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¡Participa! Lo que me contaron mis padres

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Diseño: Edilberto Carmona

Para contar las historias de nuestras familias, de sus vidas y el significado de la Revolución. Para reconstruir entre todos la memoria colectiva; para tender puentes al futuro; para entregar a nuestros hijos y nietos el legado de sus padres y sus abuelos. Para conservar las raíces, para saber por qué luchamos. Para homenajear a la Revolución Cubana en sus 60 años, Cubadebate los convoca a dejarnos aquí su relato sobre cómo sus padres, o usted, vivieron aquellos días fecundos de enero de 1959.

Nos inspiramos en la crónica de nuestra colega Maribel Acosta, publicada aquí hace unos días y que recibió numerosos comentarios de nuestros lectores.

Entre todos los relatos que recibamos haremos una selección para publicar en nuestro sitio y difundir en las redes sociales.

Lo que me cuenta mi padre

Se han publicado 104 comentarios



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  • Pablo Rosendo Oliva Romero dijo:

    Mi padre Justo Oliva, natural del entronque de Las Caravelas, Los Palacios, Pinar del Río; fue barbero toda su vida, dueño antes del 59 y expropiado junto con otros dos hermanos que compartían la titularidad de la barbería "Salón Hermanos Oliva" a la entrada del reparto Náutico.
    Años después, en mi niñez, lo recuerdo profesor de escuelas de barbería en el municipio Playa y administrador de barberías y peluquerías a solicitud de las autoridades del MINCIN del mimsmo municipio en La Habana.
    Por la posición privilegiada de su trabajo, en su clientela se podían encontrar importantes personalidades de la alta y media burguesía habanera, algunos generales y altos oficiales de la tiranía batistiana y connotados políticos de la época (década de los 50 del siglo pasado). En medio de tales personas, varias veces me hizo saber que en su barbería se conspiraba a favor, escondían y facilitaban bonos del M-26-7, de lo cuál sentía sano orgullo. Después reventaba de alegría por ser machetero millonario en la zafra de los 10 millones y estar en la tribuna con Fidel el 1ro de Mayo.
    Falleció siendo cuentapropista, algo desencantado y con una cardiomegalia aguda el 11 de Octubre de 2017.
    Gracias padre por tu ejemplo de patriotismo, trabajo y dignidad.

  • Hansel dijo:

    mi madre nació y vivió en la habana y mi padre de Santa Clara ambos me contaron que ellos no pasaron trabajo que como pobres se alimentaban bien ya fuera en la habana o en santa Clara aun así mi madre fue de esas adolecentes que dejo su hogar para ir alfabetizar al escambray yo nací en el 71 pero por mi profesión tuve la oportunidad de trabajar en topes de collantes y ver aquella región de cerca recordaba todo lo que mi mama me contaba y que todavía cuenta no me imagino a aquellos muchachos en aquellos montes tan lejos de sus familias y haciendo todo lo posible para erradicar el analfabetismo en fin grandezas y sacrificios que quedad guardadas en la historia de la revolución.

  • enrique15 dijo:

    La historia mía tiene que ver uno de mis tíos, hermano menor de mi padre. Con permiso de mi familia y de él la voy a contar porque creo que forma parte de las memorias de nuestra familia y de las memorias de la Revolución. Creo que muchas familias pueden tener historias como esta y soy de la opinión que las deben pasar de generación en generación para que se sepa qué fue lo que dejamos atrás y qué significa lo que tenemos. Puede que tenga inexactitudes pero trataré de contarla tal y como él me la contó hace ya varios años y algunos detalles puedo haberlos olvidado, pero la esencia es la misma. Igual, la historia además retrata muy vívamente cómo era las cosas en aquella época. Mi tío Mario tendría por esa época unos 16 ó 17 años cuando más y pertenecía a un movimiento juvenil Cristiano si mal no recuerdo y que hacían cosas contra la tiranía. En una ocasión, uno de sus compañeros fue asesinado por los esbirros de la tiranía y ellos en respuesta planeaban tirarle unos tiros a la estación de Policía. Un chivatazo puso sobre aviso a los batistianos y mi tío fue detenido junto a otros compañeros.
    Hay varios factores que influyeron en que mi tío pueda hoy contar esta historia, pues solo la casualidad le salvó la vida. Primero: Ese tío y mi viejo trabajaban en un periódico matancero: Adelante, cuyo dueño era un batistiano convencido pero a la vez (hay que reconocerlo) un tipo guapo. Este hombre no las tenía todas consigo con las autoridades de la provincia por un problema de chismes que había publicado en el períodico sobre la esposa del Alcalde (según mi tío, insinuó en un artículo que la mujer del tipo era homosexual, este útlimo fue a buscarlo a la casa pistola en mano y Pimentel, que así se llamaba el hombre, le arrebató el arma y lo hizo salir pitando de allí) por lo tanto cualquier cosa que pudiera hacer para "joder" a la autoridad en la persona de este alcalde, el hombre la hacía con gusto. Segundo, Pimentel tenía dinero+ relaciones= influencia. Eso en última instancia salvó a mi tío. En segundo lugar: A mi tío lo detuvieron y como existían las llamadas "garantías constitucionales", había que presentarle cargos, etc. Esa era una de las causas por las que muchas veces los revolucionarios eran detenidos, asesinados y tirados en cualquier camino, ya que a los efectos legales, nunca había sido detenido ni estaba en ninguna estación. En Matanzas, ese método se empleaba igual y para ello los prisioneros eran trasladados con frecuencia a un cuartelito que se hallaba en las afueras de la Ciudad. A mi tío lo fueron a trasladar para allí para aplicarle la misma "medicina" esa misma noche, pero una casualidad tremenda puso la primera piedra para su salvación. Resulta que lo trasladaban en un auto "civil", sentado entre dos esbirros en el asiento trasero y delante íba un connotado esbirro y asesino matancero conocido por todos (ahora mismo no recuerdo el nombre pero seguro algún matancero de esa época lo recordará) El caso es que el auto pasó por un lugar donde había un baile y en donde tocaba un primo de mi padre que era pianista. Cuando mi tío lo vió, logró sacar la cabeza por la ventana del auto y agitando la mano como en saludo, gritó: Reynaldoooo!!. El primo se sorprendió mucho al ver en qué clase de "compañía" andaba mi tío pero sabedor de en qué andaba el muchacho, corrió a dar la voz de alarma en la familia. El asesino aquel, al darse cuenta de lo que había hecho mi tío, se viró y le dijo: "Como tú sabe, negrito".
    Al llegar al lugar, lo metieron en aquel cuartel. En uno de los calabozos había un tipo con la cara hecha un guiñapo de los golpes recibidos. El esbirro le dijo a mi tío: "Mira, esos son los consejos que damos aquí, pero no te ocupes, que a tí no te toca eso". Hay que darse cuenta de los momentos que debió haber vivido mi tío, un casi adolescente, sabiendo que no le quedaban más que unas horas de vida. Este hombre los tenía formados de frente y les insultaba y les decía cosas. Mi tío parece que soltó una risita nerviosa. El hombre se ofendió y le dijo a uno de sus subalternos: "Mira, ese que se está riendo tanto te quería joder a tiros hoy, pero no te preocupes, que ahorita lo vamos a colgar de una mata de guasima pa´que no j... más"
    Ya conociendo la familia lo que pasaba, alguien fue a ver al dueño del periódico para que intercediera por mi tío. Según me dijeron, creo que el tipo se movió con sus influencias, prensentaron un recurso de "habeas corpus" y no hubo más remedio que soltarlo. Algo que estremece cuando se escucha, es que cuando trajeron de vuelta a mi tío, la sala de la casa de mi Abuela parecía una funeraria. Ella, mis tías y sus amigas todas muy tristes dándose ánimos y prácticamente llorando a mi tío muerto. De pronto se abrió la puerta y aquel mismo tipo esbirro y asesino entró cuando vió aquel espectáculo, tuvo el cinismo y la desverguenza de ironizar: "¿Eh, pero y esas caras? aquí no se ha muerto nadie, miren a su negrito aquí, entero. Pero recójanlo, eh?, que está un poco suelto".
    Un par de días más tarde, Batista anunciaba la suspensión de las famosas "garantías constitucionales", por lo que, entre otras cosas, usted podía ser detenido indefinidamente sin presentar cargo alguno y que permitió el incremento de las torturas salvajes y el asesinato de valientes revolucionarios. Afortunadamente, mi tío Mario aún vive y el año pasado le celebramos sus 80 septiembres.

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  • Rafael Cantero P. dijo:

    MI padre y mi madre ya no están presentes físicamente, sin embargo ambos eran obreros antes del 1959, mi padre repartidor de cerveza Polar en todo el país, mi madre tendera en un negocio particular de un tío materno. Mi padre no pertenecía a ningún partido, sin embargo en sus años de joven (nació en 1926) fue miembro de la Joven Cuba, organización antimperialista creada por Tony Guiteras, me contaba que la presencia del gigante y sus barbudos en la Sierra no lo vio como lo que fue, un movimiento que trajo un cambio radical en Cuba; debido a que estaba acostumbrado a la politiquería. Sin embargo una vez que se materializó el triunfo se incorporo con todas sus fuerezas a este movimiento, desde su puesto de encargado de almacén, ya fuera en trabajos voluntarios o en las múltiples movilizaciones que se cumplían; lo recuerdo orgulloso con su uniforme de miliciano, presto a cumplir su guardia (estrictamente voluntaria en la Defensa Civil de Manzanillo). Lo que soy se lo debo a la Revolución que se mantiene joven, a pesar de los 60 años, pero también a las enseñanzas de ambos, quienes me educaron en que había que defender el proceso surgido que demolió un país desigual que nos dio dignidad y nos hizo sentirnos orgullosos de vivir en un país que alcanzó significación mundial. Mi madre políticamente hablando no fue tan avanzada, pero paso de posiciones de reserva a posiciones verdaderamente revlucionarias, en la medida que comprendió que sus hijos, con este fenómeno social llegarían a ser lo que ella no pudo a pesar de su inteligencia. Esta formación la he transmitido a mis hijos, a pesar de que los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres. ¡VIVA CUBA LIBRE!

  • Gladys dijo:

    Son muchas las historias y todas son muy parecidas, mi mamá también me contaba que ella tenía que lavar y planchar pago, no alcanzaba al lavadero y le ponían un banquito, no fue a la escuela, porque tenía que trabajar. Tuvo cinco hijos y al triunfar la revolución los mando a las escuela y todos se hicieron universitarios y con categoría de master y hoy mi hija estudia medicina y todo gracias a las bondades de la revolución.

  • Tony dijo:

    Mi madre me conto ,cuando niña tenia 9 años Vivian en un lugar del Escambrai Espirituano llamado Santa Rosa perteneciente al Municipio Fomento , eran muy pobres la casa era de guano tabla de palma y piso de tierra, eran 4 hermanos ,su padre trabajaba en el campo para un terrateniente o hacendado y primos de su padre, cuentan que varias veces los desalojaron del lugar y quemaban la casa la guardia rural , un día a su padre y dos primos la guardia rural los sacaron del trabajo a la fuerza y dentro del monte los mataron por sospechar que ellos le daban información a los rebeldes que se encontraban en esa zona , cuenta mi madre que estuvieron varios días ella y sus tres hermanos desesperados sin saber nada de mi abuelo hasta que un día los encuentran tapados con palos y hierva dentro del monte , pasaron mucha necesidad y miseria , con su padre muerto todo fue mucho peor , la ropa que mi madre tenia era de saco de harina y tenia un solo par de zapatos la mayor parte del tiempo andaban descalzo , después del triunfo de la Revolución todo cambio , mi madre pudo estudiar hasta el 12 grado igual que mis tíos , mi madre se jubilo de secretaria del presidente del gobierno en el Municipio de San Cristóbal en Artemisa y el CDR donde actualmente vive lleva el nombre de su Padre ¨Carlos Martin Días´¨ por todo esto hoy nuestra familia defenderá esta revolución y le seremos fiel a Fidel .

  • Dulce María Páez Rosales dijo:

    Mi madre tiene 88 años, nació en Pinar del Río, en un cayo, que recuerdo cuando ibamos a ver a mis abuelos teníamos que abordar una lanchita que nos llevaba hasta allí, ahora está demente, nos contaba que mi primera hermana murió al nacer, por el año 1945 porque ellos eran campesinos, explotados, muy pobres, vivían en un bohío de esos que están pegados al suelo, sin paredes, solo el techo con un hueco para entrar, la niña era muy grande, la comadrona no pudo salvarla y mi abuelo prefirió salvar a mi madre porque decía que ella podía tener más hijos, luego vino el fallecimiento de mi otro hermanito, porque no había atención médica, el niño tenía parasitos y los tratamientos eran caros, solo podía hospitalizarlo si se comprometía a votar por el candidato en esa época y a cambio de la cedula electoral le dieron el ingreso al niño, pero era ya muy tarde cuando le pusieron el tratamiento y murió expulsaldo los parásitos por todas partes, ella nunca habló de este asunto, nos enteramos porque cuando la vecina nuestra, Ramona, murió, su hijo nos devolvio la cedula electoral de mi madre, que ella guardó porque mi mamá en un arranque de odio hacia el sistema no quiso ir a votar e iba a destrozar el documento y ella se lo quitó y lo guardó hasta los años 90 más o menos que lo vi, aún está en mi casa guardado como un trieste recuerdo. Cuando triunfó la revolución ella vivía en un cuartico, sin cocina ni baño, que no era de ella sino del dueño que se lo alquilaba, que si no pagaba la desalojaba, la revolución se lo otorgó en usufructo gratuido, fue la única vez que tuvo algo realmente de su propiedad y estaba tan agradecida que todos los años de su vida los dedicó a la revolución, fue Presidenta del CDR de la cuadra por muchos años, y participó en cuanta tarea y movilización se realizara, muchos de mis hermanos mayores recordaban como los llevaba al cordón de La Habana, a la Plaza de la Revolución, en fin a todo lo que podía porque tenía varios hijos (8 en total), cuatro de ellos nacidos antes del triunfo, porque los otros dos murieron, los cuatro más pequeñas nacimos después del 59. Ese día de la noticia de la huida del tirano batista y del triunfo revolucionario salio para la calle con todos sus hijos a celebrar y a gritar a viva voz que viva la revolución, ya no tenía que esconderse más para oir el radio motorola sin que la policía viniera y los masacrara a ella y sus hijos, que ayudaba a los alzados de la zona escondiéndolos en la casa cuando estaban de pasada por la zona y arriegaba su vida también y la de sus hijos, pero tenía tanta confianza en el mejoramiento futuro, en fin, yo me siendo orgullosa de mi madre, que nos crió con tanta pobreza y carencias materiales pero con la educación, la disciplina y la honradez suficiente. Adoraba a Fidel, la única vez que me alegré de que estuviera demente fue el día de la triste noticia en que el Comandante había muerto porque no sabría como decírselo, no obstante ese día a un sobrino se le fue y lo comentó delante de ella y con su vista extraviada nos miró y dijo:...- !oyeron eso??? ...- que tristeza tan grande!!!!!, nunca supimos si había comprendido de verdad aquello porque jamás volvió a decir una palabra, sus hojitos casi apagados solo pueden hoy mirar la TV, su Panda, que según ella el Comandante le dio porque ni siquiera un televisor tenían, de chiquitos mis hermanos tenían que ir a casa del dueño de la bodega que era el único que tenía televisor, muchas veces no los dejaban entrar y por los huecos de las ventanas malamente podíamos ver un pedazo de aventura o de programa de ese momento. Ni siquiera puedo imaginar como fue su vida, pero ella era una persona optimista, siempre nos alentó a seguir adelante, a estudiar, a ser personas de bien, a luchar por nuestros sueños, a ser personas trabajadoras y honestas y a querer a la revolución, a Fidel; siempre nos hablaba de Camilo, no decía que Camilo fue el que le entregó a sus abuelos la propiedad de la tierra al triunfo de la revolución y que mi abuelo lo conoció, en una ocasión que pasó por Pinar del Río, todo esos recuerdos y anecdotas de mi madre, que adoro, los llevo en mi corazón y hasta el día de hoy he cumplido de manera incondicional todas sus enseñanzas.. Su última petición antes de perder la razón fue que al morir la cremaran y echaran sus ceniñas al mar, donde cayó y descanza Camilo, así de grande es ella y su promesa la cumpliré ese día, en que cierre sus ojos por todo lo que fue y es a pesar de la enfermedad. Gracias por darme la oportunidad de decir estas cosas que mi madre y mis hermanos me han contado, de ese pasado oprobioso que me niego a olvidar porque es lo que me da fuerzas para seguir trabajando por ese mundo mejor que Fidel nos dijo que era posible.

  • Roberto El guajiro De Baracoa dijo:

    saludos a todos:
    Bueno como verán soy guajiro Baracoeso y Aquí va mi historia, me conto mi abuelo que allá por el año 1957 vivía el en Boma 2 uno de los lugares más intrincados de acá de Baracoa en una finca cuyos terrenos que pertenecía a un hombre rico quien era el dueño de casi todo aquel lugar, me contaba le viejo Guayabo (así apodaban a mi querido abuelo) que él debía pagar tres pesos mensuales por vivir en el aquel pedazo tierra, su trabajo siempre desmochador de palmas y cocos. Sucedió que en uno de los meses la cosa no le fue muy bien y no tenía los dichosos 3 pesos para pagar su renta, se traslado ese día bien temprano (unas 4 horas de camino a pie por un escabroso camino) hasta la ciudad de Baracoa para hablar con este sr y pedir al menos una prorroga por unos días hasta poder reunir el dinero y pagarle, la respuesta de este fue que si no lo tenía pues que recogiera sus cosas y se largara ese mis día con toda su familia, imaginen ustedes en qué situación se vio aquel hombre con una tropa de 4 cuatro hijos todos menores de 8 años y su esposa, a tanta insistencia de mi abuelo el hombre le dijo, ¿a ver guayabo no tienes nada en valor a los 3 pesos que me puedas dar en forma de pago es decir algunos animales?, bueno me conto el viejo que en esos momentos el único animal con que contaba era con chiva la cual usaba para extraerle la leche y darle algunos sorbos a los hijos más pequeños, pero bueno había que sacrificarse para no ir a parar al camino real, le hizo la propuesta y aquí la respuesta de aquel hijo de puta (me disculpan por la frase) pero para mí no tiene otro nombre quien abuse como hizo con mi abuelo y quien sabe cuántos más pobres arrendados que tenia, mira guayabo, le dijo para ayudarte un poco por esa chiva te voy a dar 1.50, me debes 1.50 esos me los vas a pagar de la siguiente forma, me recoges y me llevas hasta la playita (un pequeño embarcadero que había a unos 2 km de la finca ) 100 paquetes de guano para cobijar una casa que estoy haciendo (cada paquete de guano tiene entre 15 a 20 hojas de cocoteros ó palmas), me conto mi abuelo que con sus propios ojos vio podrirse allí los paquetes de guanos pues como era lógico solo los había pedido el HP para ver al viejo trabajar pues una persona que vivía en el ciudad de Baracoa y que atesoraba una buena fortuna entre bienes y dinero en efectivo no necesitaba en lo más minino hojas de coco ó palma para construir una casa. El tema era que el viejo tenía que pagarle de una u otra manera los 3 pesos. Y buena aquí una de las tantas historias de mi viejo guayabo quien entre otras tuvo que enterrar bajo un árbol de pino solo a unos 15 metros de su rancho una hija de 2 años que murió por no tener dinero para costear velorio, ataúd ni entrenamiento para su criatura… pero bueno en el 59 ya saben ja ja ja … se acabó la diversión llegó el comandante y mando a parar… le dio la tierra a mi abuelo quien verdaderamente la vivía y la hacía producir, le dio fomentos para la producción de coco y otros productos, los organizo y les mostró sus derecho, le envió la luz de los faroles alfabetizadores quienes les enseñaron a ser cultos para ser libres.
    Ya mi abuelo no está pero sus hijos y sus nietos disfrutamos aun lo que da aquella tierra.

    ¡Gracias revolución socialista!
    ¡Vivan por siempre los ideales de nuestro invicto Fidel!

  • El moro dijo:

    Mi padre tiene 78 años de edad y me contaba que eran 11 hermanos, y en la casa había muchas necesidades de toda índole, la casa era de guanos, tablas y algunas paredes eran de ladrillos, me comentaba que salía descalzo siendo un niño con una caja de tomates al hombro para venderlos, para ganarse unos pocos quilos, no pudo estudiar, recuerda que el fogón era de leña y tenía como baño un escusado. Se alzó en 1958 bajo las órdenes del comandante Delio Gomez Ochoa en el IV frente oriental, tuvo 2 hijos los dos universitarios y lleva una vida tranquila, actualmente está enfermo y una parte de las medicinas las recibe gratis en el Hospital, razón mas que convincente para festejar el 60 Aniversario del triunfo de a revolución.

  • mileydis dijo:

    Siempre no se quiere a un abuelo como un padre, a veces sí porque quieren y malcrian más que los propios padres , en este caso yo tengo mis padres vivos todavía, pero guardamos viva también cada día las historias de mi abuelo a quien mis hermanos, primos y yo le llamamos siempre papaviejo y a mi abuela mamavieja, quienes representaban como se dice en buen cubano el holcón de la familia.Papaviejo nació en octubre de 1910 y murió el 1ro de noviembre de 2015, todos queriamos de vacaciones ir para Belmonte, antigua colonia del Central Soledad, luego hasta su cierre Pepito Tey en la provincia de Cienfuegos, nos contaba muchas historias dice que a los 10 años tuvo que comenzar a tomar los narigones para guiar los hueyes y unos añitos después ya trabajar como carretonero en la carga de caña para el central, que pertenecia a la Sra Catalina y su esposo Asley, pero que no eran tan malos como los administardores Mister Ryd y Duquesne, tal vez no se escriban así pero era como el hacía mención. Estas historias también las relató a una escritora americana que visitaba mucho el Jardín Botánico de Cienfuegos buscando anecdotas reales y lo visitó ya viviendo el en Pepito Tey, la que hizo un libro que ahora no recuerdo muy bien su título, pero era algo así como: De la Sombra a la Luz, cuenta toda la historia del central y ahí se puso papaviejo, las botas como bien decimos con sus vievencias. Retrocediendo en el tiempo diré que tuvo 8 hijos entre ellos mi madre, siempre les hablaba de los males del gobierno y la humillación de la raza negra por eso les decía hay que luchar contra estos que explotan y se enriquecen aprovechandose del trabajo ajeno, nos contaba que eran tan malo que no lo pensó dos veces para ayudar en la causa y repartía bonos para recaudar fondos para el Movimiento 26 de Julio. El día que supo que los rebeldes habían tomado el central no dejaba de pensar en la noche que hacer, pero al otro día buscó razones y se comunicó con unos amigos, que le pidieron si podía servir de guía, así comenzó llevandolos por caminos seguro, luego los veía tan mal alimentados que le dijo a mi abuela que de lo que había en su conuco para el sustento de la familia había que ayudar con la alimentación de esos muchachos que iban a salvarlos de la injusticia, entonces mi abuela con mi mamá y otra tía elaboraban los alimentos y el los llevaba. Cada día en esas riesgosas tareas hizo que mi tío el mayor de los hermanos se interesara y a los pocos días se alzó, al comenzar la preocupación de mi abuela porque llevaban días sin noticias, le dijo si se unió a ellos Valentina es alguién más para defender la causa, ahí los hay más jóven que el, parecen niños, ya llegaran noticias, como en efecto a los días se supo que estaba en el monte con los rebeldes, dice que mi abuela con las creencias de antes comenzó a vestir una zaya de saco y una blusa amarilla en promesa para que mi tío Juan Iznaga Sarría y sus compañeros estuvieran a salvo, promesa que llevó hasta su muerte, cada viernes veíamos a mamavieja con aquellas vestimenta que nunca incumplió hasta verlo llegar triunfante y conocer que había sido miembro del Batallón Suicida del Vaquerito.Cuando triunfó la Revolución dice que apenas dormía celebrando tanto bienestar y se prometió a sí mismo que su familia tenía que ayudar a Fidel a construir un país con el mismo derecho para todos, por eso les exigió a cada uno de sus hijos incorporarse alguna tarea los hombres a los cursos de la industria azucarera, las hembras fueron a Tarará para hacer estudios de corte y costura, mi mamá alfabetizar y los menores a estudiar. El siguió trabajando en el central, pero ya como nos decía decía bien pago, porque el dinero se aportaba a la Revolución, se ganó la militancia del Partido y cada año resultaba vanguardia entre los azucareros , el estímulo que casi siempre era en una playa, no podía llevar a los nietos porque eramos mucho pero se rotaba, mamavieja llevaba las estadísticas y los que no iban tenían su ayuda para comprar los juguetes de los reyes magos o les tocaba el artículo que le otorgaban en las zafras , se ocupaba de los estudios de cada uno de sus 20 nietos con unos consejos que nunca podremos olvidar. Luego comenzó la etapa de mayores y nos decía ya te hicieron el proceso de la Juventud, aquello era algo que no aceptaba la negación , porque todos debíamos aportar a la Revolución, ahí por el 75 mi tío Juan va para el Congo, luego para Angola y mamavieja continuaba con aquella promesa que guardaba, otra vez arriesgaba mi tío su vida, pero iba ayudar a otros pueblos para su liberación, con tremendo orgullo despidió también a mis otros 2 tíos a su misión de Angola y 3 nietos, pero mamavieja tuvo la oportunidad de unir la familia y hacer tremenda fiesta cada vez que regresaban, sólo le faltó recibir a mi tío Santiago pués falleció antes de su regreso. Entonces papaviejo nos dijo aquella noche de tanto dolor en que mi abuela fué a La Habana a enterrar la hermana que la había ayudado a criar a todos sus hermanos y en la propia terminal de omnibus cuando regresaba a Cienfuegos le dió un infarto y nos la trajeron muerta, nos decía es mucho el dolor para su mamavieja, perder al tío Juan, luego a su hermana, hemos perdido un holcón de la familia pero tenemos que seguir ya hay quién me ayude en esta lucha, que fortaleza había en sus palabras cuando sabíamos que perdía a la Valentina de su vida que tanto lo ayudó a formar una familia con el ejemplo de ambos.Así fué siguió junto a nosotros con mi tía que lo atendió siempre, pero con la misma exigencia, yo diría que multiplicada pues tenía el peso de la parte de mamavieja que no estaba, ya entonces madurabamos y nos exigía por la militancia del Partido, recuerdo que yo cuando tuve a mi hijo, vivíamos un poco alejados de la familia y no creía que pudiera cumplir con las tareas del Partido , pedí entonces al Comité del Partido, concluir en la Juventud y cuando yo pudiera solicitaba mi proceso, cuando un día de su cumpleaños me preguntó ya estas en el Partido y le comenté me dijo, las tareas de los hijos se comparten y si tu esposo está tu también debes estar, aquello me llenó de compromiso y solicité mi proceso, en gran medida para su satisfacción por su ejemplo.Cuando cumplió sus 100 años mi tío, el más pequeño de sus hijos, ya con estudios en Alemania, militante del Partido y Jefe de Brigada en la fábrica de Cemento quién lo ayudaba en la guía de la familia organizó una gran fiesta con el grupo musical Los Naranjos, a la que asistieron funcionarios del Partido porque nunca aprobó que se le desactivara de las filas, la prensa de la provincia (fotoreportero Modestico, hijo de Modesto uno de los tantos compañeros que tuvo) , su Círculo de Abuelos que lo adoraba, muchos vecinos de la localidad que le acompañaron en su centenario (a Papitín como todos lo conocían y no por el nombre de Marcelino Iznaga) quién era un ejemplo en su querido Pepito Tey. A los 104 años, leyendo cada día su periódico sin usar espejuelos para estar bien informado y debatir cualquier tema de actualidad nacioanal e internacional , viendo su noticiero, exigiendo que fueran a ver el secretario para que le llevaran su cotización del Partido, con un gran número de hijos, nietos y biznietos militantes, le llegó el final de sus días con una valentía que nos sacaba las lágrimas, pués supo que ya sus fuerzas se apagaban, su desgaste físico por el pasar de los años llegó, entonces nos turneamos a su lado, nos llamaba en su cama, nos abrazaba y pedía el abrazo como un niño pequeño, entonces nos decía " ya se está acabando papaviejo, pero tienen que seguir, nunca traicionen al Partido y a Fidel, nunca se separe la familia y ayuden a su tío Tati para que siga timoneando este gran barco " , a la 1 am del 1ro de noviembre de 2015 con su mano algo levantada, con las pocas fuerzas que quedaban nos dijo adiós, hoy aún pasado 3 años no creo que sea verdad que se nos ha ido porque su ejemplo está vivo para mí, descansa en paz papaviejo, que aunque te perdimos y luego al líder de esta Revolución por el que tanto luchastes, nosotros te seremos fiel.

  • raulito dijo:

    Al triunfar la Revolución, yo era un niño de 8 años que estudiaba primaria en Ciego de Avila.Miembro de una familia pobre, mis hermanas y yo, teníamos el privilegio de tener comida,la indispensable ropa y zapatos, que nos posibilitaba asistir a la escuela.Esto era imposible para una parte importante de mis contemporáneos, que analfabetos, no tenían ropa ni calzado para ir a la escuela y debían buscar un mínimo ingreso para ayudar a su familia, limpiando zapatos, vendiendo periódicos, limpiando carros, como domesticas, etc.La actividad de los cuerpos represivos despertaba un verdadero miedo, aun en medio de nuestra inocencia infantil. Mi padre, de ideas comunistas estaba preso al momento de mi nacimiento en 1950,por actividades sindicales consideradas subversivas. De modo que no eran solo las limitaciones materiales, sino el temor a la represión que se hacia presente con frecuencia, además de la discriminación que te hacia sentirte una persona de segunda o de tercera con muchos lugares y actividades que para nosotros estaban vedados. El triunfo de la Revolución significó el fin de todo aquello. La emoción fue inmensa, tanta, que fueron, con mucho. mis mejores Reyes Magos. A partir de entonces, comenzamos a sentirnos verdaderas personas, participantes activos de toda la inmensa obra de la Revolución. Por eso, a pesar de las carencias materiales, junto a mi familia, hemos cumplido infinitos sueños, y viejos y jóvenes, somos personas felices.

  • MSc.María Cardoso Cárdenas dijo:

    Poco que contar con algunos reuerdos lindos , más bien crecí en un seno familiar muy pobre , mi mamá era de poco hablar, con poca cultura , no bahía recibido instrucción , ninguna , pero sí una modesta educación, éramos muchos hermanos ( 7 ), por las necesidades , tuvimos que estudiar en lugares diferentes, que trajo malas consecuanecias , en la orientación , pero sí recuerdo que mi mamá luchó a capa y espada para que pudiéramos estudiar y ser independientes, trabajó en el hogar Materno de Santa Clara, Villa Clara, pero por mucha necesidad , nos contaba cosas hermosas de la revolución , que gracias a ella , pudimos nosotros estudiar y llegar a tener nivel universitario, dentro del contexto donde me desempeño aprendía muchas cosas que no pudo mi mamá enseñarme , en el descursar del tiempo pude trasmitir esos valores formados por mi madre a las nuevas generaciones , las cuales he formado, gracias a la revolución, me hice profesora siempre con el aliento de mi madre, ella junto a mí fuimos frutos de esta revolución llevada a cabo por nuestros líderes , gracias a ella me debo, soy profesional , pertenezco entonces al grupo de los agradecidos, aunque no haya nacido en cuna de ORO como expresó Hugo Chávez en una ocasión, pero sí Maestro , que es ser creador, como dijera Martí, estoy cerca de la jubilación, la salud me acompañará , para reicorporarme y seguir abriendo caminos, al ritmo martiano, dios permita, para seguir contando historias aunque no sean las que quisiéramos contar, salud y suerte al equipo por la posibilidad de intercambiar con ustedes algunos puntos de vistas, buenas tardes noches.

  • JOSE LUIS GONZALEZ TAMAYO dijo:

    le selebramos el cumpleaño no. 76 a mi padre el 1 de enero 2019, uno de los tantos cuentos que nos conto fue, cuando el era un niño un policia de los tantos que tenia batista le dio un bastonaso, solo por estar jugando en la calle y para callarlo por el dolor que tenia le regalaron un juguete de palo en una de las estaciones de policia que existian en cardena, en esa epoca, el vivio en su propia piel el maltrato que existian con el pueblo en esa epoca, solo nos decias a mi y mis hermanos que lucharamos por esta revolucion y que no permitieramos que nadie nos maltratara. que una revolucion como la que tenemos tenemos que cuidarla al presio que sea......

  • eva dijo:

    Tenia yo seis años el 1ero de enero de 1959, pero recuerdo nitidamente el jubilo que provocó en mi familia el Triunfo de la Revolución. Mi madre colgó en la ventana de la casa unna sobrecama roja y mi padre que nunca cantaba entonaba a viva voz la internacional que poco despues la aprendimos todos. Estuvo preso por ser un intelectual comunista, junto a mi madre y a toda mi familia materna habian sido miembros activos del Partido Socialista Popular y de la Juventud Comunista en los años cuarenta y pico, recuerdo a mi abuela contarme de los desayunos comunistas que hacian cuando iban a Matanzas a tareas del Partido Blas Roca y Carlos Rafael Rodríguez. Todos hasta mis abuelos casi sin instruccion estudiaban"" El capital"" y otras literaturas comunistas.
    Toda la familia se integró unanimamente al proceso revolucionario. Mi madre y mi tia maestras, mi hermano mayor alfabetizaron. Mi padre miliciano aunque por otras tareas no participó en Girón.Luego mi madre fue a apoyar el trabajo de la Escuela de Maestros de Minas del Frio, ambos fueron maestros en Topes de Collantes. Estuvieron siempre donde la Revolución los necesitó. Nos inculcaron valores y amor a la Revolución a la que sus descendientes seguiremos defendiendo

  • TM.61 dijo:

    Según el registro notarial, mi padre nación en un lugar llamado Tiguabos, en la actual provincia de Guantánamo, en el 1926. Este dato no es fidedigno pues, según sus hermanos mayores, mi padre ya caminaba cuando un personaje que hoy llamaríamos “gestor de votos”, y que creo que por entonces se le llamaba “sargento político”, llegó al cafetal donde en ese momento, de manera itinerante, se encontraba, mi abuela, descendiente de canarios emigrados, viuda, y con siete hijos sobre sus enclenques hombros, una hembra y seis varones, (de los que mi padre era el menor), y acompañado de un juez, por tan solo el módico precio de las cedulas de todos, y un peso o dos de “compensación” inscribió a la mitad de los muchachos. Ganando así mi abuela unos cuatro pesos para garantizar comer caliente los próximos dos o tres días, sin saber que a cambio se asegura con la elección de otro politiquero que su situación de penurias se perpetuase en el tiempo. Me cuenta mi padre que entre lo disimiles lugares por los que mi abuela “rodó”, estuvo el llamado “Realengo 18”.
    Paso un tiempo hasta que ni abuela, con lo poco que logro reunir y a la ayuda de alguna buena persona, (que en Cuba siempre las ha habido), logro hacerse de u terrenito pequeño en el pueblo. En la calle Santa Rita, creo que Norte. Me cuenta mi padre, aún vivo con sus 92 y medio junios, que recuerda de pasar días sin que a la casa hubiese llegado nada para echar en el fogón. Por supuesto, con tanta desnutrición acumulada no eran hombres fuertes, por lo que difícilmente “clasificaran” el esos sorteos que se hacían en las esquinas cuando los capataces de obras buscaban mano obrera entre el inmenso ejercito de desocupados. Mi padre, con los hermanos más pequeños, en lugar de ir a la escuela, salían desde temprano a desandar las calles del pueblo cargados de alpargatas fabricadas por los mayores, a 5 centavos el par y…, generalmente viraban por lo general con la carga sin vender. Yo no podía evitar recordar ese pasaje cada vez que oía la canción de “El Gibarito”.
    Mi padre enamoró a mi madre cuando tenían apenas 19 él y 16 ella. Mi madre, hija de negra descendiente de africanos y de un español emigrado muy joven que había logrado hacerse, con mucho trabajo y sacrificio de dos bodegas pequeñas. Arruinado tiempo después, no solo por causa de la competencia de los grandes almacenes, sino también por las cuentas sin pagar que de los no pocos pobres a los que el buen gallego les fiaba. Mi, bastante mayor que mi abuela, murió y la dejo con deudas y ocho hijos que mantener. Mi madre, la mayor, tuvo que dejar sus estudios de bachillerato (preuniversitario de hoy), para ayudar confeccionando flores o cociendo para la calle.
    Mis padres se casaron y tuvieron su primer hijo en Guantánamo, la situación de miseria persistía. Quien hubiera sido mi hermano mayor murió a los dos años de edad. Contaba mi madre que le dio una fiebre muy alta con convenciones. Los llevaron a la casa de socorro y un médico les recetó un medicamento que costaba dos pesos, y no aparecieron los dos pesos. Hasta que al fin, para cuando uno de mis tíos pudo aparecerse con los dos ansiados pesos, ya era tarde, el niño había muerto. Por supuesto, ninguno de mis hermanos ni yo conocimos a este primogénito, mas a mi siempre me impresionó como a mi madre, ya anciana, se le aguaban los ojos cuando recordaba aquel momento. Mi padre, en cambio, me solía decir que después del triunfo de la Revolución, cuando supo que los seres humanos pueden y deben de vivir de otra manera, sentía vergüenza y culpa al recordar la resignación con la que había acogido la perdida de ese primer hijo. – Ese es el designio de Dios. – Somos pobres, que vamos a hacer. Dios no quiso que encontrásemos esos dos pesos a tiempo. – Ahora mi hijito es otro angelito.
    Mi madre estaba embarazada de mi hermana mayor cuando pierden su primer hijo. Entendieron que no había opciones de mejora en Guantánamo en esos tiempos. Habían oído de otros coterráneos que habían marchado a La Habana en busca de fortuna y se oían rumores de que había más oportunidades de trabajo. El partiría y desde allá le mandaría la ayuda en dinero a mi madre.
    En el ’54 mi padre decide partir a la habana. Un conocido de la familia le había prometido ayuda una vez que llegara. Los primeros tiempos el amigo de la familia le consiguió un lugar donde dormir en una pensión a cambio de que limpiara el establecimiento, ayudara en la cocina, entre otros menesteres. No ganaba nada. Salía a buscar empleo en lo que fuese, fregar carros, limpiar botas, vender periódicos, y muy raras veces en la construcción. Logro hacer unos pocos pesos a los casi cuatro meses de estar en La Habana. En ese tiempo jamás llamó a mi madre, ni envió telegrama para ahorrar lo máximo posible. Para cuando se vino a comunicar, ya allá, en Guantánamo, las habladurías decían que la había abandonado, lo cual no era raro que pasase.
    No fue hasta el ’56 en que mi Viejo decidió que mi mama, viniese con él para La Habana y dejara a mi hermana con mi abuela materna allá hasta que no se asegurasen en la capital. En su rodar vivieron en la Ermita de los Catalanes, (no eran pocas las historias que tenían de ese lugar). Mi mama me contaba que en una ocasión estuvieron alquilados en un cuartico muy pequeño donde apenas si les cabía una pequeña cama y una mesita, y no cabía ni el pequeño reverbero, por lo que cocinaban afuera. Todas las mañanas el dueño de la cuartería pasaba por frente del cuarto con una vaca que sacaba a pastar, y cada mañana, contaba mi madre, la vaca daba una tangana porque quería meterse para dentro del cuartico donde vivían. Una vecina del lugar, al ver como se ponía mi madre de molesta con el animal, le conto que antes de que el dueño habilitara ese cuarto para alquilar, era el establo de la vaca. En otra ocasión, luego de casi haber perdido las esperanzas de conseguir algún dinero que les permitiera comer algo en el día, se apareció mi padre con unos centavos que hizo y gracias a eso compraron un poco de “mondongo”, (viseras), de cerdo y un poco de papas y con eso mi mama cocino un “compuesto” en el reverbero, afuera del cuarto. Dos perros con tanta hambre como ellos, en un descuido de mi madre se fajaron por comerse aquello y en la bronca terminaron virando la cazuela al fango del lugar. Mi padre me hacia el cuento, yo grande ya, y sonreía, pero me decía que la tristeza y el desaliento que sintieron fue tan grande como la pérdida de un ser querido, al ver como aquellos animales devoraban los pedacitos de carnes que ellos ilusionaron que comerían.
    A decir verdad, no sé cómo mis hermanos habrán interiorizados estas vivencias, pero a mí no me es difícil llegar a sentir esa misma hambre y esa misma desesperanza al ponerme en su piel, mucho más aun después que fui padre.
    En el ’57 le comenzó a sonreí la fortuna mis viejos. Desandando las calles conoció a un viejo que le propuso trabajar como ayudante de encargado en el edificio que está justo frente al Capri. La plaza en realidad seguiría a nombre del viejo, lo que este le daría una parte del salario a mi padre para que este fuera el que hiciera el trabajo. A golpe de disposición para hacer cualquier trabajo, además de los centavos extras que se buscaba por hacer encargos a los inquilinos del edificio, (no eran gente de poca monta, entre otros, mi padre conoció ahí a Jorge Negrete y Korda, este último tenía un estudio fotográfico.
    Llegó el momento en que el encargado principal le ofreció ocupar la plaza de encargado pues él ya se iba a retirar. Estando en ese edificio, había aprendido a manejar y el dueño del edificio, (un obre que había sido, o era, senador de la “Republica”, y que los estudiantes universitarios lo tenían catalogado como uno de los mayores ladrones del erario público, de apellido Suarez-Rivas, le propuso que fuese chofer de su esposa. Para ese entonces mis padres vivían en un barrio de pobres que existía en las márgenes del rio Almendares.
    Mi papa recuerda aun con rabia, cuando en una oportunidad en que por razones que no recuerda, hubo de manejarle el carro al senador, era por tiempos de Reyes Magos y él le dijo a mi viejo que lo llevara a El Encanto para comprar una muñeca para su prostituta del momento como regalo de Reyes. Al llegar a la tienda mi padre le propuso que le adelantara la paga del mes porque quería comprar una bicicleta para mi hermana, que ya estaba en La Habana con ellos, (mi segunda hermana ya estaba nacida aunque pequeña). Aquel hombre millonario, con voz paternal, le puso una mano en el hombro a mi padre y le dijo:
    - Ñikito, Ud. es un hombre horrado y trabajador, no acostumbre a sus hijas a que tenga más de los que su salario puede comprar.
    Y no le adelantó el salario, y entró y compró una muñeca que le costó 200 pesos de la época.
    Este señor, Suarez-Rivas, estuvo en cuba hasta después del triunfo de la Revolución, para ese entonces ya mi padre, se había incorporado a las milicias, y como miliciano estaba perennemente con el uniforme, y con este puesto continuaba manejando para el señor ex-senador. Quien para ese entonces, viendo los giros que había dado Cuba, estaba más comunicativo y humilde. En una ocasión, en que mi padre conducía el Chevrolet impala para el bufete del “patrón”, al pasar por una de las calles donde el pueblo demostraba su efervescencia revolucionaria, con sus uniformes de milicias, sus armamentos, y su disposición de defender la Revolución contra cualquier agresión, el Dr. le comento a mi padre.
    - Esto que está haciendo Fidel es Comunismo, y es increíble como el pueblo puede apoyarlo para que él logre hacer eso. Verás como el país va a ir para peor. Le quitarán los hijos a los padres y ya tú no podrás criar a tus hijas como tú hubieras querido.
    Mi padre, un hombre sin letras pero con una inteligencia natural que pudo haber dado para mucho más le contesto sin dejar de atender al timón.
    - Dr., si usted está en un tanque, amarrado, que se está llenando de agua y usted sabe que va a morir ahogado, y de repente llega otra persona que le dice que lo va a sacar, per quien ya lo tenía le dice que tenga cuidado que lo va a matar. Que Ud. haría, se quedaría en el tanque a esperar a ahogarse, o se iría con ese que lo saca, aun corriendo el riesgo de que lo mate.
    Después de la victoria de Girón, el Sr. Ex-senador, un hombre para nada bruto, se convenció de que acá no le quedaba más que hacer y partió.
    Mi padre combatió en Girón y luego en las dos limpias del Escambray. Después se incorporó a la Policía Nacional Revolucionaria, (yo nací en el ’61 y lo recuerdo manejando la patrulla cuando eran los Ford heredados de la policía anterior). Tuvo que dejar la policía en los tiempos en que el salario que le pagaban lo tenía apretado para mantener a la familia y paso a trabajar en el Puerto Pesquero de la Habana. Militante del partido desde esos tiempos, hoy me regaña cuando entiende que no estoy haciendo todo lo necesario para garantizar que tiempos como aquellos que el vivió no vuelvan jamás a esta tierra.

  • Guaitavó dijo:

    Mi madre me contaba de cómo cocinaban en una fonda que tenían para venderles comida a unos macheteros que venían a hacer zafra en el barrio de Navea, que hoy no existe y allí había una grúa donde tributaban caña los carreteros y de ahí en carro de línea para Ceiba Hueca donde estaba el central Santa Regina, hoy Enidio Díaz Machado. Ahí había un puesto con una pareja de la guardia rural que cuando les daba por subir y pasaban por Navea, la gente se escondía. Impresionaban por los caballos árabes como de seis cuartas de alzada y sus largos machetes paraguayos. Y lo más bonito, que para sacarlo y meterte un planazo no se encomendaban a nadie.
    Pues mi madre y sus hermanas se tenían que subir en un cajón las más chiquitas para cocinar. Mi abuela hubiera podido tener dinero porque su abuelo José Angel Arzuaga de Vicana, lugar de donde procedía ella, cuando murió le dejó como diez mil pesos a cada hijo que tenía, pero la parte que le tocó a su madre se jodió por altruista más que por botarate. Así que tuvo que afincarse con mi abuelo para criar los siete hijos. Mi abuelo fue comunista por lo que sufrió algunas represalias, hasta desalojo par de veces.
    Por la parte de mi padre fue parecido, ocho hijos, cuatro varones todos pegados al surco. En El Ají, Campechuela. Tenían una tiendecita allí con un frío de luz brillante que hasta su cerveza vendían. Pero esa época de mejoría fue ya por los cincuenta y pico, que vendieron un ganado y eso, compraron un camión en la Ford de Manzanillo, pero no se crea nadie que por tener un camión es que eras rico. Ahora decir camión es casi opulencia pero aquello era una necesidad para tirar su caña. También montaban una venduta acá abajo en Navea en tiempo de zafra.
    Mi padre fue carretero desde 16 años, y sepan que no era a cualquiera que le confiaban una cuadrilla de bueyes. En tiempo malo, que era bastante pues las zafras eran corticas, se iba con otros a buscar trabajo a las arroceras de Yara y llegó a ir al sur de Camagüey, allá por Guayabal y esa zona a trabajar porque aquí no había vida. Él me contaba que a veces para hacer efectivo para ir a una fiesta, tenías que coger de una tienda algo, por ejemplo cigarros y venderlos más baratos en otro lado. Es decir, el empleador te pagaba tu trabajo pero su valor era un vale para que compraras en la tienda del mismo dueño. Vaya, como que te pagaban en especie. Pues cogías una gruesa, que valía la caja como a diez centavos y se la llevabas a otro vendedor a siete u ocho centavos.
    Y así, cosas de aquellos tiempos que la gente no conoce, yo no los conocí porque nací después del triunfo pero bien claro que me las contaban. Gente del barrio que no encendía el fogón muchas veces, de todo había. Y en cuestiones de salud ni hablar.
    Lo que más me jode, es oír a gente hablando que ni saben lo que dicen. Gente que procede de familias que en el 58 lo que tenían era necesidad. Este gobierno les “quitó” y se sienten dolidos. Sí, les quitó el hambre, las enfermedades y otras cositas más. Rebeldes sin causa.
    Por eso señores, y me disculpan la extensión, mis padres, que ya murieron hace años, siempre me decían: cuiden esto, que ustedes no tienen idea de lo que era aquello. Yo decía… bueno si estos que comían dicen eso, por algo será.

  • Ventura Carballido Pupo dijo:

    EL ABUSO A MI PADRE EN AQUELLA PUTREFACTA SOCIEDAD. MIREN ESTA HISTÓRIA
    Cuando mis progenitores emigraron del campo, de un lugar conocido por Saíto de Barajagua, Cueto, ellos se trasladaron para la barriada de la Chomba, hoy Alcides Pinos, en la ciudad de Holguín, en la década de los 40, para residir con mis abuelos paternos, que eran propietarios de una pequeña panadería...
    La posibilidad de emigrar de Cueto para Holguín, fue la resultante de un premio que ganó mi padre Buenaventura Carballido Silva, en una revista denominada “E.C.O”, con el billete número 20390 y que consistió en un automóvil, 100 billetes de Lotería para el próximo sorteo y doscientos pesos en moneda nacional. Mi atribulado padre, después de muchas infructuosas gestiones, tuvo que conformarse con los dos últimos beneficios, ya que la máquina del último modelo nunca llegó a sus manos, porque fue usurpada insolentemente por los Directivos Holguineros de la Revista, en complicidad con los políticos de turno; es obvio que todos se pusieron en contra de un humilde campesino que de forma legal se había ganado esa gratificación. La honradez y la sinceridad, hacía mucho tiempo que habían alzado el vuelo en aquella putrefacta sociedad.

  • #abuela dijo:

    Recuerdo que.mi abuela..siempre m cuenta q cuando era joven..fidel iba a jugar con ella a la escuela..xq era fui buena..ella se llama zita diana..ella siempre traia un cuento.nuevo..me.encantan sus historias..y ber sus fotos..tenia una foto para cada una..era su prueba de verdad asi la llamaba ella..

  • Sandor dijo:

    A mi me lo contó el abuelo. Durante el gobierno de Gerardo Machado el y su familia fueron desalojados por la guardia rural. Mi bisabuelo, joven de origen canario se ganó junto al maestro de la zona la fama de comunista y por supuesto ese fantasma no podía rondar aquella zona de campo. Entonces mi abuelo sólo tenía 4 años y junto a varios hermanos más había quedado huérfano de madre. Alejo, como se llamaba el bisabuelo, producto de aquel acto de reprecion y temiendo por los muchachos, arrancó con toda la tropa hasta el lugar conocido como la Matilde y allí se estableció. Durante 3 largos meses la familia vivió debajo de una mata de ciruelas que covijaron con guano para protegerse del sol y de la lluvia. Cuando el abuelo me cuenta estas cosas se le nota la emoción. Y claro está, con ese panorama, mi abuelo pudo estudiar sólo hasta el segundo grado cuando ya tenía 14 años de edad. Junto a su padre y hermanos trabajaban en la zafra y cuando llegaba el tiempo muerto la cosa se ponía bien dura. Nunca tuvo electricidad y el agua la cargaban en carretas de bueyes del pozo de algún vecino bien distante de la casa de yagua que luego construyeron. Con la Revolución el abuelo se convirtió en propietario de tierra por la Ley de Reforma Agraria y fue de los impulsores del cooperativismo, fundando la CPA Revolución de Octubre, de las pioneras en la provincia de Villa Clara, y de la cual fue presidente por varios años. Como resultado de la Cooperativa se erigió una comunidad que le otorgó una vivienda digna a la mayoría de los socios fundadores, campesinos todos, procedentes del ingenio La Matilde que vivían antes de 1959 en condiciones precarias como mi abuelo. Por eso Leonardo, que es como se llama mi abuelo, a sus 97 años vive enamorado de la Revolución.

  • Renier dijo:

    Que es la pobreza, sino la necesidad de tener cosas, la desazon por no tener aquello que se ?necesita? la ultima cosa que salio al mercado, el ultimo artefacto electrónico, la última moda, cosa, cosa, cosa. Hay felicidad en tener cosas o es solo una persepcion de inquietud por aquello amado, LA COSA.

  • matico dijo:

    mi padre salia en tiempo muerto que así se llamaba esa etapa en los campos de cuba cuando no había trabajo,a buscar qué hacer,dice que se disputaban un campo de caña,el que tuviera la dicha de quedar contratado perdía allí casi la vida de tanto esfuerzo y eso era solo por 20 centavos......hay personas que no entienden y es que en cuba también hubo capitalismo pero ¡para quién eran las bondades¿.......señores el cap.es para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres....,

  • Roberto Delgado dijo:

    A un primo hermano de mi abuelo, dueño de una colonia cañera, lo fue a ver un trabajador para decirle que a otro peón de la colonia, apellidado Valdés, se le había muerto su niña y hacía falta que le prestara tres pesos para mandar a confeccionar una cajita para inhumarla. La respuesta de tal señor fue, dígale a Valdés que la entierre en un saco. Hoy ningún padre tiene que enterrar a un ser querido en un saco.

  • MSc. María Cardoso Cárdenas. dijo:

    Buen día , felicidades, doblemente, por el nuevo año ( 2019)y por la posibilidad que nos brinda el equipo para contar, historias , las cuales sirven para reflexionar mucho, de esta forma se socializan muchos puntos de vistas que en algunos casos son lamentables, pero constituyen una herramienta para algunas personas crezcan ante su proyecto de vida,hemos tenido la posibilidad de leer algunas historias , todas muy interesantes, creo que, es una vía para tener una estadística de los lectores , en especial en las provincias o en algún lugar del mundo. Gracias que tenga un buen día el equipo multidisciplinario del Portal Cubadebate.

  • Pepe dijo:

    Cada cual ve las cosas desde su experiencia personal, en mi caso todas mis generaciones mas viejas, tanto de mi familia como de los amigos cercanos, tenian un nivel de vida aceptable, antes del 59. Mis padres asitian a la escuela, y a su vez sus padres uno era almacenero y el otro boticario asea obreros normales nada de dueños de negocio ni nada parecido.

  • virginia dijo:

    Aplaudo la idea de Cubadebate,la memoria histórica debe estar presente en la presente y futura generación de cubanos aunque la vida tenga cambios lógicos de acuerdo al espacio y tiempo.

  • carlos dijo:

    Mi papa me cuenta que uno o dos años antes del triunfo de la Revolucion un amigo de su papa trabajaba de capataz para un latifundista en los alrrededores de madrugon, cerca de Chivirico en el municipio de Guama en Sgo de Cuba, que tenia secaderos de cafe y mas, hablo con mi abuelo para que mi papa con 12 o 13 años mas o menos trabajara en la casa con algunas labores domesticas y mi papa como a los dos dias fue y estuvo trabajando no se que tiempo, y dejo de trabajar por dos anecdotas que les voy a relatar entre otras, la primera fue que la esposa del señor de la casa le dijo a mi papa que llevara a los niños a bañarse al rio y no se cuel de los padres vio a mi papa bañandose tambien en el rio con los muchachosy lo regaño y diciendole que como el siendo un hombre iba a estar bañandose con los niños desnudos, la otra, el capataz se sentaba, me imagino con los señores a la mesa a comer, cuando le dijo a mi papa que tambien se sentara a comer con ellos a la mesa y el señor le hablo a mi papa y le dijo que que hacia una persona de la servidumbre sentada en la mesa que el debia de comer en la cosina u otro lado, por esto y por otras cosas mi papa le habia dicho a mi abuelo que no queria trabajar mas ahi hasta el dia del hecho del rio que el señor le apunto a la frente a mi papa con un revolver y le dijo que lo mataba y no pasaba nada, ese fue el ultimo dia de mi papa ahi, en esos años que era cuando estaban los Rebeldes en la Sierra Maestra el veia guardias a menudo y a uno le describio el hecho y este fue hasta la casa del latifundista y le confisco la pistola y no recuerdo que mas , mi papa me conto hasta ahi..

  • ary2808 dijo:

    Mis padres eran muy jovenes cuando el triunfo, mi madre tenia 9 años y mi papá 14, pero siempre hablan de ese momento con emoción, rápidamente se incorporaron a todas las tareas de la revolución, las milicias y mi madrefue dirigente y colaboró en la fundación de los CDR y FMC en Cojimar

  • gordy dijo:

    Yo nací en 1960, de madre muy humilde que tuvo que venir de Las Tunas a La Habana a trabajar de manejadora o sirvienta, lo que apareciera pues tenía 7 hermanos pequeños y mi abuela vivía sola con ellos, ganaba 35.00 y mandaba 30.00 para allá, tenía un 3er grado y solo sabía trabajar, mi abuelita cosía para la calle, lavaba por encargo y no le alcanzaba el dinero, ella me dijo que gracias a la Revolución y a Fidel(su amor e ídolo eterno) pudo poseer una casa y a los 35 años tenerme e mí, aprendío a escribir y leer en una FOC en la noche escuela ala que yo iba junto a ella pues ya estaba en primaria y la ayudaba con las atreas, mi madre contaba de las dificultades que se vivián en el campo, de como salía a la calle con baticas que mi abuelita hacía de los retazos y se pasaba el día y no podía venderlas y eran precios de centavos así mismo con tomaticos y pasaba lo mismo, me contó sobre las pascuas sangrientas de como los casquitos mataron hasta al borrachito de la esquina de su casa solo por infundir pánico a la población, de los registros en la casa y de como mis tías escondían los folletos del 26 en la tierra del patio, de un muchacho rrevolucionario que escondieron en un huco debajo de la cama, de las veces que se acostaron con el estomago vacío por falta de comida, de las blusas de mi tía de la Escuela del Hogar que parecían bordadas y eran los remiendos que se le hacián para que pudiera asistir y al menos tener algún estudio para ganar algo de dinero para comer. Mis tías alfabetizaron fueron a Minas del Frío, tienen las Medallas de la Clandestinidad y la de Combatientes de la Revolución. Mi padre también era humilde, barbero vino de Cruces( Villa Clara) a sobrevivir en La Habana, pertenecio al Partido Socialista Popular y era muy revolucionario, llegó aquí con solo 15 años y se labró su futuro y estudios gracias a la Revolución(siempre quiso ser abogado pero el hambre y las necesidades no lo dejaron), hoy muchas personas me preguntan ¿por qué soy militante? y digo porque esta Revolución es de gigantes que le trajeron al pueblo la felicidad y el bienestar de SER CULTOS Para SER LIBRES como dijo Martí y así me lo dijeron mis padres, no hay nada mejor que honrar lo que merece honra y Fidel y la Revolución son para quererlas y honrarlas, no importa las necesidades y abversidades a las que nos enfrentemos no se comparan con la LIBERTAD y eso me contaron mis padres.

  • Juan C. Alvarez dijo:

    Cuando murió mi abuelo Juan, vi en la funeraria a un hombre mayor visiblemente consternado con la muerte del abuelo, como no lo conocía de la familia ni de amistades o vecinos le pregunté a mi padre quien era ese hombre tan dolido, me contestó tu abuelo le salvó la vida y me contó lo siguiente:
    Un día al amanecer el mi padre siendo un jovencito al dirigirse a ordeñar las vacas vió un cuerpo inmobil y lleno de sagre debajo de una mata dentro de la Finca perteneciente a mi abuelo, inmeditamente fue y le avisó este, comunicandole que debajo de la mata había un hombre muerto, resulto ser un joven golpeado por los esbirros hasta considerarlo muerto y dejado a la orilla del camino colindante con la finca.
    A quel hombre fue escondido, curado y alimentado por mi familia.
    Aquel hombre se salvo además por la valentía de mi abuelo que cuando vino la guardia rural preguntando si había visto algún desconocido se le dijo que no y cuando trataron de revisar la finca el abuelo se lo impidió con un coraje y argumentos que no daban a dudas, en sus tierras los unicos hombres que habían eran él y sus hijos, el no dejaba entrar a más hombre que esos porque tenía muchas hijas que proteger.
    Mi abuelo tuvo 12 hijos solo 2 varones y 10 hembras.
    Aquel hombre protegido resulto ser uno de los tantos jovenes revolucionarios de su época que protestaban contra la injusticia de la dictadura, no era un comunista pero se oponía al oprovio.
    Mi abuelo era un simple campesino, no tenía estudios como tampoco los tuvo mi padre hasta después del triunfo de la Revolución, mi abuelo aun así era del Partido Socialista Popular, como después fue mi padre del Partido Comunista, combatiente de Girón y el Escambray, nada hombres de su tiempo, dignos de admirar.
    Eso es lo que trato de que no se olvide.
    Gracias por permitirnos escribir estas cosas.

  • KPR dijo:

    Mis padres eran muy jovenes el 1ro de enero del 1959, el viejo con 16 y la vieja con 12 años, mis abuelos paternos, con sus 10 hijos vivian en un campo o como se decía una colonia cañera que el dueño era el alcalde del pueblo, lo poco que habian aprendido era por lo que la abuela sabía, es decir algo de lectura y escribir malamente, el abuelo era un obrero agricola muy bien visto por el dueño, por lo que le dejó construir su casa en medio de la finca, los varones desde niños practicamente tenian que aprender las labores de campo, unos a cultivar otros aprendieron la mecanica de los tractores y por ejemplo mi papá era el que a caballo todos los días desde hora bien tempranas de la madrugada, se trasladaba más de 15 0 20 kilomentros a llevar la leche de la casa del alcalde y otros adinerados para que sus hijos se desallunar antes de ir a la escuela. Mi abuela materna la sorprendió el 1ro de enro trabajando de criada en una casa de ricos en la habana y del susto arracanco para su pueblo unos 750 km de la habana, porque su hija estaba allá y los rebelde habian tomado el pueblo desde el 25 de diciembre, todo el sacrificio que hacia mi abuela era para reunir peso a peso y poder construir su casita y poder alimentar a mi madre.
    que pasó después del 59: los tios y mi papa pudieron superarse, dejar de ser practicamente analfabetos, los más jovenes llegaraon a ser universitarios, mi papa y uno de sus hermanos se incorporaron a las FAR, los demás varones a trabajar y algunas de las hebran pudieron incorporarse tambien, mi mamá se hizo maestra y fue a alfabetizar al campo donde vivia mi padre con sus hermanos y mis abuelos paternos la acogieron como muchas familias como si fuese una hija y ahí nació el amor de ambos, gracias a la revolución se conocieron y ambos vivieron para ella, hoy están jubilados pero vivos, orgullos de ver a sus hijos y nietos crecer, con la esperanza de que cuba siga mejorando y sabiendo que tienen una vejez digna y segura.

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Edilberto Carmona Tamayo

Edilberto Carmona Tamayo

Subdirector de Desarrollo y Soporte a los Medios de Ideas Multimedios. Licenciado en Periodismo en 2016 por la Universidad de Holguín. Contacto: edilberto@cubadebate.cu

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