- Cubadebate - http://www.cubadebate.cu -

¿Graduación en suspenso?

Universitarios de todo el país comparten sus preocupaciones sobre la realización de sus tesis y la graduación en tiempos de coronavirus. Fotos: Facebook.

El 23 de marzo, a doce días de la detección de los primeros casos positivos en Cuba y restando poco más de dos meses para la entrega de los informes de tesis de pregrado, el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, tranquilizó los ánimos de miles de estudiantes preocupados por el avance de la COVID-19 en el país, al anunciar la suspensión de las actividades docentes en las universidades.

La decisión anunciada en el espacio televisivo Mesa Redonda no solo significó un alivio, para algunos también devino reto. Con la idea de que se retornaría a las aulas a finales de abril, miles de alumnos de grados terminales siguieron trabajando en sus proyectos de culminación de estudio, intentando emplear el tiempo de aislamiento social de la mejor manera posible y disminuir las repercusiones negativas que la pausa obligatoria significaba para sus investigaciones.

En algunas almae matres se tomaron, desde el principio, medidas drásticas como modificar los temas de tesis, de manera que las graduaciones pudieran efectuarse en la fecha prevista, aunque ello significara renunciar a las aplicaciones prácticas de algunas propuestas. En otras, en cambio, primó la desinformación respecto a lo que sucedería al restablecerse la docencia y muchos sostuvieron la esperanza de que, con solo un mes de atraso, un esfuerzo final permitiría mantener igual el proyecto y la fecha de egreso.

Pronto las expectativas de obtener el título en junio, como es habitual, se esfumaron: el 9 de abril el Ministerio de Educación Superior (MES) publicó disposiciones a tono con el contexto del país según las cuales, mientras la situación epidemiológica no lo permita, quedan pospuestas las variantes de culminación de estudios previstas para el presente curso.

No resultó especialmente esclarecedora la medida promulgada y las interrogantes continúan acumulándose, pues la fecha de normalización sigue restringiéndose a cálculos y el destino de las tesis que aún se encontraban a medio realizar, despierta no pocas inquietudes. En tanto, la (potencial) promoción del 2020 no deja de lidiar con dificultades propias de realizar una investigación desde casa y persiste en la búsqueda de alternativas que disminuyan los retrasos.

Universidad de La Habana, Facultad de Comunicación

Nombre: Shirley Cruz Vigoa

Carrera: Licenciatura en Ciencias de la Información

«Para los que tenemos investigaciones de campo preconcebidas ha sido particularmente difícil», asegura Shirley, quien desarrolla una propuesta de plan de acciones para la gestión de datos de investigación en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Al momento de suspender las actividades docentes de pregrado y posgrado seguía el curso normal del proceso, luego, «hasta lo que se supone que fuera fácil se ha complicado».

«Lo que me hubiera tomado un día, por ejemplo, entregar cuestionarios a una muestra, ahora se prolonga contactando gente por WhatsApp, pidiendo de favor a los amigos que difundan… Y no todo el mundo te toma en serio, por la informalidad del canal. Así, las citas de entrevistas con profesores se convierten en días esperando respuesta al correo, o renunciar a ellas y dejar un hueco en la tesis».

Sin embargo, reconoce que otros lo han tenido peor: algunos de sus compañeros de aula han debido modificar hacia un proyecto más teórico, pues se auxiliaban de técnicas de recopilación que en las circunstancias actuales no resultan factibles. «Y eso es triste, uno se desvela diseñando la tesis para que la cambien».

A pesar de que hasta el momento parece que podrá continuar su proyecto sin grandes cambios de contenido, teme el tiempo extra que la pausa signifique una vez se vuelva a la normalidad, pues afirma que «el atraso de esta etapa cuesta recuperarlo».

Cuando en primera instancia se hablaba del 20 de abril como fecha preliminar de regreso a clases, a Shirley le preocupaba que quienes no estuvieran listos para mayo se graduaran en diciembre, lo cual les impediría empezar a trabajar cuando estaba previsto.

Con las recientes estimaciones de la curva de la pandemia, su deseo de que atrasaran la entrega de mayo a junio queda en quimera, no porque el proceso se mantenga inmutable, sino porque probablemente ocurra después.

«Hay que ir asumiendo que todo se ha movido de lugar con la pandemia y tiene que ajustarse. Nadie tiene culpa de la situación y lo menos triste es lo que pasa con las tesis, pero a uno le toca pensar en eso también».

Universidad de Matanzas «Camilo Cienfuegos», Facultad de Ciencias Empresariales

Nombre: Cristian Ceballos

Carrera: Licenciatura en Turismo

Pasando el umbral de lo sorprendente, Cristian se alegró de los cambios que supuso en su tesis de diploma la situación excepcional.

Su primera propuesta era diseñar una metodología para el rediseño de productos con un enfoque disruptivo, que, en el turismo, hasta ahora no se había aplicado fuera del ámbito tecnológico. Sin embargo, a causa de la nueva resolución de ubicación laboral, el proyecto de realizar un diseño genérico, aplicable a cualquier instalación, debió centrarse en un hotel.

«A partir de la situación epidemiológica con la COVID-19, la dirección de la carrera determinó que las tesis quedaran en dos capítulos, para evitar que los estudiantes se vean obligados a estar en áreas de riesgo como Varadero. Esto me permite volver a la idea inicial de enfrascarme en la metodología», detalla.

Explica que, mientras para otros estudiantes que se auxiliarían de una metodología previa constituye una afectación seria, pues presentarán una tesis sin aportes, en su caso la metodología es el resultado y la aplicación práctica queda para una posible maestría o para que estudiantes de años posteriores puedan utilizarla.

«Mi tesis, quedándose así, tiene resultados concretos, sería aplazar la discusión por algo innecesario», refiere Cristian, quien tenía previsto presentar el capítulo dos de su investigación, a manera de predefensa, a finales de marzo, actividad que los estudiantes lograron suspender en aras de evitar aglomeraciones, pese a la insistencia de la Universidad.

Mientras el aislamiento social es la frase de orden, trabaja desde su casa y batalla –y casi vence– porque su tutor aprenda a usar WhatsApp. Sostiene que, si las decisiones tomadas por la COVID-19 se mantienen, su tesis estará lista probablemente en mayo, pero, de revertirse, podría ser mucho más complicado.

Incluso, si las discusiones quedaran para finales de año, volver a trabajar con un hotel específico representaría serios problemas para su investigación, pues la aplicación se subordina, entre otros factores, a cómo se retome la comercialización.

«Necesitaría un número determinado de clientes que pueda encuestar y otros requisitos que no se logran en tres semanas… para obtener resultados necesito como mínimo tres meses y eso dependería de que se volvieran a recibir turistas en Varadero».

Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Facultad de Matemática, Física y Computación

Nombre: Laura Ben Artiles

Carrera: Licenciatura en Ciencias de la Computación

«En pausa», describe Laura el estado de su tesis en este momento, y es que su proyecto de montar una tubería de despliegue continuo de software para la empresa Desoft de Villa Clara no es compatible con el tiempo en casa.

«Mi proyecto de tesis sufre de cada manera posible. Todas las herramientas que tengo que usar para montar ese sistema se encuentran en servidores que ni siquiera están en Cuba, por eso necesito buena conexión a Internet todo el tiempo en mi computadora».

Por ahora, avanza en su marco teórico, lee artículos y libros, pero la fase de montaje y prueba de herramientas se encuentra paralizada. «Lo único que puedo hacer es imaginarme cómo debe funcionar».

Refiere que, contrario a su caso, algunos de sus compañeros pueden avanzar en el desarrollo de sus aplicaciones, pues tienen los softwares instalados en su laptop y funcionan off line, por ello, no le sorprendería vivir una graduación doble, en la cual ella quede para un segundo momento.

Laura creía que, de restablecerse las clases a finales de abril, le daría tiempo a entregar para la fecha prevista, la primera semana de junio, realizándole algunos reajustes al alcance de la tesis y contando con más ayuda de los tutores.

Con ese panorama descartado y su anhelo de graduarse en julio mucho más lejano, espera que se tomen algunas medidas especiales «y la tesis quede como algo más teórico, pues no podré llevar nada a la producción».

En tanto, la incertidumbre la asalta: «Hay muchas preguntas sin respuesta: ¿Cuándo abrirá de nuevo la Universidad? ¿Cuánto tiempo tendré para terminar la tesis? ¿Nos graduaremos este curso? ¿Se tomará alguna medida especial con casos como el mío?».

Universidad de Camagüey «Ignacio Agramonte Loynaz», Facultad de Lengua y Comunicación

Nombre: Merlis Pereira Velázquez

Carrera: Licenciatura en Periodismo

Después de varias modificaciones, Merlis decidió que la rehabilitación de la playa Santa Lucía, como parte de las acciones de la Tarea Vida en Camagüey, sería el tema del reportaje de investigación audiovisual que realizaría para su ejercicio de culminación de estudios, entre otras razones porque había sido poco tratado por el telecentro provincial, probablemente debido a la lejanía de las zonas de playa–casi tres horas– de la ciudad.

Ya contaba con el transporte y las grabaciones en Santa Lucía estaban agendadas para los primeros días de abril. Así, planificaba llevar a una especialista del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en la provincia hasta el sitio y filmar su entrevista allí, junto a las de otros trabajadores. Entonces, todo se complicó.

«Estoy frenada», sostiene Merlis, para quien el traslado a un área de turismo resulta ahora riesgoso, en un contexto, además, en que el telecentro que le produce el reportaje está enfocado en buscar noticias relacionadas con la epidemia.

Aunque la práctica es lo más afectado, también el desarrollo teórico sufre. Como medida preventiva del contagio del nuevo coronavirus, solo el personal necesario está trabajando en Televisión Camagüey en este momento, con lo cual, el acceso a estudios de audiencias, caracterizaciones del telecentro, etc. resulta más difícil ahora.

«Este periodo en casa me permite ponerme creativa y buscar nuevas formas de hacer en menos tiempo. Me estoy creando una estrategia de trabajo para luego de que termine la pandemia y pueda realizar las entrevistas, agilizar los procesos».

Igualmente, explica que el trato con sus tutoras se ha restringido al plano digital, y aunque llevar la comunicación exclusivamente vía Internet a veces se le dificulta por los costos que representa, en este momento no puede prescindir de ese contacto.

«No puedo esperar a que pase la enfermedad para seguir adelantando mi tesis», asegura Merlis, inmersa por estos días en hacer una escaleta para su reportaje, una de las pocas partes del producto que no depende de un equipo de trabajo.

«Vengo desarrollando el tema desde tercer año y me dolería no hacer el producto comunicativo. Me gusta el periodismo de televisión y me apasionan los temas ambientales, pero, si no queda otra opción, habrá que modificar la tesis. Prefiero graduarme y empezar a trabajar aunque deba hacerle cambios. Mi preubicación es precisamente en el telecentro, así que tendré oportunidades de hacer reportajes sobre medioambiente y Tarea Vida estando allí».

Universidad de Holguín, Facultad de Ciencias Empresariales y Administración

Nombre: José Marcos Taboada Bernal

Carrera: Licenciatura en Economía

Sin una computadora de mesa, ni laptop en su casa, a José Marcos se le dificultaba bastante avanzar en su tesis mientras las universidades permanecen cerradas.

José se quedará como profesor de la universidad luego de graduarse, continuando la labor de ayudantía que ejerce desde segundo año de su carrera, por eso su tema gira en torno al perfeccionamiento de la enseñanza de la economía política en la formación de los licenciados en Economía.

Para las dos primeras semanas de abril tenía planificado terminar de desarrollar entrevistas a los profesores y encuestas a los estudiantes, así como tabular los resultados. «Se nos echó a perder y ahora hay que esperar a entrar. Me pone contra las cuerdas».

Al concluir esa fase aún le quedaría construir la propuesta del sistema de recomendaciones metodológicas para el perfeccionamiento del proceso docente.

«Si ahora tuviera la posibilidad de una PC sería diferente, porque de acuerdo a lo que me dijera el tutor adelantaría», aseguró en una primera entrevista, explicando que el riesgo de la enfermedad le impedía trabajar en un Joven Club en este momento.

Desde el inicio dejó claro que no pensaba dejar de aplicarse ni tomar las dificultades tecnológicas de asidero para no terminar su tesis. «Lo que puedo hacer, y voy a empezar, es escribir notas a mano, como en los tiempos de antes. Así tendré un borrador y cuando entremos se me hará más fácil el trabajo, no estaré tan atrasado».

Hay disyuntivas en las que sí prefiere no pensar, aunque el escenario en que volvería a ponerse de lleno con su proyecto a finales de abril y lo discutiría en junio luce cada vez más improbable.

«Si valoro el trabajo que estoy pasando con mi tesis y su importancia, la aplazo, para terminarla lo mejor posible y que sirva de herramienta, pero si pienso en mi vida estudiantil, con una promoción limpia, me daría una gran tristeza no graduarme con mis amigos de curso y prefiero modificarla».

Su esfuerzo no fue en vano, en un segundo contacto, poco antes de publicar este texto, José ya contaba con una laptop prestada que le permitía «ponerse al día» y comenzaría a realizar las encuestas que necesitaba vía internet.

Universidad de Oriente, Facultad de Ingeniería en Telecomunicaciones, Informática y Biomédica

Nombre: Oscar Javier Guerra Elías

Carrera: Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica

En la facultad de Oscar Javier tomaron una decisión más radical que en las antes citadas: mantendrían la colaboración de los tutores a distancia, terminarían las tesis con lo previamente adelantado, las enviarían a finales de mayo y, luego de su revisión, les avisarían a los estudiantes una fecha en la cual tendrían que estar en un teléfono para responder las preguntas del tribunal.

A partir de las indicaciones del MES se decidió posponer las entregas hasta nuevo aviso, sin embargo, Oscar presume que al restablecerse el trabajo de las universidades los proyectos culminarán tal como están hasta ahora.

Para su tesis estaba evaluando la exposición de campo electromagnético de estaciones base de telefonía celular, con el objetivo de determinar cómo afectan las radiaciones a las áreas cercanas. Inicialmente iba a realizar dos mediciones, en diferentes días y horarios de tráfico, para contar con escenarios diversos.

La primera la pudo hacer la semana antes del cierre de las escuelas; la segunda, prevista para unos días después, no pudo desarrollarla: ambas mediciones debían llevarse cabo en una estación de Santiago de Cuba, donde Oscar estudia, pero él vive en Guantánamo, por lo que al cerrar la residencia estudiantil no tenía manera de continuar el trabajo.

Desde el inicio de la suspensión de las clases, pronosticaba que si la situación se normalizaba a finales de mayo no le daría tiempo a terminar las mediciones y el informe. Sin embargo, le preocupaba que el tribunal no aceptara su proyecto con solo un día de evaluación en el campo.

«Quizás los profesores no lo vean desde ese punto vista, muchas veces no nos ven como estudiantes, sino como ingenieros que tienen la capacidad y exigen en consecuencia. Pienso que si dan poco tiempo para hacer la tesis el nivel de exigencia debería ser menor también».

Oscar no tiene certezas, pero cree que cuando se avise entregará la tesis tal como cada cual la tiene hasta ahora, lo que en su caso significaría, por ejemplo, no realizar el segundo día de mediciones.

***

Un estudio desarrollado por la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana estima el pico de la epidemia provocada por la COVID-19 en Cuba unos 60 días después de la primera declaración de contagios, o sea, en torno al 11 de mayo.

Esto significaría que la mayor cantidad de casos en el país se concentrarían a mediados de ese mes, pudiendo oscilar la cifra de enfermos entre el millar y los 4000. Luego de eso, los gráficos prevén otros dos meses para que la curva regrese a su mínimo.

Hasta aquí estaríamos hablando de cerca de 120 días desde los primeros casos detectados –11 de marzo– hasta la disminución de los positivos, sin embargo, en uno de sus partes diarios, el doctor Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba, explicó que la pandemia de la COVID-19 se considerará cerrada 28 días después del reporte del último caso en el mundo.

Si en nuestra nación se sigue esta metodología –esperar dos periodos de incubación del coronavirus SARS Cov-2, sin ningún nuevo afectado– para declarar el fin de la epidemia, se sumaría casi un mes más.

En total serían aproximadamente entre 120 y 150 días a partir del 11 de marzo o, lo que es lo mismo, de cuatro a cinco meses, no pudiendo hablar de un retorno a la normalidad en el país antes de julio o incluso agosto.

Quedan lejos las pretensiones de discutir las tesis en junio, de graduarse en julio y hasta las de comenzar a trabajar en septiembre se complican. Si bien las indicaciones del MES suspenden alternativas «a distancia» implementadas para paliar las afectaciones, que podían resultar en tesis de dudosa calidad o procesos evaluativos poco estrictos, lo cierto es que la mayoría de las interrogantes permanecen.

Sin una fecha de regreso fijada, sin saber si las modificaciones hechas en esta etapa a los proyectos se mantendrán o se propondrán otras nuevas para quienes no hayan podido avanzar, sin haber dicho cuánto tiempo habrá entre la apertura de las universidades y la entrega de las tesis o si tendrá lugar una o diversas graduaciones, varios de los entrevistados admiten que las nuevas medidas los dejan en el mismo lugar que antes de que se promulgaran: la inopia.

***

Esta tarde el Ministro de Educación Superior estará en la Mesa Redonda.

Vea también:

«Imposible describir la emoción. Al otro día, el doctor Pablo me entregó el papel donde me daba el alta por COVID-19, incluso me dio la mano en prueba de que estaba sano»