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Entre analogías y paralelismos

El Padre Luis Barrios,  de la iglesia Episcopal de New York y presidente de la Junta Directiva de Pastores por la Paz. Foto: Rodny Alcolea

“Desde que comencé a escuchar las explicaciones de cómo juntos, en un mismo empeño y con igual carga de amor, trabajaron el gobierno y las comunidades de Fe, en ayudar a los damnificados por el paso de dos terribles huracanes, me he estado debatiendo entre analogías y paralelismos de lo que sucede en los Estados Unidos y en mi país natal Puerto Rico cuando se sufre el paso de algún huracán”.

Así de enfático y visiblemente emocionado  me habló el Padre Luis Barrios,  de la iglesia Episcopal de New York, en diálogo que tuvo lugar al concluir un encuentro de los integrantes de la 29  Caravana de la Amistad Pastores por la Paz, con funcionarios del Gobierno y representantes del comité de emergencias del Consejo de Iglesias en Guantánamo.

El también Presidente de la Junta directora de Pastores por la Paz dijo estar impresionado, al igual que sus compañeros de la caravana, al saber cómo toda Cuba se prepara cuando se conoce de un fenómeno climatológico, la educación que se transmite a la población y como todo el país se vuelca a la recuperación de las personas, y las entidades, viviendas, la agricultura y los servicios dañados.

“Es admirable – me dice el Padre Luis- como con un golpe tan fuerte como el del huracán Matthew, no se perdiera ninguna vida humana, ni hubiera hechos vandálicos o se propagaran varias epidemias. Eso solo es posible con una verdadera voluntad política de atender a todos”.

Y entonces pienso en los desposeídos de un país tan fuerte económicamente como los Estados Unidos, donde en el 2005, el huracán Katrina devastó a la ciudad de Nueva Orleáns, y donde allí todavía el 80 por ciento de las familias afroamericanas que tenían las propiedades de sus viviendas están desplazados de sus hogares. “Pienso en el Sandy en New York, hace seis años,  y las condiciones en que, tras el desastre ocurrido, aún viven los más afectados: la población pobre, negra, y latina, a quienes aún no les llega su recuperación

“Y por si fuera poco, a todo esto se suma la realidad actual de mi tierra Puerto Rico, donde hace más de un año el huracán María nos azotó, y lo que quiso darse a entender como un “desastre natural”, puso verdaderamente al descubierto una vez más el proyecto colonial de Estados Unidos a nuestra Patria. Hoy la mayoría del pueblo boricua sigue sin la necesaria esperanza de la recuperación”.

Antes de concluir nuestra conversación, el reverendo no quiso dejar de transmitir sus impresiones de la visita a Guantánamo.

“Completamente feliz de esta visita, porque uno muchas veces tiene la creencia errónea que Guantánamo es la base militar yanqui, y aquí hay un pueblo, una comunidad con mucha energía y deseos de trabajar y eso a todos los caravanistas nos da mucha alegría y nos llena de mucho amor”.