Su presencia en un documental dedicado a Alberto Juantorena es uno de los motivos que trajo por primera vez al estadounidense Frederick Newhouse a una ciudad que le ha fascinado tanto que ya piensa en volver.
«Lo primero ha sido visitar a mi amigo, y claro, no podía faltar en ese material un cierre con los medallistas de oro y plata de los 400 metros de Montreal’76», dijo sonriente un Newhouse que este miércoles se despidió «por ahora» de La Habana.
«Además, quiero mostrarle al mundo que el deporte crea amistades para toda la vida», aseveró al dialogar con JIT.
«Durante 42 años hemos mantenido una excelente relación. Nos hemos visto en todo el mundo, en olimpiadas, campeonatos mundiales, juegos regionales, no importa dónde, lo cierto es que siempre que estamos en un lugar corremos a abrazarnos», confesó el también miembro del relevo dorado de 4x400 en la propia urbe canadiense.
Muy rápido, en los jardines del Hotel Nacional, ocurrió la conversación con este hombre que insistió en resaltar los entrañables lazos que le unen al ídolo cubano, entre otras cosas por las coincidencias que han tenido en sus vidas.
Ambos se convirtieron en estrellas tras emerger de humildes orígenes, y no tuvieron el atletismo como primer deporte: Juantorena practicaba baloncesto y Newhouse béisbol.
«En Montreal nos encontramos por primera vez en la pista de calentamiento, antes de la competencia, y ahí mismo surgió la amistad», evocó.
«Comenzamos a conversar sentados sobre el césped y desde ese momento “conectamos” y nos convertimos en grandes amigos», agrega con mucha locuacidad, aunque su rostro adquiere un tono más serio cuando recuerda que no pudo derrotar entonces al antillano y quedó con los deseos de volver a enfrentarle.
Preguntado sobre el bloqueo sostenido por Estados Unidos contra Cuba no dudó en reprocharlo y confesó albergar la esperanza de que pronto todo sea normal entre ambos pueblos.
«Es muy malo el alejamiento entre Cuba y Estados Unidos, no comprendo que exista durante tanto tiempo y sean tan tensas las relaciones. Espero que pronto, más rápido que tarde, veamos cambios para bien de ambos pueblos.
»Que podamos intercambiar en paz, sin problemas, no como hasta ahora… Ya es suficiente, es demasiado larga esta hostilidad».
(Tomado de JIT)
