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Nace uno de los padres fundadores de la “nueva” física

Niels Henrik David Bohr

Físico danés Niels Henrik David Bohr. Foto: Archivo

Toda frase que yo emita habrá de ser considerada por ustedes no como una aseveración, sino como una pregunta.

Palabras con las que Niels Bohr solía iniciar sus seminarios.

El 7 de octubre de 1885 nace el físico danés Niels Henrik David Bohr en Copenhague, Dinamarca. Bohr realizó contribuciones fundamentales para la comprensión de la estructura del átomo y la mecánica cuántica. Fue galardonado con el Premio Nobel de física en 1922 (por sus servicios en la investigación de la estructura de los átomos y de la radiación que de ellos emana). Tras doctorarse en la Universidad de Copenhague en 1911 completó sus estudios en Mánchester, teniendo como maestro a Ernest Rutherford, con el que estableció una duradera relación científica y amistosa.

En 1916, Niels Bohr comenzó a ejercer como profesor de física teórica en la Universidad de Copenhague, consiguiendo los fondos para crear el Instituto Nórdico de Física Teórica, que dirigió desde 1920 hasta su fallecimiento. En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, Bohr llega a Suecia para evitar su arresto por parte de la policía alemana, viaja posteriormente a Londres. Una vez allí apoyó los intentos angloestadounidenses para desarrollar armas atómicas, en la creencia de que la bomba alemana era inminente, y trabajó para ello en el Proyecto Manhattan de Los Álamos, Nuevo México (Estados Unidos). Después de la guerra, abogó por los usos pacíficos de la energía nuclear.

Basándose en las teorías de Ernest Rutherford publicó su propio modelo atómico (modelo atómico de Bohr) en 1913, introduciendo la teoría de las órbitas cuantificadas, que bajo los postulados de la mecánica cuántica consiste en lo siguiente: en torno al núcleo atómico el número de electrones en cada órbita aumenta desde el interior hacia el exterior. En ese modelo, además, los electrones podían caer (pasar de una órbita a otra) desde un orbital exterior a otro interior, emitiendo un fotón de energía discreta, hecho sobre el que se sustenta la mecánica cuántica.

Numerosos físicos, basándose en el principio de sus trabajos sobre la estructura atómica y la radiación, concluyeron que la luz presentaba una dualidad onda-partícula mostrando propiedades mutuamente excluyentes según el caso. En 1933 Bohr propuso la hipótesis de la gota líquida, teoría que permitía explicar las desintegraciones nucleares y en concreto la gran capacidad de fisión del isótopo de uranio 235. Para este nuevo principio cuántico, Bohr encontró además implicaciones filosóficas que le sirvieron de justificación. No obstante, el nuevo conceptualismo de la realidad de la física cuántica no era compartido por Albert Einstein, cuyo criterio estaba más próximo al racionalismo de la mecánica clásica, sin descartar los fenómenos físicos empíricos de cualquier naturaleza. Son célebres sus frases críticas dirigidas a la entonces “advenediza” mecánica cuántica: “Dios no juega a los dados con el Universo” o “a mí me gusta pensar que la Luna aún sigue ahí, aunque no la mire”. A las palabras de Einstein, se dice que Bohr respondía: “Deja de decirle a Dios cómo usar sus dados”.

Einstein era reacio a las interpretaciones física, filosófica y teológica que Bohr hacía derivar de los principios de la nueva mecánica, y a ciertos aspectos inherentes a la mecánica cuántica, que sugieren que la materia ordenada se deriva de un estado previo en el cual la materia está regida por el azar, y que a esa escala sólo sigue leyes de probabilidad, lo que llevaría a pensar que todo el universo se fundamenta en el azar desde su nivel atómico o subatómico.

Bohr obtuvo además del Premio Nobel de Física en 1922, la medalla Franklin en 1926, En su honor se denominan Bohr un cráter de la Luna y el asteroide 3948 descubierto por Paul Jensen en 1985, también el elemento químico Bohrio.

Niels Bohr muere el 18 de noviembre de 1962 en Valby, Copenhague, Dinamarca.

Referencias: