Un niño que nos convocó a batallar por su destino (+ Video y Línea del tiempo)

Dicen que el día en que Juan Miguel González volvió a abrazar a su hijo, era tal el silencio que se podría haber escuchado una aguja cayendo. Horas antes, en una casa cubana una madre rompía el silencio de un amanecer y una niña de cuatro años salía corriendo de la cama para ver las imágenes del pequeño que había logrado mover el alma de todo un pueblo.