Meteorología en buenas manos

Trabajar como meteorólogo aeronáutico ha sido uno de los mayores compromisos del joven matancero Henry Delgado Manzor en los últimos cinco años. Desde una oficina del aeropuerto internacional de Varadero Juan Gualberto Gómez, en el norte de Matanzas, él proporciona información sobre el estado del tiempo en una zona determinada para que las operaciones aéreas se efectúen con seguridad.

Allí se realizan observaciones meteorológicas cada una hora, y observaciones especiales cuando el tiempo varía significativamente, ya sea un cambio brusco en la velocidad del viento o su dirección, la nubosidad, la visibilidad, o fenómenos como la niebla, la lluvia, la tormenta eléctrica, etc. Con esos datos se elabora un mensaje, que luego se codifica en un formato estándar y se trasmite al instante.

“También tenemos que saber cuáles son las condiciones atmosféricas que imperan en el aeropuerto de destino y los alternos. La tripulación te puede pedir interpretación y asesoría meteorológica”, señala.

“De nuestro trabajo dependen las decisiones que puedan tomar el piloto, el controlador aéreo o el personal de operaciones en tierra, algunas tan complejas como desviar un vuelo hacia otro aeropuerto o cerrar el aeródromo hasta que el tiempo mejore”.

Coleccionista de instrumentos

En ocasión del Día de la Ciencia Cubana, el museo municipal de Cárdenas Oscar María de Rojas invitó a Henry a organizar una exposición con parte de su colección de instrumentos meteorológicos.

“La muestra se la dediqué al museo, que en marzo cumplirá 120 años de fundado, y al 28 aniversario de la creación de la Sociedad Meteorológica de Cuba, a celebrarse el próximo 28 de enero. Es una oportunidad de acercar a los visitantes, principalmente a los más jóvenes, a la meteorología y a la ciencia”.

― ¿Desde cuándo coleccionas instrumentos?

Mi afición por la meteorología comenzó desde niño. Recuerdo haber visto un viejo termómetro publicitario en casa de una tía. Cada vez que la visitaba, lo iba a ver. Ella me decía qué temperatura marcaba. Siempre me gustaron los instrumentos meteorológicos, los quería tener. A partir de los 16 años comenzaron a llegar los primeros.

― ¿Son obsequios o vas en busca de ellos?

Me han llegado por varias vías. Algunos han sido heredados de la familia. Otros, regalos de amigos o vecinos. Hasta puedes tener la suerte de encontrarlos —como me ha pasado— en un latón de basura. Y por supuesto, como todo coleccionista, también tienes que ir en su búsqueda, y convencer al dueño para que te lo venda.

― ¿Cuántos tienes?

En la actualidad, forman parte de la colección más de 25 piezas.

― ¿De dónde proceden?

Entre los barómetros aneroides, tengo de fabricación soviética, alemana, norteamericana y francesa. Algunos fueron hechos entre 1910 y 1970. Hay termómetros de Estados Unidos, la URSS, Japón, Alemania y China, casi todos fabricados en la segunda mitad del siglo XX.

― ¿Y funcionan aún?

La mayoría funcionan, sobre todo los termómetros y ciertos barómetros. Algunos instrumentos son muy antiguos, tienen más de un siglo.

― El más antiguo de la colección…

Un barómetro aneroide de pared, de fabricación alemana. Tiene 110 años. Su escala está hecha en porcelana. Me lo regaló un amigo. Un gran regalo, sin dudas.

Divulgador incansable

Henry Delgado Manzor ha colaborado con medios de comunicación de Cuba y el extranjero. Artículos científicos suyos, incluyendo algunos sobre meteorología, han sido publicados en el semanario Girón. Ha cooperado con Juventud Rebelde, TV Yurumí, Tele Bandera, Radio Ciudad Bandera y Cubadebate.

Dice que le gustan las redes sociales, pues son excelentes para dar a conocer asuntos muy poco abordados por otros medios. “Es algo que me gusta hacer, sobre todo cuando se trata de divulgar temas históricos, científicos y medioambientales. Son una herramienta que debemos usar para bien”.