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La libertad de mis cuatro paredes

Por: Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli
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Volverán los saludos efusivos en cualquier centímetro de isla. Esos saludos impresos en el ADN de los cubanos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Siempre la he querido tal cual es: desde sus mejores ángulos hasta el rincón más imperfecto. Hay muchos pedacitos nuestros en cada trozo de ella, aunque al mirarla en detalle a veces me eche en cara mi falta de tiempo. Y ahora que tengo unos cuantos días de más, he aprendido a valorar con mayor justicia la simplicidad de las cosas dejadas para luego.

La quiero por ser refugio, por guardarme los secretos, por desafiarme a algo distinto, por darme alas y raíces, por tener a buen recaudo muchos de mis mejores recuerdos. De ahí que la noticia de nuevas restricciones de aislamiento desde la noche de este viernes en el consejo popular El Carmelo, del Vedado capitalino, no pudiera asumirla como un encierro. Definitivamente, no.

Hay un encierro físico que se explica por sí solo y un encierro mental, psicológico. Este último suele ser más difícil que el primero: tiende a encarcelar el espíritu, las ganas de ser y hacer, y condenar la creatividad a un tiempo estéril, improductivo. En ese sentido, el encierro es un estado mental que frena los mejores impulsos: estar así depende de nosotros, ser libres también. Quienes saben encontrar esa libertad que habla de una paz y un equilibrio interiores, sabrán estar en armonía a pesar del espacio y sentirse libres para siempre.

Tener tiempo para nuestros hijos, para los padres, para cuidarles las canas y la sabiduría a los abuelos, para aprender de todos y cada uno de ellos; tiempo para ralentizar en algo la vida agitada que suele absorbernos los días; un impasse necesario para mirar las cosas desde una perspectiva otra y replantearnos nuevas formas para llegar a ese estado de deseo.

Tiempo para extrañar a las personas que queremos y tenemos lejos, y así cuando las tengamos cerca probablemente hayamos aprendido a amarlas con mayores deseos. Porque se suele querer más cuando se ha aprendido a extrañar bien primero: a pensar sin tener, a tener sin tocar, a abrazar con los recuerdos. Tiempo para llamar a los amigos y a quienes les debemos un par de minutos del otro lado del teléfono. Para atrevernos a explorar y (re)descubrir, aun dentro de cuatro paredes. Para ser útiles. Tiempo para cultivarnos y crecer(nos).

Incluso aparentemente solos podemos estar increíblemente acompañados. Siempre hay algo que hacer, algún sueño reprimido o aplazado por la velocidad habitual de nuestras jornadas. Ahora es su oportunidad de robarnos la atención, de que les (y nos) dediquemos minutos y energías. De depurar(nos): limpieza física y espiritual.

No se trata de repetirnos lo que no nos está permitido hacer fuera de casa durante cierto lapso, sino de enfocarnos en lo valioso que podemos hacer con nuestro tiempo mientras estamos en ella.

Retomar las lecturas postergadas con algún marcador o doblez interrumpiendo la página; descubrir nuevos autores y géneros; bailar para soltar las alas y alegrarnos; ver una obra de danza o teatro, una producción cinematográfica; ejercitar el cuerpo, la mente, el alma; volcar las ansias todas en un pedazo de papel, escribirlo, dibujarlo; rediseñar espacios con lo mucho o poco de que disponemos. Mover un cuadro, una idea, un impulso. Pero movernos.

Tomarnos algunos minutos del día para escuchar a alguien o algo. Permitirnos la compañía de la buena música que siempre se agradece. Involucrar a los niños, a la familia, en los deberes y en los proyectos. Sobre todo eso: enseñar involucrando.

Rescatar la información como un buen hábito y una necesidad permanente, desarrollar el olfato que decanta las fake news y respeta y legitima el periodismo responsable. Optimizar las horas con iniciativas gratificantes como los conciertos online, las lecciones virtuales de danza y las reuniones de padres por WhatsApp. Las teleclases y la TV bien pensada o, simplemente, disfrutar un café a solas.

Los que desde este viernes estamos más protegidos dentro de las fronteras de un trozo de ciudad, no estamos atrapados ni nos sabemos presos de una circunstancia. Nos ha sido confiada una responsabilidad: la de cuidarnos y cuidar así a quienes queremos, y a quienes quizá aún no hemos tenido la oportunidad de conocer. A todos.

Estamos coleccionando ─acaso temporalmente─  los abrazos que, a la vuelta de menos o más semanas, volveremos a colgarnos en los cuellos. Y también los besos. Volverán los saludos efusivos en cualquier centímetro de isla. Esos saludos impresos en el ADN de los cubanos.

En tanto, tenemos a nuestro favor el tiempo y los deseos como ingredientes para lo útil. Tenemos además cada noche la cita colectiva que no puede interrumpir ningún aislamiento: la del cañonazo de aplausos que detona con las balas de cañón disparadas, a las 9:00 p.m., al otro lado de la bahía habanera. Nosotros que podemos (cuando a muchos que quisieran el deber no les da la opción de hacerlo), quedémonos en casa. Y encontremos, de a poco, toda la libertad que pueden esconder nuestras cuatro paredes.

Se han publicado 13 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • La Mora dijo:

    Muy cierto!!! Es momento de ser libres para crear y disfrutar de ese tiempo que siempre reclamamos a la rutina tormentosa de la vida moderna.
    Gracias por tus ideas y a emplearse a fondo.

  • AlexiZ dijo:

    Es un tiempo de pensar ,meditar ,y luchar por la vida ,ya vendrán nuevamente el abrazo cotidiano y la sonrisa que hoy se oculta ,eso no falta ,pero hoy con la mirada entrelazada por un nasabuco ,nos decimos tantas cosas de ansias y quizás de preocupación ,pero la vida vale y es tiempo de mirar adelante porque un mundo mejor es posible y en la unión esta la fuerza

  • Natacha Santiago dijo:

    Y TAMBIÈN TENEMOS LA CERTEZA DE RECIBIR CADA DIA LA INFORMACIÒN VERAZ Y ACTUALIZADA DEL COMBATE QUE SE LIBRA CONTRA EL VIRUS, ASÍ
    COMO RECIBIR DE PRIMERA MANO LA ACTUALIZACIÓN FUNDAMENTADA Y LAS ORIENTACIONES PRECISAS CADA DÍA EN LA MESA REDONDA. JUNTO A LOS APLAUSOS SON DOS MOMENTOS QUE MARCAN NUESTRO DIA A DIA DE HOY Y QUE NOS HACE PRIVILEGIADOS CUANDO COMPARAMOS LA FALTA DE INFORMACION DE MUCHOS EN EL MUNDO.

  • Antonio Sendin Orozco dijo:

    Bravoooooo, Sheyla

  • Niña del 2000 dijo:

    Bello lo que has escrito!! Inspirador y motivador en estos días donde la ansiedad prevalece!! Estar en casa puede resultar más provechoso de lo que imaginamos!!! Estamos juntos, cada uno desde nustros hogares, como cubanos que comparten los mismos sentimientos

  • Carlos dijo:

    Es cierto.. aun en.mis 4 paredes soy libre.. vivo en un pais donde lo primero es el hombre.. no tengo que salir como loco a buscar trabajar para pagar todos los gastos que los oligarcas norteamericanos han diseñado para los que viven en sociedades capitalistas.. no tengo que limpiar los zapatos de mi amo emoresario para suplicarle empleo u ser su esclavo.. lo digo porque he vivido en el capitalismo... y mucha gente no sabe lo que es eso.. cuando puedes comparar es que puedes decir.. caramba no soy rico en mi cuba.. pero soy libre, no muero de hambre, se preocupan por mi... me escuchan y escribo a todos nuestros ministros e instituciones para mejorar lo que deba serlo... es cierto aunque esté en estas 4 paredes soy LIBRE!!!!

  • Sandra Verona dijo:

    Excelente artículo, Cubadebate siempre ha tenido en mí una fiel lectora, pero la verdad que por estos días duros para nuestro país y el mundo, sus periodistas nos hacen llorar con su sensibilidad en cada artículo. Muchas Felicidades para ese gran equipo de trabajo. Por estos días, que estoy también en aislamiento, por vivir en el consejo popular Carmelo si algo no dejo de hacer es leer cada sección de ustedes, cuídense mucho!!!

  • Lily dijo:

    Hermoso
    Siempre es bueno escribir para dar aliento,nunca para malgastar el preciado tesoro que son las ideas. Si nos quedaramos con todo eso que necesitamos escribir, no estamos siendo útiles.

  • Nancy Martinez León dijo:

    Muy buena reflexión. Es un tiempo que bien empleado será maravilloso, sobretodo, permitirá valorar todo lo que no vemos diariamente por la misma rutina que la vida agitada impone, valorar lo que se tiene, lo que significa cada cosa que se hace y no evaluamos en su dimensión. El valor de los abrazos, fuertes, necesarios. Un beso qué se da como ritual y que ahora mismo nos está negado. En fin creo que este tiempo aislado de todo lo cotidiano, nos dará un mejor valor de todo lo que no vemos por ser parte de la rutina.

  • marco papacci dijo:

    Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli, es el seguno articulo tuyo que leo en breve tiempo aqui en Cubadebate. te felicito, los dos muy pero muy bellos.

  • Eduardo rosales dijo:

    Muy bello escrito. Tiempo para meditar y extrañar y pensar en ser mejores cada día. Felicidades. No están aislados ni olvidados. Están cuidándonos a todos.

  • Víctor Maykel dijo:

    Todo lo que tiene fin es breve , volverá esa rutina marcada por el cansancio de los días ,idas y venidas de los trabajos , escuelas . las calles se volverán a pintar de colores y el sentimiento de está soledad que hoy nos embriaga pasará a la historia como una batalla más vencida y una marca que dejará sobre nuestros hombros.

  • Elenis dijo:

    Épico Shey

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