- Cubadebate - http://www.cubadebate.cu -

Buen Abad: Fin de ciclo de la izquierda, un mito para desanimarnos

Las opiniones de Buen Abad deben ser tomadas en cuenta, sobre todo cuando se refiere a temas de la actualidad de Nuestra América. Foto: Prensa Latina.

Las opiniones de Buen Abad deben ser tomadas en cuenta, sobre todo cuando se refiere a temas de la actualidad de Nuestra América. Foto: Prensa Latina.

Fernando Buen Abad pudiera tener muchos títulos, aunque prefiere que lo presente como académico. Pero este mexicano polifacético es también un analista político y desde esa trinchera afirma que aquello del fin de ciclo de la izquierda en América Latina “es un mito para desanimarnos”.

Mexicano, latinoamericano, profesor universitario en su país, Estados Unidos, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina; es autor de más de una decena de libros, especialista en Filosofía de la Imagen, Filosofía de la Comunicación, Crítica de la Cultura, Estética y Semiótica. También director de Cine egresado de New York University, licenciado en Ciencias de la Comunicación, master en Filosofía Política y doctor en Filosofía.

Con este palmarés, al que le faltan líneas, habría que suponer que las opiniones de Buen Abad deben ser tomadas en cuenta, sobre todo cuando se refiere a temas de la actualidad de Nuestra América, cuño martiano que él toma para sí.

Sobre todo cuando la política y la comunicación andan de la mano y no para buenos propósitos. Al decir de mi entrevistado, la información a veces está dispersa, pero siempre muy sesgada en un entorno en el que la mayor parte de los medios de comunicación sirven a la causa de las oligarquías y del imperio norteño, ahora en la era Trump.

Al respecto comenta en exclusiva para Prensa Latina: “A veces la información es muy dispersa pero cuando editas te das cuenta de que algo está pasando en el continente. Hablo de los movimientos sociales con una actividad redoblada. Basta ver las movilizaciones por ejemplo en Argentina, rompiendo récords en la Plaza de Mayo, sea contra las políticas económicas neoliberales o contra el perdón a los represores de la dictadura militar”.

“También en Guatemala y otros países, hasta en Belice. En México lo ves contra el gasolinazo, por el crimen contra los estudiantes de Ayotzinapa, las del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el auge del Movimiento de Regeneración Nacional, contra los asesinatos de periodistas, entre otras”.

“En suma, la perspectiva que veo es un momento de mucha movilización, lo cual es alentador y promisorio y camina a demostrar que el proclamado fin de ciclo de la izquierda y las fuerzas progresistas en Latinoamérica y el Caribe es un mito para desanimarnos, desmovilizarnos”.

Sin embargo, acotó, en Venezuela persisten movilizaciones de uno y otro lado. Buen Abad no demora su respuesta:

“En Venezuela hay una derecha desesperada y enloquecida atacando el proyecto revolucionario con episodios de terrorismo, incluso copiando al llamado Estado Islámico. Son unos cuantos muy violentos con muchas fotografías y medios de prensa a su alrededor, como parte de otra Operación Cóndor en todo el continente. Resultan episodios puntuales, ahora con mayor financiamiento, infiltración y el uso de paramilitares del expresidente colombiano Álvaro Uribe”.

“Pero también Venezuela es un país que está gestando una Asamblea Constituyente a la que llamó el presidente Nicolás Maduro el primero de mayo. Se trata del referendo de todos los referendos, con una movilización extraordinaria para elegir a los constituyentes y perfeccionar la Carta Magna con tres ejes”.

“Son ellos la modificación del modelo económico no dependiente del petróleo, hacia un modelo productivo totalmente distinto; la transformación del modelo político para romper de una vez con toda con la democracia burguesa que tiene sus resabios en el país y necesita entrar a un proceso de democracia participativa mucho más dinámica; y la gran revolución cultural, incluyendo una constituyente de la comunicación, que es donde más golpea la derecha”.

Para mi entrevistado hay un tema que le resulta especialmente sensible. Se trata de la situación de su país, México:

“Veo a mi patria con mucho dolor, porque estamos parados ante un callejón sin salida. Fíjate que Manuel López Obrador está ganando elecciones populares para transformar este desastre macabro en que nos han metido, y por la vía del fraude, con el apoyo de instituciones incluso judiciales, revierten los resultados. Es una afrenta para el pueblo”.

Y añade:

“Resulta un acto de provocación absolutamente irresponsable del gobierno y de instituciones estatales no reconocer las exigencias y la voz del pueblo, el cual se expresó en el estado de México con una elección muy nutrida a favor de una candidata que representaba una transformación ponderada, pero una voluntad distinta a la de las hegemonías que hacen del país su latifundio”.

“Estoy seguro que hay una proliferación tremenda de conciencias y de hartazgo del pueblo mexicano contra este modelo priista, panista, perredista que está agotando sus capacidades para dirigir los destinos del país”.

Para el también integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, en su patria impera una violencia insostenible, expresada en otros flagelos que afectan a los mexicanos.

“Hay una situación de violencia de Estado ejercitada no solo por los aparatos represivos como el Ejército, la policía, y todos los servicios financiados para reprimir y espiar. Hay otra violencia, una situación durísima con más de la mitad de la población por debajo de la pobreza. Y más, es una locura irresponsable el nivel de endeudamiento del país, otro hecho de violencia económica y política contra la nación”.

“Hay que sumar a los desaparecidos, que no se sabe con certeza cuántos son, pero rebasan los 150 mil; los asesinados, con cifras intolerables que resultan una vergüenza para cualquier gobierno que se considere democrático. Los casos no resueltos e impunes como el de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sin respuesta oficial seria, profunda, comprometida; los crímenes contra periodistas. Es, en conclusión, un desgarramiento brutal, una forma de amedrentar con impunidad e impudicia permanente. Es la violencia de un Estado ejerciéndola contra un pueblo”.