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Sentí cerca la muerte

Por: Lourdes Pichs Rodríguez
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Joel Leyva Rodríguez. Fotos: Carlos Rafael

Es el caso 91, el penúltimo de los confirmados a la COVID-19 hasta ahora en la provincia de Holguín. Desde el 5 de mayo, cuando trascendió su positividad al SARS-CoV-2, su evolución fue seguida, paso a paso, por muchos a través de ese número, entre la ansiedad y el optimismo.

Pero su pelea, “cuerpo a cuerpo”, contra el nuevo coronavirus comenzó mucho antes de ese día. Fue, exactamente, cuando decidió ocupar puesto en la primera línea de combate, como uno más de los siete profesionales que integraron la primera brigada que abrió la atención a casos sospechosos y contactos en el hospital Lucía Íñiguez Landín.

Es larga la historia, llena de momentos difíciles y tensiones, porque de médico de cabecera pasó a ser uno de los pacientes graves y con múltiples complicaciones por los cuales los equipos multidisciplinarios del hospital militar Fermín Valdés Domínguez han tenido que luchar bien fuerte para salvarles la vida desde marzo hasta ahora.

De eso no tiene dudas el doctor Joel Leyva Rodríguez, quien de vuelta a su hogar en la calle Fomento, tras 37 días fuera del calor de la familia, confiesa con sus ojos verdes humedecidos, que “todavía estoy un poco triste, estuve de shock en shock. Sentí de muy cerca la muerte”.

El especialista en Medicina General Integral, máster en Terapia Intensiva y diplomado en ultrasonografia y en ventilación mecánica, fue dado de alta clínica al mediodía de este 21 de mayo tras ganarle la pelea a la COVID-19 en buena lid, para anotar otro triunfo más de la medicina cubana, holguinera a esa letal enfermedad.

Ahora acomodado desde un sillón de la casa comparte la experiencia vivida en las últimas jornadas, cuando “percibí de cerca la muerte, no lo voy a negar; sentí la sensación de que podía morir, al ver toda la parafernalia de la que uno está acostumbrado como médico, equipo de ventilación, desfibrilador encendidos y otros junto a la cama del crítico o grave, además observar a los médicos alrededor mío preocupados, pude percibir que el estado de gravedad era importante y que podía perder la vida”.

Joel es de fácil conversación y por eso no hacen falta muchas preguntas. Mientras habla no deja de intercambiar miradas con su esposa, médico también, quien lleva aún reflejado el susto en el rostro y hasta llega a comentar que la madre del doctor está ajena todavía a lo que le ha pasado al hijo.

Vuelve él a tomar el hilo de la plática y lo dejo exteriorizar sentimientos con toda libertad. “Mi centro de trabajo es el policlínico Alcides Pino, pero hace dos años, en medio del enfrentamiento al dengue, estoy destacado en el hospital Lucía Íñiguez, en la sala de cuidados especiales para paciente crítico con esa enfermedad, que no ha terminado tampoco acá”.

Recuerda, que como parte de la preparación en marcha en la provincia ante el nuevo coronavirus se programó un diplomado de ventilación mecánica para la COVID-19 y fueron escogidos profesionales vinculados a la Terapia Intensiva, Clínicos y anestesiólogos.

Se arman cuatro brigadas en el hospital, que ya estaba previsto asumiera la atención de casos sospechosos y con infecciones respiratorias agudas. Él había dado su disposición y así comienza la labor directa en la zona roja.

“Sobre la marcha se fueron clasificando y aislando casos. Uno de los dos primeros ingresos es por el diagnóstico de infarto, pero venía contaminado con el virus. El jefe de equipo, el doctor Jose (también positivo), y yo, fuimos los que trabajamos más de cerca con ese paciente, al cual fue preciso hacerle varios procederes, abordajes profundos, ultrasonidos y una serie de tratamientos médicos imprescindibles de cumplimentar durante el pase de visita diario que se les hace a todos en sala.

“Parece que nos contaminamos ahí. El colega y yo estuvimos asintomáticos. Pero, aproximadamente, a los tres días ya de estar en el área de aislamiento en la cuarentena en Playa Blanca, después del trabajo de 14 días en el hospital, nos comunican que uno de los pacientes que habíamos atendido era positivo. Ese momento fue conmovedor, porque cualquiera de los siete médicos podíamos estar infestados, además del personal de enfermería, que era bastante numeroso, dos por cada cubículo”.

La zozobra fue a partir de ahí dueña del grupo hasta que al séptimo día que se les hace la prueba de la PCR en tiempo real y el 5 de mayo les confirman a Joel y al doctor Jose Alberto (número 92) la positividad al nuevo coronavirus. “De ahí fue directo al hospital militar, donde comienza el protocolo de tratamiento, con los medicamentos consabidos y ya al tercer día comienzo a presentar alguna sintomatología, principalmente del tipo radiológica, se aceleró el eritro y cosas banales.

Pero a medida que el tiempo fue pasando los inconvenientes empezaron a sobrevenir: dolor precordial, fiebre al Interferon por días, y todo comienza a complicarse hasta que el grupo de expertos decide el traslado a la sala de Terapia Intensiva, con el diagnostico de una complicación de la COVID-19”.

“Comencé a hacer al mismo tiempo una neumonía de tipo viral, con derrame pericardio con pericarditis y una miocarditis; hubo un componente general de complicaciones; que trajo consigo que en la noche segunda, luego del diagnóstico, se reúna el grupo de expertos porque aparecen otros cambios eléctricos, arritmia, que ponen en peligro mi vida y se decide comenzar el tratamiento más intensivo, con medicamentos de primera generación de nuestro país, como el CIGB 258 con el cual el cuadro grave, crítico va cediendo poco a poco.

El cardiólogo observa mejorías en el ritmo cardíaco y que el derrame pericardio empieza a reabsorberse. Gracias a la virtud de esos médicos pude rebasar la gravedad y estar hoy aquí contando lo sucedido”.

Mientras habla trata de desmenuzar términos médicos para hacer más comprensible la conversación llena de emociones y también de agradecimiento.

Estuve grave cinco o seis días, que fueron los más críticos. A mi mente llegaron en esas horas la tormenta de citoquinas, que es una hiperreacción del organismo hacia el virus y puede llevar a que el mismo organismo se destruya y te mate. Es una de las complicaciones más temidas en la COVID-19, lo cual conocíamos bien por la preparación recibida para comenzar a trabajar con los pacientes del ¨Lucía”.

Confiesa que para él, que ha conocido y visitado clínicas y hospitales de primera generación en sus misiones internacionalistas en el exterior, el hospital militar Fermín Valdés Domínguez es una joya en la preparación y calidad humana de su personal médico y paramédico, equipamiento, disciplina.

“Allí todo funciona como un reloj de la mejor marca, desde la encargada de hacer la limpieza de las habitaciones todos los días a la misma hora con una forma de hacer la cosas justas y cuidado terrible, la desinfección perfeccionista, la medicamentación a la hora hasta su directora”.

Por eso su agradecimiento y deuda eterna para con ese equipo, pero también con todos los que “desde el Ministerio de Salud Pública, directivos del sector, colegas hasta el último holguinero, que siempre me hicieron sentir lo importante que era y soy para ellos, una muestra de cómo el país se preocupa por cada una de las personas que va a un combate, y yo me sentí haber ido a un combate, en el que perdí una pelea, pero no la guerra, porque aquí estoy recuperándome y dispuesto a volver a la contienda contra la COVID-19”.

(Tomado de Ahora)

Se han publicado 18 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • zenaida montero Ramirez dijo:

    por nuestro medico y personal de la salud orgullosa de ser cubana de haber estudiado y lloro cada diapor no poder estar hoy prestando mi servicio a la patria al lado de cada uno de ello que son ejemplo de nuestro Fidel

  • Dr. Avalo dijo:

    Este es un ejemplo del coraje de los médicos cubanos, dispuestos siempre a cumplir con su deber sagrado de salvar vidas, por muy riesgosa que sea la tarea, siempre se puede contar con profesionales así de valientes. Este es un VALIENTE ma's, así, escrito con mayúsculas: ademas de VALIENTE entregado, serio y responsable en su trabajo y también un hombre y amigo. Es un pilar en su trabajo y un ejemplo a seguir. Siempre me refiero a e'l cuando de calidad de profesional se trata. De todos los médicos que laboran en mi servicio e'l fue el primero en acercarse a mi y decirme ''cuenta conmigo''. Siempre hemos sabido que podíamos contar contigo y que no nos defraudarías.

    • Dr. Avalo dijo:

      Perdónenme las tildes.

  • Paloma dijo:

    Mucha suerte para todo el personal médico, paramédico y de apoyo q se enfrentan día a día a la cruda realidad de la muerte, sin ellos nada hubieran sido posible

  • Raiko dijo:

    Esa es mi Cuba. Te llevo siempre en el corazon y en los pensamientos por muy lejos que esté mi isla querida.

  • LRA dijo:

    Te deseo larga vida on salud.! Proseridad para ti y tu familia.

    Increible el trabajo del Equipo Medico y de todos los que luchan por nuestras vidas!

    Un abrazo Doctor!

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Doctor Joel, de nuevo en casa, sentimos alegría grande, usted entró al combate por la vida de otras personas, por éso se habla de valientes, de los que asumen el lugar de mayor riesgo para que necesite cuidados tenga su ángel, luego pudo verlos a su alrededor, en el mayor orden y desvelo. Un abrazo.

  • Catalina dijo:

    Bravo doctor los mejores deseos para usted y todo el personal que luchó por salvar su vida.!!!!
    Nuestro reconocimiento para el personal de la salud en toda Cuba.

  • Ariel dijo:

    Simplemente, BRAVO!!!

  • Amistad dijo:

    Por vivencias como esta que a diario se reportan en esta isla es que cada mañana se me renueva el ánimo para salir a la calle a enfrentarme a los quehaceres propios de la trinchera que ocupo en esta batalla que libramos. Estoy mas que convencido que contra este sentimiento compartido no puede nada ni nadie. Ninguna situación, por extrema y dificil que sea, puede opacar el sano orgullo de sentirme cubano cuando soy testigo de tantas muestras de humanidad, de solidaridad, de lucha y entrega por la vida.... en fin , de amor. No puedo evitar que una historia como esta me estruje el corazón y exprima mis ojos hasta sacarme una tímida lágrima que trato de disimular ante mis compañeros. Y es que me doy cuenta que incluso esta hipersensibilidad ante el sufrimiento ajeno me la sembró mi Cuba, mi Revolución con todos los valores que promueve e inculca. BENDITO ESTE PAIS QUE PARE HOMBRES Y MUJERES VALEROSOS Y SENSIBLES. Mi aplauso hermano por tu recuperación y estoy seguro que como un soldado de esta patria te incorporaras de nuevo al combate. !ADELANTE CUBANOS!

  • anibal dijo:

    Para ti Joel el abrazo eterno de todo el colectivo de trabajadores del Hospital Guillermo Dominguez de Puerto Padre pues de verdad eres un VALIENTE.
    Has puesto muy en alto la consigna de salvar salva de nuestro ejército de batas blancas.
    Cuidate hermano que personas como tú es lo que necesita nuestro país.
    Un abrazo grande.

  • Bárbara dijo:

    En nombre de toda Cuba, le deseo una pronta recuperación, Ud es un ejemplo de ese personal que salva vidas a costa de su propia salud.Gracias valiente.

  • Sahily dijo:

    No pude evitar llorar al ver el reportaje de tan querido amigo, de muchos médicos que conozco pudiera alegar con certeza que así es Joel, tal cual nos comenta en su reportaje, al mirar sus ojos podemos darnos cuenta del gran médico que es, además un ser humano muy especial,desde que supe que estaba enfrentando tal situación le pedí a Dios que lo sanara y lo cuidara, para él todo mi respeto y profunda admiración.

  • Adbia lescay osoria dijo:

    Ellos luchan con fervor y coraje gracias a la drigada de angeles q poen en riesgo sus vidas para salbar naciones

  • Beto dijo:

    Estamos muy contento de que ya esté en casa, por suerte ya lo peor pasó. El pueblo de Cuba está muy agradecido de todo el personal de salud

  • Ali dijo:

    Qué bueno que se haya salvado precisamente un médico. Él, a su tiempo, también contribuirá desde su trinchera a salvar muchas vidas. Ahora le toca reponerse de la Covid.

  • Armando dijo:

    Una felicitación con toda la admiración que se puede tener por personas de esa calidad humana y profesionalismo, desde México con amor para el pueblo querido de Cuba...

  • Roly dijo:

    Grácias x tu humildad y eterno agradecimiento a tus colegas, imagino sea muy difícil verse en el papel de paciente grave o crítico cuando siempre haz jugado el papel del médico diagnósticando e indicando.
    Saber que estás grave y que una complicación puede llevar a otra, créeme tiene que haber sido muy difícil y stressado.
    Pero ya vez tu fe, la confianza y el amor y esfuerzo de todos tus compañeros lograron traerte a la vida nuevamente.
    Queda ahora recuperarte para que puedas ejercer con más profesionalidad, experiencia y trayendo de vuelta a la vida a nuchos, muchos seres humanos que como tú han visto la muerte muy de cerca.

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