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Juan Miguel Echevarría es favorito al título. Foto: Michael Steele/Getty Images

Este 27 de septiembre inicia en Doha el XVII Campeonato Mundial de Atletismo, una cita que reúne a casi dos mil atletas de 210 países. Cuba llega a la capital catarí con una delegación de solo 17 deportistas, una de las más pequeñas de la historia de sus participaciones en citas del orbe.

El atletismo cubano tendrá las más claras opciones de títulos concentradas en dos pruebas: el salto largo para hombres y el lanzamiento del disco para damas. Otras especialidades como la pértiga femenina y el triple salto en ambos sexos también pudieran conseguir medallas, aunque para ello sus exponentes están obligados al menos a acercarse, solo como primera condición, a sus mejores cuotas del año.

Cubadebate propone un análisis de las posibilidades de los representantes cubanos en Doha, con la convicción de que en un deporte tan complejo como este, muchas veces los pronósticos más claros se diluyen en un segundo.

Los candidatos al título

Yaimé Pérez es nuestra discóbola más estable. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

La fase de clasificación en el salto de longitud para hombres es la prueba pactada para abrir el Campeonato Mundial. Con 27 atletas convocados, es uno de los eventos que destaca no solo por la calidad de las marcas conseguidas este año, sino por la rivalidad vista entre sus principales competidores.

Entre ellos destaca el cubano Juan Miguel Echevarría, líder del ranking de la temporada, ganador de la Liga de Diamante y dueño de cuatro de las diez mejores marcas de esta temporada. El antillano sale como favorito al título no solo por poseer un mejor brinco de 8.65m, sino porque ese resultado lo consiguió hace menos de un mes en Zurich, un rendimiento que demuestra el ascenso en su preparación de cara a Doha.

Junto a esa marca, el también titular en pista cubierta posee otros buenos saltos de 8.34m y dos de 8.32m, registros que deberá rondar para al menos aspirar a subir al podio. Finalmente, otro argumento del criollo de 21 años son sus triunfos en las últimas seis competencias internacionales.

De cara al propósito de discutir el primer lugar, Echevarría encontrará a rivales importantes como los sudafricanos Luvo Manyonga (8.37m) y Ruswahl Samaai (8.21m), así como al estadounidense Jeff Henderson (8.38m). En menor medida, el jamaicano Tajay Gayle (8.32m), el japonés Shoutaru Shiroyama (8.40m) y el griego Miltiadis Tentoglou (8.32m) pudieran ponerle presión a la competencia.

Mientras tanto, en el lanzamiento del disco para damas Cuba cuenta con dos atletas capaces de luchar por el título mundial. De ellas, la más estable este año ha sido Yaimé Pérez, otra vez con registros extraordinarios en la campaña, pero ahora con el plus de borrar su inestabilidad en las competencias más importantes.

La doble titular de la Liga de Diamante llega a la capital catarí con el mejor registro del año, un lanzamiento de 69.39m que significa también su mejor cuota histórica. Además, en sus seis competencias internacionales de la campaña, solo en tres no se llevó el primer lugar.

Finalmente, en este 2019 Yaimé tiene ocho presentaciones con cuotas por encima de los 66 metros, una marca que de repetirla prácticamente le garantizaría subir al podio. No obstante, llevarse el primer lugar casi de seguro implicará enviar el disco por encima de los 68 metros, una cifra tres veces superada por ella en la temporada.

La otra opción cubana de discutir el oro mundial en esta prueba recae en Denia Caballero, la número dos del ranking mundial y una mujer que en 2015 ya subió a lo más alto en una cita planetaria. Las armas de la villaclareña de 29 años radican sobre todo en un mejor resultado anual de 69.20m, así como en otras tres marcas por encima de 67 metros.

Sin embargo, su gran problema de la campaña ha sido la inestabilidad, el elemento a mejorar ahora si verdaderamente aspira a repetir una medalla. Desde el 20 de junio Denia no sube a lo más alto del podio, aunque solo en dos de sus seis competencias internacionales no terminó entre las tres primeras.

Frente a ellas se impone una figura histórica de la especialidad, la única mujer que en el actual siglo tiene marcas por encima de los 71 metros. Aunque en esta campaña la croata Sandra Perkovic todavía no demuestra la fuerza que la llevó a convertirse en bicampeona olímpica y mundial, llega a Doha como la tercera del ranking mundial y otra vez sale como favorita al título.

Con la europea ocurre un detalle a no perder de vista a la hora de mirar sus posibilidades: a diferencia de las cubanas, ella inició su preparación a finales de mayo, en un intento por no desgastarse en una campaña más larga de lo habitual.

Esa estrategia bien puede combinarse con su maestría y su competitividad para confirmarla como reina del planeta. Para evitarlo, tanto Yaimé como Denia no pueden dejar centímetros por el camino.

Salto con pértiga: ¿Yarisley al podio?

Yarisley Silva en los Panamericanos de Lima. Foto: JIT

Si una atleta cubana merece todas las confianzas posibles esa es la pinareña Yarisley Silva. No importa si gana o pierde, si consigue un gran salto o queda por debajo de sus posibilidades, una característica marca cada una de sus presentaciones: la combatividad. Nuevamente esa será la principal armadura para una mujer que ni siquiera está entre las ocho mejores del ranking de este año.

La titular mundial de 2015 llega a Doha con un mejor registro de 4.75m, por detrás de grandes favoritas como la griega Katerina Stefanidi (4.83m), la rusa Anzhelika Sidorova (4.91m bajo techo) o las estadounidenses Katie Nageotte (4.86m) y Sandi Morris (4.85m). Sin embargo, su experiencia y la garra que la caracteriza bien pudiera acercarla al podio.

Para ello es muy probable que sea necesario rondar o sobrepasar los 4.80m, aunque todo depende de cómo se desarrolle la competencia ese día. No obstante, en cualquiera de los escenarios para Yarisley es esencial evitar los fallos en las primeras alturas y mejorar su cuta más alta de este 2019.

Triple salto: Liadagmis y Jordan frente a gigantes

Liadagmis Povea ha tenido buenos progresos en el año. Foto: Hector Vivas/ Lima 2019.

El triple salto es una de las pruebas históricas del atletismo cubano. Con varios campeones mundiales y otros tantos medallistas olímpicos, esta especialidad se las arregla cada año para ubicarse entre las de mejores opciones de subir al podio para la Isla. Esta vez no es la excepción y de nuestros cuatro representantes, al menos uno tiene oportunidad de conseguir una presea.

La más cercana a ese propósito es Liadagmis Povea, sobre todo amparada en una mejor marca de 14.77m, otras ocho por encima de 14.60m y su cuarto puesto del ranking mundial.

No obstante, aunque ella se las arregló para concluir entre las tres primeras en sus últimas siete competencias internacionales, nuevamente su principal desafío es emular sus mejores registros en el momento cumbre. Si lo consigue, definitivamente concretará el ascenso visto en esta campaña.

El favoritismo de la prueba recae en la venezolana Yulimar Rojas (15.41m), sobre todo luego de quedarse en su última presentación a solo nueve centímetros del récord mundial. Otras rivales con serias opciones de subir al podio son la jamaicana Shanieka Ricketts (14.93m) y la colombiana Catherine Ibargüen (14.89m).

Entre los hombres, el más estable de la campaña por Cuba es el jovencito Jordan Díaz, sexto del ranking mundial con un buen salto de 17.49m. El mejor triplista del momento entre los atletas menores de 20 años no llega con pronósticos de subir al podio, aunque pudiera tener una buena competencia y ejercer presión sobre los favoritos en su debut mundialista entre mayores.

El antillano acompaña a los también criollos Andy Díaz (17.22m) y Cristian Nápoles (17.21m), ubicados en los puestos 16° y 17° entre los 34 saltadores inscritos y con menos opciones de luchar por una medalla. En la competencia son grandes favoritos los estadounidenses Christian Taylor (17.82m), Will Claye (18.14m) y Omar Craddock (17.68m), junto Pedro Pablo Pichardo (17.53m), cubano que compite por Portugal.

Acercarse a las finales: Objetivo de otros

Zurian Hechavarría pudiera acercarse a su primera final mundialista entre mayores. Foto: ACN

Para atletas como Rose Mary Almanza, Luis Zayas, Cristian Nápoles, Andy Díaz, Zurian Hechavarría y Jorge Fernández, ubicarse entre los ocho primeros de este mundial es una posibilidad cercana, pero que necesita del cumplimiento de los objetivos de la preparación.

De ellos la más cercana a estar en su primera final mundial es la ochocentista Almanza, habitual semifinalista en citas de primer nivel pero que otra vez llega con opciones de correr la última fase de la prueba.

Con un tiempo de 1:59.04 —el noveno mejor entre las 43 mujeres inscritas en la prueba—, la camagüeyana dependerá sobre todo de una buena estrategia de carrera y de su capacidad de suplir en el momento justo las deudas de una temporada donde no ha visto mucha acción en escenarios internacionales.

Ante la ausencia de la gran favorita Caster Semenya, la estadounidense Ajee Wilson (1:57.72), la jamaicana Natoya Goule (1:57.90) y la kenyana Eunice Jepkoech Sum (1:58.99) son algunas de las rivales de mayor fuerza.

Por su parte, la vallista larga Zurian Hechavarría es una de las que puede dar la sorpresa en Doha y acercarse a las finales. Aunque su avance en la capital de Catar depende de ir paso a paso, ella no debe tener problemas para superar la primera ronda si los nervios no la hacen perder el ritmo de carrera, como ocurrió hace dos años en Londres. Luego, rondar sus 55.00 de este año bien la pudiera acercar a la carrera final.

Mientras, para el experimentado discóbolo Jorge Fernández (64.82m y lugar 26º entre los clasificados), así como para los triplistas Andy Díaz y Cristian Nápoles, todo depende de cuánto puedan avanzar en sus mejores registros el día de la competencia.

En este grupo resalta la figura de Luis Zayas, un hombre al que hace dos meses nadie daba ni siquiera con opciones de llegar a este mundial, pero que luego de su convincente triunfo en los panamericanos de Lima le devolvió el sueño a los seguidores del salto de altura.

Con una marca de 2.30m, el titular mundial juvenil de 2016 tendrá en Doha otra verdadera prueba de fuego. En un año especialmente parco para el salto alto masculino, Zayas competirá con la meta de demostrar que su triunfo en la capital de Perú no fue un suceso aislado. Para él, cumplir ese propósito le puede abrir puertas a otra buena marca y a más sorpresas.

Sin presión, pero con metas precisas  

Roxana Gómez intentará repetir su pase a semifinales de Londres 2017. Foto: Getty Images.

Finalmente, para otros como la discóbola Melany Matheus (60.47m-27º), la saltadora de largo Adriana Rodríguez (6.70m-29), el velocista Reynier Mena (20.35s-34º), el vallista Roger Iribarne (13.40s-24º) y la cuatrocentista Roxana Gómez (51.65s-31º), participar en Doha implica sobre todo superarse a sí mismos.

De ellos, al menos los tres últimos tienen experiencia en semifinales mundiales y otra vez pudieran avanzar a esa instancia. No obstante, tanto Mena como Iribarne deben despojarse de las actuaciones inestables de sus últimas apariciones, mientras que Roxana debe intentar acercarse al menos a su marca de inscripción.

Los casos de Melany y Adriana son los de dos atletas jóvenes que debutan en citas del orbe. La primera, incluida de última hora y cuyo principal propósito debe estar en acercarse a los 60 metros, pero también en competir junto a las mejores de la prueba

La segunda, una especialista en pruebas múltiples que ahora estará solo en su evento más fuerte, más como una preparación que como un propósito de llegar a finales. Asimismo, ella se unirá a Roxana, Zurian y Rose Mary para formar parte de la posta larga cubana, un evento donde mejorar los 3:30.89 de este año ya sería un resultado decoroso.

De manera general, Cuba pudiera tener entre tres y cuatro medallas en Doha, así como otros cuatro o cinco finalistas. No obstante, cumplir esas metas no depende únicamente de los puestos en el ranking y pronósticos pre competencia.

Junto a ello, la concentración en el momento justo, la competitividad y la capacidad de vencer situaciones adversas e incluso superarse a sí mismos, son elementos que no van a las listas de resultados, pero que muchas veces deciden medallas y rendimientos.