- Especial de Revista Alma Mater
Un padre "soltero" y un hombre que no se siente listo para tener hijos son dos de las caras de la paternidad que El rostro de los días, la telenovela cubana en transmisión, lleva tres veces por semana a hogares de todo el país.
Mientras Fabián gana afecto y admiración debido a la forma en que ha asumido la crianza de un bebé, David se hace menos querido por sus infidelidades, ambiciones profesionales y, sobre todo, reticencia al proyecto de Mariana de aumentar la familia. Dejando a un lado virtudes y defectos técnicos, la ficción posee el mérito de poner en foco, como pocas predecesoras, a los padres, eternos segundones en la crianza y cuidado, si por la tradición nos guiamos.
Y es que, sin dudas, sigue siendo Cuba un país donde las brechas de género se manifiestan en los roles de atención a los niños y las niñas –así lo evidencia, por ejemplo, la proporción de hombres que se acogen a la licencia de paternidad, respecto a las mujeres– [1] pero es también un lugar donde muchos apuestan por ir contra la hegemonía patriarcal, transgrediendo los estereotipos que los condenan a ser poco más que meros proveedores.
Si bien no se libra de sitios comunes y el tratamiento de algunos personajes carece de matices necesarios, el dramatizado presenta dos realidades extremas que coexisten en la cotidianidad y que, incluso, pueden dialogar en algún momento, pues no resulta descabellado pensar que quien hoy prioriza su carrera, mañana llegue a ser un progenitor entregado.
Sobre los conflictos de sus personajes en El rostro de los días, además de cómo viven y perciben la paternidad en su vida personal, conversó Alma Mater con los actores Denys Ramos Antúnez (Fabián) y Niu Ventura Bring (David).
La inseminación artificial que David y Mariana necesitan realizarse ha devenido motivo de grandes discordias en su matrimonio, originadas por la imposibilidad de David de naturalizar el procedimiento médico. ¿Sigue siendo hoy la fecundación artificial un atentado a los conceptos de masculinidad y virilidad?
Niu (N): En la actualidad ha ganado bastante terreno la labor de los especialistas en Reproducción Asistida, sin embargo, aún perviven tabúes a la hora de someterse a estos tratamientos. En parte, se debe al machismo lacerante, a la falta de conocimientos sobre el tema y de apoyo que existe en gran parte de la familia cubana.
Javier fue un niño ansiado, incluso buscado con un tratamiento de fertilidad, ¿influye eso en alguna medida en la implicación con que Fabián asume la paternidad?
Denys (D): Influye en gran medida, pero no solo eso, también el sentimiento de culpa que le ocasiona la muerte de Niurka, pues no entiende bien los acontecimientos que llevaron ahí. Ello provoca que tenga aprensión con el niño, a pesar de que es un hombre inteligente, no es una persona cerrada. Sabe que Javier tiene otra familia. Aún así, las circunstancias a las que se enfrenta con Mercedes hacen que sea demasiado cuidadoso.
A David le llegó el viaje y contrato de trabajo que tanto esperaba, ¿se plantea seguir con la inseminación? ¿Puede tener éxito una relación en que los proyectos familiares y profesionales de sus partes son tan diferentes?
N: David se fue convencido con la idea de regresar a tiempo. Ahora habrá que ver las peripecias que le esperan al otro lado del camino. Pienso que el éxito en una relación con proyectos de vida tan diferentes depende de cuánto pese el sentimiento que los une sobre los objetivos que persigue cada cual. No quiero ser absoluto, pero en mi experiencia, lo creo muy difícil de consumar; no significa que sea imposible, estoy seguro de que sobran ejemplos de parejas que lo han logrado.
Tras el accidente de Niurka, Fabián quedó solo con el bebé y se responsabilizó completamente de su cuidado, ¿si la madre no hubiese fallecido sería un padre tan comprometido?
D: Se debe a las circunstancias, por supuesto, a todo lo ocurrido, hay que tener en cuenta que está en una situación terrible, pero, a la vez, de cualquier forma hubiera sido un padre comprometido, aunque no de la manera en que lo vemos desempeñarse. Siempre estuvo planificado que pidiera tiempo después de terminar el proyecto de la vacuna en que trabajaba, para estar todos juntos: él, su esposa, el bebé. Es el modo de pensar y vivir de este personaje.
¿Cómo reaccionaría David si lograran quedar embarazados? ¿Continuaría con sus planes de trabajar en el extranjero o se quedaría en Cuba? ¿Concibe una paternidad a distancia, cumpliendo solo un rol de proveedor?
N: Dejaría todo garantizado en casa e, incluso así, iría al viaje. Su objetivo ha sido claro desde el principio: superarse, prosperar económicamente junto a Mariana en el exterior, crear las bases necesarias, tener lo suyo, cosa que en Cuba no cree poder lograr, y posteriormente formar una familia. No se trata de que evite la paternidad, como muchos piensan, sino que no se siente en el momento idóneo para ella.
¿Por qué Fabián toma la decisión de independizarse no solo de la familia de la madre, también de la suya?
D: Parte de sus concepciones de la familia y de que no quiere molestar, ser una carga para nadie. Igualmente, no desea que se entrometan en su manera de cuidar o educar a esta criatura. Él no cree que otras personas lo vayan a hacer mal, pero lo quiere hacer a su manera, sin que otros se hagan cargo de sus asuntos; creo que tiene todo el derecho.
¿Cuáles son en su opinión las causas que pueden hacer a los cubanos retrasar o prescindir de ser padres?
N: Las causas de retrasar o prescindir la paternidad en Cuba están asociadas, en parte, a la situación económica. Asimismo, en la actualidad existe una mayor preocupación por el desarrollo profesional.
D: Somos un pueblo instruido, con una educación bastante avanzada para ser un país subdesarrollado, bloqueado y con tantas limitantes. Eso hace que haya una mayor comprensión del contexto y se piense en traer una criatura al mundo en medio del poco crecimiento económico. Además, muchos jóvenes emigran y no hacen familia en Cuba. Este comportamiento también está ligado al desarrollo de esta época, es algo que pasa en muchos países, no solo aquí, las mujeres y los hombres están retrasando los hijos hasta los 30, incluso 40 años.
Aún existen muchos prejuicios, Mercedes no cree que un hombre sea capaz de hacerse cargo de un niño y llegó a criticar la decisión de acogerse a la licencia de paternidad; Reina también auxilia a Fabián continuamente, incluso sin que él se lo pida. ¿Cree que todavía se percibe a los hombres como menos capaces de encargarse de los niños y niñas que a las mujeres?
D: Sí. Vivimos en una sociedad machista, donde las mujeres son tan machistas como los hombres y, en ocasiones, hasta más. Eso implica que exista ese tipo de pensamiento de que el hombre no puede ser lo suficiente responsable como para custodiar a una criatura, educar a los hijos u ocuparse de todo dentro de una casa.
Mariana está dispuesta a poner en pausa su carrera, a no tomar ciertas oportunidades profesionales en este momento, porque desea ser madre. ¿Puede admitir David que un hombre haga lo mismo?
N: David es perfectamente capaz de entender a Mariana en su proceder, pero volvemos al mismo dilema: ella tiene cubiertas muchas necesidades materiales que él no. Por ejemplo, algo tan sencillo y difícil de adquirir como una casa. A causa de ello, David quiere aprovechar las oportunidades que se le ofrecen para su desarrollo profesional, incluso antes de que apareciera Irene.
En la familia de Fabián existe preocupación por su carrera. Cuando el niño nació estaba trabajando, pero luego decidió centrarse en él: a las mujeres no se les suele cuestionar que dejen sus profesiones en pausa el primer año de vida de su bebé, ¿las reglas son diferentes para los hombres?
D: Bajo la sombrilla del machismo existen disímiles prejuicios como que el hombre es quien debe llevar dinero a la casa, que el desarrollo profesional de un hombre debe ser mayor que el de una mujer e incluso, aunque en nuestra sociedad no se suele percibir, cuestionamientos sobre si un cargo lo debería ocupar una mujer o un hombre. Estos prejuicios están, vienen de una larga tradición y resulta difícil encontrar a un hombre que pida licencia de paternidad. No opino que las reglas sean diferentes, pero hay un pensamiento social que sí suele serlo.
¿Hasta qué punto son David y Fabián prototipos de cómo su generación asume la paternidad?
N: Son tiempos de mucha información cultural y tecnológica, así como de mayores oportunidades para los jóvenes. El progreso es continuo y trae consigo que se apueste, en primer lugar, por la superación profesional y el disfrute pleno de la juventud.
D: Fabián asume la paternidad por encima de su carrera debido a las circunstancias que ha vivido, el trauma de ser un padre viudo y joven que moría de ganas de tener un hijo y criarlo junto con su esposa. Es un personaje que le habla a las nuevas generaciones sobre cómo ser padres. En contraste, no soy del criterio de que se deba dejar a un lado la profesión, además de que ha sido un poco egoísta, pues su familia y la familia de su esposa podrían tener también un rol activo en el cuidado del niño.
Denys no es padre, ¿de dónde se nutrió para encarnar a Fabián?
D: En mi vida he visto el desempeño de muchas personas como padre, entre ellas, la entrega y dedicación a su familia y el amor hacia sus hijas de algunos suegros. También he tenido modelos a seguir de amigos mucho mayores, que se han comportado como mis padres, así como mis maestros Adolfo Llauradó y Luis Ubaldo Benítez, mi hermano Héctor Mora y Christian Langlade, un gran amigo francés.
¿Cuánto hay de su propia vivencia en la construcción del personaje David?
N: Soy muy distinto al carácter de David. Para la construcción del personaje tuve que estudiar muchos aspectos de su vida, en especial el machismo. Sí coincidimos en algo: no quise apresurar el tema de la paternidad y cuando me sentí listo tuvimos que asistir a consultas de infertilidad, lo cual asumí de manera muy positiva. Así, en poco tiempo, logramos tener al primer bebé. Para mí, mis hijos son lo primero, luego todo lo demás. Son mi orgullo, mi sentido de vida, mi alegría, mi todo…
Si en algún momento fuera padre, ¿qué toma y qué cambiaría de la forma en que Fabián se relaciona con su hijo?
D: No cambiaría nada. Creo que es el tipo de paternidad que debe existir. Solo apunto que los excesos son malos y, si la novela siguiera hasta que el niño cumpliera quince o veinte años, probablemente veríamos a un padre muy receloso con su hijo, muy aprensivo; eso tampoco es favorable.
¿Cómo percibe la paternidad? ¿Cómo la vive? ¿Es diferente la paternidad que ejercen los hombres del siglo XXI de la que ejercían sus padres y abuelos o se mantienen las esencias?
N: Considero que la esencia de la paternidad es la misma, lo que para la generación de nuestros padres y abuelos se basaba más en ser el sostén económico del hogar. Ahora es común ver a las parejas compartiendo los mismos deberes. Los padres participamos en la educación y crianza asumiendo actividades antes impensables, como cambiar un pañal, cuidar a los hijos mientras mamá trabaja, en fin: nos encargamos de tareas domésticas tradicionalmente solo atribuidas a las madres y no por ello nos sentimos menos hombres. Al contrario, nos enorgullece y contribuimos a crear algo que tanto necesita nuestra sociedad: mejores seres humanos.
[1]Los últimos datos obtenidos aseguran que solo 125 hombres se acogieron entre 2006 y 2014 al Decreto-Ley 234 De la maternidad de la trabajadora (2003), legislación que brinda la oportunidad de solicitar la prestación social a los padres.
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Fernando y Alicia comparten profesión, valores, afectos, la sonrisa. Son cómplices de sus trabajos, y a la vez, sus principales censores.
Respira, ahogando las lágrimas. Intenta ser coherente al hablar de su hija, pero tanto sentimiento le apaga las oraciones y apenas contesta: «orgulloso y satisfecho de que se sienta realizada».