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Para apuntar: 24 de abril, el día del pico epidémico en Cuba

El 24 de abril, 45 días después de reportarse los primeros casos positivos al nuevo coronavirus SARS-CoV-2, la epidemia de la COVID-19, enfermedad que causa este agente infeccioso, alcanzaba su pico.

Ese viernes, la nación caribeña registró el mayor número de casos activos hospitalizados en un solo día, con la cifra de 847 personas confirmadas ingresadas en las instituciones hospitalarias habilitadas en todo el país para el tratamiento de los pacientes infectados.

Para ese momento de la epidemia, ya sumaban 39 los eventos de transmisión local abiertos en el territorio nacional. Tales sucesos, hasta hoy, aumentaron a 44 eventos, aunque de estos solo quedan abiertos casi 40 días después del llamado pico, solo seis.

Justo el 24 de abril, el municipio capitalino de Centro Habana pasaba a ser el de mayor riesgo en la urbe. Pasado más de un mes, el evento de transmisión local del cual se han generado los tres focos que mayor número de contagiados aportan en estos momentos, tienen su origen en este municipio.

Entonces, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, señalaba  que la organización, en los más diversos aspectos, era un principio vital en el actual escenario que vive el país de enfrentamiento a la COVID-19. Lo sigue siendo en un contexto epidemiológico urgido de disciplina y responsabilidad, donde los descuidos y errores se traducen en peligro para la vida de todos.

Desde su cuenta de Twitter, el propio 24 de abril, Bruno Rodríguez Parrilla, ministro cubano de Relaciones Exteriores, expresaba que la humanidad demanda una solución efectiva frente al nuevo coronavirus que causa la COVID-19, declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en ese sentido convocaba a las naciones a unir esfuerzos.

La solidaridad y la capacidad de cooperar en el mundo, aún cuando hay ejemplos y muestras conmovedoras que evidencian el ánimo de ayudar y compartir, sigue siendo un pendiente tantos días (enfermos y muertos) después.

El día que Cuba llegaba a su pico epidemiológico, Estados Unidos iba camino a superar unas horas después las 50.000 muertes, y ya había sobrepasado con creces el número total de contagiados en China, país donde se originó el primer brote del coronavirus.

También, el 24 de abril, el presidente norteamericano Donal Trump declaraba que sus comentarios sobre el uso de inyecciones de desinfectante como un posible método de tratar a los infectados con coronavirus eran solo “sarcásticos”, refiriéndose a sus declaraciones del día anterior.

En las mismas, afirmaba que la luz del sol y las inyecciones de desinfectante podrían ayudar en la lucha contra el coronavirus. Resultado posterior: cientos de intoxicaciones de ciudadanos que siguieron al pie de la letra sus sugerencias y bebieron cloro y lejía.

Por primera vez en España, ese viernes, la cantidad de personas recuperadas superaba a las contagiadas en 24 horas. Casi 40 días después, la nación ibérica registró por primera vez en tres meses su primera jornada sin muertes por coronavirus en 24 horas.

Italia, también el 24 de abril, vería salir más personas de la enfermedad que nuevos contagiados en un día, desde que comenzara la epidemia en este país europeo.

Mientras, en Brasil, el alcalde de la ciudad de Sao Paulo, Bruno Covas, anunciaba que la urbe más grande de Sudamérica se preparaba para el peor momento de la crisis de la enfermedad.

Un mes y escasos días después, Brasil se convirtió en el país con más muertes diarias en todo el mundo, superando a Estados Unidos.

Estos son, apenas, unos apuntes de un día marcado en la epidemia en nuestro país, situados en el contexto internacional. Cifras que, sería necedad e ingratitud, volver a reproducir.