Sergio Álvarez, obtuvo la Medalla de Oro de los XVI Juegos Panamericanos, en levantamiento de pesas, división de 56 kg. Foto: Juan Pablo Carreras.
Parecía demasiado temprano llegar al moderno estadio Omnilife, sede del equipo Chivas de fútbol, a las 4:30 de la tarde del 14 de octubre del 2011, cuando todo comenzaría a las 8:00 de la noche. Pero otra vez la realidad superó cualquier expectativa, pues la ceremonia inaugural de los XVI Juegos Panamericanos en Guadalajara, México, se iniciaba desde que cada uno de los 50 mil espectadores deleitaba su vista con la cortina verde que cubre las gradas del estadio por el exterior.
De escenario preferido para goles y penaltis se convirtió en una gran plataforma creativa por el que desfilarían no solo las delegaciones de los 42 países que tomaron parte en esta edición, sino también lo mejor de la cultura local. México se convertía así en el primer país que acogía por tercera vez la fiesta deportiva continental más importante, en la que el duelo más enconado volvió a ser la disputa por el segundo lugar entre Brasil y Cuba, ganada por nuestra delegación en la penúltima jornada, dado que el calendario privilegió nuestros deportes más fuertes para el cierre del certamen.
Justo es señalar que el valor mayor de lo alcanzado radica en la entrega total de los atletas, en ese esfuerzo supremo hecho para sobreponerse a las carencias materiales (recuperantes, implementos, etcétera), los pocos topes internacionales previos y la adaptación a una altura nada despreciable como la de la tierra tapatía, a más de 1200 metros sobre el nivel del mar.
Guiados por el atletismo y los deportes de combate (lucha, boxeo, judo y
taekwondo), tal y como ha ocurrido históricamente, Cuba sumó el 74% de
sus 58 doradas. Por cuarta ocasión en estas citas logramos la punta en el campo y pista con cosecha de 18 oros y ocho récords panamericanos de talla mundial, como los 13.10 segundos de Dayron Robles en 110 metros con vallas; el envío de 87,20 metros de Guillermo Martínez en la jabalina, o la altura de 5,80 de Lázaro Borges en el salto con pértiga.
La martillista cubana Yipsy Moreno obtiene Medalla de Oro con nuevo record panamericano, en los XVI Juegos Panamericanos. Foto: Ricardo López Hevia/ Granma.
El hecho de que Estados Unidos y Jamaica no acudieron con sus primeras figuras no resta méritos al desempeño de los nuestros. A la fiesta estaban invitados todos y aprovechar las debilidades del contrario siempre ha sido un recurso imprescindible en el deporte. Nombres como los de Adriana Muñoz, Andy González, Lesyani Mayor, Roberto Skyers y Omar Cisneros se unieron a los establecidos y levantaron el mayor botín de la delegación.
Aplausos merecidos y entre signos de admiración estuvo el desempeño
del ciclismo, liderado por las jóvenes campeonas Arlenis Sierra y Lisandra Guerra, y una tripleta inédita en la ruta femenina (Arlenis-Yumari-Yudelmis), que clasifica, sin discusión, como uno de los hechos más disfrutados y espectaculares de estos Juegos. “El ciclismo fue deporte nacional por un día en Cuba”, escribió con toda razón un periodista antillano ese inolvidable 22 de octubre del 2011.
Exponentes del ciclismo femenino. Foto: Archivo.
Nuestros piragüistas (4 cetros) lucieron mejor que sus hermanos remeros
(3), el tiro apuntó un trono con certera puntería de la fusilera Dianelys Pérez, y los pesistas volvieron a la cima con cuatro monarcas, suficientes para anotarse en la lista de las once disciplinas en las que tuvimos al menos un campeón.
Sin lograr el anhelado oro, otras disciplinas rindieron una faena encomiable, encabezadas por el nadador Hanser García, con su plata y bronce en los 100 y 50 metros libres, respectivamente; el badmintonista Osleni Guerrero, segundo en el individual varonil, y las nuevas Espectaculares Morenas del Caribe, subtitulares de leyenda frente a uno de los mejores equipos del mundo, Brasil.
La cara más terrible e inesperada de la delegación cubana llegaría con el bronce del equipo de béisbol. Aunque semanas antes había perdido el oro mundial en el torneo del orbe celebrado en Panamá, pocos pensaron en una caída tan estrepitosa que cortó la cadena de diez éxitos al hilo en este deporte. Sería el inicio de una racha adversa de la que el pasatiempo nacional aún no se ha recuperado.
De los rivales o figuras latinoamericanas, el protagonismo lo cargó el tritón carioca Thiago Pereira con seis títulos, para llegar a 12 en estas lides y convertirse en el máximo ganador de doradas en Juegos Panamericanos del gigante sudamericano. Su compañero de equipo César Cielo no quiso hacer menos y sacó de las albercas cuatro maravillosas diademas.
Por otra parte, los locales rubricaron su mejor actuación histórica con 42 primeros lugares y un cuarto escaño por delante de la decepcionante Canadá; mientras por única vez en 16 ediciones el medallero final enseñó a siete naciones con más de 20 monarcas.
La noche de la clausura volvió a ser intensa de música, emociones y fuegos artificiales. A no pocos de los presentes en el estadio Omnilife se les estrujó el corazón cuando se apagó el fuego panamericano. El pueblo tapatío clausuró los Juegos orgulloso de haber cumplido su compromiso con la fiesta del deporte de América. Todos los que vivieron esas jornadas cantaron a coro: “México, lindo y querido.
Al ritmo de Ricky Martin, Diego Torres, el grupo Camila, entre otros invitados, la alegría fue total. La ciudad canadiense de Toronto recibió el batón con el compromiso de repetir dentro de cuatro años un certamen similar, en el que deporte, amistad y muchas sorpresas volverían a vivirse en su mayor esplendor.
PARTICIPACIÓN CUBANA:
Atletas: 442 deportistas (259 hombres y 183 féminas).
Lugar: 2do
Medallas: 136 (58-35-43)
MEDALLERO FINAL:
