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Círculos de humo en Holguín (+ Infografías)

La contaminación atmosférica es uno de los principales problemas medioambientales, y también una causa incuestionable de enfermedades y muertes. En Londres, la contaminación ha azotado desde mitad del siglo pasado, de hecho, provocó una crisis llamada La Gran Niebla de 1952. Desde entonces, la polución ha estado entre los problemas a solucionar por los países. A tal punto, que en grandes urbes donde circulan un número excesivo de vehículos, se han adoptado medidas como la restricción en el uso de los autos privados.

El índice elevado de contaminación está en correspondencia con la industrialización y las tecnologías modernas utilizadas para la producción en las principales capitales del mundo, como Tokio y Beijing.

Una de las iniciativas más ingeniosas en pos de llamar la atención sobre el problema, fue declarar el 22 de septiembre como Día Mundial Sin Automóvil, para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles que promueve la cultura del auto, y estimular el empleo de medios de transporte alternativos.

En Cuba la situación no es alarmante como a niveles internacionales. Sin embargo, constituye una inquietud, ya que la protección del medio ambiente, que se traduce en el bienestar y la salud de la población, es una prioridad nacional. Varias leyes y resoluciones prohíben y sancionan a los responsables de la contaminación atmosférica.

Infografías: Rosse Suárez y Claudia Arias

Investigaciones señalan que un vehículo emite un cóctel de más de mil agentes contaminantes que dañan el medio ambiente. Entre las consecuencias más conocidas por la población destaca el efecto invernadero, pero no es la única…

Infografías: Rosse Suárez y Claudia Arias

Quizás a usted le preocupen y ocupen más las consecuencias para su salud, la de sus abuelos, la de sus niños…

Infografías: Rosse Suárez y Claudia Arias

Por estas razones sorprende que en Holguín ni el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA); el Grupo Científico del Centro Meteorológico Provincial; el Ministerio de Salud Pública o el Minicentro de Información de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente en última instancia, no tengan investigaciones científicas sobre la contaminación atmosférica proveniente del parque vehicular.

El equipo de trabajo del mencionado Grupo Científico aduce como causa la carencia de los equipos necesarios para medir los niveles de emisión de gases y en lo engorroso que resultaría hacer este tipo de investigación en fuentes móviles; cuando aplicarlas a fuentes fijas ya es difícil. Además, señalan la falta de interés de las autoridades de la salud para realizar proyectos conjuntos sobre el problema.

Revisiones incompletas

Lo cierto es que resulta siempre más aconsejable evitar que remediar. La ausencia de una investigación científica rigurosa sobre el tema es una fisura en el sistema que ha diseñado el país para conservar el buen estado del medio ambiente y la salud de la población; más aún si se tienen en cuenta los siguientes datos:

Infografías: Rosse Suárez y Claudia Arias

Infografías: Rosse Suárez y Claudia Arias

La Resolución No.1 del 24 de abril de 2013 del Ministerio del Interior, que dispone la reinscripción general y cambio de chapas de identificación y de licencias de circulación, señala que “todos los vehículos de motor, incluyendo los remolques, remolques ligeros y semirremolques, que circulen por el país serán objeto, con carácter obligatorio, de revisión técnica”.

Holguín es una de las provincias que cuenta con un Centro de Revisión Técnica Automotor donde se hace cumplir esta disposición. La revisión consiste en la verificación para detectar cualquier defecto que constituya un riesgo para la circulación vial. Los vehículos deben someterse a ella por lo general con una frecuencia anual.

La Resolución 382 del Ministerio de Transporte, en su artículo 81, establece que “durante el proceso de ejecución de la revisión técnica se verificará el estado y funcionamiento de los sistemas que se relacionan a continuación: nivel de ruido, frenos, dirección, suspensión, luces, transmisión y carrocería, neumáticos, concentración de monóxido de carbono u opacidad de los gases de escape”.

En el centro existen los equipos especializados para evaluar los niveles de monóxido de carbono y opacidad de los gases emitidos por los vehículos. Dos de los técnicos responsables de hacer la prueba, entre ellos el ingeniero Aldo Artímez Ramos, a cargo también de la Oficina Comercial del centro, afirman que a los vehículos que pasan por el llamado popularmente “somatón” se les aplica este procedimiento.

No obstante, el testimonio de varios choferes evidencia fisuras en la aplicación de esta prueba. Armando Leyva y William Sánchez, taxistas por cuenta propia, quienes poseen un moskovich y un “almendrón” respectivamente, hace cuatro y tres años se someten a revisión técnica y alegan que nunca les han evaluado la emisión de gases. Un tercer chofer, Alberto Alonso, conduce un camión de carga marca Sinotruk y asegura que tampoco le han realizado dicha prueba.

Existe otra irregularidad que ya no depende del centro de revisión técnica, sino de una política nacional. A partir de una investigación desarrollada por el ingeniero Artímez Ramos, se conoce que para medir la emisión de gases, los técnicos deben basarse en los siguientes parámetros:

Artímez explica que, en muchos vehículos la fecha de fabricación ya no coincide con la fecha de fabricación del motor. Este y otras piezas han sido sustituidas por otras más eficientes, y menos contaminantes. Sin embargo, en el centro de revisión técnica no tienen acceso al año de fabricación del motor, por lo tanto, continúan aplicándole los mismos límites, en lugar de otros más restringidos, como corresponde a tecnologías modernas.

Entre las causas que convierten un vehículo en una fuente móvil de contaminación está el tiempo de explotación del mismo. Un motor con más años de uso, estará más deteriorado y su funcionamiento ya no será óptimo, de lo que depende la correcta combustión del diésel o la gasolina, y la emisión aceptable de gases.

No obstante, los choferes también se valen de persos trucos para “hacer fraude en la prueba”. Carlos Miguel Rodríguez, mecánico por cuenta propia, informó que varios choferes introducen cartón en el tubo de escape a modo de filtro para evitar que al acelerar el vehículo emita demasiado humo.

Estas irresponsabilidades también constituyen ilegalidades, pues violan las leyes vigentes relativas al medio ambiente. Cuando los choferes se ocupan del humo de sus vehículos, se ocupan de la salud de sus clientes, y de sus conciudadanos. Ellos mismos, al estar más tiempo en carretera, son un grupo más vulnerable a enfermedades respiratorias.

En el caso de los choferes por cuenta propia, aluden que en las tiendas de la empresa SASA venden motores de segunda mano sin garantía, cuyos precios no son asequibles para algunos y que también son objeto de la reventa de los especuladores. El acceso a piezas de repuesto es más difícil aún.

Por otra parte, el país desarrolla desde el año 2007 un programa de remotorización en pos de dotar a determinado vehículos de tecnologías más eficientes y menos contaminantes.

Este programa solamente se aplica al sector estatal y a determinados tipos de vehículos: ZIL 130, ZIL 131, GAZ 53, GAZ 66 y ómnibus Girón. El resto de los camiones antiguos, como los KAMAZ no son prioridad del programa.

En Holguín, la Empresa Integral de Servicios Automotores (EISA) es la encargada de materializar este programa.

Incluso en este ámbito se encontraron irregularidades: empresas que deben llevar sus vehículos, cuya reparación demorará aproximadamente 2 meses, demoran en hacerlo. También, empresas que nunca llevan sus vehículos, con tal de no interrumpir sus procesos productivos. Ángel Hidalgo Hijuelos, jefe de recepción de camiones, asegura que, al menos hasta el primer semestre del año 2017, ECOPP y Transporte son las empresas más morosas. Otras, como Acueducto, estaban programadas desde el 2015 y aún faltan algunos de sus vehículos por remotorizar.

Es necesario señalar que los motores que se están colocando son de fabricación china, del año 2002 y 2003. Aunque son mejores que los desechados, siguen siendo motores convencionales proclives a la emisión de gases.

Chóferes en tres ruedas

Ahora, un chofer puede poner su vehículo en óptimas condiciones para pasar la revisión técnica y luego circular el resto del año “con tres ruedas”, como declaró entre risas cómplices uno de los taxistas entrevistados. Es entonces que entran a desempeñar un papel fundamental para velar por la salud del medio ambiente y la población los inspectores de tránsito y demás autoridades competentes.

La Ley 109, del Código de Seguridad Vial, dispone en su artículo 182 que: “Se prohíbe la circulación por las vías de los vehículos de motor, remolques y semirremolques que presenten las deficiencias técnicas siguientes (…) las emisiones del escape contengan una cantidad de gases contaminantes superiores a lo establecido por las regulaciones vigentes”.

Los choferes entrevistados aseguran que los inspectores y policías de tránsito no suelen detenerlos por motivo de la emisión de gases. Este equipo de reporteros constató este criterio mediante la observación, de incógnito, de la labor de un policía de tránsito, que se encontraba en la Avenida de los Libertadores, muy próximo a la terminal intermunicipal Las Baleares.

En aproximadamente cuarenta minutos, durante horas de la mañana, pasaron frente a él 32 vehículos emitiendo gases de forma visible y el inspector no detuvo a ninguno para revisar con más detenimiento este defecto, lo cual demuestra que no es una prioridad para este cuerpo, a pesar de que pertenece al listado de autoridades que la Resolución 382/2013 en su capítulo X designa como facultadas a ocupar el certificado de revisión cuando los vehículos “no reúnan los requisitos para la circulación”.

La contaminación atmosférica producida por el parque vehicular es tema sobre el cual no se llama la atención por dos razones fundamentales. En primer lugar, se encuentra desplazado por problemas más urgentes, tanto en la vida cotidiana de los inpiduos como en el quehacer de las autoridades que tienen la capacidad de impulsar su solución. En segundo lugar, no constituye un peligro cuyas consecuencias se perciban con claridad en el presente inmediato, sino que estas son de naturaleza “acumulativa” y afectarán más a las generaciones futuras que a las actuales.

Es por ello que la contaminación atmosférica debe ser objeto de un trabajo profiláctico en dos sentidos: como parte de la voluntad y política nacionales, y en la toma de conciencia de los choferes.

Ciertamente, no es posible sacar de circulación los vehículos que, por motivo de antigüedad o mal estado, emiten gases contaminantes, pues ello supondría el colapso del sistema de transporte en la ciudad. Sin embargo, la solución de un problema no puede generar otro. Es importante mantener en la mira la contaminación y trabajar sistemáticamente para evitar males mayores.

Hay un sesgo de egoísmo en quien no piensa que el mundo se hereda, que a su alrededor no hay personas a las que afectamos con nuestras acciones. Sirva la última infografía que ponemos a su disposición para reflexionar: una acción inpidual no es capaz de operar el cambio, pero la suma de todas las acciones inpiduales, definitivamente, sí que puede.

(Tomado de Ahora)