudieron beneficiarse de la vacunación infantil, los países ofrecen la vacunación contra la hepatitis B al personal de salud y otros grupos de riesgo. Ante la falta de una cura para las personas infectadas por la hepatitis B, el diagnóstico temprano ayuda a prevenir sustancialmente el riesgo de progresión a cirrosis hepática y cáncer de hígado, y el acceso al tratamiento puede controlar la infección, advierte el organismo de salud regional.

En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero los antivíricos pueden curar a más del 95% de los infectados. Sin embargo, solo el 14% de las personas infectadas en América Latina y el Caribe son diagnosticadas y menos del 1% recibe el tratamiento debido a su elevado costo.

Algunos países de la región han accedido a los antivirales de acción directa (DAA) –que pueden curar la hepatitis C en tres meses o menos– a través del Fondo Estratégico de la OPS, un mecanismo que les permite tener acceso a este medicamento de calidad y de manera asequible, pero pocos lo utilizan actualmente.

Programa cubano contra la hepatitis, una prioridad de salud pública

Cuba cuenta con una vacuna antihepatitis B propia, producto de nuestro Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), la cual es reconocida por la OMS, publicó en su cuenta de la red social Facebook la doctora en Ciencias Mirta Infante Velázquez, presidenta de la Sociedad Cubana de Gastroenterología, quien reconoció las múltiples acciones que en el país se realizan para el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades.

“Tenemos cobertura de inmunización a toda la población cubana por debajo de los 37 años de edad, ya que todos los niños son vacunados al nacer, lo cual ha permitido cortar la transmisión vertical de hepatitis B de madre a hijo”, sostuvo.

Infante Velázquez explicó que el Centro de Inmunología Molecular (CIM) produce los estuches reactivos para los marcadores virales. La confirmación se realiza mediante PCR, que está disponible en laboratorios ubicados en La Habana y en las regiones central y oriental de Cuba.

“Tenemos posibilidades de indicar tratamiento con análogos de nucleósidos y con antivirales de acción directa, pero hace falta ampliar la disponibilidad de estos fármacos en todo el país. Hemos contado y contamos, para las indicaciones vigentes, con los interferones recombinantes producidos por nuestro CIGB”, destacó.

“Nada de eso cuesta un centavo para el cubano. Son verdades, brillos de nuestro Sol, que está lleno de manchas, lo sé, pero yo prefiero mirar su luz”, refirió en su publicación.

Pese a las acciones de promoción de salud que se realizan, aún persisten en la población conductas sexuales, higiénicas y culturales que favorecen el contagio con estas enfermedades. De ahí que deba tenerse en cuenta que las vías de transmisión de estas enfermedades son similares a las del VIH/Sida y que se consideran también infecciones de transmisión sexual.

Entre los mecanismos de prevención, los expertos recomiendan que las personas que mantienen una vida sexual activa y no se protegen sistemáticamente con condones, soliciten al menos una vez al año a su médico de familia conocer su situación con respecto a las hepatitis B y C.

El Día Mundial contra la Hepatitis se celebra cada 28 de julio para generar conciencia sobre las hepatitis víricas que inflaman el hígado y causan consecuencias como la cirrosis y el cáncer de hígado.

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