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Félix Isasi, un jugador todo terreno (+ Fotos)

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Félix Isasi.

Para Alfonso, su continuador

Defender la segunda almohadilla requiere muchos poquitos, con destaque para la inteligencia vivaz. Me explico, no son sinónimos. Albert Einstein, entre los genios de la historia, era lento en las respuestas ágiles, necesitaba comprender el asunto, trillarlo y después dar su criterio. Sin embargo, otros cargan sabidurías por arrobas y responden al instante con certeza. Sucede en todas las facetas de la vida; no se excluyen los peloteros.

Tenía que ser así para alcanzar buenos resultados, pues desde su posición se necesita estar bien concentrado en el desarrollo de los juegos. Dícese que la intermedia es la llave del cuadro y comulgo con la descripción. Fue un jugador todo terreno, de una sabiduría que le desbordaba.

Conozco algunos que quisieron ser torpederos. Es un campo más amplio de largos disparos a la primera almohadilla. Allí van los ojos, quiéranlo o no, de los aficionados, pero si alguno no se destaca, “lo tiran pa’ la tonga”, como decía Salamanca. Por lo general, los camareros comienzan en el campo corto para medir sus fuerzas y la mayoría pasan a la intermedia.

Lo que más me gustaba era el campo corto, y te confieso que ya yo me sentía pelotero a la fuerza, me complacía de verdad. Me decían que me estaba desarrollando como la espuma, pero ante la presencia de un rival notabilísimo en el campo corto –no recuerdo su nombre, pues abandonó el país hace tiempo--, opté por correrme hacia mi izquierda, hasta la intermedia.[1]

Cuando mi hermano Francisco José, conocido en el argot beisbolero por Catibo era entrenador de los Vegueros, me llevó a ver un muchachito que defendía el short, algunos iban al graderío para observarlo. Era Alfonso Urquiola. Me maravilló aquel desplazamiento y la certeza de cómo tiraba, pero la estatura y el brazo eran más aconsejables en la intermedia. Así se lo hice saber. No solo quien estas palabras suscribe, otros más avezados vieron lo mismo. Y ocurrió cual presagio para sustituir a Isasi en la Selección Nacional.

A esos dos nombres: Isasi y Urquiola, quiero incluir al también matancero Tony Taylor, nacido en el central Álava. Casi por inercia los ojos se me escapan hacia quienes defienden el segundo cojín. En mi fugaz carrera beisbolera, recorrí humildemente aquel espacio por algunos años. De niño admiré mucho al Tony que hacía combinaciones con Willy Miranda en el Almendares. Con Isasi lo vi repetirse, salvando las distancias, pues aquel tenía más armas, y me atrapó desde sus inicios el genial Alfonso, a quien más vi jugar.

Cada cual puede tener sus gustos, porque para ellos se han hecho los colores y para escoger las flores, como reza el refrán. Otros nos han maravillado: el brazo de Andrés Telemaco, el espectacular Anglada, destacado como jugador y manager; Pacheco el más completo por su bateo, Padilla y su combinación con Germán… Sería largo de contar. Volvamos al caso que nos ocupa.

Félix Isasi Mestre nació en Pueblo Nuevo, ciudad de Matanzas, a escasos cien metros del Palmar de Junco, el 18 de agosto de 1945. En la sangre llevaba un deporte que lo elevaría a la cumbre, aunque prefería, como tantos otros, el baloncesto, al que renunció pronto por sus 5’ 9 de estatura y menos de 160 libras.

Mi pasión era el baloncesto, que lo jugué informalmente. En las villas olímpicas, siempre me las ingeniaba para andar con los baloncestistas. Los desaparecidos Chappé, Urgellés, Ruperto, Miguelito, el Jabao Herrera… ¡Todos eran mis amigos! Era tanta la afinidad, que iban a los juegos de pelota, y de ahí cargaban conmigo en la guagua, para el partido de baloncesto.[2]

El chiquillo, con solo dieciocho años, debutó por la puerta ancha en la III Serie Nacional (1963-1964), nada menos que contra Manuel Alarcón, el Cobrero, a la sazón entre los mejores, o el mejor, como lo definió Amado Maestri. Y el muchachito le conectó de 4-2, para atraer las miradas hacia quien jugaba con absoluta maestría. A partir de allí no tuvo frenos, todo lo hacía bien: inteligente, vivaz, respetuoso, veloz, excelente al guante y al bate. Sus aires de capitán debieron aumentar las conquistas de nuestro país.

No por gusto se le acercaban los scouts en los países donde jugó, y fueron muchos. El propio Padura, en el libro de marras, ponderó la actitud de Isasi al renunciar al profesionalismo en múltiples ocasiones.

Recuerdo uno que se me acercó en Santo Domingo, después que completé un double play en el aire. Había varias auras revoloteando, pero el primero en hablarme fue un tal Pompe (el subrayado es del autor) de la organización de Grandes Ligas Indios de Cleveland. Como a todos le respondí que no.[3]

Al parecer los datos coinciden, el tal Pompe debió ser, nada más y nada menos, que Alejandro (Alex) Pompez, aquel mulato nacido de padres cubanos en Cayo Hueso, La Florida, quien dejó una huella imborrable en el béisbol profesional de la Isla como director-dueño de los Cuban Stars y en los Estados Unidos, así como en las Ligas Negras con el New York Cubans; scout en las Mayores. Pompez integra el Salón de la Fama de Cooperstown. Fueron varios los elogios de Pablo de la Torriente Brau a este hombre. Interesante coincidencia Isasi-Pompez.

Félix impresionó desde su debut. Si en su primera incursión por las Series Nacionales, ante un pitcheo tremendo conectó para .246 (7mo. a la ofensiva empatado con Owen Blandino), ya en la segunda temporada acarició los trescientos (.310). Y cada vez lucía más a la defensa.

Parecía que sería incluido en el equipo a los Juegos Centroamericanos de San Juan de Puerto Rico 1966, en la delegación del “Cerro Pelado”, pero no fue así. No obstante, se volvió a entregar al terreno y desbordó su maestría.

Por supuesto, ya no había impedimento alguno para que Isasi se adueñara del segundo cojín a la defensa ni del tercer turno dentro de la selección cubana, y con esas responsabilidades partió hacia los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1967, en Canadá. Su actividad, tanto en las eliminatorias como en la serie extra –ganada por la formación estadounidense— fue extraordinaria y se hizo del casillero de las empujadas (10), amén de batear muy por encima de los .300, al tiempo que jugó de forma inmaculada a la defensa.[4]

El amigo Letusé también nos recuerda un hecho difícil de igualar. En un desafío de la 7ma. temporada, los hermanos Isasi: Félix y Reinaldo, se robaron un total de diez bases entre los dos, cinco cada uno. Una marca para la historia que parece recordar las 13 estafas en las primeras décadas del siglo XX, entre Bienvenido (Pata Jorobá) Jiménez, también camarero y el tercera base Bartolo Portuondo, padre de Omara. Pero estos últimos no tenían parentesco alguno.

A finales de la década del sesenta se conformó en Matanzas un trío que dio mucho de qué hablar, al que Bobby Salamanca bautizó Los tres mosqueteros y un poco después le agregó el Caballero D’Artagnan. Ellos eran, por su turno al bate: Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique, Félix Isasi y el cuarto bate Tomás Soto. Se convirtieron en el terror de los lanzadores en toda la Isla. Los primeros tres siempre andaban en las bases y a Soto le correspondía traerlos para el home, con el apoyo de Félix. Entre ellos hasta se ofendían cuando fallaban al bate.

El Campeonato Mundial de República Dominicana 1969, celebrado en el estadio Quisqueya, vio un desenfrenado jugador al más alto nivel, que dejó a todos asombrados. Allí Isasi hizo maravillas: bateó como quiso (.429), y lució magistral a la defensa. Quizás haya sido uno de sus mejores momentos. Mas ese mismo año, en la serie 1969-1970, alcanzó un segundo alegrón al ganar los Henequeneros por vez primera a las órdenes de Miguel Ángel Domínguez. Los Tres Mosqueteros y el Caballero D’Artagnan hicieron de las suyas. Wilfredo (.351), Rosique (.348), Isasi (.333).

Estaríamos toda una tarde reseñando aquellas jugadas, las estafas exquisitas, el valor para poner el cuerpo por delante para alcanzar la inicial. La rapidez de acción y pensamiento para esconder las pelotas y obtener los outs, la sonrisa a flor de labios ante un consagrado o un novato; decencia y, sobre todo, el profundo amor por sus raíces.

Una noche, cuya fecha no recuerdo, recibió un pelotazo en la cabeza lanzada nada más y nada menos que por Rogelio García en el Capitán San Luis. El primero en llegar a su lado fue el propio Ciclón de Ovas, su compañero en las Selecciones Nacionales. El casco voló y él cayó desplomado sobre la goma, mas en pocos instantes se levantó y habló tan claro como siempre. Respiramos profundo.

Terminaré con un par de anécdotas. En la XI Serie me tocó recibir en la intermedia a Capiró en el Latino y a Isasi en el San Luis. Armando, instalado en primera, con un roletazo por el short le puso el extra a las piernas para alcanzar la segunda, mas el disparo de Santiago (Chago) León, llegó con tiempo, lo sentí primero en el guante. No obstante, se levantó y profirió insultos al árbitro (no recuerdo el nombre) sin levantar la cabeza. La gran instalación parecía reventarse; nada sucedió. Lo comenté decentemente al árbitro y me dijo: --Quieres ver cómo te expulso. –Y era lógico, yo era un don nadie.

Días después, en el San Luis, Isasi conectó un hit sobre la segunda y partió a toda velocidad al primer lanzamiento del novato Julio Romero. Jesús Escudero, quien poseía un brazo fortísimo, tiró perfecto y pude hacerle un out cerrado a Isasi, ¡bien cerrado! El matancero saltó, presagié un berrinche. Miró para el árbitro y me exclamó: “Bien, bien muchacho, fui out”. Regresó al dugout con una palmadita en mi hombro, que no olvidaré.

Veamos su labor intra e interfronteras.

SERIES NACIONALES (18)

Ofensiva

VB       H      AVE    2B    3B    HR      CA     CI

3902 1142 .293 181 17 45 571 445

 

    BR      CR      BB      K      SL. 

231 85 472 294 .382

 

 A la defensa

      JJ       INN         O        A         E     AVE

1084 7912,1 2485 2491 200 .961

 

 

EVENTOS INTERNACIONALES (11)

   VB     H         AVE   2B    3B     HR     CA       CI        BR     CR      BB       K

357 120 .336 29 4 8 98 59 14 - 40 12

[1] Leonardo Padura y Raúl Arce: El alma en el terreno. Estrellas del Béisbol. Ediciones Extramuros. La Habana, 2014, p. 151.

[2] Leonardo Padura: O. cit., p. 156.

[3] Leonardo Padura: Ob. Cit., p. 153.

[4] Rogelio Augusto Letusé La O: Aquí se habla de grandes, tercer inning. Editorial José Martí. La Habana 2015, p.110.

Se han publicado 7 comentarios



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  • Hugo Andrés Govín Díaz dijo:

    Compañero periodista: Pienso que solo le faltó a este magnífico artículo que Ud. violara los requerimientos lingüisticos de nuestro Español y pusiera TODO el título en MAYÚSCULAS. Isasi así lo merece. Derroche total de entrega, pasión, compromiso, ética y disciplina. ¡Ojalá aparezcan por ahí muchos más que lo imiten!!!!

  • Salustiano dijo:

    Ah!! los aficionados de hoy no tuvieron el privilegio que yo tuve de ver jugar a Isasi y a los demas "Mosqueteros"!! No habia video tape cuando aquello pero tengo imagenes claras de como jugaban aquellos peloteros (en general los de todos los equipos de aquellas series nacionales). Lo que mas me llama la atencion es que aquellos cubrian un terreno formidable y hacian jugadas espectaculares sin alardes, sin tirarse por gusto en el terreno, con una disciplina y una entrega impresionantes!!! Y luciendo unifiormes impecables!!!. Hoy todo es distinto, mucho alarde, mucho individualismo, mucha indisciplina, desaliño en los uniformes (que no dependen de la calidad de la confeccion). Y luego nos preguntamos por que nuestro deporte nacional esta en baja. Juanito, siga trayendonos historias como estas!! hace mucha falta!!! Y usted puede hacerlo!!! Ah!! y dediquele un articulo a Andres Telemaco, que coincidio con Isasi en aquellos tiempos cuyo pivot desde la segunda base fue el mas rapido que he visto en mi vida!!! Tremenda segunda base!!!

  • Amaya dijo:

    Excelente trabajo como nos tiene acostumbrado Osaba, Isasi fue protagonista de una época dorada de nuestro beisbol, tanto con el equipo Cuba, como con Matanzas, mucha veces me he preguntado como ese equipo Henequeneros no ganó mas títulos a principios de los 70, con todo el equipazo que tenían, aunque en el 77 ganaron con Citricultores, por cierto Matanzas fue la única de las antiguas 6 provincias que tampoco pudo acariciar una Selectiva

  • guinero-bayamés dijo:

    COMO SIEMPRE DE OSABA RECORDANDO A NUESTROS MEJORES PELOTEROS, QUE CON LA VREGUENZA DEPORTIVA MARCARÓN EPÓCA, VI JUGAR A ISASI DE LOS 3 MEJORES SEGUNDA QUE HE VISTO, RECUERDA DE OSABA, QUE ME COMPLAZCAS CON DATOS DE LOS 3 PELOTEROS QUE TE PEDI, BETACNCOURT, CHANGA, Y MIGUEL CUEVAS. SI SALUSTIANO, TELEMACO Y EL DIFUNTO AGUSTIN ARIAS ERÁN DE LAS MEJORES COMBIANCIONES QUE HAN PASADO POR NUESTRA SERIES NACIONALES, LASTIMÁ QUE NO QUEDÉN GRABACIONES DE ESA EPÓCA, PARA QUE VIERÁN LOS MÁS JOVENES LO QUE ERA VERGUENZA DEPORTIVA Y CALIDAD.

  • carlos suarez monteagudo dijo:

    Recuerdo bien toda la etapa de las decadas del 60, 70 y 80, en esa epoca seguìa màs la pelota que ahora, eran peloteros y equipos sensacionales, lastima que no se pudiera haber recogido las jugadas. Pienso en la rivalidad de los cuatro grandes equipos de la pelota Industriales, Santiago, Pinar y Villaclara. De esas jugadas espectaculares realziadas por combilaciones como la de Puente-Urbano-Chavez. quien no recuerda a los tres mosqueteros (Wilfredo, Rosique e Isasi), otros como Vicente Diaz o el mismo Silvio Montejo (la bala de Caibarien), lanzadores como Changa Mederos, la curva del zurdo Rigberto Betancourt, la maestrìa del ¨Curro¨ Pèrez, o el mismo Osorio quien se convirtiò en el maestro del toque de bolas, no recuerdo iguales en esto. Nada que es muy rica la historia de nuestros peloteros y de nuestra pelota, desde aqui saludo a todas esas glorias, las mencionadas y las no mencionadas porque son muchas y muchos fueron los momentos emocionantes que vivimos con el beibol que nos regalaron.

  • Rosendo dijo:

    Excelente artículo. Por eso cada vez que los "periodistas deportivos" hacen sus selecciones de los mejores segundas bases y no incluyen a Isasi, yo me molesto. Para mi, nunca en ninguna selección de los mejores puede faltar Isasi. El hombre de la "bola escondida".

  • Juan José Bosque Ledesma dijo:

    Que EPD, Isasi, estelar integrante del inolvidable e inigualable trío de los "mosqueteros matanceros", como los bautizó Bobby Salamanca, querido y respetado por todos este super doce yumurino vivirà en el recuerdo de todos. Gloria eterna a Felix Isasi

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Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

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