- Cubadebate - http://www.cubadebate.cu -

Ernesto Limia, un enamorado de la poesía y la historia

Ernesto Limia. Foto: Armando Contreras Tamayo/ Mira Joven.

Ernesto Limia Díaz, licenciado en Derecho, investigador, analista de información y ensayista, camina por las calles de Bayamo, con el encanto con que alguien vuelve a los brazos de su madre.

Hijo de esta ciudad, Monumento Nacional, parece incansable, habla durante horas en paneles sobre el pasado, el presente e interrogantes del futuro, saluda a conocidos, sonríe y sigue entre realidades y anhelos.

Este hombre de baja estatura física, autor de los libros Cuba entre tres imperios: perla, llave y antemural y Cuba Libre: la utopía secuestrada, es pasión por la historia y el conocimiento, por eso puede redactar durante 12 o 13 horas sin parar, según expresa.

“Desde hace algún tiempo, escribo con el televisor encendido, para no olvidarme completamente de la hora”, dice quien apenas dormía aquellos días cuando confeccionaba su primer libro, lo cual provocó algunos problemas de salud y regaños del padre y la esposa.

Las victorias en el presente y futuro dependerán, en gran medida, del conocimiento de la historia y la fuerza que trasmite el orgullo de ser cubano. Una de las preguntas más importantes de la actualidad es cómo preservar el socialismo y la identidad en un mundo capitalista, con guerra sicológica, neurociencia y el propósito de imponer la filosofía del todo vale.

“Existe una gran influencia extranjera mediante plataformas digitales y los audiovisuales. Hoy, por ejemplo Hollywood lanza al mercado una película cada 36 horas, con héroes transgresores, y un modo de analizar y concebir la cotidianidad de forma muy diferente a la de nosotros”, refiere quien siente una confianza enorme en la poesía más allá de los versos, como arma para sobrevivir espiritualmente.

“Debemos ser capaces de enseñar la historia sin tonos excesivamente doctorales ni académicos y debatir desde todas las aristas, con sinceridad y belleza. El conocimiento del pasado tiene que servirnos para meditar como nación y familia enorme, saber con profundidad lo realizado por los padres, los aciertos y errores, para realizar cada acción de la manera más correcta.

“Hay grandes figuras de nuestra historia, como José de la Luz y Caballero, de las cuales casi todos solo mencionan el nombre, incluidos algunos maestros, pero no ahondan en su obra, en su dimensión como seres humanos. José de la Luz, por ejemplo, es admirable, un forjador de conciencias y de la nacionalidad, un incansable, a pesar de su salud quebrantada.

Limia, padre de dos adolescentes de nueve y 12 años, se entusiasma. Menciona libros preferidos como Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes; El viejo y el mar, de Ernest Hemingway; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; y Ese sol del mundo moral, de Cintio Vitier. En ocasiones, sube el tono de voz, se acomoda en el asiento, y continúa:

“El ´cómo enseñar mejor´ debe constituir una interrogante permanente. Tenemos que aprovechar más las alternativas y encantos del arte. Sacar los conceptos a las calles, y poner a todos a pensar desde ópticas diferentes. Lo más importante son las esencias y las reflexiones, no aprender fechas de memoria ni abrumar con demasiados datos ni detalles, aunque en ocasiones son favorables para comprender los acontecimientos.

“No podemos decir que Martí cayó en Dos Ríos, y ya. Cada cubano debe conocer cómo fue ese momento, el tremendo coraje del Apóstol, la vida toda de ese gigante y hombre que nunca deberá ni podrá ser minimizado.

“A los jóvenes no les gusta que les hablemos con conclusiones. Tenemos que mostrarles la mayor cantidad posible de elementos de cada hecho, conocer y emplear sus códigos, cautivarlos y emocionarlos, pues ellos deben pensar y sobre todo sentir el corazón de la Patria”, agrega quien también resalta la importancia de los lazos y el cariño familiares para la formación como revolucionarios.

“Con frecuencia, sobre Perucho Figueredo apenas se dice que escribió el Himno Nacional, pero fue otro patriota extraordinario, un símbolo enorme. Lamentablemente después del triunfo de la Revolución, ni siquiera hemos publicado un libro sobre él, ni Bartolomé Masó, una verdad dura”, expresa quien también admira de manera especial a otros como Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Antonio Maceo y Fidel Castro.

Foto: Armando Contreras Tamayo/ Mira Joven.

 

La poesía es el alma

Sus ideas salen como de un manantial, con el encanto de la coherencia y la pureza.

Nacido el 17 de octubre de 1968, este enamorado de la música de Silvio Rodríguez, Raúl Paz, Israel Rojas, Sabina y Van Van, considera a la poesía como base de lo bello, alma de Cuba.

“Algunos de nuestros iniciadores fueron poetas o animadores culturales, personas de gran sensibilidad hacia el arte, como Carlos Manuel de Céspedes, Perucho Figueredo…, quienes dejaron comodidades y ensillaron sus caballos para irse al combate y empezar la guerra.

“No concibo la vida sin la poesía”, entendida como belleza, bondad…que educa y hace crecer”, expresa quien considera a Bayamo una ciudad romántica y valiente.

“Si fuéramos siempre poetas en nuestras acciones, nunca existiría explotación ni racismo y construiríamos un país mucho mejor, el cual debe ser verdaderamente próspero y sostenible para bien colectivo”, dice quien menciona a la Revolución cubana como una de las obras más grandes de la humanidad.

Autodefinido como alguien sincero y sensible aunque a veces puede parecer duro, este apasionado por las letras, habla como un amigo grande que desea luces eternas para los amigos y todo un pueblo, con el desafío de defender y cuidar su proyecto social.

Con experiencia durante 30 años en los Órganos de la Seguridad del Estado, Limia Díaz, fanático al béisbol y especialmente a los Alazanes de Granma e Industriales, resalta que su manera de hacer Revolución es desde el pensamiento y la cultura, por eso se propuso escribir, sin retóricas huecas, la historia del país en cuatro tomos, -dos de los cuales ya están publicados-, escuchar más a la gente y aprehender el alma nacional.

Según explica, en estos momentos trabaja en el tercero, y luego terminará uno que ya comenzó sobre cómo el Neoliberalismo se entronizó en el mundo en los últimos 40 años, otro sobre la historia de Estados Unidos y también concretará un documental sobre Cuba hasta el 20 de octubre de 1868, proyecto que incluirá a varios artistas.

Refiere que la prensa puede contribuir mucho más al conocimiento del pasado, sin panfletos y de manera creativa, conseguido por algunos como Ciro Bianchi y Osviel Castro Medel en Juventud Rebelde, Graziella Pogolotti en diferentes sitios, y Wilmer Rodríguez en la televisión.

Casi al final del diálogo, habla sobre otros sueños para el país, los resultados de su Gema en un concurso de Historia, y películas y frases que han calado en su vida de revolucionario y cubano orgulloso.

Después, nos despedimos con un estrechón de manos, y él conversa por teléfono, seguramente sobre más proyectos y esas pasiones grandes que son investigar, escribir y aportar a favor de todos.

En video, entrevista a Ernesto

(Tomado de Mira Joven)