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Madres y recién nacidos en un hospital de La Habana: Seguros después de vivir bajo el tornado

Una de las madres evacuadas desde el hospital Hijas de Galicia al Enrique Cabrera, conocido como Nacional, con su bebé en brazos. Foto: Deny Extremera.

Todas las situaciones en las que cualquier vida humana se encuentra en peligro consternan, pero el paso del tornado sobre el hospital Hijas de Galicia, en el municipio de Diez de Octubre, traía en la noche del domingo una preocupación extra. Decenas de gestantes y madres recién paridas con sus niños, acompañantes y personal médico vivieron minutos de angustia bajo uno de los fenómenos naturales más devastadores que existen, antes de ser puestos a salvo por el cuerpo de bomberos y equipos de trabajo del MINSAP.

Lo que más recuerdan madres y acompañantes: cristales en el suelo, gritos de pacientes y enfermeras y enfermeros que trataban, dentro del caos inevitable, de proteger a quienes más necesitaban ayuda mientras la fuerza del tornado destruía cosas alrededor.

El Hospital General Docente Enrique Cabrera es una de las ocho instituciones a las que fueron trasladados las 195 pacientes y sus pequeños durante la noche del propio domingo y la madrugada de este lunes.

Dr. Roberto Álvarez Fumero, jefe del Dpto. Materno Infantil en el Ministerio de Salud Pública. Foto: Deny Extremera.

En entrevista exclusiva para Cubadebate, el Dr. Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del MINSAP, informó que entre los evacuados había 14 niños que se encontraban en la sala de neonatología, cuatro de ellos que ya estaban en estado grave, sin que se haya reportado ninguna complicación durante el traslado.

Según el especialista, también fueron transferidos a distintas instituciones 18 niños anteriormente ingresados por motivos de peso y próximos a recibir el alta médica. “Del grupo de gestantes trasladadas al Enrique Cabrera, ya ocho fueron dadas de alta por su buen estado de salud, según los criterios médicos”, puntualizó.

Entre las pacientes ingresadas hay algunas en espera del momento del parto que tienen patologías asociadas y otras que son puérperas (recién paridas) que deben esperar el período mínimo de observación. Además, otra gestante está siendo atendida en cuidados progresivos debido a tensión elevada asociada al proceso del embarazo.

Sobre los cuatro recién nacidos trasladados al Enrique Cabrera y los que fueron llevados a otras unidades, el doctor aseguró que están estables.

Los testimonios indican que el ejercicio de rescate fue realizado con profesionalidad por las fuerzas de Salud Pública y la Defensa Civil, cuando aún era fuerte el viento.

Preguntar sobre lo ocurrido a quienes sufrieron el suceso es difícil. En los cubículos donde ahora permanecen gestantes y recién paridas en el Enrique Cabrera nadie quiere revivir lo acontecido. Pero al final gana la confianza, y algunas nos hablan.

Maribel Olivero acompañaba a su nuera y su nieto: "Fue algo de momento, no se esperaba, no lo vimos venir. Llegó con tremenda fuerza, todo se estaba desgarrando". Foto: Deny Extremera.

Maribel Olivero es acompañante de su nuera y nieto. Sus ojos parecieran romper en lágrimas pero no lo hace: “Fue desastroso… Primera vez en mi vida que veo algo así. Fue algo de momento, no se esperaba, no lo vimos venir. Llegó con tremenda fuerza, todo se estaba desgarrando… El traslado hacia el hospital fue organizado, teníamos una enfermera joven y un enfermero joven… Había vidrios por todas partes, y quienes nos traían tuvieron mucha ecuanimidad, incluso embarazadas y recién paridas que ante los gritos de miedo se sobrepusieron con una fortaleza increíble hasta que nos entregaron aquí en la sala”.

Como Maribel, otro acompañante accede a hablarnos. Dainier Rodríguez es el padre de uno de los pequeños, con tres días de nacido. Cuenta cómo salvó la vida de su esposa e hijo así como la de otra paciente cuando más fuerte azotaba el viento.

“Las protegí con mi cuerpo hasta llegar a un pequeño cubículo de la enfermería y aguanté con todas mis fuerzas la puerta”. Dainier muestra una herida suturada producto de un impacto de cristal en su espalda, y aunque su familia está bien, el susto no termina de pasar. Agradece por la eficacia del personal de salud y el equipo de rescate durante el traslado.

Yoraisi Herrera tiene 37 semanas de embarazo. El ómnibus rutero en que viajaba fue impactado por un semáforo. "Las ventanas explotaron", dice. Su cartera aún está llena de vidrio. Foto: Deny Extremera.

Yoraisi Herrera quiere compartir su historia. Aunque no se encontraba en el materno de Diez de Octubre, vivió la traumática experiencia de estar bajo el tornado EF4 en la Escala Fujita Mejorada que este domingo golpeó a parte de la capital cubana pasadas las ocho de la noche, en un trayecto de 11.5 kilómetros que recorrió en 16 minutos, a una velocidad de traslación de 42 kilómetros por hora y en momentos con un diámetro superior a los 700 metros, según expertos del Instituto de Meteorología.

“Estaba en un rutero entre Regla y Guanabacoa” (dos de los municipios afectados por el tornado). Recuerda el momento en que los cristales reventaron y el conductor alcanzó a decirles a todos que se agacharan ante la explosión de las ventanas, cuando un poste semafórico cayó sobre el vehículo. Nos muestra uno de los fragmentos de vidrio. “En mi cartera (la vemos encima de la mesita del cuarto de hospital) todavía hay pedazos de vidrio”.

Coincide con los demás: “Los bomberos y rescatistas no tardaron casi nada en llegar”. Fue inmediatamente trasladada y puesta a salvo.

Dairene Hernández también siente que el rescate y el traslado fueron rápidos, pero “el momento del tornado, con mi niña agarrada, debajo de una puerta como techo, fue eterno”.

Dairene Hernández: “Vi cómo el colchón de mi cama salía volando”. Foto: Deny Extremera.

A partir de estos momentos se están creando las condiciones para que el hospital Enrique Cabrera pueda asumir la demanda ginecobstétrica del hospital Hijas de Galicia.

Se trabaja en un plan de liberación de camas para que este centro, mejor conocido como hospital Nacional, comience a recibir y atender a las pacientes que se atienden en la institución afectada.

En la sala del hospital Enrique Cabrera (Nacional), este pequeño y su mamá esperan por el alta para regresar a casa. Foto: Deny Extremera.