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Yasmani Guerrero: “No soy actor por vanidad, sino por convicción” (+Video)

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Yasmani Guerrero en las jornadas del recién concluido Festival de Cine de La Habana Foto: Jorge Jimenez Alvarez.

No es poeta, pero lee versos en voz alta. Logra que cada matiz de su voz se sienta como si el personaje se le hubiera metido dentro. Es la interpretación del poeta más triste de la historia, que murió, paradójicamente, de un ataque de risa. Son las palabras estudiadas de Julián del Casal las que llevan al actor Yasmani Guerrero a interpretar una figura, de la que se hacía urgente se contara su historia desde el cine.

Buscando a Casal, un proyecto “viejo” del realizador Jorge Luis Sánchez, comenzó a gestarse desde hace más de 10 años, cuando inició el casting para el elenco. El tiempo pasó y Yasmani entró en los treinta preocupado por sí podía hacer el personaje o no, hasta que, a pesar de los obstáculos, finalmente se dio.

El largometraje tuvo su estreno en el recién concluido Festival de Nuevo Cine Latinoamericano y será proyectado en los cines del país el próximo año.

Yasmani, quien casi estudia derecho dirigido a los 19 años, pero decidió “defender a la gente desde otro tribunal”, llega en pulóver blanco, tenis, pantalón mamey, una gorra neoyorkina, y varios pulsos en las manos. Uno por cada recuerdo. Como complemento, un libro de poesía: Casal, una biografía escrita por Emilio de Armas. Nos alerta que al final recitará algo. Después de ver la película uno se queda con ganas de más.

Es la interpretación del poeta más triste de la historia, que murió, paradójicamente, de un ataque de risa. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

Es un mediodía de diciembre en La Habana. De fondo, las guaguas van y vienen a punto de partirse en pedazos entre tanta gente. Las colas en Coppelia, los boteros y su precio fijo de 1 cuc aunque tu destino sea a dos cuadras. Las pizzas de queso, los perros calientes, las cafeterías cogestionadas.

Así luce La Habana real. Pero ahora estamos en el Hotel Nacional con Yasma, como le dicen. Esta es una Habana distinta, pausada, lujosa, turística y emblemática. Ya no es ruido, es la brisa del malecón y algún que otro músico que recicla, con su clásica guayabera, los mismos temas del cancionero cubano del siglo XX.

Aquí, entre turistas, Yasma, a veces te mira a los ojos y otras explora a su alrededor, mientras sonríe a los foráneos, les suelta alguna frase en inglés o busca algún verso antiguo.

En tiempos de preproducción

En el 2007 el director cubano Jorge Luis Sánchez lanzó el casting para su película Buscando a Casal. Pero no fue hasta 2008, cuando, el día de su cumpleaños y como presente de Jorge, amigo de antiguos proyectos, Yasmani descubrió que interpretaría al poeta. Mas, no sería ese año. Cuba fue azotada por varios huracanes y la producción de la película fue pospuesta.

Yasma comenzó este viaje con 25 años, y no fue hasta los 32 que pudo asumir finalmente el personaje: “Empiezas a preocuparte, porque sabes que el tiempo va corriendo y la edad no es la misma. Aunque uno se mantenga joven, a veces puede que funcione o no, por cómo te ves en cámara. Sin embargo, para un poeta que murió a los 29 años, siento que vivió con una intensidad muy grande. En el siglo XIX las personas con 20 años lucían muy mayores, porque tenían muchas responsabilidades”.

Fotograma de la película "Buscando a Casal".

Además del tiempo y la edad interpretar al poeta no fue tarea fácil. “La película puede ser un poco hermética porque tiene muchos símbolos, pero una vez que el espectador se siente identificado contigo, como personaje luchando contra el poder, puede suscitar el interés de querer ver quién era Julián del Casal”.

El actor habla sobre la imaginación desbordante de su personaje y nos dibuja su vida más íntima y profesional. Y entonces, en la mente, nos llenamos de versos, historias y viajamos en el tiempo.

“Traté de retratar a Julián del Casal irónico, juguetón, una persona que lo mismo se deprimía que era neurótico”. Por supuesto, en una hora y 56 minutos no puedes mostrarlo todo. “Son como pinceladas. Mucha gente ha visto la película y conociendo un poquito a Julián del Casal, me han dicho que así se lo imaginaban”.

Para Casal, dice Yasmani, su casa era su gaveta y eso él lo comprendió. “Lo mismo que se leyó él yo me lo quería leer, por capricho o porque tenía el tiempo. Si la producción se hubiera hecho en el 2008 no hubiera tenido tiempo de leer tanto”.

Cámaras, luces y…

Una vez arrancada la filmación, Yasmani se metió tanto en el guion, que terminó escribiendo sus propias crónicas y poesía. El actor, en su proceso de preparación, fue a ver a un psiquiatra, para entender cómo reaccionaban los neuróticos. Julián del Casal lo era, podía estar muy feliz y de momento, muy triste.

“No todo el tiempo era así, pero tenía ese tipo de cosas, un acto de neurosis era quedarse en su habitación durante horas, sin comer, comiendo caramelos, fumando y leyendo, escribiendo. Por eso padecía de los pulmones, porque no se alimentaba bien”.

Yasmani tuvo que recitar en una de las escenas del filme un poema en francés. Quizás una de las más simbólicas. “Como estaba medio loco me fui a la Alianza Francesa en lo que empezaba a rodarse la película. Jorge me dijo ´vete para allá y haz que te dé la gana, y estudia lo que te dé la gana´. Y me fui”.

No fue fácil. “El poema lo estudié hasta que lo aprendí de memoria. El director de la Alianza me lo leyó varias veces. Pero fue horrible lo que tuve que pasar. El poema completo es insoportable”.

Yasmani nos cuenta cuenta qué llevo a Casal a admirar al poeta francés Arthur Rimbaud.

¿Cómo fue el trabajo con Jorge Luis Sánchez?

Este joven actor ya conoce las obsesiones y manías de Jorge Luis Sánchez, pues trabajó con él en Cuba Libre (2015): “Es una persona muy exigente, hay gente que lo odia porque es muy serio. Simplemente pide o exige de tu personaje, primero para la película y luego para ti mismo. Te cuida mucho como actor, para que no hagas un papelazo, para que trabajes a otro nivel.

“Hay actores que son vagos. No estoy hablando de esta película, sino de los actores en general. Jorge Luis busca y te ayuda para que mejores. Nos puso películas para que viésemos el comportamiento de personajes. Visualizar cómo era el comportamiento de la época, la etiqueta, si estabas en una mesa cómo eras que tenías que coger los cubiertos, todo eso”.

Yasma en una escena de la película "Cuba Libre".

¿Cómo te sentiste haciendo cine de época?

Buscando a Casal se iba a filmar inicialmente en La Habana Vieja. Pero el director prefirió construir un mundo de fantasías: “Me sorprende y me gusta, porque no sabía que la película iba a quedar así. En postproducción cuando las vi, sobrepasó lo que pensaba.

“El cine de época te aporta mucho, primero como persona y después como artista, pues cuando haces una película de época, como cuando hice Cuba Libre, vas a indagar sobre todo lo referente a eso. Jorge Luis, por ejemplo, es muy exigente con eso y te ayuda entender en el contexto en que estás metido. Luego vas a buscar información sobre qué pasó con los españoles, qué hicieron los americanos, cuáles eran los documentos.

“Las películas de época ayudan a entender cómo se movía la gente en esa época, pero para uno es difícil porque tienes que entrar en una conversión, ser natural, y que la gente te crea”.

Por ello, en Buscando a Casal, Yasma fue muy cuidadoso con las etiquetas. Desde la manera de sentarse, hasta la forma de expresarse sin interrumpir a nadie y el trato con las mujeres. Era otro siglo, otra forma de vida.

… acción

La película tiene también otros actores conocidos en la gran pantalla. Sobre la relación con este elenco, el choteo y el profesionalismo, Yasmani dice: “No conocía a ninguno, no más que a Enmanuel Galbán. Blanca Rosa Blanco es muy divertida, aunque parezca seria.

“Vivimos una intensidad para trabajar en todos los sentidos, tanto como actores, y personas pensamos en muchas cosas similares. Blanquita me adoptó como un hermano en el sentido de ser mi camarada. Yo no me sentía solo cuando trabajaba con ella. Nos dimos mucho apoyo.

“Jodíamos tanto que a veces había que parar un poco, porque entendíamos que la película llevaba una complejidad, que había que estar concentrado. Yo casi siempre lo estaba, no es que estuviera loco, pero estaba muy metido en mi historia y no quería que nadie me sacara. A veces escuchaba música para no escuchar a nadie y quedarme absorto en mis pensamientos”.

Parte del elenco de "Buscando a Casal", en las jornadas del Festival de Cine. Foto:Jorge Jimenez Alvarez.

¿Fue muy difícil no?

“El 90 por ciento de las escenas lo fueron. Por ejemplo, cuando yo estaba leyendo poesía, esa escena fue difícil, tienes que transmitir y mirar al personaje de Blanca Rosa. Cada uno creo que encontró su manera de motivarse o automotivarse y autoviolentarse en la escena.

Con Blanquita yo encontré una conexión muy buena para esa parte final. La risa sí fue de verdad, ella me payaseó y teníamos cosas en común, que sabíamos, pero nadie nunca las supo, chistes internos que nos inventábamos y nos funcionó”.

Con la actriz Blanca Rosa Blanco, Yasma encontró una conexión muy buena en toda la película.

¿Prefieres el cine?

“A mí me gusta el teatro, la verdad les digo. Pero siempre me gustó el cine. Dice mi mamá que, desde los siete años, yo iba a ser actor de cine, porque era fanático a Robert Redford.

“Me interesaba mucho hacer cine, porque tiene una cosa mágica y es que la película queda para siempre y el teatro es efímero. El cine tiene algo particular en que puedes indagar en lo que la persona está sintiendo, está pensando, en el teatro no, por más que indagues no vas a poder ver eso.

Hay gente que dice que tú piensas cualquier cosa y que la banda sonora y la edición te hacen crear una emoción. Yo creo que no, porque no hubiese grandes actores en el mundo. En el cine no se puede mentir. Cuando te pones en un primer plano y digas dos o tres textos mal, se nota por todos lados.

“El teatro puede ser más difícil que el cine, y viceversa. El cine lleva una concentración muy grande porque son 12 horas. El teatro es una hora y media o dos horas. Haciendo una película te empieza a doler la cabeza, el cuerpo te pesa, y al final cuando la gente ve el filme, la gente no piensa en cuánto tiempo te metiste grabando, si no llegó la señora con el café que pediste para hacer la escena, si te estabas orinando. Lo que el público ve es el resultado y lo critican o admiran.

Este actor ha interpretado otros papeles en el cine cubano que cada vez lo retan, lo someten, sobre cuál guarda con mayor placer confiesa: “Julián del Casal con mayor placer, pero Fermín Valdés, en Inocencia (2018) fue especial. Cuando descubrí el guion de Amílcar Salatti, me puso en un nivel alto, pues quería hacer un personaje que fuera un ser humano que se ocupara más de otros, y eso ocurre en la película.

Durante su interpretación de Fermín Valdés, en Inocencia.

Después de los créditos

Yasmani lleva una hora respondiendo preguntas. Se ha metido tanto en el mundo de Casal que casi se le olvida recitar. Lo esperan en el Pabellón Cuba para un taller de guionistas. “El cine en Cuba está empezando a tener ahora un poco más de vuelo, pero falta mucha dirección de actores”. Yasma apuesta por la preparación y su razón de ser lo confirma.

“Yo creo que no soy actor por vanidad, sino por convicción de querer decir cosas. He tenido personajes muy ricos en descubrimiento. Descubres muchas cosas de los seres humanos a través de los personajes. Te humanizas más y entiendes más a las personas.

“No a todo tipo de personas, aclara, me costaría entender a un violador y a un asesino. Si algún día tengo que hacer uno, creo que intentaré entender una parte del personaje”.

Yasma es muy bueno. También le cuesta elegir entre sus personajes. “Son como los hijos, no puedes decir cuál es mejor. Pero Julián del Casal me caló mucho”.

"A la escena de la muerte le tenía mucho miedo en un principio, pero me fui relajando tanto que me era muy asequible entrar en una escena a otra", dice Yasma.

¿Qué ha sido lo mejor de este camino?

“El reconocimiento del público cuando es referido a una obra. No me interesa ser una figura pública. Esta carrera tiene senderos muy llenos de espinas. Te pasas más tiempo en la oscuridad que en la luz. Pero lo más gratificante es cuando logras exponer un sentimiento. Esa posibilidad no la tiene todo el mundo”.

Yasma a veces te mira a los ojos, otras es como que explora a su alrededor. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

En video, Yasmani Guerrero conversa con Cubadebate

https://www.facebook.com/cubadebate/videos/2328239650614825/?t=26

Se han publicado 4 comentarios



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  • angel dijo:

    A mi no me gustó la pelicula ... muy densa y con muuuchos simbolos

    • Saludmental dijo:

      Deja de ver telenovelas donde todo se ve, se dice, se sabe y apenas hay que usar el cerebro...

  • Ariadna dijo:

    Debería encarnar a Frank Zappa en cualquier audiovisual... se le parece muchísimo.

  • Patricio dijo:

    Ay!....

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Dinella García Acosta

Dinella García Acosta

Periodista de Cubadebate. Graduada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2019). Contacto: dinella@cubadebate.cu En Twitter: @dinella_garcia

Jorge Suñol Robles

Jorge Suñol Robles

Gestor de Redes Sociales en Cubadebate. Licenciado en Periodismo de la Universidad de Holguín en 2018. Contacto: jorge@cubadebate.cu En twitter: @jsrobles94

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