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¿Cuba puede producir todo el arroz que necesita?

Cultivo de arroz en Los Palacios, Pinar del Río. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

La producción arrocera en Cuba cubre un largo período, con algunas etapas de auge y otras de retroceso, sin abandonar el objetivo del autoabastecimiento, previsto en el desarrollo perspectivo.

Ese cultivo se desarrolla en la Isla desde mediados del siglo XIX y constituye un elemento básico de la dieta de la población.

Este año se aspira a la siembra de 138 mil 445 hectáreas, según precisó el jefe del Departamento Técnico Productivo de la División Tecnológica de Arroz del Grupo Empresarial Agrícola, Israel Lugo Hernández

Sin embargo, ese volumen es inferior al que demanda la autosuficiencia (700 mil toneladas), de ahí que se lleve a cabo un fuerte programa inversionista destinado a incrementar los volúmenes obtenidos cada año hasta materializar ese propósito.

El directivo refirió que ese programa, con énfasis en la parte agrícola incluye la construcción y reparación de sistemas de riego y drenaje, la nivelación de los campos, la introducción de nuevos molinos y el montaje de silos para el almacenaje.

Algunos antecedentes

Producción de arroz en el territorio de Pinar del Río, occidente de Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

De acuerdo con un informe del Ministerio de Agricultura (Minag), en 1959 el país produjo unas 60 mil más toneladas más de arroz que el promedio anual logrado entre 1954-58, y la mayor cifra de cualquier año precedente.

Sin embargo, desde 1960 y hasta 1966 la producción del cereal disminuyó, como consecuencia de las reducciones de las áreas dedicadas a esta planta, debido a la coyuntura favorable para adquirirlo en el mercado externo y la prioridad concedida a otros cultivos.

También fue resultado de la disminución de los rendimientos, a causa fundamentalmente de la imposibilidad de contar con semillas de calidad, hasta entonces procedente de Estados Unidos.

A Partir de 1967, por orientación del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, comenzó la ejecución de un programa integral para el desarrollo arrocero.

Este plan comprendía el autoabastecimiento, sobre la base de la utilización de las técnicas más modernas, en grandes planes especializados en la costa sur del país.

Se iniciaría entonces un proceso inversionista de grandes magnitudes, que requirió la construcción de presas con capacidad de almacenaje superior a dos mil 700 millones de metros cúbicos de agua, y los sistemas de riego de tipo semi-ingeniero en 136 mil hectáreas.

Además, fueron desbrozadas 150 mil hectáreas para aumentar las siembras, y se montaron, como parte del proyecto, 52 modernos secaderos, cinco molinos y construyeron más de 700 kilómetros de caminos nuevos, comunidades en todas las arroceras así como almacenes, talleres, comedores y otras obras de infraestructura.

También se crearon varias estaciones experimentales y el Instituto de Investigaciones del Arroz, el cual hoy abarca el estudio de todos los granos.

Este esfuerzo posibilitó, según el documento, la realización de importantes trabajos que sustentan el desarrollo tecnológico del cultivo.

Por entonces, igualmente, las arroceras fueron dotadas con más de dos mil tractores especiales, miles de implementos agrícola para la preparación de las tierras e importaron modernas combinadas para la cosecha mecanizada.

Se incluyó en ese esfuerzo inversionista la construcción de 37 pistas aéreas y la adquisición de los aviones requeridos para el tratamiento a toda la superficie con el cultivo.

Sin embargo, más adelante, luego de esos avances, en el período 1976-85, declinó el ritmo de crecimiento de la producción con respecto al decenio anterior, ya que la superficie de siembra disminuyó como consecuencia de reducciones en la disponibilidad de agua para el cultivo.

No obstante, en 1986, gracias a una política varietal más eficiente, se logró incrementar la producción.

Producción de arroz en Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

El inicio en el país del llamado período especial tras la desaparición del campo socialista europeo y de la antigua Unión Soviética, infligió un duro golpe a la producción, al caer los suministros de insumos fundamentales, equipamiento y maquinaria.

Tal situación llevó a la aplicación de planes alternativos de producción, como el llamado arroz popular, que contó con un valioso apoyo en asesoramiento de Vietnam. Este país además siempre ha sido un socio seguro de Cuba en el suministro del cereal.

Según Lugo, la Isla se propone producir 400 mil toneladas de arroz en el 2020, en lo cual la ejecución del programa inversionista es un factor primordial.

Para la presente campaña, indicó, se asignaron dos mil 182 millones 573 metros cúbicos de agua, que permitirán plantar el área programada.

Con el fin de garantizar el uso eficiente y racional del líquido, se llevaron a cabo acciones como el mantenimiento de los sistemas de riego y drenaje antes de la siembra. También incluyeron la colocación de hidromecanismos con vistas a la mejor regulación y distribución de ese recurso y el alisamiento de todas las áreas que se siembren en seco mediante el uso de land plane.

En cuanto al combustible necesario, explicó, se asegura lo demandado según el nivel de actividad, mientras que se respaldan los suministros de fertilizantes y herbicidas, de acuerdo con las tecnologías empleadas en este cultivo milenario.

A juicio del directivo, la autarquía del cereal en el país- calculada en no menos de 700 mil toneladas anuales- es posible y necesaria, para eliminar la importación de este importante alimento.

(Información de Prensa Latina)