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Isabel Santos: ¿Qué te queda?, ¡el talento!

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Isabel Santos.

Podría empezar diciendo que Isabel Santos Téllez es quizás la actriz con más reconocimientos en Cuba, pero eso le diría poco al lector. Si le digo que es la guajirita testigo de Jehová de la serie Pasos a la montaña, la Amalia toda símbolo de Algo más que soñar, la arpía de Pasión y prejuicio, la joven revolucionaria que con su grito inunda el amanecer de Clandestinos, la  extranjera que sube en un globo como Matías Pérez en La vida es silbar, el travesti de Vestido de Novia, o la doctora enferma de ataxia en la serie ConCiencia, entones quien lee recordará a la joven ingenua o la profesional que se entrega a su trabajo.

Pero como esta entrevista con Isabel me (se) la debía, me he dado el gusto en hurgar en su vida para que usted, que lee, tenga una idea del ser humano que ha habitado en cada uno de esos personajes que despertaron nuestra admiración u odio.

Vamos a empezar por El Senado. ¿Qué te dio ese batey?¿Allí descubriste el cine?

-Cuando tú dices Senado es el central llamado ahora Noel Fernández. Tengo entendido que era el único central con un dueño cubano entonces, tenía su batey, de central, muy bonito… Ya no está así, por supuesto; con esta cosa de demoler los centrales también esta gente sufrió muchísimo y siguen sufriendo hasta que el central no pite, porque la gente se guiaba en todo por el central. El central te daba todo. A dos kilómetros del central había un caserío, serian 10 casas. Fíjate que quedaba muy cerca del cementerio -siempre está en las afueras del pueblo en las provincias-, y ahí vivía yo.

"Mis padres eran muy jóvenes en aquel momento y triunfó la Revolución y empezaron a fundar granjas del pueblo y mi mamá era miliciana. Era poco todo lo que hacían, era más y más, y con una niña de 40 días de nacida arrancaron para este lugar, cerraron su casa en Camagüey; la perdieron, por supuesto, y fueron a vivir a una casa que dice mi mamá que era un techo y para el viento ponían ladrillos. Imagínate que un día vino una vaca y se recostó, por poco me mata en una hamaca. Era lo que teníamos.

"Mis padres nunca se fueron de ahí, nunca. Era un lugar donde no había luz eléctrica, había una plantica que estaba más tiempo rota que funcionando. Recuerdo un círculo social donde ponían un televisor cuando dieron aquellos televisores… Eso debe haber sido a finales de los años sesenta.

"Lo que más yo recuerdo -lo digo en todas las entrevistas y no me canso, porque para un niño yo sé lo que significa-, es que al lado de mi casa había un almacén de abono. Mi mamá padeció asma muchos años y no sabía, guajira al fin, que el abono estaba allí. Primero estuvo la gente de la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), después la gente del EJT (Ejército Juvenil del Trabajo). Y precisamente a ese almacén venía el carrito móvil y ponía la película, y todo el mundo sacaba su banquito. Bueno, eso yo lo tenía como acá atrás, en mi cerebro. Un día estaba yo en Montevideo, en Uruguay, acababa de caer la dictadura. Fue una delegación. Y me hacen una entrevista en Radio X 30, una radio de la izquierda, y el hombre me pregunta: '¿Cuándo es la primera vez que usted vio cine?. Yo empecé a llorar así, porque ahí me di cuenta de que yo era un poco la niña del documental Por primera vez, de Octavio Cortázar, que se había puesto en la retrospectiva. Ver cine por primera vez es mi gran recuerdo. Yo creo que a partir de ahí me enamoré del cine. Quizás no era consciente, pero sí quería ser como los que salían allí en esa pantalla, lo que proyectaban en esa pantalla".

¿Cómo sale Isabel Santos del Senado y llega a la Escuela Nacional de Arte, ENA?

-Con las convocatorias que hacían.

Ahora hay un mito sobre ti, quiero saber si es verdad. ¿Tú no aprobaste la prueba del Instituto Superior del Arte, ISA?

-No, no la aprobé.

¿La del ISA?

-Yo terminé la ENA y no me quería ir para el interior. Recuerda que yo vi teatro por primera vez cuando vine a La Habana, nos unimos un grupito y estaban poniendo La dama boba en Teatro Estudio. Empecé a ver cosas pero entrar a un teatro y ver aquellos actores que tenía Teatro estudio te impresionaba en el primer año que comenzábamos. Yo no me quería ir ni me interesaba estar en un grupo de teatro en el interior, yo sabía lo que significaba La Habana para un actor. Hice la prueba para el ISA por quedarme en La Habana. Recuerdo que hicieron un dictado y había unas h intermedias; yo me las comí, mi ortografía estaba mal, porque en ese batey la maestra faltaba muchísimo y cualquier mujer de esas de la diez casitas, federada destacada, levantaba la mano y decía 'yo doy la clase'. ¡Ya tú sabes! ¿no? Es algo que he arrastrado.

"Sin embargo, soy una lectora insaciable, leo mucho, pero la ortografía es algo que está en la base. Por supuesto, me desaprobaron en el ISA, de lo cual me alegro muchísimo. Si yo hubiera entrado al ISA, no hubiera podido hacer las cosas que hice, una detrás de otra, en el cine. Ya era como repetir lo mismo que había aprendido en la ENA, exceptuando algunas asignaturas".

Háblame de Raúl Eguren.

-Raúl para nosotros es un padre. ¡Con una disciplina!... A Raúl siempre lo recordamos porque había dos actores que ya no viven en Cuba (no te voy a mencionar nombres), hermanos, y siempre llegaban tarde, cosas de muchachos,  adolescentes. Y ese día Raúl decía 'las clases se suspenden', pero no nos dejaba ir, nos sentaba encima del escenario y él se sentaba en las lunetas y era de ocho a doce y media del día sentados, con hambre, sin poder hablar. Íbamos, almorzábamos, teníamos que caminar hasta la ENA desde el teatro Miramar y volvía y nos sentaba el día entero y además nos decía en la prueba final 'tienen un punto menos'. Por lo tanto nadie podía llegar tarde.

"Sabes que para esta entrevista llego una hora antes. Para llegar a un set, a una locación, yo soy una gente muy puntual y eso se lo debo a Eguren, pero también le debo a Eguren leer buenas cosas, y creo que parte de lo que sé de actuación. Por muchos caminos nos hacía llegar el personaje. Se lo debo a ese gran maestro. Creo que después de Eguren no ha existido en actuación un maestro como él. Mi generación lo adora".

¿Cuál fue tu primer trabajo en los medios?

-Estando yo en primer año de la ENA, Juanito Vilar hizo un casting muy grande. Recuerdo que Humbertico García Espinoza era quien lo estaba ayudando y grabaron el casting en uno de los estudios del ICRT. Era para una novela que se llamaba Pasos hacia la montaña. Yo hice la prueba. En ese entonces los actores que ya tenían cierta edad, treinta y pico de años, hacían los papeles de muchachos adolescentes, y Juanito entró a los jóvenes. Eso le costó carísimo. Había gente que no estaba de acuerdo con que Juan Vilar hiciera eso, por el riesgo. La televisión era como de palo, casi salías en vivo. Juanito es un hombre al que yo le debo mucho, fíjate, tanto como a Raúl Eguren. Juanito es el que me descubre y me da uno de los personajes, que se llamaba Eslinda, una muchacha testigo de Jehová. Mi padre era Ángel Espasande, yo nunca recuerdo los nombres de los personajes, ni la gente que trabaja, voy borrando cosas, pero de esa novela me acuerdo. Trabajaban Carlos Moctesuma, que hacía de bandido; Eloísa Álvarez Guedes y Salvador Wood.

"Recuerdo que el primer día yo tenía una escena, echándole sancocho a los puercos, con dos o tres bocadillos, y Salvador me agarró el libreto, empezó a hablar conmigo del personaje y Eloísa también. Era como si dijeran 'vamos a ver, esta niña'. A mí me estaban cuidando celosamente, aquella locura que podía ser de Juanito. Entró Jorge Martínez, que hacía de mi novio, entramos muchos en ese grupo. Y después repetí con Juanito en una novela que se llamaba El tiempo joven no muere, un personaje que no tenía nada que ver, una estudiante de la universidad. Altunaga me puso unos textos dificilísimos. Aprendí mucho en casa de Juan. Era como una universidad, por ahí podía pasar todo el mundo: los grandes escritores, gente de la Nueva Trova, directores de televisión, directores de cine, directores de fotografía... Era un ir y venir de gente y ahí Juanito hacía la mayoría de sus ensayos. Siempre estábamos metidos, yo no sé cómo Marta aguantó ese matrimonio".

Estabas hablando, y pensaba que la televisión para ti fue importante antes de Se permuta, tu primera película…

-Sí, la televisión fue importante, por cómo se hacía en aquellos años, con el rigor que se hacía de estar delante de una cámara, pero yo no tenía conciencia aún de lo que era estar delante de una cámara. Era más intuición, hacerlo con espontaneidad, credibilidad, yo no estaba buscando el ángulo, o la luz, nada de eso, eso lo aprendí cuando entré al cine, con un gran fotógrafo que le decíamos el Pago, ya fallecido. Y el Pago me dice: 'Niña, si tú no quieres esto que hay aquí (y toca aquella gran cámara gigantesca), ella no te va a querer a ti'. Y ahí me di cuenta, me empecé a fijar ya desde ese momento.

"Como en 35 mm había que esperar mucho -todo el montaje de la iluminación-, uno tenía tiempo en aquel set, fuera grande o pequeño. No tenías otra cosa que hacer que mirar lo que se estaba haciendo, dónde estaba la cámara, si estaban montando un dolly, escuchar las cosas técnicas que hablaba el director con el fotógrafo y con el resto del equipo. Tuve oportunidad de trabajar con grandes directores de arte, excelentes fotógrafos, sonidistas que ya no están, otra gente está fuera de Cuba, y creo que esa fue mi escuela en el cine, esa fue la verdadera escuela: observar".

Fernando Pérez dice que tú y Luis Alberto le ayudaron en Clandestinos. ¿Cómo se prepararon para la andanada de disparos en la azotea, escena que fue una sola toma?

Fernando tenía a Luis para el papel de Ernesto, pero no tenía a la muchacha, y llamó a Luis Alberto y le dijo: 'Yo tengo un nombre aquí, ¿con quién tu quisieras hacer esta película?'. Y Luis Alberto le dijo: 'Yo quiero trabajar con Isabel Santos'. Cuando Luis miró el guion, el nombre que Fernando tenía anotado era el mío, o sea, coincidieron. Él llegó a mi casa, mi niño tenía meses, estaba en aquel momento tratando de pararse en la cuna, y él me dijo que él no sabía dirigir actores, que necesitaba la ayuda de Luis y mía, que él nunca había dirigido actores, ¡fue de una honestidad tal! Ningún director te dice eso. La gente ahora, sepa o no, se lanza. Te piden cosas incoherentes y por eso yo respeto mucho a Fernando desde el primer día que lo conocí. Yo creo que se podía hacer toma uno porque éramos muy disciplinados, teníamos muy bien el personaje, fueron meses de estudiar con él, nos entrevistarnos con Norma Porra, que nos dio una gran entrevista. Fernando persiguió mucho esa entrevista y nos llevó a mí y a Luis a hablar con ella.

"Norma acababa de llegar del trabajo, si tú me preguntas ahora hasta cómo estaba vestida, te lo puedo describir. Fíjate si para mí fue importante. En esa entrevista con Norma Porra estuvo todo lo de la película, y había un buen guion. Creo que fue eso, prepararnos, el actor se prepara. Hay actores que no, les gusta repetir. Yo lo tiro todo casi siempre en la primera toma. Había que ahorrar material en aquel momento; en 35, cuando más, te tiraban 3 tomas. Ya llegó un momento en que podían ser hasta tres. En La vida es silbar había actores que no eran actores y Fernando necesitaba que sobraran dos tomas nuestras para los demás actores. Fíjate todo lo que tuvo que hacer cuando hizo La  vida es silbar, eso es trabajar y trabajar".

Perdóname que insista, el rollo es que en Clandestinos, en el final, esa agua cayendo... Uno se pone a ver la película y yo creo que esa escena es una de las fundamentales.

-Pero también había un solo tanque; o sea dos, tanques.

Por eso te digo.

No había más tanques; o sea, estaban los bomberos.

O sea, filmabas…

-O no filmabas o había que esperar días y días en que la producción consiguiera más tanques.

Sigamos: a ti te gustan los riesgos. En Algo más que soñar hiciste el primer desnudo de la televisión cubana, luego te subiste a un globo en La vida es silbar. ¿Te gustan los papeles riesgosos, por una razón o por otra?

-No. Eso tú lo vas descubriendo. En Algo más que soñar yo estaba superenamorada de hacer la Amalia, lo que significaba Amalia. Yo soy camagüeyana, imagínate tú. En aquel momento, nunca se hizo la vida de Ignacio Agramonte, un personaje queridísimo por mí. Yo sabía lo que Eduardo Moya quería con cada uno, lo que simbolizábamos cada una de las parejas en Algo más que soñar; por supuesto que un desnudo a una muchacha guajira acabada de graduar de la escuela de arte era difícil. Yo lo hice sin pensar que era el primer desnudo de la televisión cubana, eso que lo escriba después la historia. Pasan los años y eso es historia. ¿Montarme en un globo? Lo llevaba la película. Para nosotros, para mí y para Luis era, imagínate, quién no quiere ser como Matías Pérez. Claro, después el globo aterriza en el lugar donde no tenía que aterrizar, cae al mar, Fernando corriendo, media Habana corriendo por todo el Malecón. Eso se aprovechó en la película, son cosas que suceden en una filmación.

"Sí, hay momentos en que me he arriesgado a hacer un personaje como el de La vida es Silbar, cuando estaba en el globo no pasó nada, cuando agarraron la cesta y la montaron con una grúa kato, así para arriba, a mí me entró un ataque de pánico. Yo le decía a Fernando, 'yo te pido, yo te ruego que bajes esto, por favor baja esto'. Me entró un ataque de pánico, de histeria, allá arriba, y tuvieron que bajar. Entonces Fernando habló conmigo".

Pero Fernando dice que te decía desde abajo, por el megáfono: “Isa estamos contigo”.

-Estamos contigo. Y yo le dije: 'Tú no estás conmigo porque tú estas allá abajo, la que está aquí arriba soy yo'. Es que aquello se movía, Paquita, de un lado al otro, así, y yo sentía que me iba para las esquinas del globo. Es que, además, los hilos tensores, las cuerdas, no estaban bien. Fue riesgoso, sí, fue riesgoso.

¿Por qué tú aceptas papeles secundarios como el que acabas de hacer en Vidas cruzadas. Un papelito, de un día, una toma?

-Mira, lo voy a decir en la entrevista porque a la edad que yo tengo, yo puedo decir lo que me dé la gana...

Por supuesto, no la edad, la historia que tienes…

-No: con la edad. Yo soy una mujer que ya puede decir cosas. A ver, a veces tú haces cosas que te llaman. Yo nunca le he tenido miedo a los personajes secundarios, hay una edad en la que tienes que empezar a hacer ese tipo de personajes. Lo que pasa es que un día le dije a Amaury Pérez: 'El problema es que no te lleven la escena'. Si es en el cine, que no sobre esa escena secundaria, ya yo hice las muchachas bonitas, las protagonistas de las películas, pero la gente tiene que salir del cine con esa escena en la cabeza, fue lo que me pasó en Casa vieja. Yo me preparé, llevaba muchos años sin filmar, no me llamaban y era como reinventarme. Me ha costado. Hay momentos en que la gente dice 'yo creo que ella no tiene nada que dar ya'. Se quedan con lo último que hice, prefieren otra actriz que esté de moda y no me llaman. Eso es lógico, es válido y tienes que reinventarte y lograr hacer cosas como si te descubrieran por primera vez. Eso lleva un estudio tremendo. En el caso de la televisión sabes que hago poca televisión, el medio que comencé, a mí me encantaba hacer televisión.

¿Y ahora te gustaría?

-Ahora no. Fíjate, no, y sé que cuando quienes dirigen la televisión lean la entrevista, pueden sentirse muy mal. Yo sueño con la televisión donde yo entré. Yo sueño con la disciplina de gentes que llevaban años y años como sonidistas, camarógrafos, directores de arte... pero cuando tú ves que uno que hacía otra labor -podemos poner, uno que colgaba la ropa-, que nunca ha pasado una escuela, es un diseñador, eso no vale. La televisión se ha convertido en un desastre, no es la televisión que yo quiero, y para mí es el medio más riesgoso.

"Entonces a mí me llaman para hacer una escena, y yo he divisado lo que es la televisión hoy, en una escena: cuando llegué ese día, en el mismo momento en que estaba con otra actriz concentrada haciendo mi secuencia, al lado había un portal y la misma gente del equipo empezó a hablar. Yo tuve que parar y decir: 'Por favor, estamos con textos largos, pesados, yo necesito silencio'. La actriz me dice: “Qué bueno que tú llegaste, hacen silencio porque eres tú, pero así grabo yo todos los días”. Entonces Paca, no; así no puedo ir. Ya yo tengo una edad en que necesito tranquilidad, respeto, y lo único que queda en mi vida es mi trabajo, porque hay otras cosas que no tengo. Entonces tú dices que soy feliz cuando estoy trabajando, pero no para incomodarme.

"Necesito trabajar porque debo tener dinero, porque yo no tengo un salario fijo, yo solamente gano cuando trabajo, y cuando no trabajo, no gano. Y tengo que pagar la ONAT, que le importa un pito si yo tengo que guardar ese dinero y no se da cuenta de que si yo gano equis cantidad en una película; que, además, nunca he sido bien pagada, pero piensan que es mucho. Tengo que pagar la mitad de lo que gane y el resto, ¿de qué vivo?, ¿alguien se lo ha preguntado? Yo no trabajo por cuenta propia, yo no alquilo una habitación. Yo creo que también... el éxodo de actores, no de la mayoría, pero de algunos actores, sobre todo hombres que viven por ahí: creo que hay que tener un cuidado con lo que nos queda, en todas las ramas, fíjate, no estoy hablando de que los actores somos el ombligo del mundo. Creo que hay que tener un cuidado, qué pasa con esas personas, cómo viven, de qué viven, porqué están trabajando, porqué no están trabajando, y, cuando no están trabajando, de qué se mantienen.

Te entiendo…

Entonces, cuando tú haces una escena que a mí me hubiera gustado que no saliera, porque además la sacaron de fecha (cuando fui a hacerla, cuando estuve preparada para hacerla, ellos cambiaron todos los planes de trabajo)... Todas las cosas que no se pueden hacer en una telenovela… Es el desastre de la televisión en este momento. Esa no es la televisión a la cual yo quiero ir, y me encanta hacer televisión. La gente piensa que no. Otra gente que hace mejor televisión no me llama porque piensa que no voy a ir, ¡fíjate!. Otros dicen ¡ay, no, no, ella es muy complicada! O que soy muy exigente. Porque tú caes mal si eres exigente y entonces crean una leyenda de ti, eres la pesada, la conflictiva…

"Es que quieres el vestuario planchado, no tirado en un rincón; que el carro que te recoja llegue puntual, como debe ser. Ahora, también yo veo que a algunos actores (he estado en carro montada) les están pitando media hora y se levantan, el carro está lleno y con tremenda calma montan, cuando la luz se le va al fotógrafo. Pero eso no importa, filman a las doce del día con la luz cenital y es espantosa la fotografía. Y eso no es lo que yo quiero hacer, no puedo. Por eso hay directores en la televisión con los que trabajo y otros con los que no".

¿Por eso trabajas con Rudy Mora?

-Sí.

-¿El papel más reciente que hiciste en la televisión es el de ConCiencia?

-Sí

A mí me cuentan que tú te convertiste en una especialista en ataxia, ¿es así?

-No tanto una especialista, sino que busqué mucha información. Tú no puedes hacer un personaje si no sabes; si tiene un problema como la ataxia, no puedes empezar a imitar algo si tú no investigas. Entonces, en ese momento yo tenía un viaje para Uruguay y le dije a Rudy 'déjame ir,regresar, entonces te doy la respuesta'. Y traje en una memoria, ¡¡¡ufff!!!... Me pasé muchas noches buscando videos, cosas que podía bajar rápido y que aquí no podía hacerlo por un problema de la lentitud de internet. Empecé a buscar toda la información que a mí me podía interesar para el personaje.

"Esa es otra cosa, hay mucha información que tienes que descartar porque no va con tu personaje, y encontré un documental que está haciendo un grupo de mujeres doctoras, que tienen ataxia, de España, Brasil, México, de distintas partes del mundo, y se han comunicado entre ellas y empezado a escribir una novela; pero, además, quieren hacer, no sé si lo han hecho ya, un documental, y de cada una de ellas pude buscar cosas, sin lástima. Lo mejor es que es una enfermedad con la que la gente va por la vida y tratan de hacer las cosas normales en su vida, teniendo esa enfermedad terrible, porque tu mente está clara ¿me entiendes?

"Puede estar en los niños y muchas personas no saben cómo aparece. Sí, tuve que investigar muchísimo y decirle a Rudy entre todo lo que había buscado, dejarme dirigir por él, aunque nunca me pidió 'ensáyame lo que tú tienes'. Confió plenamente en mí y recuerdo que la primera escena que yo hice era caminando por un pasillo, cuando la ataxia todavía no había avanzado, y Rudy me dijo: 'Esa es la cosa'. Y así construí ese personaje maravilloso, que nunca pensé que tuviera tanta aceptación, sobre todo en los médicos, en la gente que sí conoce la enfermedad. Y fue bonito después de tantos años, sin hacer televisión, que la gente te abrazara, te dijera cosas en la calle, porque a veces yo le paso por el lado a la gente, la gente sabe que soy Isabel Santos. Pero no tienen por qué buscar una conversación conmigo porque soy Isabel pero no han visto un personaje. Y ConCiencia me volvió a dar ese amor del cubano, esa cosa de 'qué lindo es tu personaje, qué buen trabajo, cómo me gustó la serie', no solamente mi personaje, la serie. Rudy se metió en un mundo desconocido y quedaron millones de cosas por decir, porque me gusta cómo él planteó primero los problemas personales de cada uno. Si se hiciera una segunda temporada, yo creo que habría que ir más, qué pasa a nivel tecnológico, a nivel de investigación, porque ya sabemos quiénes son, eso fue muy inteligente de su parte.

"Lo hicimos un equipo pequeño, trabajando muchísimo. Fíjate, aunque yo diga que no se hace, que no estoy de acuerdo con otras telenovelas que veo, yo sé que trabajan muchísimo, lo que a veces trabajan muchísimo porque se pierde mucho tiempo. Con Rudy no se pierde tiempo. Rudy es un hombre que te exige mucha disciplina, con el que tienes que tener tu personaje y que es un hombre inteligente a la hora de dirigir. Él sabe dirigir actores, por eso a mí gusta trabajar con Rudy. No siempre está de acuerdo con lo que tú le llevas y si tú le llevas cosas, le puede gustar pero él le pone algo, siempre pone. Ahí hay muchas cosas que son de él, no mías, que es como el veía a Sole, y eso me completaba mucho el personaje y así es muy rico trabajar, Paquita".

Ahora bien, tú me dijiste ahorita que a ti te gusta hacer una toma, que te preparas; sin embargo, sobre la caída que tantos aplausos ha recibido a mí me dice Lidia Inés, la asesora de ConCiencia, que hasta te hiciste un morado, porque en siete oportunidades grabaron la caída. ¿Es así?

-Si, se hizo varias veces.

Pero porque tú quisiste…

-Rudy me dijo: 'Ponte, cae de otra manera'. Había una que fue la primera, que al final fue la que puso; hicimos otra a ver cómo podía caer Sole, ¿me entiendes? Él dijo: 'Me gustaría hacer otra', y yo le dije: 'Vamos a hacer las que tú quieras, para eso estamos aquí'. Al final se quedó con la primera toma, pero se hicieron varias porque el hecho de que yo te diga que a mí me gusta la primera toma, no quiere decir que yo me oponga a hacer más tomas.

Eso es ser profesional…

-Yo hago las que el director pida, lo que pasa es que siempre las voy a hacer diferente. Pido un tiempo, porque repetir una toma igual no tiene sentido, a no ser que se caiga algo por un problema tecnológico; pero si no, trato de buscar cosas en cada una.

-Isa, tú empezaste a hacer una jovencita ingenua, has hecho de una mujer común, de una extranjera en Cuba… Eso te debe de haber dado tu trabajo. Has hecho de una doctora en ciencia... ¿Tú te autocalificas como una actriz camaleónica?

-Mira, trato de cambiar todo el tiempo. Cuando yo veo Se permuta, a mí me da mucha nostalgia, pero me da mucha nostalgia por la ingenuidad. Yo no veo mis películas, las veo una, dos veces, y cuando viajo con las películas o cuando viajaba con las películas, yo las tengo y no las veo más. No soy una gente que se anda revisando, pero cuando veo Se permuta lo que veo es la cara de mi hijo cuando se deja el pelo largo, no me veo a mí. Es la vida que uno va acumulando, tanto dolor, tanta felicidad. Has vivido tanto. Yo no puedo asumir un personaje como lo asumí en Lejanía o en Se permuta o en Algo más que soñar. Isabel ha vivido mucho, el 4 de Septiembre cumplo 58 años. Una mujer de 58 años ha vivido. Hay personas a las que no les ha pasa nada en la vida; a mí me han pasado muchas cosas y he aprendido mucho y he aprendido a lidiar con muchas cosas, aunque yo siempre trato de alejar mis personajes de mí, nunca vas a saber dónde está Isabel. Eso es algo que se va conmigo, pero trato de alejar mucho los conflictos, las angustias. Yo soy muy observadora y casi siempre son conflictos de otras gentes los que yo le pongo a mis personajes, pero no los asumo igual por la edad que tengo. La pregunta que me hacías era…

Que si te consideras una actriz camaleónica...

-Tienes que ser camaleónica porque vives muchas vidas, entras a mundos de mucha gente. Cada mundo es diferente; si lo haces igual, ahí no hay buen actor. Sí trato de serlo, que lo logre, o no, ya es otra cosa, pero trato de serlo. No me da pena decirlo.

¿Tú te has puesto detrás de la cámara en cuatro oportunidades?

-A ver... Hice, San Ernesto de la Higuera, Viaje al país que ya no existe, que es de Iván Nápoles; uno que para mí es muy interesante, que se llama El camino de la vida, con una sobreviviente del cerco de Leningrado que vivió en Cuba.

Ese no lo he visto.

-Tiene la medalla de la gente que sobrevivió al cerco como ella, dice que es más importante que la medalla de Lenin, que se la dan a cualquiera. 'Esta -dice- la tenemos solo los que sobrevivimos'. Ella se llama Isabel Álvarez Praga, una mujer de noventa y pico años, maravilloso personaje, que escribió con  sus memorias un libro sin ser escritora. Gracias a ese libro -ya ella estaba teniendo problemas con la memoria- pude hacer el documental, un documental pequeño. Después de ese hice Gloria City, que es un documental dedicado a mi familia.

¿Al Senado?

-No, es la Gloria City, que queda en el norte de Camagüey. Allí nacieron mi madre, su madre, su padre y todo el mundo; nacieron, vivieron allí, y yo iba a ese lugar siendo muy pequeña. Todavía había americanos vivos; por supuesto, el hilo conductor es un poco el libro de Enrique Cirules Conversación con el último norteamericano, pero, por ejemplo, mi madre conocía a William Stokes desde que ella nació, e iba a la escuela con la mujer que después cuido a William. O sea, es un poco también contado desde la memoria, yo estoy entrevistando a gente de ochenta y pico de años, es la memoria de un país, un lugar, y ahora estoy en proceso de edición de un documental sobre la rumba en Camagüey que se llama Gente de pueblo.

Te has puesto detrás de la cámara para el documental; sin embargo, al referirte al cine de ficción dijiste:  “No, eso son palabras mayores, te lo juro por dos de mis seres queridos que todavía no lo he pensado, a mí me gusta pensar las cosas”. ¿Por qué uno sí y otro no?

-Porque soy actriz y lo poquito que sé de cine me dice que no lo haga. Además, conmigo en mi casa tengo un director de fotografía de cine, que me facilita una comunicación y desde que nace el documental, él sabe lo que yo quiero, lo poquito de esa muchacha que observaba en Se permuta en ese tiempo del 35 mm, qué pasaba, cómo se hacía el cine, pero de ahí a que yo me considere una directora, no, no…

"Llevo mucho tiempo escribiendo una historia, creo que es la primera vez que lo digo, muy personal. Cada vez que me siento a escribir ese guioncito, esa historia, me cuesta mucho trabajo por eso mismo, porque es muy personal. Está a la mitad, y si algún día dirigiera -que, te digo, ,no ha venido a mi cabeza- tendría que ser por ahí, pero no, no ahora. Cada vez que lo pienso, con tanta gente grande que me ha dirigido... hacer una película es difícil, dirigir actores, dirigir un colectivo.

"Yo creo que antes también la gente empezaba por el documental, todos los grandes empezaron haciendo documentales, creo que era un entrenamiento con el equipo, con lo que vas a decir, con muchas cosas. El cine es muy complicado, mucha gente lo hace y después es el desastre y a eso uno le teme. Porque, además, todos, yo creo que somos como la gente del circo, tú estás en una cuerda floja sin malla, te puedes caer y esas caídas son terribles".

Tú no quieres caerte.

-No, yo me he caído mil veces, lo que, quizás, es la edad también… Uno se convierte en una gente más conservadora, más cuidadosa, más respetuosa. Los años dan eso, respetar. Cuando uno es joven, es una cosa maravillosa, esa cosa desenfrenada que te atreves a cualquier cosa y a veces lo logras y a veces no... te equivocas muchísimo. Con la edad viene la experiencia.

¿Acaso haber rescatado al amor, a tu esposo de la muerte, no hubiera dado un excelente melodrama?

-Si

¿Cómo tuviste fuerza para eso?

-Porque yo no lo quería perder. Escribí una cosita pequeñita, una carta que yo le hice, en el momento en que a mí me avisan del accidente. Él estaba en Haití y yo fui a Haití a buscarlo al otro día.

¿Y lo llevaste para Santiago de Cuba?

-Había que ir para Santiago, que era el lugar más cerca. Esa noche en que yo no tenía con quién hablar, me senté y le hice una carta. Cuando él a los sesenta y pico de días -un mes en Santiago y un montón de días en el CIREN- ya estaba claro de su cabeza, ya estábamos solitos aquí en la casa de alta, yo se la leí. Solamente lo puede escuchar él. Solís le contaba a Manolo Pérez cómo yo lo había visto, que era en un plano muy cinematográfico, que ahí había una película, que mira la visión mía, que yo le contaba las cosas como si fueran a nivel de plano. Uno empieza a contar la vida y él que te está escuchando, el jefe de fotografía está viendo el plano, está viendo la secuencia, pero no es que uno la cuente, él la vio así.

"La historia que yo contaría no sería esa, yo sufrí mucho eso, y tanto, que padezco de insomnio de tanto que lo cuidé y después me costó mucho trabajo poder volver a dormir por las noches. Y por otras cosas que me han sucedido en mi vida. Mi película tiene que ver con mi niñez, lo que estoy escribiendo, que quizás se lo entregue a otra persona, tiene que ver con mi niñez y momentos de los años sesenta en Cuba; pero no, la historia del accidente de Solís, no. Una parte de ella se la regalé a Fernando Pérez sin que el público lo supiera.

¿En cuál película?

-En La pared de las palabras.

¿Cual parte?

-Toda la complicación de ella con su hijo. Todo el amor con que le está hablando a una persona.

Que no sabe.

-Que no sabe, eso le sucedió a… Solís.

En una oportunidad te están preguntando sobre la popularidad y tú dices que a ti no te preocupa estar en el cine porque “tu vida es tuya, aunque aparezca en la pantalla”. ¿Tú estás tan segura de eso? ¿Tú tienes intimidad cuando sales a la calle? ¿Acaso no siempre está Isabel Santos?

-Sí, hay gente que te trata con mucho amor y otra gente que te irrespeta muchísimo, sobre todo ahora, antes no. Puedes estar comiendo y te hacen una fotografía desde un celular como si tú no existieras. Eso molesta muchísimo, estás comiendo con tu pareja. Son pocas veces que me ha sucedido, siempre ha sido más el amor del pueblo cubano, yo puedo decir que soy una actriz querida, respetada. He vivido fuera de Cuba y he caminado por las calles y no me conocen ni los perros, ni los perros me saludan.

"Eso lo extrañé muchísimo, en los momentos en que he estado fuera de Cuba, pero aunque la gente te haga una foto o te pida una selfie, aunque la gente crea que te conoce, ¡no!. Te conocen tus amigos, los más cercanos, los que tú dejas que te conozcan. Casi siempre mis amigos no son actores, son gente de varias especialidades, periodistas, médicos… Mis grandes amigos ya no están en Cuba, cada día me quedan menos y me he refugiado en ese pequeño grupo. Además, yo soy una mujer muy de mi casa, me puedo pasar meses y no salir. Puedo estar mucho tiempo dentro de mi casa.

¿Y te gustan las cosas de la casa?

-Sí.

¿Cocinar, limpiar?

-Cocino muy bien.

No mejor que yo.

-¡Hay que verlo! Bueno, soy muy jodedora para la limpieza, no me gusta tener a nadie que me limpie, yo soy guajira, Paca.

¿Tú limpias, Isabel?

-Yo limpio, yo friego, yo cocino.Porque nadie me lo hace igual Mira que he tratado, porque uno tiene problemas de artrosis, que si las manos, que si no sé qué; nunca me lo hacen igual, entonces ya lo hacemos entre Solís y yo. A él le gusta meter las cosas en la lavadora, él es el que lava, me ayuda a limpiar, tenemos un perro que es nuestro hijo (Ipavo). Cuando estoy más estresada pongo la plancha y plancho.

¿Todavía planchas la ropa?

-Claro, si mi marido se pone camisas de hilo y yo también, pues las plancho.

En una oportunidad tú dijiste que eres una mujer que se siente afortunada de tener un público, de ser amada. Ahora quiero terminar con la respuesta a esta pregunta. ¿Dónde te sientes extrajera?

-Uno se siente extrajera fuera del país. En un  documental, Mujer que espera, que me hizo Carlos Barba (un director joven que nosotros queremos mucho), le decía que a mí me gustaba vivir en Cuba, porque en Cuba no tenía suegra; que en otro lugar yo me sentía como cuando tú vives agregado, que por eso yo vivía en Cuba. Aunque, mira, yo a veces he sentido la soledad, yo he podido estar entre muchos amigos, los más queridos, y he sentido una soledad tremenda, es según el momento que tu estés viviendo. Por eso, a veces, cuando los periodistas me dicen en un momento 'dijiste'... Uno dice cosas, pero uno nunca las mantiene hasta el final de su vida, uno cambia mucho, uno dice hasta aquí no voy a hacer tal cosa y al otro día dice 'Paca, me embullé anoche, soñé y a partir de mañana soy otra cosa'.

-Bueno, es que tú dijiste en una entrevista en el extranjero 'me siento'…

-Si uno se siente extranjero, uno se siente que no es de ese lugar, y trata. Yo nunca me he sentido bien viviendo fuera de Cuba, nunca me he sentido bien, es duro. Mi padre era un cubanazo tremendo (lo perdí hace cinco años). Mi madre, igual. Un hombre y una mujer que lucharon mucho, que acompañaron mucho la Revolución. Hay cosas en las cuales yo no puedo dejar de creer, aunque parte de mi generación haya dejado de creer. Lo dice Silvio, 'yo me muero como viví'. Me critique quien me critique, y, además, no siento vergüenza de eso. No soy vergonzante de creer en lo que mis padres me inculcaron. Eso sí, tengo la boca dura y digo las verdades porque yo no soy ni pionera, yo he acompañado todo un proceso porque yo he querido, no es que yo tenga una militancia y que por esa militancia vaya a decir tal cosa o la otra.

"Lo digo porque me siento parte de un país y quiero que mejore como muchos compañeros míos lo desean. He tenido la oportunidad de trabajar con gente en el cine, que me han enseñado también... El cine te enseña desde cómo vestirte, cómo tener tu casa, hasta creer cosas. Paquita, el cine es una de las cosas más grandes que existen y esa es mi meta. Mira que yo quiero la televisión, quizás soy malagradecida, porque Juanito Vilar me dejó entrar a aquel estudio, pero yo quisiera que lo último que yo haga en mi vida sea una película. Cuando a mí me dan un guion de cine soy la mujer más feliz del mundo; es como volver a parir. Mira que yo fui feliz pariendo a mi hijo, con mucho dolor, pero fue el minuto más feliz de mi vida.

¿Como cerrar esta entrevista?

-La podemos cerrar de muchas maneras, estoy muy a la expectativa de qué pasa en mi país, me leo todo lo que llega aunque esté dentro de mi casa y no salga. Sé todo lo que está pasando a mi alrededor, si tú no sabes no puedes hacer un personaje. Todo a mí me sirve para la actuación, ser una mujer agradecida. Yo soy muy buena con mis amigos, porque todos han sido muy buenos conmigo en distintos momentos de mi vida. Yo les agradezco mucho a todos, ellos saben quiénes son, unos de una manera y otros de otra. Esa es como la familia que me queda, además de mi mamá y el único hermano que tengo. Eso es lo que me queda.

"Le debo una visita al batey de mi niñez, lo que pasa que ya no está igual y uno quiere encontrarse con los mismos recuerdos. Es un lugar que a mí me marcó muchísimo y todavía hay cosas que me quisiera quitar de ese momento y no me voy a poder quitar nunca; cosas que ni quisiera recordar de esa niñez. Otras sí, otras sí las llevo conmigo.

"Esto no ha sido una carrera de cuatro premios, lo que sí te puedo decir es que yo siempre estoy como comenzando. Te podrá parecer una frase manida pero ¡no!, yo hablo en serio porque a mí me han sentado durante muchos años por pensar 'y hasta ahí llegó ella'. Entonces, cuando ya los ojos se te ponen chiquitos y la cara se te empieza a caer, como digo yo, ya no eres la muchacha hermosa, ya el director tiene que ir buscando, ahí tiene que salir una actriz. Entonces exhibe las arrugas, exhibe las canas y dale pa' lante aunque me tiña el pelo. ¿Ya qué te queda?: ¡el talento!".

Se han publicado 153 comentarios



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  • Ariel dijo:

    Siendo abdolescente y sin saber nada de nada sobre cine o televisión, un día me di cuenta mientras pasaban El Tiempo jóven no muere que Isabel Santos iba a ser muy grande.....

  • LALA dijo:

    y QUE DECIR DE CONCIENCIA, SOLO TU PARA INTERPRETAR ESE SUPER PAPEL, REALMENTE SIN PALABRAS

  • Odalys Díaz Careaga dijo:

    Una entrevista de lujo, además de que Isabel es y será una de las mejores actrices de nuestro país, lo ha demostrado al paso de su carrera interpretando diferentes papeles tanto en tv como en el cine, felicidades y agradecida de contar con tu talento par el disfrute del público. Salud para ti y toda tu familia.

  • Francisco. dijo:

    Esa si es CUBANA 100%.

  • María Fernanda dijo:

    ¡Que placer da ,saber de la existencia de personas como usted Isabel! Gracias por regalarnos tan magníficas interpretaciones. Salud!

  • Rosario Escalona dijo:

    Buena actriz y tremenda trayectoria artística. Excelente entrevista donde no desvincula el trabajo de la actriz y el momento actual en que viven muchos artistas cubanos que hicieron revivir un país de buenos profesionales frente a las grandes pantallas y que todos, cubanas y cubanos disfrutamos y admiramos por su buena profesionalidad, disciplina y cubanía. Gracias Isabel Santos. Mucha Suerte y muchos éxitos en tu vida.

  • Gisela dijo:

    Excelente entrevista, me emociono mucho cuando leo entrevisas como estas, tenemos la misma edad Isabel y yo y aunque no compartimos la misma profesión, coincidimos en muchas ideas !!! una gran actriz!!! para mi la mejor y he visto la pelicula clandestinos muchas veces no me canso de verla, cada vez que la ponen en la TV la veo y la veo, para mi esa actuación fue una GRAN PER GRAN ACTUACION, quien no se conmovio con ella, les aseguro que esta vacio por dentro.

  • kathy dijo:

    Excelente actriz, me encantó su papel en ConCiencia, me sacó las lágrimas, hace rato no me creía un papel. Y la entrevista para meditar.

  • Lucía Margarita Arozarena Johnson dijo:

    Gracias Paquita por esta bella entrevista a Isabel Santos. Que es una Super Actríz, y ha expresado como sufre una persona cuando es disciplinada e intransigente en los medios. Pero Isabel Santos es ejemplo por su calidad actoral en el cine y la televisión cubana.

  • Jny dijo:

    Siempre grande Isabel. Estupenda!!!

  • Are dijo:

    Felicidades, solo los grandes brillan y tu naciste para brillar

  • Andrés dijo:

    Yo vivía enamorado de esta excelente actriz cuando era un muchachito.

  • Luisa dijo:

    Excelente entrevista.

  • María de J Sánchez Bouza dijo:

    Yo vi la novela Pasos hacia la montaña y me causó gran impresión la escena de la gruta donde Jorge y Isabel se encuentran, fue una actuación impresionante, por eso no me extrañó el triunfo posterior de esta gran actriz, soy de su generación y la admiro muchíiiisimo.......................he visto todo su trabajo y de los demás actores de nuestra generación, .todo lo que hace es magnífico, la escena final de Clandestino es genial, cada vez que la veo lloro, Algo más que soñar es una joya, también cada vez que la veo me emociono, son cásicos nuestros. Muchas felicidades para Isabel, esa magnífica actriz nuestra que nos ha hecho ser tan felices con sus buenas actuaciones y ojalá lo siga haciendo.

  • Tony950816 dijo:

    Sin duda una gran mujer y actriz. Es ella junto a Laura de la Uz mis dos actrices favoritas de este país. Un saludos a Isabel....
    También he queda el cariño del público.....

  • yo dijo:

    solo talento?, no ,creo que te quedas corta isabel, te queda el respeto de todo un pueblo que te sigue, tengo 25 años y he sido aficionada del teatro toda la vida, a pesar de participar en pequeñas cosas desde pequeña y tratar de luchar incansablemente por incursionar en el mundo del arte me cortaron las alas a los 16 años por tener problemas en la voz que se que en este mundo es uno de los instrumentos de trabajo escenciales, aunque tambien pienso que hay muchos otros instrumentos que pueden hacer de alguien una gran artista, para mi has sido desde pequeña mi referente en el cine de este pais, te considero grande y talentosa, muy capaz de hacer todo lo que sea que te propongas, y con ello me refiero a que a pesar de no conocerte personalmente con ese caracter y tenacidad que desbordas creo que serias muy capaz de incursionar con exitos en el camino de la direccion, al menos yo espero ansiosa a ver algun dia un trabajo de direccion tuyo, tener miedo es de gente sabia como creo que tu lo eres, pero considero que una mujer de tus caracteristicas seria capaz de alcanzar con creces muy buenos resultados en este camino, solo te digo que espero seguirte viendo en la gran pantalla y que nos sigas enseñando lo que ya en estos tiempos se ha perdido, cuba te quiere isabel, sigue siempre siendo tu

  • jjMendoza dijo:

    una de las mejores,,sin duda alguna,,,,gran entrevista!!!!!

  • bel dijo:

    Isabel Santos, sencillamente, como diría Luis Alberto, ERES UNA BESTIA, todo lo que haces lo conviertes en oro, ! Que talento tan grande!, viendo ConCiencia, le comenté a mi esposo, muy emocionada y con los ojos llenos de lágrimas, ..."solamente ella, puede interpretar ese personaje. Que Dios te bendiga.

  • Elizabeth dijo:

    Un ejemplo de actriz, sus actuaciones son fenomenales, siempre la he admirado. Felicidades querida amiga cubana

  • Tamy dijo:

    Excelente trabajo periodístico!!!

    Sincero, natural, arriesgado, las preguntas o mejor el hilo conductor de la entrevista, LO MEJOR QUE HE LEIDO de nuestros profesionales.

    Felicidades, mujeres geniales ambas.

  • Vilma dijo:

    Isabel: Aprovecho esta oportunidad que ofrecen nuestras redes sociales para expresarte mi gran admiración por tu trabajo en los medios audiovisuales cubanos. Tú eres única en nuestros medios. Nunca hiciste papeles de damitas pero eso no te resto la posibilidad de contar como una de nuestras mejores actrices. Tengo 47 años y para mi eres un paradigma de mujer cubana. Te desdoblas en los papeles que haces con tanta facilidad, que cuesta creer que estamos frente a una actuación y no una vivencia de la vida real.
    Solo te convido a que creas más en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud. Noto que estas un poco inconforme con las nuevas generaciones de colegas tuyos. Sírveles más de profesora y menos de crítica. Reproduce más Isabel Santo en las nuevas generaciones de actrices. Eso nos ayudará más a todos, incluyéndote a ti misma.
    Solo deseo que no nos prives de tu excelente trabajo. A todos nos hace falta, a ti para tu solvencia económica y al resto de los cubanos para enriquecer el alma. Cuídate mucho.

  • Neisy dijo:

    Mostrísima, la mejor!!!

  • Amenaida Espinosa González dijo:

    Maravillosa entrevista. Felicdades para la periodista y para l agran artista.

  • susana dijo:

    Una cubana intachable.........gracias por hecerme recordar parte de mi niñes en esta entrevista, La pared de las palabras, un filme que hace q isabel se desdoble y nos haga ver de cerca el dolor y apoyar a su hijo enfermo................la Justina de pasion y prejuicio y clandestinos para mi............marcaron la vida de Isabel ...............salud.....y lo mejor para ti.

  • Gliceria Zabala dijo:

    Ciertamente el talento, pero además el agradecimiento de tu público por cada actuación llena de entrega y pasión. Gracias por el respeto que nos profesa con tu trabajo

  • un admirador dijo:

    ..confiame diez pesos, que el destino travieso me coloca, bien lejos de aqui, un amigo distante, escritor y comediante, me pide que le vaya a musicar, la letra de su drama y aqui voy con buenas ganas de ayudar, voy, atravesando valles.... como ha llovido desde que Silvio te escribió eso a la fecha. Felicidades.

  • Dayron dijo:

    A Isabel Santos.
    He leido su entrevista 3 veces, para no pasar por alto los hermosos detalles que en ella usted nos ofrece.
    La considero una de las mejores actores que ha dado Cuba.
    Admiro su origen humilde, su amor por la tierra que pisamos y su arrogo apasionado por la actuación.
    Crecí en parte con sus trabajos, usted hacia referencia a un personaje, Amalia.
    Amalia, junto a todo los otros personajes de la serie "Algo mas que soñar", a mi modo de ver plasmaron una epoca en Cuba, unos años de compromiso en los jovenes, de revolución.... toda una época que dista de esta, pero que se recueda con admiración.
    Su Camagüey es muy hermoso, su historia, y sin duda el amor que unió a Ignacio Agramonte y Amalia.
    Sepa usted, que con todo respeto es digna de admirar, y si en algun momento le veo en uno de los lugares de este mundo, me acercare a usted, la saludare.... y le hablaré de estas palabras que ahora le dedico.
    Sean suyos todos mis saludos y respetos.

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Paquita Armas Fonseca

Paquita Armas Fonseca

Periodista cubana especializada en temas culturales. Colabora sistemáticamente con Cubadebate y otros medios digitales como La Jiribilla, CubaSi y el Portal de la Televisión Cubana. Fue directora de El Caimán Barbudo.

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