“Celebraremos que estamos vivos”
-Oyeeee… Allá no, aquí.
La señora me ubicó al momento. Tenía los ojos enrojecidos, de no dormir, de llorar o de darse un trago de ron con el vecino que cumplía años. Para validar su autoridad, me dijo, ‘yo soy la presidente y la ideológica del CDR’.
-Vengan acá, y tómense un traguito conmigo -de inmediato el hombre viejo, fuerte como el roble que da nombre a su barrio, adonde fuimos los primeros en llegar, interrumpió su dura labor de ordenar en medio de los escombros, para brindarnos lo que tenía.
Quién sabe de dónde apareció aquel trago para compartir con nosotros, que le llevábamos alimentos, que caímos en medio de la nada. Quiso estar atento a que nadie nos engañara y que la ayuda que conseguimos llegara realmente a los más vulnerables del fuego graneado por el tornado.
Sí, porque en este deambular hubo gente oportunista, pero antes de juzgarlos estamos donde se necesita ayuda. Y porque quizá en algún momento también nos hemos sentido en su piel, no quiere decir que no cambien su actitud. No los juzgo, no somos Dios.
En esta situación hemos crecido tanto. Nos hemos preguntado cómo pudimos alguna vez deprimirnos por cosas tan banales, cuando ves a esta gente echando p’alante con tanta fortaleza. No vivimos allí.
Nos hemos encontrado gente con tan buen corazón. Entre las personas afectadas y entre los voluntarios. A veces solo conocemos a las personas al coordinar por teléfono con ellas y de pronto les ves las caras por primera vez y la empatía es tal, que parece que podríamos haber estado en esta familia hace tanto tiempo.
Me he preguntado por qué no he estado allí antes. Por qué hago esto ahora. Sería porque no tenía qué compartir, o porque no había pasado un tornado. En nosotros ha habido un proceso de crecimiento tal, de desprendimiento.
A veces me he quedado a oscuras, llorando por ellos, por todos. Sin saber muy bien por qué.
El otro día cuando contacté a un chofer, porque necesitábamos llevar un cargamento enorme, y apareció este señor con una guagüita propia, me preguntó qué tiempo nos demoraríamos. Pensé, y le dije, “el tiempo de llegar al sitio, abrazar y conversar un poco con cada uno, ah, y darles lo que les llevamos”.
Porque al llegar allí, aunque estén en condiciones provisionales, no puedes dejar las cosas y ya. Les pides permiso y te hacen un lugar, quizá en la única silla que tienen. Ahí les pones los alimentos, los medicamentos, las ropas o lo que llevemos y les explicas cada cosa. Les haces saber que eso que llevas es importante para las personas que se los envían, para que así lo reciban.
Mucha gente ha enviado su dinerito u objetos, con la confianza de que así sea; entonces, la transparencia y la humildad deben ser primordiales.
El asunto está en dar, sin pedir nada a cambio. Está en la capacidad de servir, que algunos desconocimos por tanto tiempo. Mírame cómo estoy. He bajado como diez libras pero me siento físicamente fuerte, nunca había cargado tantos sacos en mi vida. Y cuando me dicen gracias, me siento raro.
Mira el caso de Dianelys. Ella que lo perdió todo y llevaba seis días durmiendo en el piso, muerta de cansancio. Cuando nos vio llegar ya tenía las listas de todos los necesitados. La gente le dice “La delegada”. Cuenta cómo las personas que perdieron todo ayudaban a los vecinos a cubrir las paredes con las pocas tejas sanas que quedaron, y mantas, según el caso. Ella nos contó que en par de días su hijita cumplía diez años, y que le explicó que no era el momento de celebración.
La niña -siempre los enanos sabios- le dijo que sí celebrarían: no su cumpleaños, celebrarían que estaban vivas. A ese lugar supe que acudieron muchas personas después de lo que posteamos y que el cumpleaños fue en grande, con Colmenita y todo.
Hoy regresamos al primer sitio adonde fuimos los primeros en llegar con alimentos, detrás de la fábrica de galletas de Guanabacoa. No pensaba que nos iban a recibir con tanto cariño. Notas ese amor en el rostro de las personas. Hoy es que he podido entender bien por qué mi madre, cuando el ciclón Michel le llevó el techo, me decía lo lindo que sería acostarnos en cualquier lugar a mirar el cielo completo, juntos.
(El texto de esta crónica está conformado por meditaciones habladas por jóvenes voluntarios, al regreso del proceso de dar su tiempo de vida por su país, su gente, por su deber humano)
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De todo lo malo puede sacarse algo bueno. Y aunque es bien difícil perderlo todo en minutos, ha sido una poderosa lección de amor para estos tiempos. En medio de la vida agitada y posmoderna que llevamos todos hemos hecho una pausa. Para ayudar compartiendo de lo que tenemos. Para hacer una oración por los que la están pasando mal. Para crecernos y valorar lo que tenemos que a veces puede parecer poco y ahora nos damos cuenta de que ya es mucho. Solo el amor remedia y cura. Saldremos adelante, por fe y por convicción en el mejoramiento humano.
Excelente artículo, felicito a la autora, si ella ve esta comentario le ruego lo lea, porque no es solo para el debate, es también un mensaje fraternal a usted, de hermano a hermana.
El tornado y el drama humano asociado es una gran demostración de quienes somos, de cómo pensamos, de cómo actuamos. Además de tragedia y de solidaridad de muchos (“los desagradecidos hablan de las manchas, los agradecidos hablan de la luz”), el desastre natural produjo una catarsis de la cubanidad.
Igual que usted, hice mi carpenteriano "viaje a la semilla", no a León, pero no lejos. Recorrí un pedacito del Camino de Santiago y me quedé unos días en Santa Olalla de Cabranes, Asturias de donde salió mi abuelo paterno huyendo de la conscripción a las guerras coloniales. De otras aldeas cercanas fueron para Cuba en esa época, los padres de Camilo y Osmany Cienfuegos Gorriarán. Más al oeste, desde la brumosa Lugo hizo el viaje Ángel Castro y Argiz, de la soleada Cádiz la familia del “Gallego” Fernández (que era étnicamente andaluz no gallego, claro está), el asistente de Maceo, Jose Miró Argenter de la emprendedora Cataluña, los padres de nuestro Apóstol valenciano y canaria. Los de Mella eran dominicano e irlandesa, Guiteras nació en Philadelphia Polacos, libaneses, judíos, esclavos traídos a la fuerza en actos de la mas inenarrable y exclusiva crueldad, de diversas partes de Africa y más tarde como trabajadores “contratados” de Jamaica, Haití o Barbados. Un amigo mío guantanamero muestra su innegable ancestro taino, una frecuente participante en Facebook ostenta una exótica y espectacular belleza cubano – euroasiática. Y así hasta el infinito.
Como usted dijo de manera excelente "Papeles son papeles, familia es familia y Patria es Patria". La diversidad de los cubanos es real, étnica, cultural, de conducta, católicos, ateos, judíos o santeros. Pero los valores de amor al prójimo, de lo primordial de la vida y de la felicidad del ser humano, son valores íntimamente patrióticos y universales, de todos. Quienes los cumplan (sea ideológica del CDR o chofer de la guagüita privada), siguiendo las instrucciones del gran poeta camagüeyano se “Abre la Muralla”, si no siente el compromiso con los demás compatriotas y seres humanos, viva donde viva y ostente el título que ostente se “Cierra la Muralla”.
De nuevo, muchas felicidades por sus sinceros y medulares escritos, gran compatriota Rosa María Fernández
José R. Oro. Aprecio mucho sus meditaciones. No deje de escribirlas. Siempre lo leo. Un abrazo mío.
muy linda conica, es señal que aun se cuenta con valores adquirido a lo largo de los años de revolucion, que bueno que la solidaridad que caracteriza al cubano se vive en los momentos mas dificiles, la cronica saco mis lagrimas y me sumo en toda la ayuda humanitaria qu hoy los afectados pudieran necsitar, gracias cuba por enseñarnos a transitar por caminos dificiles y aun asi ser felices.
bonita crónica, saca las lágrimas pero es una muestra de como somos los cubanos, solidarios compartimos lo que tenemos, son los valores inculpados por nuestros proceres desde Céspedes, Martí y Fidel...gracias Cuba....Yo Voto Si
Excelente artículo, felicito a la autora, si ella ve esta comentario le ruego lo lea, porque no es solo para el debate, es también un mensaje fraternal a usted, de hermano a hermana.
El tornado y el drama humano asociado es una gran demostración de quienes somos, de cómo pensamos, de cómo actuamos. Además de tragedia y de solidaridad de muchos (“los desagradecidos hablan de las manchas, los agradecidos hablan de la luz”), el desastre natural produjo una catarsis de la cubanidad.
Igual que usted, hice mi carpenteriano "viaje a la semilla", no a León, pero no lejos. Recorrí un pedacito del Camino de Santiago y me quedé unos días en Santa Olalla de Cabranes, Asturias de donde salió mi abuelo paterno huyendo de la conscripción a las guerras coloniales. De otras aldeas cercanas fueron para Cuba en esa época, los padres de Camilo y Osmany Cienfuegos Gorriarán. Más al oeste, desde la brumosa Lugo hizo el viaje Ángel Castro y Argiz, de la soleada Cádiz la familia del “Gallego” Fernández (que era étnicamente andaluz, claro está), el asistente de Maceo, Jose Miró Argenter de la emprendedora Cataluña, los padres de nuestro Apóstol valenciano y canaria. Los de Mella eran dominicano e irlandesa, Guiteras nació en Philadelphia Polacos, libaneses, judíos, esclavos traídos a la fuerza en actos de la mas inenarrable y exclusiva crueldad, de diversas partes de Africa y más tarde como trabajadores “contratados” de Jamaica, Haití o Barbados. Un amigo mío guantanamero muestra su innegable ancestro taino, una frecuente participante en Facebook ostenta una exótica y espectacular belleza cubano – euroasiática. Y así hasta el infinito.
Como usted dijo de manera excelente "Papeles son papeles, familia es familia y Patria es Patria". La diversidad de los cubanos es real, étnica, cultural, de conducta, católicos, ateos, judíos o santeros. Pero los valores de amor al prójimo, de lo primordial de la vida y de la felicidad del ser humano, son valores íntimamente patrióticos y universales. Quienes los cumplan (sea ideológica del CDR o chofer de la guagüita privada), siguiendo las instrucciones del gran poeta camagüeyano se “Abre la Muralla”, si no siente el compromiso con los demás compatriotas y seres humanos, viva donde viva y ostente el título que ostente se “Cierra la Muralla”.
De nuevo, muchas felicidades, gran compatriota Rosa María Fernández
Al leer esta crónica me siento orgulloso de ser cubano, no pude evitar soltar una lágrima de emoción y orgullo. Gracias a todos los voluntarios yva toda Cuba por la ayuda.
Muy linda así somos y es muy difícil que eso cambie y reconforta ver a tantos jóvenes compartiendo el altruismo de estos tiempos. ¡Arriba juventud! Ustedes son nuestro presente
Cuando leemos esas vivencias nos viene a la mente el pensamiento martiano de que sibir montañas hermana hombres. Así somos. SOMOS CUBA, la solidaridad nos distingue y el altruismo nos identifica, somos cubanos.
nunca he estado tan orgullosa de ser cubana como en estos tiempos en que la naturaleza se ha empeñado en nuestra isla pero la naturaleza del cubano es mas fuerte su articulo sin dudas conmovedor y expresa en toda la extencion de la palabra los valores ideologicos y solidarios toda cuba, gracias a todos los que de alguna forma hemos apoyado
Ese mismo mensaje le di a mis padres cuando pude verlos, mi madre de 71 años quedó sepultada por los escombros de su casa aproximadamente dos horas, mi padre de 75 tambien herido y con muchos golpes pudo librarse de los escombros y pedir ayuda, un vecino al que ya le agradeci y el cuerpo de rescate junto a los compañeros del SIUM lograron sacar a mi madre y enviarla al calixto garcia, allí los medicos icieron todo lo necesario. a mi padre lo puede encontrar a las 4,30 am en el hospital la dependiente gracias a un amigo y su esposa que salieron a pie de guanabacoa a ayudarme. cuando sobre las 12.00 de la noche despues de recibir una llamada fui primero a luyanó a casa de mis padres y vi lo sucedido, pense que habia llegado el final de mis viejos pues parecia que habia caido una bomba encima. ya en la mañana con ambos vivos, esa fue una de mis reflexiones, lo principal es que estan vivos.
lo material que aunque lo perdieron todo, o casi todo, sus recuerdos, sus fotos, se puede recuperar una parte.
Mi papa, militar de profesión con 31 años de servicios en las FAR de manera ejemplar y mi madre Jubilada tambien pero del sector de la educación fue alfabetizadora, ambos confian que la revolución y su presidente les proverá de una casa digna y de lagunas cosas,
ellos aunque tenga que traer la boleta a mi casa votaran por un SI en 24 de febrero. he trsmitido las garcias a todos los que se han preocupado, nos han llamado o visitado, en especial a la General TETE puebla que vino a mi casa a dar aliento, se que no han venido más personas o dirigentes porque están muy enfrascados en la recuperación, gracias a todos lo que permitieron que mis padres esten vivos, y a díos que tambien lo permitió.
Soy de Ciego de Ávila y desde nuestro terruño ayudanos aportando bienes necesarios. Ojalá el tiempo borre todo lo malo y prevalezca el sabor de la solidaridad, de la esperanza.