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“El diario de René”: Hoy es 31 de diciembre, último día del año, de la centuria y del segundo milenio

Hoy es 31 de diciembre, último día del año, de la centuria y del segundo milenio de la era cristiana. Espero que tome menos de otros dos mil años para que los valores humanos predicados por Cristo guíen a la humanidad.

Me ha tomado un día regresar a este diario después de la conversación telefónica de ayer entre Gerardo y su compañera, por primera vez después de dos años. Mientras recogía el escritorio, todavía seguíamos los cinco recreando los detalles de su diálogo, que nos contaba con la voz entrecortada por la emoción y medio jadeante de alegría.

Ayer me quedé en la cobertura que The Miami Herald diera al caso, el día 20 de diciembre, cuyo propósito era, como te explicaba, predisponer a los lectores en contra nuestra.

El periodista, tras referirse a la supuesta abundancia de referencias a la Revolución y a los Estados Unidos como nuestro principal enemigo, se hace eco de los argumentos más graves esgrimidos por la fiscal para presentar su caso, a saber: nuestras intenciones de penetrar el Comando Sur, nuestras actividades contra grupos anticastristas y la supuesta conspiración de Gerardo para cometer el asesinato de los pilotos de Hermanos al Rescate.

El artículo se refiere a una comunicación supuestamente enviada a mí y que misteriosamente me llegó con casi cinco años de atraso, cuando el gobierno la presentó como evidencia hace solo unos días. En ella Gerardo me advierte que no vuele con Hermanos al Rescate en los días alrededor del 24 de febrero y que, de no poder evitarlo, diga por el radio ciertas consignas.

El texto alude a informes enviados por Lorient en relación con movimientos de medios militares en la base de Boca Chica, y menciona algunas de las actividades contra grupos anticastristas de Miami, específicamente la Fundación Nacional Cubano-Americana.

Como de paso, deja caer tres líneas para citar los argumentos de la defensa, es decir, que nuestra acción era defensiva y que se trataba de evitar el terrorismo contra Cuba y conocer si Estados Unidos tenía planes para una invasión a la Isla.

El artículo es, en general, una introducción de lo que se irá desarrollando en las ediciones futuras. Es de esperar que por haberse cumplido todas las expectativas de la fiscal, en cuanto a la manera en que la información ha ido saliendo, la cobertura de prensa será ampliamente perjudicial para nosotros, sobre todo por la posición de un periódico como The Miami Herald, que representa los más oscuros intereses de la mafia anticastrista.

Probablemente lo que seguirá en los próximos días serán elaboraciones alrededor de lo mismo, con el uso de la imaginación por parte del redactor, a fin de proyectar el caso tal y como desearía que fuera, en lugar de como es en realidad. Después de todo, no se les puede condenar demasiado, al fin y al cabo los fiscales han hecho lo mismo, y se supone que son personas serias dedicadas a establecer la verdad.

Y no debe tomarte por sorpresa que la prensa, en estos días, se encariñe un poco conmigo. Su consigna fundamental es que Basulto llegue absuelto de toda culpa, antes de que nosotros lo desenmascaremos cuando nos toque nuestra presentación. Y para eso no les vendría mal “estimular” a la Fiscalía a que me ponga también en el cargo de conspiración para asesinato. El artículo se encarga además de repetir una mentira atribuida a Basulto, que ya he leído otras veces en la prensa: “René fue el primero en llegar al hangar de Hermanos al Rescate después del derribo”.

Mientras el cuentista angloparlante me dedicaba su atención, su colega de El Nuevo Herald encabezaba su artículo así: “Cuba planeó secuestrar un avión de Hermanos al Rescate”.

El periodista aborda la preparación del regreso de Juan Pablo Roque a Cuba, que comenzó a fines de 1994, en la que se había previsto que Roque pidiera un avión prestado a Basulto para poder regresar así a la Isla y denunciar las actividades de la organización. A eso llaman “secuestro” estos desvergonzados, que han recibido como héroes aquí a quienes traen en sus manos la sangre de cualquier inocente, asesinado en Cuba durante el robo de una embarcación.

Más adelante el cronista hace un esfuerzo sobrehumano para relacionar la partida de Roque con el derribo de los aviones de Hermanos al Rescate. Tal como ha estado haciendo la Fiscalía durante dos años.

El sábado 23 de diciembre se le viró la tortilla a la Fiscalía. Si los fiscales pensaban ser paseados en los camellos por la calle 8, durante la parada de los Reyes Magos y en medio de una ola de popularidad, lo impidió una dura realidad que no comprenderían.

Los patriarcas del exilio son, además de malagradecidos, insaciables. Lo único que les puede satisfacer es una invasión de los marines que les devuelva la propiedad de “su isla”. La consigna del momento es que, aunque el planeta completo condene a Basulto tras el juicio, The Miami Banana Republic lo declarará inocente. Aunque haya que culpar al ente o entidad que sea. El gobierno norteamericano no es una excepción. Y punto.

Así es como ese día aciago la prensa arremetió contra el gobierno, El Nuevo Herald publicó un artículo titulado: “Mensajes pudieron haber avisado del derribo”.

El articulista se lanza a especular y acusa al FBI de no haber pasado la información a la Casa Blanca sobre los mensajes radiales que se habían interceptado en los días previos al derribo, en los que se nos avisaba de no volar con Hermanos al Rescate.

Para encender la candela, entrevista a Richard Nuccio, quien fungió como consejero de Clinton sobre Cuba, durante los días del derribo, y que al parecer hizo esfuerzos infructuosos para evitar el vuelo fatídico del 24 de febrero. Nuccio parece sinceramente dolido de no haber podido evitar la tragedia, y en ocasiones anteriores ha tenido la franqueza de admitir que cree haber podido hacer más. No obstante adolece de la debilidad de aceptar demasiado rápido cualquier teoría inventada por los periódicos de esta aldea. Por eso, sin pensarlo dos veces, se hace eco de la teoría del periodista para atacar al FBI: “Estoy pasmado, furioso y en nada sorprendido. Esta es la primera vez que he sabido de esas intercepciones. No recuerdo haber recibido, de los canales del FBI, información alguna respecto a Hermanos al Rescate”. Y afirma que el conocimiento de dichos mensajes le hubiera permitido presentar argumentos más fuertes, para mantener a Basulto fuera del aire ese día.

A continuación el artículo se hace eco del dichoso mensaje, tan manoseado por la Fiscalía: “Bajo ninguna circunstancia deben Germán o Castor volar con Hermanos al Rescate o alguna otra organización en los días 24, 25, 26 y 27, coincidiendo con la celebración de Concilio Cubano, a fin de evitar cualquier incidente o provocación que ellos puedan efectuar y nuestra respuesta a la misma”.

Basulto no puede hacer comentarios a la prensa porque: “La jueza decidió que ningún probable testigo hable con la prensa, y aunque no estoy obligado a obedecerla, lo hago como un gesto de buena voluntad con la Corte”.

Claro que la abogada de Basulto sí puede hablar, y no quiere dejar pasar la ocasión: “La Casa Blanca sabía del derribo con antelación”.

¿Quién fue el que dijo cría cuervos y te sacarán los ojos? El domingo 24 de diciembre, el panfleto en castellano dedicó su artículo a planes paramilitares de la Fundación, que aparecen descritos en la evidencia, especialmente la creación de una fuerza mercenaria para realizar incursiones contra Cuba. El reporte nombra a un tal Andrés Alvariño, funcionario de prisiones y miembro de la Guardia Nacional, como la fuente original de la información. Se destacan algunos connotados personajes de nuestra fauna, como Roberto Martín Pérez, el esposo de nuestra “amiga” Ninoska –conocida por Nino por cuanto guataca la llama a su programa de radio–, y otros elementos como Guillermo Novo Sampoll, Gaspar Jiménez Escobedo y Luis Posada Carriles, casualmente detenidos ahora en Panamá por “labores humanitarias” que incluirían explosivos.

Ya que te hablo del episodio de Panamá, aprovecho para pasarte el último cuento inventado aquí para explicar la presencia de tantos truhanes, cargados de explosivos, juntos en el istmo: ¡resulta que estaban allá para ayudar a desertar a un general que acompañaría a Fidel a la Cumbre Iberoamericana!

¡Ah! En cuanto a los explosivos no sé... Dice Fernando que serían para propulsar por el aire al supuesto desertor hasta hacerlo caer en Miami.

Resulta curioso el poder de adaptación del ser humano. Ahora que leo todos estos nombres, junto a tantos otros que se me han hecho familiares durante estos últimos diez años y de quienes apenas había oído hablar antes de llegar aquí, me pregunto cómo uno se acostumbra a codearse con tanta basura, poco a poco, sin que le dé un infarto.

Lo más curioso del caso es que ya las estaciones de radio están “pasando el cepillo” para ayudar en la defensa de los “inocentes” patriotas que fueron a Panamá para rescatar a un pobre general que buscaba la libertad, ni más ni menos que en Miami.

Volviendo al artículo, no faltó el desmentido de Ninoska, quien repite por enésima vez que la Fundación no tiene relación alguna con lo que realmente se dedica a hacer a escondidas.

El domingo 25 el periódico hispano publica un artículo bajo el título: “Esposa de presunto espía fue entrenada en La Habana”. Imagínate a quién alude.

Se refiere a la preparación de tu salida y me identifica como tu esposo, menciona mi nacimiento en Chicago, mi salida de Cuba y mi incorporación a Hermanos al Rescate y Democracia. No podía faltar un comentario acerca de mi cooperación con la DEA [1] para sacar de las calles a un par de narcopatriotas pertenecientes a las huestes del negocio anticastrista.

Tampoco podía faltar el cuento. Dice que escribí “frenéticas cartas a congresistas cubanoamericanos” y que toqué varias veces a las puertas de Inmigración para conseguir la visa de ustedes. Siguiendo con la ficción expresa que “el hermano de Salanueva era funcionario de Inmigración y la Inteligencia cubana temió que se descubriera el asunto”.

Esa misma tarde Radio Mambí se hizo eco del artículo, a través de los comentarios vitriólicos del locutor de séptima categoría –las estrellas de la estación son de quinta– que se encarga de unas invectivas que llaman resúmenes informativos y se emiten los fines de semana y días feriados. El señor te dedicó cerca de tres de los cinco minutos de su resumen, haciendo énfasis en que no habías sido encausada y en el tema de mi colaboración con la DEA. En otras palabras, el clásico aviso: “Esta señora está suelta y su esposo colaboró para sacar de nuestras calles a un par de nuestros narcocombatientes por la libertad”.

El final pretendió ser sarcástico: “La señora vino... prrrepaaradddiiiiiiiiiita”.

Si uno no conociera cuánto dinero e intereses se esconden detrás de esta gente, le costaría trabajo creer en lo acertado del término de mafiosos para describirlos. Y el uso que hacen de los medios de comunicación para extorsionar o exponer a quien se les atraviesa, es una prueba más de su bajeza.

Como ejemplo, tu caso. Aunque quieren dar a entender lo contrario, no les preocupa en absoluto el tráfico de drogas, pero lo utilizan como tema para provocar un conflicto entre Estados Unidos y Cuba, mediante acusaciones falsas al gobierno cubano en las que se rasgan las vestiduras, en nombre de principios de los que carecen. Ellos saben bien que los traficantes de drogas pululan en varias de las organizaciones que dicen dedicarse a la lucha contra Castro; de modo que, al exponer públicamente mi colaboración para poner fuera de circulación a algunos de estos elementos y al difundir que tú estás libre en la calle, están estimulando intencionalmente una reacción en tu contra de estos personajes, de por sí propensos a la violencia, sobre todo si no hay riesgos, especialmente ante una mujer sola como tú.

En estos días salió a relucir otro caso que ilustra el uso de la prensa como medio de extorsión a quienes se salgan del libreto: como en la prensa cubana han salido algunas cartas remitidas desde aquí por personas cuya experiencia de vida, en este gueto, ha modificado algunas de sus opiniones anteriores, The Miami Herald dio la voz de alarma y entonces los periodistas de la televisión se lanzaron como perros de presa para entrevistar en sus casas a algunas de dichas personas. Pero tuvieron la mala suerte de caer en la de un ciudadano que no les tiene miedo.

El señor en cuestión había escrito una carta que se publicó en El Caimán Barbudo, donde, efectivamente, demostraba haber cambiado de forma de pensar, por sus experiencias tras abandonar la Isla. Recibió al periodista con tremenda compostura, y ante la pregunta entre inquisidora y amenazante, no pudo ser más claro: “Yo sí escribí esa carta. Después de haber vivido aquí me he dado cuenta de que si en algún país descansa la esperanza de crear ese mundo cristiano al que la humanidad aspira, ese país es Cuba”.

El periodista inquisidor le preguntó si pretendía lograr con su carta que se le perdonara y se le permitiera regresar a Cuba: “Yo no busco ningún perdón y el cuento de que yo esté rogando para regresar a Cuba es una fábula del Herald. No he pedido por ahora regresar a Cuba, pero lo que opino lo opino tanto aquí como en Cuba”, respondió. He aquí otra persona que no cede al chantaje.

Regresando al tema de la cobertura periodística, vayamos al día 26 de diciembre. Ese día la Fiscalía pone una moción en la Corte, basada en la supuesta violación por Richard Nuccio de la prohibición de hablar con la prensa hecha por la jueza a los posibles testigos.

La moción es un pliego plañidero donde se mezcla la arrogancia con la frustración, lo cual no es de extrañar si se piensa que los fiscales se debían estar frotando las manos porque habían logrado manipular tanto la evidencia como su disponibilidad al público. Y lo último que hubieran imaginado era que la prensa los pondría a ellos también en la mira de sus ataques, con tal de absolver a Basulto.

En apenas página y media tienen la desvergüenza de quejarse de que la prensa les ha sido desfavorable, después de haber estado estimulando, durante dos años, nuestra estigmatización en esa misma prensa. Dicen también que sus testigos no han violado la orden de no hablar con la prensa y piden que se haga una averiguación al respecto.

El párrafo más largo de la moción explica cómo los mensajes de Cuba, a pesar de haber sido recibidos en el momento de su transmisión, no fueron descifrados hasta varios meses después, de lo que se desprende que el FBI no conocía de su contenido en los días del derribo de los aviones de Hermanos al Rescate.

A esta moción siguió una contundente respuesta de Norris, del día 28. El abogado la denuncia como un intento de influir en la cobertura de la prensa, para modificar las inferencias que los medios hicieron a partir de lo que habían leído de la evidencia y de los testimonios en el juicio. Norris niega que su propósito sea defender la orden de la jueza. Según Norris la moción es en realidad un esfuerzo por controlar el daño.

El abogado explica que la culpa es del gobierno por haber maniobrado tanto, y con éxito, para ocultar parte de la verdad; de manera que no se podía culpar a la prensa por tratar de llenar los espacios que los propios fiscales habían decidido dejar vacíos. O sea, que el gobierno ha sido víctima de sus propias maniobras y manipulaciones. Señala Mr. Norris: “El inglés es un lenguaje rico, que ha tomado de muchas culturas y muchas experiencias para crear una frase. Una que se aplica aquí es volado con su propio petardo. Esto es lo que parece que le pasó al gobierno”.

El día 28 se vio el efecto de la moción de la Fiscalía, ya reportada con premura por el periódico en inglés. De todos modos el señor Nuccio, al ser entrevistado nuevamente por el corresponsal para saber qué opinaba sobre la moción, dijo: “Es posible que sea verdad, pero ¿quién sabe? A veces ellos te dicen la verdad, a veces no. Tú estás siempre trabajando con alguna versión de lo que podría ser la verdad. Nunca estás trabajando con toda la información”.

Extrañamente la moción de Norris no ha recibido ninguna cobertura de prensa, lo que prueba su argumento de que, efectivamente, lo que la Fiscalía buscaba era corregir las versiones de los medios.

Y hasta aquí este capítulo dedicado a la cobertura de prensa, que es parte inherente a este proceso, por lo que este diario no estaría completo si no le dedicara algunas páginas.

Nota:
[1] Drug Enforcement Administration o Administración de Enfrentamiento a la Droga. Agencia federal que aplica las leyes contra el tráfico de drogas.