Cubadebate

Estadio de Nizhni Nóvgorod, se medían en cuartos de final dos campeones del Mundo: el Uruguay de “El Maestro” Tabárez y la Francia del titular del ‘98, Didier Deschamps. Los antecedentes entre estos equipos en Mundiales favorecían a los “charrúas”, que se habían llevado la única victoria en tres duelos. Galos y “celestes” llegaban, además, en rachas de ocho y siete partidos sin conocer la derrota, respectivamente.

Griezmann, Mbappé y Giroud, trío terrorífico delante, contra una de las defensas más excelsas del torneo, a la que solo le habían podido hacer un gol en predios rusos. Los Les Bleus se desempeñaron cómodos, bien por la contención de Kanté, las salidas exquisitas de Pogba o el candado Varane-Umtiti, excluyendo el paradón de Lloris a Cáceres. Tanto es así que, a la altura del 80’, fue que Deschamps hizo su primera modificación.

Los uruguayos no bajaron las armas, incluso al partir en franca desventaja, sin “El Caníbal” Cavani (lesionado) y, por tanto, con Luis Suárez solitario en el ataque. Francia fue verdugo de los elencos de Conmebol, tras llevarse el triunfo ante Perú en fase de grupos, Argentina –en octavos– y ahora Uruguay. Miren si esta escuadra francesa es poderosa, que Dembelé es “banco” y entró a jugar por el nuevo “O Fenómeno”, Kylian Mbappé, casi a la hora de recoger los balones.

Kazán Arena, desde donde se despidieron Alemania y Argentina, pasajeros ilustres, acogió el choque entre “verdeamarelas” y belgas. Quienes no se encaraban en Copas del Mundo, ni en ningún otro escenario, desde 2002, la época de los Ronaldo, Rivaldo o Marc Wilmots. El Brasil de Adenor Leonardo Bacchi, Tite, había visto su portería batida en una sola oportunidad, y Los Diablos Rojos se despacharon anotándoles a Panamá o Túnez, por ejemplo, lo que los convertía en el once más goleador del certamen.

A Lukaku se le pedía encontrar puerta versus rivales de alcurnia y a Neymar menos tiempo en el suelo, en funciones histriónicas, no obstante, el del Paris Saint-Germain arribó a este encuentro como el futbolista de mayor cantidad de disparos (23), tiros a puerta (12), ocasiones creadas (16) e intentos de regate (40), en Rusia-2018. El primero demostró que es más que un “escaparate andante”; el segundo se despidió sin mucho brillo. Otra vez la posesión quedó mal parada: un 57 por ciento favoreció a los sudamericanos.

Estos “personajes infernales”, del DT Roberto Martínez, liquidaron el desafío en la mitad inicial, en parte por su buena definición, en parte por las atajadas de Courtois y las chances desperdiciadas del Scratch. Por segunda oportunidad, Bélgica está entre los cuatro mejores, algo que había hecho en México ‘86. Este grupo generacional rompió el “maleficio” de los cuartos de final, que se les hacían imposibles, pues en Brasil-2014 los apartaron los argentinos y, más recientemente, en la EURO 2016, los galeses.

Bélgica-Francia huele a final adelantada, ambos contenderán en San Petersburgo, el próximo 10 de julio. Con la partida brasileña, se puede decir que ningún conjunto, de los semifinalistas de hace cuatro años, continúa en carrera, y el campeón será europeo, por cuarta ocasión al hilo.

 Resultados de la jornada:

Francia 2 (Varane, Griezmann)-Uruguay 0

Brasil 1 (Augusto)-Bélgica 2 (Fernandinho –autogol–, De Bruyne)

Los héroes: Lloris, con su parada magistral, cuando caía el tanto uruguayo que serviría para igualar acciones.

Cuatro o cinco gritos de gol ahogó Courtois, sin dudas fue determinante.

Los villanos: A “El Flaco” Muslera se le escurrió el disparo de Griezman.

La polémica: Nestor Pitana, referee argentino, se quedó corto en tarjetas, tras la simulación de Mbappé y “las carretas y carretones” que le pasaron y no vio, ¿o no quiso?

Muy poco minutos, cinco exactamente, se le añadieron al Brasil-Bélgica. Debieron ser más, ante tantas interrupciones.

El detalle: Francia regresa al cuarteto selecto, algo que no lograba desde Alemania-2006, la cita del cabezazo de Zidane a Materazzi.

Bélgica también retorna a semifinales, y nada menos y nada más que eliminando a Brasil, pentacampeón del orbe.

El golazo: Lukaku se internó y dio el pase a De Bruyne, quien cruzó un disparo que eludió los guantes de Allison.