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Yo estuve ahí (+ Video)

Yo estuve ahí, en medio de la multitud, a pesar de tener un barrigón de más de 8 meses de embarazo y acompañada por mi esposo. Trabajé ese día en el estudio de VTV aunque me veía y estaba enorme, porque si trabajabas tú en la campaña con ese esfuerzo sobrehumano, ¡cómo no lo iba a hacer yo!

Salí del canal a eso de las 6 de la tarde. Dejé a Miranda con mi mamá y luego me fui a cambiar. Llegamos a la esquina de Bolero a eso de las 8 pm. Teníamos un radiecito pequeño con un par de audífonos que ni bien se oían, por la bulla y la algarabía de la gente que ya colmaba los alrededores del Palacio. Recuerdo haber estado mucho tiempo bailando, brincando y de pie, pero a pesar del peso y de la gravidez, no me dolía nada. Estaba muy muy feliz.

Como a las 9 de la noche, nos encontramos con Xoan. Él andaba feliz, con la misma sonrisa de siempre, rodeado de los miembros del Movimiento Independentista Hostosiano de Puerto Rico y unos cuantos jóvenes suramericanos. Les veía a todos la alegría de atestiguar ese proceso tan mágico que nos sobrepasaba y nos llenaba de tanta esperanza y de fe en el futuro. Le contábamos que estábamos por decidir el segundo nombre de Manuela cuando llegó el momento del resultado. En los monitores veíamos que el canal anunciaba el pase al Consejo Electoral y veíamos a Tibisay Lucena, quien leyó el resultado y luego no hubo dudas: nosotros, el pueblo de Bolívar habíamos vuelto a hacer historia.

Todos los que estábamos ahí lloramos, reímos, saltamos, gritamos eufóricos. Habíamos logrado vencer a la nada, a la tristeza, al odio y por un momento también a tu enfermedad. Sentíamos que nadie podía con nosotros porque éramos garantía de vida, de alegría, de amor, dignidad y soberanía. Y luego el panorama estaba claro: el nombre de mi niña sería Manuela VICTORIA.

Lloramos mucho por la emoción y así le pedí a JJ que me ayudara a verte en el Balcón del Pueblo. Él decía que no era prudente y tenía razón pero más pude yo con mi insistencia y amor por ti. Y así, empujando y valiéndome de mi embarazo, me abrí camino en un muro infranqueable de gente que no estaba dispuesta a dejar de verte, pero lo logré.

Te vi cerquita, como lo había hecho ocho años antes, cuando fui por primera vez al balcón de Miraflores en el referendo reafirmatorio del 15 de agosto de 2004. Pero esta vez, aunque físicamente estabas muy cerca, estabas al mismo tiempo muy lejos, instintivamente sabía que me costaría mucho verte de nuevo y en verdad en vida no te vi más. Es un orgullo muy grande haberte visto entrar fulgurante como Bolívar a la historia de este país, Chávez amado. Eso no me lo quita nadie. Yo estuve ahí, aquel 7 de octubre de 2012.