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Omara Durand en una carrera de preguntas

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Hace apenas unas semanas, la corredora cubana Omara Durand repitió en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 los triunfos que había bebido en Londres 2012. Los tres títulos de ahora llegaron con su sonrisa tímida y sencilla, un sacrificio a prueba de emociones, así como récords mundiales en 100 metros (11.40 segundos) y 400 metros (51.77), además de marca para el evento en 200 metros (23.05).

Antes de la primera pregunta vuelve a sonreír. Como casi siempre pasa, ella prefiere correr en la pista bajo el duro sol que someterse a la grabadora para una entrevista. Con apenas 24 años, fue elegida la mejor atleta en deportes para discapacitados de Cuba en el 2015, condición que debe repetir el próximo diciembre.

Sus medallas y tiempos son impresionantes para tan joven carrera, pero pocos conocen que anheló ser una de las Espectaculares Morenas del Caribe, sueña todavía con poder estudiar Psicología y es la única deportista cubana que ha sido candidata al Premio Laureus, conocido como el Oscar del deporte.

¿Cómo era Omara de niña y cuándo llegas al atletismo?

“Nací en el reparto Desys, en el municipio Santiago de Cuba. Me gustaban tres deportes: el voleibol porque veía a las Morenas del Caribe en la televisión y quería ser como ellas; la gimnasia rítmica por haberla practicado un corto tiempo sin grandes resultados; y el atletismo porque fue donde más sobresalí tras ser captada por el profesor Reinaldo Cascaret en las clases de Educación Física.

“Yo era muy tranquila, compartía con los niños del barrio, pero me gustaba estar sola en la casa jugando con muñecas. Eso de estar en la calle corriendo no era mi fuerte. La primera vez que gané un campeonato nacional para personas con discapacidad ocurrió en 400 metros, en el propio Santiago. Tenía 13 años.

¿Pasaste por otras áreas, digamos salto o lanzamiento?

“Siempre lo mío fueron las carreras. Nunca hice salto. De hecho, no me gusta. Incluso hoy, en el entrenamiento, hay elementos complementarios que exigen saltos y los hago por disciplina, porque están en el plan de entrenamiento y me ayudan después en la carrera. Los muchachos del equipo disfrutan a la hora que me toca saltar porque no sé. No tiene nada que ver conmigo”.
Muy temprano comienzan a llegar las medallas mundiales…

“Con 15 años (2007) gané los 100 y 200 metros, categoría T13, del campeonato mundial para ciego y débiles visuales, celebrado en Sao Paulo, Brasil. No corrí 400 porque tenía una molestia en el muslo y hacia bastante frío, por lo que el colectivo técnico decidió preservarme para los Juegos Parapanamericanos de Río de Janeiro, que serían meses después.

¿Y cómo recuerdas aquel debut en un certamen continental?

“Después de haber ido a tres Juegos y sin demeritar a otros, te digo que los de Río de Janeiro 2007 fueron los mejores por la excelente organización, alimentación y una villa muy confortable. Todavía era una niña, sin gran experiencia internacional, pero allí hubo mucha calidad en la competencia. Además, Brasil nos acoge como si estuviéramos en Cuba. Y bueno, los resultados fueron muy buenos para una niña de 15 años. Me encantaron esos Juegos”.

Luego vendría un momento muy duro: los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008. Recuerdo la imagen tuya llorando por la lesión

“Fue frustrante porque me quedé sin medallas cuando todo el mundo pensaba que podía acercarme a los mejores resultados en mi categoría, pero no pudo ser porque tuve una lesión severa en el bíceps femoral de la pierna derecha.

“Sin embargo, saqué algunas experiencias. Tenía que entrenar con más fundamento, mayor responsabilidad, ser más disciplinada y madurar. Tres personas me apoyaron mucho en ese momento y no me dejaron sola. Mi entrenadora Mirian Ferrer, el fisioterapeuta Abdel (esposo de Yipsi Moreno) y la doctora Mirian Valdés. Ellos sabían que mi cabeza decía que sí podía, pero los músculos no me respondían. Hubo madrugadas enteras que nadie durmió dándome tratamientos. Y aunque competí, no alcancé medallas. Lloré mucho y ellos conmigo”.

Pasado el mal momento, el ciclo 2009-2012 te deparó premios, récords y medallas a todos los niveles

“En ese período llegaron grandes resultados. En los Juegos Parapanamericanos del 2011 me sentía muy bien. Había dejado atrás todas las lesiones y en enero de ese año había roto el récord mundial en 200 (24.24 segundos) en Nueva Zelanda. Cuando llegué a Guadalajara corrí 100 y 400 porque el 200 no se convocó. En esa lid me convertí en la primera mujer del deporte paralímpico que bajaba de 12 segundos en el hectómetro (11.99).

“Doce meses más tarde, en los Paralímpicos de Londres, triunfé en 100 y 400, en esta última con récord olímpico (55.12), a pesar de que el azar me ubicó en la carrilera ocho, la más complicada para ese evento porque sales delante de todos. Todo el mundo te ve a ti, pero tú no ves a nadie. Pero cuando uno está bien, no importa en qué carril te pongan”.

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Llegarías cargada de medallas, pero lista para la maternidad

“Dejé de correr cuando regresé de Londres porque vine embarazada. Volví a la pistas a los tres meses después del parto. Lo que más trabajo me costó fue bajar de peso, porque estaba muy gorda. Y no es que sea comelona, sino que todo lo que como, lo asimilo.

La preparación para los Juegos Parapanamericanos de Toronto (2015) fue magnífica. Mi entrenadora sabía que iba a lograr algo grande. Con el 11.65 en la semifinal de los 100 (RM) me sentí más segura y sabía que podía hacer más. Por segunda vez logré el triplete, porque desde el 2007 no se convocaban los tres eventos.

“Poco después asistí al campeonato mundial en Catar, donde impuse tres marcas universales: en 400 (53.05), en 200 (23.03) y en 100 (11.48).

La gente se quedó asombrada porque no solo eran récords mundiales, sino que eran tiempos muy buenos cuando se comparaba con los de los atletas convencionales. Los brasileños decían que esos récords eran para que nunca se rompieran, lo cual acabo de demostrar que era falso, pues pude bajar mis propias marcas en los Juegos Paralímpicos de este 2016”.

Se impone ahora hablar de dos personas claves: tu entrenadora Mirian Ferrer y el guía Yunior Kindelán

“Con Mirian llevo entrenando alrededor de 9 años, desde que entré al equipo nacional. Hay bastante química entre nosotros. Ella me ha enseñado mucho y me ha ayudado a sentirme un ser humano como todos, a pesar de mi debilidad visual (catarata congénita).Tengo que agradecerle también en mi vida profesional porque fue una de las tutoras de mi tesis de Licenciatura en Cultura Física.

“Me dio todas las herramientas que tenía para facilitarme el trabajo. Tiene adoración con mi niña. Cuando todavía no había entrado al círculo, mi mamá se quedaba con ella toda la semana y el sábado era Mirian luchando conmigo y con Erika al mismo tiempo en la pista. El trabajo ha fluido muy bien entre nosotras y eso ha ayudado a que los resultados sean como son.

En el caso de Yunior llevamos trabajando poco más de año. Él comenzó conmigo antes de ir a los Juegos Parapanamericanos, donde no pudo ir. Al principio nos costó un poco de trabajo sincronizarnos, pero él se lo propuso y lo logró. Él no puede sobrepasarme durante la carrera ni entrar delante en la meta. Él está ayudando cada vez que puede a un atleta ciego, y hay que ver como lo hace, como si toda la vida hubiera trabajado con nosotros. Y eso demuestra que hay personas que cuando sienten las cosas de verdad lo hacen por amor.

En esta categoría T12 se puede correr con o sin guía. Pero por ejemplo, a veces hay que correr de noche y a esa hora no tengo la misma visibilidad que de día y el guía juega un mejor papel. Si cae un aguacero en medio de una carrera necesito que haya alguien al lado mio. Ya me ha pasado. Es una persona que además siempre está al lado tuyo dándote ánimos. Todas las que corren conmigo en mi categoría lo hacen con guía”.

Hay otra persona de la cual debemos hablar: Yunidis Castillo.

“Siempre que me preguntan por ella digo que Yunidis es un ejemplo a seguir por su voluntad, por la calidad humana, por el talento como atleta. Siento mucho respeto por ella, por el tipo de persona que es y la admiro muchísimo. Tenemos muy buenas relaciones. Entrenamos juntos todos los días. Nos ayudamos en lo que podamos. Por eso ahora, cuando se lesionó en Río de Janeiro y viró hacia Cuba, le dediqué todos mis triunfos”.

En abril de este año fuiste nominada a los Premios Laurens ¿Qué significó para ti?

“Esos premios son como los Oscar del deporte. Son los más grandes que hay. Cuando me llamaron desde Berlín para decirme todo lo que tenía que hacer, lo tomé normal porque no tenía idea de lo que era. El 3 de marzo, cuando salió a la publicidad, es que conozco la magnitud y lo que significaba.

Me sentí muy emocionada en la ceremonia de premiación. Ahí estaban, entre otros, Leonel Messi, Usain Bolt y el equipo de fútbol Barcelona. Aunque no gané, estoy muy contenta de haber sido la primera cubana nominada, entre atletas convencionales o paralímpicas”.

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¿Cómo Omara convive con la fama? ¿Se le sube a la cabeza?

“No me siento famosa, sino un ser humano normal, una cubana más, que hace todo y se entrega para darle alegrías al pueblo, a mi familia, a mi entrenadora, para demostrar que lo que un día soñó Fidel y Raúl y tanto la Revolución ha luchado por los atletas paralímpicos, es posible realizarlo.

“Soy una persona muy ecuánime, no me molesta que la gente quiera tirarse una foto conmigo. Todo lo contrario, me da tremenda alegría cuando la gente me reconoce porque es señal de que lo hecho le ha llegado al pueblo”.

¿Cuánto podría hacerse todavía en Cuba por el deporte para personas con discapacidad?

“Ha crecido mucho y el nivel ha aumentado. Nosotros tenemos las mismas condiciones que los atletas convencionales y recibimos iguales beneficios en cuanto a condiciones de vida, alimentación y remuneración. Pero todavía se puede hacer más. Por ejemplo, las competencias nacionales no tienen aún la calidad que se necesita. A veces lo veo como un cumplido. Y se puede trabajar más para hacerlo mejor. El trabajo en la base está bien”.

¿Qué hay de cierto sobre una invitación para que corras con los convencionales a partir de tus marcas?

“A mí nadie me ha invitado. Eso ha sido más bien rumores. Yo corrí, por ejemplo, en la Copa Cuba, en 200 metros, y los gané. Después pusieron argumentos para descalificarme como que el guía se había adelantado (lo cual no ocurrió y lo tenemos), y que había pisado la raya del otro carril.

Si me hicieran esa invitación tendría que pensarlo muy bien, porque habría que ver las condiciones que pondrían para esa carrera”.

Háblame de Omara fuera de las pistas

“Me gusta dormir. El descanso es uno de mis hobbies, pero lamentablemente tengo una niña pequeña y si ella no duerme, la mamá tampoco puede hacerlo. Me gusta oír música romántica, tomar un helado, llevar a la niña a montar bicicleta y a pesar de mi problema en la vista también disfruto leer, aunque con mucho esfuerzo. Tengo un círculo de amigos bien estrecho y me encanta el mar, no para bañarme en la playa, sino estar cerca del agua. Es una forma de relajarme, de liberar estrés”.

¿Alguna admiración por un deportista cubano en especial?
“Yipsi Moreno. Es una muchacha muy sencilla, modesta, tranquila, se relaciona muy bien con todo el mundo. Yo veía que cuando ella entraba al círculo de martillo se transformaba para bien. Y me gusta esa personalidad de ella”.

Tu discapacidad. ¿naciste con ella o fue por un accidente?

“Mi enfermedad es genética y degenerativa. Vino de mi bisabuelo materno. Tengo catarata congénita. Cada año me evalúan y antes era T13, ahora soy T12 porque ha avanzado la enfermedad.

Cuando termine el deporte, quisiera operarme. Cuando sepa que no voy a hacer un esfuerzo físico agresivo me someteré a una operación para mejorar en calidad de visión”.

¿Existe algún sueño que no has podido lograr todavía?

“Quisiera superarme más, ser Máster y Doctora. El deporte es un ratico y mientras más te superes más conocimientos del mundo vas a tener. Me gusta estudiar, pero no para terminar como entrenadora.

“Si no hubieras sido atleta, quizás fuera hoy psicóloga porque al terminar 12 grado esa fue la carrera que me llegó. Todavía creo que pueda intentarlo. Nadie sabe”. (sonrisa)

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