Misión médica cubana: unidad y solidaridad versus Zika

Durante las últimas semanas se ha desatado una alerta epidemiológica en todo el continente sobre el virus Zika. La civilización ha convivido durante siglos con los mosquitos y ha propiciado inescrupulosamente su proliferación a la par del desarrollo de las grandes urbes, principalmente en los países situados hacia el ecuador y zonas vecinas, por lo general los de menor desarrollo. Cuesta reconocer que en la actualidad existan más Aedes Aegypti en una ciudad capital que en una zona rural, lo cual es proporcional a la basura que genera el ser humano y las características hematófagas del vector, adaptándose perfectamente a nuestro ritmo de vida, costumbres y hasta medios de transporte.

Cuando viajamos al exterior debemos ser conscientes no sólo de cuidarnos y cuidar a nuestros compañeros, sino también de velar porque se cumplan adecuadamente las medidas epidemiológicas para no introducir enfermedades tropicales en nuestro país. Sería oportuno recordar que ya en la segunda mitad del siglo XIX el genial sabio cubano Carlos J. Finlay sospechaba de la inofensiva apariencia del zancudo doméstico y en ello influyeron diversos factores, los cuales constituyen motivo de admiración para quienes estudiamos su obra a casi un siglo y medio de haber enunciado sus postulados.

Poseedor de una fabulosa intuición como investigador fruto de la extraordinaria preparación que recibió como médico y en la cual mucho influyó su padre, fue colocado por el azar de la vida frente al vector prestándole más atención que los colegas de su tiempo. Tenía además un inigualable poder de observación cultivado a través de una cultura ajedrecística poco conocida y muy por encima de la media para la época, se dio el lujo de publicar acertados análisis de algunas partidas del match por el campeonato mundial de ajedrez celebrado en La Habana entre Wilhelm Steinitz y Mikhail Chigorin. Finalmente su profunda fe católica, cuentan que en muchas ocasiones eran interrumpidas sus oraciones rosario en mano por la presencia de los atrevidos insectos que volaban una y otra vez a su lado llamando su atención.

Mientras la mayoría buscaba la causa de la fiebre amarilla en lugares apartados, Finlay tan solo miraba a su alrededor. Muchas veces me he preguntado por qué no retransmiten la novela que recreaba su vida, vivimos tiempos de combate contra el Aedes donde el pueblo (televidente) desempeña un rol protagónico y muchas cosas útiles podríamos aprender. Recuerdo nítidamente el impacto que produjo en los que estudiábamos medicina en ese momento, causalmente Fidel había decidido crear durante esos años el Destacamento Carlos J. Finlay para dar continuidad a una de sus ideas más geniales, el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia.

Hace apenas unas horas se ha publicado el tercer caso importado de Zika en Cuba, todos provienen de la República Bolivariana de Venezuela y del sector de la salud lo cual identifica de forma tangible elementos de riesgo que no podemos pasar por alto para quienes cuidamos de la salud de nuestros compatriotas. Es importante en cada residencia y lugares de trabajo de los colaboradores de la Misión Médica Cubana (MMC) mantener una adecuada higiene y organización, realizar periódicamente el autofocal, vestirse de manera que se cubra la mayor parte del cuerpo, usar mosquiteros y medir diariamente la temperatura. Si aparece alguien con fiebre se hospitaliza de inmediato, nos encontramos en una zona endémica de Paludismo y Dengue además de que ya hemos visto enfermos sospechosos de Zika los cuales han viajado a otras regiones de Venezuela donde se han confirmado casos, es decir, vivimos dentro de la epidemia y no puede haber descuidos.

Uno de los momentos más difíciles para un misionero es enfermar estando lejos de su patria y su familia, sin embargo, para tranquilidad de todos, debemos destacar que en cada brigada médica es una prioridad atender a los que enferman. Se les preparan los alimentos y vemos como enfermeras o médicos se desdoblan en cocineras y cocineros, se les compran jugos o yogurt del aporte solidario de sus compañeros. Al ser hospitalizado todos tratan en la medida de lo posible de visitar al enfermo, nadie lo hace con las manos vacías y el que no lo puede visitar por motivos lógicos de trabajo y disciplina, le envía un mensaje de aliento acompañado muchas veces de una tarjeta de saldo para que se comunique con la familia en Cuba. Así somos los cubanos de solidarios en medio de las dificultades, compartimos lo que tenemos y nos crecemos.

En la MMC cada brigada es una familia y nos tratamos como tal, vivimos momentos cruciales para la aún joven Revolución Bolivariana y vendrán otros tanto o más que los actuales, pero como dijera el compañero Miguel Díaz-Canel hace algunos días en esta misma tierra, los revolucionarios nunca estamos solos.

En Amazonas hay una intensa sequía producto del fenómeno del niño, calor hasta de 42 grados a la sombra sin la posibilidad de refrescar en la noche por encontrarnos sobre una gigantesca roca refractaria y antisísmica, quizás aquí está el núcleo del planeta. Los apagones son casi diarios producto de una infraestructura eléctrica insuficiente, municipios selváticos con solo tres horas de corriente diaria ante la impronta de la racionalización debido a que el río en esta época del año no es navegable. Es por demás el único estado en el cual se comprobó fraude en las pasadas elecciones del 6D y deberán repetirse; amanecemos casi a diario con nuevos precios para los productos de primera necesidad debido a una inflación que cerró el 2015 en cifra récord de 180 por ciento, algo que jamás hemos vivido Cuba, así y todo seguiremos adelante confiados en el triunfo a pesar de las adversidades, con la unidad y solidaridad como estandartes.

MSc Dr. Arnaldo Rodríguez León, Especialista de I y II Grado en Cardiología.