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Premio Nacional de Cine: Reconocer la obra de nuestros creadores

Tres actrices se incluyen por derecho propio en esta propuesta: Adela Legrá, Mirta Ibarra e Isabel Santos. Isabel Santos. Foto: Rafael Solís.

Instituido en el año 2003, el Premio Nacional de Cine fue el último en concederse a los creadores cinematográficos dentro del conjunto de las principales manifestaciones artísticas —antes fueron creados el Premio Nacional de Literatura (1983), el Premio Nacional de Artes Plásticas (1994), el Premio Nacional de Música (1997), el Premio Nacional de Danza (1998), el Premio Nacional de Teatro (1999)— y, quizás por esa razón, son muchos los artistas que merecen tal reconocimiento.

La historia del cine cubano después de 1959, con la creación misma del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), es rica en acontecimientos, obras y figuras, que legaron a la memoria un amplio registro del quehacer desplegado en estas más de seis décadas.

Para este año, varios son los nominados al Premio Nacional de Cine. Todos son creadores con una larga y fructífera carrera en el quehacer cinematográfico, y el solo hecho de ser nominados, constituye un reconocimiento popular a su destacada participación en el entramado de una institución que es clave para entender, comprender y contar la trayectoria de una nación en el periodo referido.

A lo largo de estos años, sobresalen en número la cantidad de directores de cine que lo han obtenido, quizás porque resulta la especialidad más destacada en la concepción de un filme. Para esta ocasión también son varios los directores que se proponen: Manuel Herrera, Enrique Colina, Daniel Diez, Gerardo Chijona y Alejandro Gil.

Cada uno de ellos ha realizado a lo largo de su trayectoria creativa obras que forman parte del patrimonio audiovisual de la nación. En el caso de Herrera es autor de filmes como Zafiros, locura azul (1997) y Bailando Cha Cha Chá (2004); mientras que Colina desarrolló una amplia obra como crítico, investigador y director de documentales como Estética (1984), Vecinos (1985) y Chapucerías (1986), a ello se suma su labor como creador del espacio televisivo 24 x segundo, donde comentaba filmes y aspectos de la realización en el ámbito cinematográfico.

Por su parte, Diez Castrillo es fundador de la Televisión Serrana y director con una larga historia en la realización televisiva como documentalista y sonidista, además de su participación en la realización de más de 500 emisiones del Noticiero ICAIC Latinoamericano; Alejandro Gil es director de Inocencia (2018), un filme que califica entre las mejores películas cubanas de todos los tiempos por su acercamiento a un hecho de gran significación para los cubanos: el fusilamiento de los Ocho Estudiantes de Medicina.

Tres actrices se incluyen por derecho propio en esta propuesta: Adela Legrá, Mirta Ibarra e Isabel Santos. Legrá es uno de los rostros emblemáticos del cine cubano, a partir de su participación en el filme Lucía (1968), de Humberto Solás, director que la consagró como una de sus actrices en otras películas: Manuela (1965), Miel para Oshún (2001) y Barrio Cuba (2005).

Mirta Ibarra cuenta con un largo historial como actriz del cine, la televisión y el teatro. En el quehacer cinematográfico son notables sus actuaciones en películas como La última cena (1976), Hasta cierto punto (1983) y Fresa y chocolate (1993), todas dirigidas por Tomás Gutiérrez Alea.

Isabel Santos también posee un amplio registro en el cine cubano y ha trabajado con directores como Juan Carlos Tabío (Se permuta), Fernando Pérez (Clandestinos, La vida es silbar) y Humberto Solás (Miel para Oshún y Barrio Cuba).

Junto a Isabel Santos, Luis Alberto García protagonizó una de las escenas más conmovedoras del cine cubano, en la secuencia final de Clandestinos, además de desplegar su talento en un amplio número de cintas cubanas y extranjeras, razones que confirman su propuesta a Premio Nacional de Cine.

La realización de un filme requiere de muchos especialistas, que con su trabajo garantizan la calidad del producto. Por el trabajo desplegado en la historia de la producción, dos nombres son imprescindibles: Raúl Canosa y Santiago Llapur.

Canosa cuenta en su haber con la producción del filme Lucía, considerado un clásico del cine cubano; mientras que Llapur ha colaborado con cineastas como Sergio Giral, Tomás Gutiérrez Alea y Fernando Pérez en la realización de varias obras.

En el año en que los Estudios de Animación del ICAIC cumplen sus seis décadas de fundados, dos de sus creadores más relevantes optan también por el Premio Nacional de Cine: Francisco Prats y Mario Rivas.

Francisco Prats, uno de los creadores de los Estudios de Animación del ICAIC. Foto: Cortesía del autor.

Prats ha sido director del Departamento de Dibujos Animados del ICAIC y actualmente se desempeña como Productor en los Estudios de Animación del ICAIC, es uno de los nombres imprescindibles en la historia de los dibujos animados en Cuba después de 1959.

De igual forma, Rivas es director de varios Filminutos, práctica que caracterizó la realización de animados en décadas recientes y que dejó una importante huella en el reflejo de problemáticas de nuestra sociedad, abordadas desde el humor y la sátira.

Los directores de fotografía Julio Simoneau y José Manuel Riera forman parte de este listado de propuestas al Premio Nacional de Cine. El primero de ellos se incorporó al Noticiero ICAIC Latinoamericano, también formó parte del Departamento de Documentales y laboró en proyectos como Muerte al invasor (Santiago Álvarez, 1961) y Corresponsales de guerra (Belkis Vega, 1987). Mientras que Riera cuenta con un amplio historial en el trabajo junto a realizadores como Solás, Manuel Pérez, Oscar Valdés y Rigoberto López.

La editora y realizadora Gloria Argüelles también se encuentra entre los nominados, por el desarrollo de una carrera de sostenido aliento en la concepción de documentales de gran valor para el cine cubano en su devenir histórico.

El guionista de relevantes obras de nuestra cinematografía, Senel Paz, integra este listado de importantes creadores, por sus guiones para los filmes Una novia para David (1985), Adorables mentiras (1991), Fresa y chocolate (1993), Lista de espera (2001) y otras.

La dirección de arte constituye una de las especialidades de mayor complejidad en la realización audiovisual. Los directores de arte Pedro García Espinosa y Alejandro Álvarez han sido nominados.

Otro de los apartados donde se reconoce la maestría de sus hacedores es el de maquillaje, donde se propone a Magaly Pompa por constituir una cátedra en esta especialidad.

Luciano Castillo, investigador y crítico de larga y sostenida carrera en la promoción del cine cubano, su historia y obras más genuinas, es nominado también al Premio Nacional de Cine, atendiendo a sus aportes en el campo del estudio del cine cubano.

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(Tomado de La Jiribilla)