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Biólogo argentino se vale de las hormigas para predecir el tiempo

Las hormigas son uno de los grupos zoológicos más exitosos, con cerca de 14 000 especies descritas.

Han colonizado casi todas las áreas terrestres del planeta; los únicos lugares que no las registran son la Antártida y algunas islas remotas o inhóspitas. Su éxito en tantos entornos se debe a su organización social y a su capacidad para modificar hábitats, aprovechar los recursos y defenderse.

Forman colonias de un tamaño que se extiende desde unas docenas de individuos predadores que viven en pequeñas cavidades naturales, a colonias muy organizadas que pueden ocupar grandes territorios. Sus sociedades se caracterizan por la división del trabajo, la comunicación entre individuos y la capacidad de resolver problemas complejos. Estos paralelismos con las sociedades humanas han sido durante mucho tiempo fuente de inspiración y objeto de numerosos estudios.

Se ha escrito sobre ellas tanto humorística como seriamente. Mark Twain las mencionó en su obra "Un vagabundo en el extranjero". El padre de la etología Karl von Frisch, en su libro "Doce pequeños huéspedes", a través de diversos insectos –entre los que están las hormigas– reflexiona acerca de los seres minúsculos a los que apenas prestamos atención, excepto cuando nos pican, recorren la casa o devoran nuestra comida.

Observar para prever

Quien sí se fija en los hormigueros con detenimiento y los estudia es el comunicador social y biólogo argentino Jorge Finardi. Él alcanzó popularidad en su país en enero de 2017 luego de exponer un interesante método para vaticinar el tiempo a partir del comportamiento de las hormigas. El diario La Nación lo entrevistó, y lo mismo hicieron emisoras de radio y la televisión.

Jorge observa las hormigas negras, preferentemente, ya que son menos peligrosas y aportan más pistas. En una escala del 1 al 10 determina su grado de actividad, de acuerdo a la cantidad por unidad de superficie, el tipo de carga que trasladan y su tamaño, la forma en que controlan los túneles del hormiguero, a qué velocidad se mueven, cómo interactúan entre ellas, etc.

Explica que cuando la actividad de las hormigas está en nivel 7, por ejemplo, es que puede llover dentro de cuatro o cinco días. Si llevan palitos y barritas es para fortalecer el hormiguero, debido a que se aproxima lluvia o frío. Cuando hay movilización de tierra es porque viene lluvia fuerte. Si llevan cereal, viene frío (el cereal fermenta dentro del hormiguero y produce calor para que nazcan los hongos que ellas comen).

Hormiguero en Pinares de Mayarí, Holguín. Foto: Danier Ernesto González.

Para las altas temperaturas, por otro lado, se acondicionan los túneles: las hormigas empiezan a abrir "chimeneas", que son como agujeritos esparcidos dentro del hormiguero, los cuales pueden llegar a tener metros de profundidad. Cuando eso pasa, viene una ola de calor.

No es un método científico

Jorge Finardi mira las hormigas y todo tipo de insectos desde los tres años de edad. Su profesión le ha ayudado a profundizar en estos temas, y también a hablar sobre ellos con personas de edad avanzada que vive en el campo. Dice que al principio las introducía en un terrario para observarlas cómodamente, pero ellas se comportaban de otra manera debido al aislamiento. Ahora las sigue con una cámara.

Precisa que su método "no es científico, no es positivista, pero sí es cualitativo, experimental y observacional. Y sirve. Los hombres estamos acá desde el período cuaternario, pero las hormigas están desde la época de los dinosaurios. Están muy adaptadas, son muy sensibles a los cambios de ambiente. Y la naturaleza, así, nos habla, nos presenta síntomas. Hay que saber leerlos."

A pesar de ello, Finardi recomienda "ver los pronósticos oficiales, que son imprescindibles. Esto no reemplaza al meteorólogo".

Además de las hormigas, el profesor estudia otros insectos: "las arañas tienen la capacidad de detectar actividad eléctrica, cuando aparecen y están muy activas. Las libélulas pueden anticipar una tormenta o viento. Las cigarras anuncian calor. Los gallos, cuando cantan a medianoche, anuncian neblinas. También hay que prestar atención a las hormigas cuando están desorientadas, porque pueden captar actividad sísmica a grandes distancias."