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A propósito de FIL 2020: ¿Qué es una feria? (+ Video)

Por: Víctor Angel Fernández
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29 edición de la Feria Internacional del Libro. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Durante la realización de cada Feria del Libro o al terminar las mismas, aparecen diversas opiniones de forma descriptiva o analítica, tanto desde nuestro país como desde el extranjero, donde se cuestionan algunos elementos, principalmente el relacionado con la venta y el desarrollo de la feria en sí misma.

Para empezar, me dirigí a varias fuentes donde se responde la pregunta que da título al trabajo: ¿Qué es una feria? Como todas dicen más o menos lo mismo, utilizaré la que ofrece Ecured, nuestra enciclopedia colaborativa:

Feria:

Es un evento económico, social o cultural que puede estar establecido o ser temporal, y que puede tener lugar en sede fija o desarrollarse de forma ambulante. En un sentido general, una feria forma parte de una estrategia comercial de un sector determinado y, de alguna manera, es una exposición de la realidad del mismo.

Y la etimología de la palabra, que también ayuda a lo que voy a escribir, expresa: El cimiento de la palabra feria se remonta al latín antiguo fesiae o festivitas que significaba dies festi (días festivos).

O sea, una feria, es primero que todo, una fiesta y los días en que se realiza, son festivos. Así que cada cual irá a buscar lo que mejor relacione con su plan de vida.

Las ferias de libro, tienen también el componente de investigación, donde ya sea con los libreros, comercializadores de las obras, con los bibliotecarios, prestadores y facilitadores de ellas o con los teóricos sobre la literatura, el libro y la comunicación, los cuales conforman, el intercambio científico.

Después se incluyen las presentaciones de obras, el reconocimiento a autores y personalidades relacionados con este entorno de la creación literaria durante toda una vida.

Muestra de los libros más pequeños del mundo, en la 29 edición de la Feria Internacional del Libro. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate

Llegamos entonces al tema comercial, tan llevado y traído.

El autor o el investigador, presenta una obra y luego de ese acto, se ofrece su venta, acto que a veces puede tener tintes de lucha vital.

Hasta aquí ningún problema, más allá de algunas consideraciones de precio, donde para algunos cubanos puede ser alto y para algunos extranjeros, ser irrisorio, sin olvidar que el precio promedio de todo las obras vendidas en esta Feria que acaba de concluir en La Habana, sólo llegó a los ocho pesos, como se dijo en el acto de clausura.

No equivoquemos los necesarios eventos totalmente científicos que se realizan en el Palacio de las Convenciones de La Habana y en otros centros del país. Esos tienen un objetivo muy específico y, en mi opinión, no tienen nada que ver con los temas populares, más allá de lo que las referidas investigaciones puedan incidir en nuestras vidas.

29 edición de la Feria Internacional del Libro. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

¿Y a qué va cada cuál a la feria?

Vuelvo al tema de que feria es etimológicamente, un día de fiesta, por tanto, ninguna de las opciones relacionadas con esta, puede ser mal mirada, aunque algunos puristas puedan pensar diferente.

Estas 29 veces, cada familia o persona individual, ha decidido qué hacer.

Para unos, es imprescindible conseguir unos libros que normalmente pueden no estar al alcance. Otros, muchas veces hombres, llevan a la familia, los dejan que entren al recinto ferial y se quedan fuera, bajo alguna sombra, aprovechando para adquirir un producto más para el cuerpo que para el espíritu: desde un pan con lechón, hasta una cajita con pollo o bistec.

Otros, fiesta al fin y al cabo, creen encontrar la oportunidad de encontrar un contacto relacional, que tampoco va a al intelecto, sino a la satisfacción también humana.

Más allá muchos encuentran la oportunidad de adquirir desde un borrador, hasta un bolígrafo, pasando por pizarritas, bolsas, marcadores y todo tipo de componentes de oficina que en el resto del año no encuentran o que a veces pueden obtener en rebaja.

Si estamos en una fiesta, ¿significa que algunas de esas expectativas, no precisamente literarias, rompen, empañan o dañan la festividad?

¿No es mejor acaso que esas “otras cosas” sean propiciadas por la oferta de un libro u otra acción cultural?

¿Por qué cada año en otras ferias, donde los objetivos son la música y otras expresiones culturales o conmemorativas de tradiciones y donde se ofrece cualquier cantidad de variantes vendibles, comestibles o “bebestibles”, no están en la mira de los críticos, como si el libro y la literatura tuvieran que estar ubicado en una urna y otro elemento festivo tendiera a dañarlo?

Medio millón de personas estuvieron en estos diez días entre La Cabaña y otras subsedes. Su motivo principal fue el libro. La forma de disfrute, variada por demás, la escogió cada cual, entonces, ¿dónde estuvo lo malo o lo criticable, más allá de lo que todos sabemos que puede ser mejorado, material y organizativamente?

En video, una Feria que termina y otras ferias que comienzan

Se han publicado 6 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Lila dijo:

    Muy de acuerdo. Cada cual que la disfrute desde su alcance, ya sea económico o intelectual.

  • I Fundora dijo:

    Creo que el autor de este artículo no transmite la visión real de lo que se ha venido convirtiendo la Feria del Libro en sus últimas ediciones. Ha perdido su esencia y se tratade un verdadero "carnaval" donde los libros pasan a ser la justificación del mismo. La diversión y el acaparamiento de "pacotillas" son el platofuerte de este evento. Le convido a realizar encuestas, entrevistas y fundamentarse en buenas estadísticas que van a corroborar inevitablemente loque digo Que porciento de visitantes abandona la feria con al menos 1 libro???? Esa sería una buena estadística, sobre todo si depuramos los de colorear o los otros,de cuestionable valor, que pululan en las manos de los visitantes...Ya los asiduos visitantes de estas Ferias casi que la descartamos de nuestro calendario...Los organizadores deben valor lo que viene sucediendo y no defender o justificar lo que llev al detrimento o el objetivo central de la misma...

    • Victor Angel Fernández dijo:

      Primero que todo, gracias por su comentario. Empiezo por el final. Sí existieron y tuve acceso a los resultados de las encuestas y, no obstante, cualquier discrepancia, que considero normal entre tantas opiniones, se habló elogiosamente de todo lo que había sucedido en la Feria.
      Respeto su criterio, pero fíjese que el artículo va de hablar de lo que significa una Feria, cualquiera que sea en cualquier parte del mundo, como elemento festivo, donde es cierto, el motivo LIBRO, ayuda a muchas cosas, pero tambié ayuda el motivo CULTURA, el motivo LECTURA, el motivo CONFERENCIAS, el motivo intercambio de CONOCIMIENTO y no por dejarlo para último, es menos importante, el motivo ENTRETENIMIENTO.
      Le reitero las gracias por su lectura y por su comentario.

    • ANICE dijo:

      "Ya los asiduos visitantes de estas Ferias casi que la descartamos de nuestro calendario.."
      ASÍ MISMO ES... LOS LIBROS QUE SE VENDEN NO SON INTERESANTES. NECESITAMOS MAS CLÁSICOS DE LA LITERATURA UNIVERSAL, MAS LIBROS PARA RELAJAR, COMO POR EJEMPLO LOS DE AGATHA CHRISTIE ( ESCRIBIÓ MAS DE 66 NOVELAS...). LOS DE LEONARDO PADURA , PERO NO LOS MAS VIEJOS, LOS NUEVOS. LOS DE ISABEL ALLENDE, LOS NUEVOS. ESO SERIA INTERESANTE.

  • Pi dijo:

    Me parece muy bueno su reporte. La feria del libro como bien dice usted es una FERIA no se pueden imponer el criterio de que tengo que ir a comprar libros se va mo que cada cual estime. Siempre que voy me gusta quedarme hasta esperar la ceremonia del cañonazo. Esta ves para sorpresa mía sobre las 6 o 7 de la tarde estando sentado viendo la bella vista de nuestro litoral aparecieron tres personas que con tranquilidad nos informaron que debíamos abandonar la instalación pues ya había terminado la feria del libro. Para aso.bro mío le pregunto el motivo me i forma un señor que ya había acabado la feria. Me quedé en shock y con mucha .molestia le digo que eso era nuevo pues siempre las personas se quedaban hasta las 9 para disfrutar del cañonazo. El señor nos dijo nuevamente que te íbamos que salir sin más acá ni más allá.me parece una falta de respeto muy grande pues eso jamás me había pasado. Pienso que es para sacar más dinero del que ya sacan el año entero de dicha ceremonia. Cada ves hacen más molesta las cosas que se hacen para la gente común pues cuando cualquier persona decide ir a la feria es para pasarla bien a pesar de la falta de opciones gastronómicas y de otra índole que hay dentro de la feria pues para tomar un refresco frío o algo de comer hay que caminar hasta afuera de la feria. Las personas que van a la feria son trabajadores gente común que bien sabemos todos cada día hay menos opciones de disfrute por motivos que todos sabemos. Por qué quieren cobran una vez más la entrada para ver el cañonazo . No lo entiendo ni lo entenderé jamás. Debieran de utilizar mas el dinero recaudado en darle mantenimiento a dicho lugar pues da pena el nivel de abandono o que tiene cuando pertenecía a la oficina del historiador estaba mucho mejor conservada.

  • Silvia Jacome dijo:

    Pues pienso que mientras más se abran las opciones comerciales en el marco de la Feria mayores ingresos tendrá la caja de caudales del país. Encontré este año cosas muy necesarias que debían existir otros espacios donde pueda obtenerla. Desde un bolígrafo o materiales de oficina, pizarras, libros, entretenimiento para los niños. En fin mientras mayor sea la oferta más se disfruta ese maravillosos espacio que ofrece LA CABAÑA para este evento.

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Víctor Angel Fernández

Colaborador de la vicepresidencia editorial del Instituto Cubano del Libro (ICL). Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS). Profesor adjunto en la Universidad de La Habana y en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

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